Thulio Moreno

Frente a la mano invisible, la voluntad racional; frente a la racionalidad empobrecida de la ciencia económica autonomizada, el control y la supeditación a objetivos humanos de justicia, equidad y sostenibilidad. El desarrollo científico técnico nos pertenece, sin que en ningún caso nosotros pertenezcamos a él. Reconocimiento del límite, búsqueda de equilibrio y establecimiento de prioridades son las razones que debemos hacer prevalecer frente a la mano invisible convertida en voluntad ciega.

Tras la inevitable gravedad que impone niveles -sólido líquido y gaseoso-, la concordancia de onda del tiempo, y la existencia de energía y materia para la evolución vital, hay que conjugar esos factores, que permitan evitar la ruina general. Hay que volver a los orígenes de la realidad para conservar y proteger la naturaleza. Por suerte para el planeta, el hombre apareció mucho más tarde que las bacterias plantas y animales, de haber sucedido al contrario, no habríamos dado opción a su existencia y en pocos años no quedaría rastro de su presencia. No podemos ser los sepultureros del tercer planeta de este sistema.

El descubrimiento, de Juan Sebastián Elcano, de la redondez del planeta debió suponer el límite al consumo. Mientras caminamos en busca del Sol y no vimos dónde nacía o se ocultaba, pudimos creer que todo era inacabable. Ahora lo vemos incluso desde fuera, sabemos que es pequeño, frágil, débil y finito. Y lo peor, nada ni nadie puede corregir aportando o incrementando nada, ni más aire, ni más agua, ni más espacio, ni más tiempo, ni más diversidad, ni mejor equilibrio ecológico.

Como seres materiales necesitamos de elementos externos para vivir, hay que reflexionar qué elementos son indispensables, qué esfuerzo hay que aplicar para ello y la balanza nos da la conveniencia de su uso. Si el empleo de la materia supone romper el equilibrio, hay que hallar otras fórmulas de utilidad. Necesitamos energía, pero si la exigencia supera la armonía, hay que reflexionar y encontrar otros medios de conformidad. Necesitamos espacio, pero si conduce a la confinación de otros, hay que reflexionar y hallar otra opción.

La meditación debe encontrar el irreductible respeto al entorno, a los animales, a las plantas, a los microorganismos, a los elementos básicos –agua, aire, tierra-, … Y la debemos fiar al estudio, el ensayo y la armonía de cuantos principios entren a formar parte del análisis. Finalmente la proporción debe respetar, que el objetivo no atente a ese equilibrio general y mantenga el Sistema en su justa equidad.

Cuantas demasías o agresiones se observen, deben ser de inmediato corregidas y su utilidad suspendida. Nada permite romper la alianza entre todos los factores. Esta premisa es “conditio sine qua non” para todo paso de la Humanidad; siempre, en todo caso y situación. Y esto en cuanto al Sindicalismo, ¿cómo se traduce?

Asunción del fin

La actividad es limitada, pues no es tratable y transformable toda la materia (inelasticidad). Por ello, el empleo es limitado y no cabe ocupar a la par a toda la población en edad de trabajar. En consecuencia, hay que administrar los factores de distribución del provecho general, hasta conseguir un reparto equitativo al valor de justicia.
Este valor lo determina el análisis individual y colectivo de cada persona o familia. Pero no en su ubicación física social o cultural, sino en categoría global.

¿Qué es un reparto equitativo? Es el que consigue, que nadie esté excluido ni discriminado en su existencia. El grado de satisfacción del derecho universal debe contemplar la viabilidad de cada especie viviente. Es decir, en primer lugar el Sindicato debe ser la “mano visible” –frente a Adam Smith- , que armonice la existencia con la transformación y en segundo lugar debe rectificar la curva de Lorenz y conseguir la recta de equidad.

La elaboración de un proyecto debe partir de la constatación de lo existente (no la materia prima, sino la proporción equilibrio y respeto de los factores que se tomarán), procurando la mínima alteración y afectación, sean factores tangibles o intangibles. Y separando bienes esenciales de los no esenciales.

Si el módulo de valor es el ser humano, se calculará con la aproximación posible, la necesidad de recursos para colmar su bienestar y salud. Satisfecha inexcusablemente esa medida, se respetará a la par la condición animal, la vegetal y la ecológica. Obviamente, no hay excedentes o sobras naturales para la obtención de plusvalías ni beneficios.
Esta idea es tan chocante, que estoy por cuestionarla, pero es ética, por lo que debo considerarla. La plusvalía es un débito a una de las partes en el proceso.

La producción y manufactura de bienes nunca debe superar la necesidad básica, simplemente cubrirla. El universo del que se obtienen frutos es el mismo al que se destina la elaboración, por lo que el resultado es neutral y equilibrado. Nunca podemos exigir, que dicha resultante se desequilibre o tenga excepción. Hoy hay tal carencia de elementos básicos en tanta población, que sólo dicha cobertura tiene demanda para decenas de años y tal vez siglos.

Recordemos, que la presencia del hombre en el planeta ha supuesto una acomodación del resto de la existencia y su subordinación a nuestro interés. Este aspecto de la actividad hay que matizarlo mediante la información y la proyección externa: no está lo existente a nuestro servicio, sino en satisfacción recíproca. La inteligencia humana es el factor que preserva ecológicamente la biosfera. Hay que enfocar de modo distinto el sentido religioso de la existencia humana: no somos el agente supremo de la creación; en primer lugar porque no hubo creación, en segundo lugar porque somos un ejemplar de la evolución y síntesis de todo, y en tercer lugar porque la soberbia nubla la razón.

Pasos en equilibrio.

Los análisis serán los que determinen en cada suceso la necesidad o carencia a cubrir: alimentación, formación, vivienda, vestido, deporte, ocio, trabajo, sanidad, pensiones, seguridad, comunicación, transporte, dependencias, energía, forestación, biodiversidad y fertilidad, cultivos, clima, contaminación, cultura, investigación, agua, tierra, aire, justicia, equidad, seguridad …

Fijados los elementos que satisfacen los requisitos de lealtad y honradez común, el siguiente paso es evaluar los medios y recursos disponibles, sin que mermen su viabilidad, y proyectarlos al objetivo que se pretende. La resultante debe ser cero o próxima a cero, válida para futuros objetivos.

El cómo se consigue que quienes no tienen ahora con qué adquirir ese mínimo vital, puedan disponer de ello, es función de la Sociedad. No es admisible, que se publiquen datos de pobreza y no se remedie ésta; no es admisible, que exista el analfabetismo y se disculpe; no es admisible, que existan enfermos sin atención o sin vacunar; no es admisible, que haya ancianos o infancia sin atención; no es admisible, que haya abusos delitos o crímenes sin vigilancia; no es admisible, que haya marginación o discriminación social; todo esto y mucho más es acción interventora de la “Mano Visible”. Es un compromiso de quien conoce de dónde se viene y a dónde se pretende llegar.

Una Organización preocupada por la visión global de los colectivos menos afortunados, debe averiguar qué hay, qué se puede y qué se debe hacer. Tal vez esa Organización supere el ámbito actual de un sindicato, pero la responsabilidad de las personas más concienciadas impide eludir la abnegación en ese trabajo.

No hay minerales para cuanto podemos imaginar: edificios, puentes, vehículos, aeronaves, herramientas… Ni energía para tanta acción: viajes, iluminación, calefacción- refrigeración, maquinarias, transporte,… Ni tarea para tanta población, ni seguridad frente a tanto error o falsedad, ni futuro frente a tanto despilfarro, ni animales o plantas para tanto derroche alimentario, etc. La anticipación de Malthus de bienes esenciales y no esenciales es una fórmula inicial válida para priorizar la manufactura de bienes y productos. La urgencia de inundar el mercado con productos no esenciales debe ser cuestionada, hasta que se cubra la demanda de los esenciales. Y de nuevo, respetando la viabilidad del sistema.

En los vasos comunicantes la presión de alguno de los integrantes tiende a descompensar la ecuanimidad y el orden. Ahora la presión sobre el resto de vasos -factores de vida- en el mundo, que impone el ser humano, desborda y supera con creces su capacidad de reacción y corrección.

No es ya sólo la desertización de tierras, el agotamiento de caladeros, la extinción de plantas y animales, la contaminación del aire, el agua y tierra, la perversión de usos, la explotación de personas, abusos de poder, prostitución de las normas, sacrificios inútiles, explotación y destrucción de espacios y, sobre todo, la estupidez humana de confundir valor y precio.

No es cierto que haya tierras marginales, existe quien las puede trabajar y vivir con ella. No es cierto que haya actividades inexploradas, existe quien las realiza y vive con ellas. No es cierto que haya frutos obsoletos, hay quien puede vivir con ellos.

Para conseguir algunos fines, no es necesario inventar, ni derrochar energía, el búcaro siempre da agua fresca, sin usar artilugios ni cara energía. O da la hora como en la R. Dominicana, sin coronas o pilas. La simplicidad es más perfecta que la complejidad y permite un acceso general fácil y sencillo a ciertas comodidades. Hemos de recuperar procesos ancestrales, que respetaban el entorno. Hay que interiorizar, que el sistema es, y nosotros estamos en él.

Debemos realzar la cualidad de las fuerzas trascendentes de todo ser vivo. Hemos corrompido la máxima citius altius fortius.
Lo que era superación personal lo hemos traspasado a todo y exigimos más a lo que no puede darlo. Instamos competitividad a lo que no es consciente. Inmolamos animales y plantas en aras del beneficio; la ingeniería genética no debe conducir a la adecuación humana de la Naturaleza. Nada de la “creación” fue puesto a nuestro servicio. Nada del planeta es accesorio, sino principal en sí mismo.

Derecho frente a Aprovechamiento

Fijadas las condiciones de nuestro entorno, hay que normativizar su continuidad en su esencia. La “mano visible” debe establecer unos mínimos irrenunciables ante el beneficio de lo que nos rodea, elaborar un código natural de convivencia con el sistema. Sancionar conductas lesivas, reprimir plusvalías, remediar excesos, cohonestar intereses, hacer ecología vital. Los delitos no pueden quedar en dos años de prisión para más de 20.000 muertes en Bhopal, India, por isocianato de metilo. O la desaparición del atún rojo, la ballena, el búfalo o el lobo, o las masacres de delfines en Tokio o Dinamarca. O la aparición de cultivos transgénicos con la desaparición de especies naturales, los monocultivos, los herbicidas, los pesticidas o plaguicidas, abonos químicos, anabolizantes, vertidos a ríos y mares, alteración de sustratos, roturaciones y desmontes, explotación de acuíferos, quema de selvas, etc.

Una transformación, como la necesaria para estabilizar la supervivencia del sistema, debe ser amplia, concreta y flexible, contener los principios y objetivos junto a los recursos en acción. Tal vez no sea resultado de una generación, pero debe ser prioritaria e inmediata. Está en crisis la naturaleza. Una Organización que mira a siglos futuros no puede constreñirse al salario, las vacaciones o las pensiones, debe anticiparse al colapso colectivo.

El ejemplo y primer paso lo debe dar quien aproveche moralmente su acción. Tener múltiplos de bienes es fatal, si alguien carece de lo esencial. Nadie debe tener basura, que alimente a semejantes. Nunca se debe despilfarrar con la necesidad de los demás. Mi libertad como persona, no es libertad si alguien depende de mis sobras. Cuanto existe es para todos; como decía, la resultante de principios y objetivos es siempre estable y compensada.

La tasa Tobin es una idea buena, pero de principio admite el beneficio y en consecuencia la explotación.
Limita la explotación, imponiendo arbitrios o aranceles a la especulación financiera, pero no denuncia su ilegitimidad ante la muerte la desolación la ruina de millones de personas. Dirige su tasa a remediar el aislamiento y exclusión social de enormes territorios, pero no revela ni censura los débitos sociales, o generales del Sistema.

La Acción

El comienzo de esta transformación ha de partir de una situación negativa, por la costumbre de disponer de lo que nos rodea como accesorio a la especie humana. Hay que rechazar el uso del tiempo concedido por las leyes que esquilman, rechazar los medios y herramientas falsas, renunciar a privilegios corruptos, denunciar ideas injustas, combatir conductas funestas, fomentar el apoyo mutuo y el reparto.

Hay que buscar el sentido ideal y prístino de los conceptos o códigos que usemos para comunicarnos, una comunicación sustentada en la falsedad de acepciones e incluso en la confusión, es un enorme error. V.B. Las ONG que viven de subvenciones estatales no pueden ser ONG, las organizaciones que subsisten de repartos y estímulos gubernamentales no son independientes, los sindicatos que se aprovechan de franquicias y ventajas son inútiles frente al abuso de poder. Si queremos enseñar el camino al cambio, no debe ser sobre la senda anterior, sino con nueva senda. El ejemplo de la transformación no se hace con la continuidad de lo existente, sino con introducción de nuevos acervos y objetivos. Hay que predicar la claridad, la limpieza, la honestidad, la responsabilidad, el compromiso.

Eso es positivo. Hay que recuperar la militancia, el apoyo a un proyecto. Antes hay que definir el proyecto y explicarlo y divulgarlo y conquistar activistas. Y antes hay que describir los principios y priorizar su ejercicio y ordenar sus valores.

Y antes hay que fijar los requisitos inalienables del Sistema y el respeto a su viabilidad, estudiando la situación actual, sus fallos y méritos, sus aciertos y valores, y sus responsabilidades y culpas. Superando la humanización y esclavitud de la Naturaleza.
El reparto del trabajo y la liberación de la persona con la autonomía suficiente para ser independiente en su vida, el reparto de los medios esenciales para su emancipación y el respeto a su libertad debe hacerse con la vista en el círculo, que cada cual necesita a su alrededor, su espacio vital. Y ese espacio vital lleva consigo un ramillete de obligaciones y prudencias. La supuesta sabiduría humana debe aliviar, mejorar y restablecer la condición preexistente, sobre la que trata y actúa.

Las constantes acusaciones contra la economía sumergida, o circulación de dinero B, o lucros por tráfico de armas, drogas o sexo, o por explotación de mano de obra, caen en saco roto cuando millones de trabajadores no tienen derechos ninguno, realizando dumping a quienes sí lo tienen. O productores que manipulan indignamente las plantas, los animales y la información de actividad, para sacrificar todo en función de su abuso.

Para ello hay que valorar las acciones que se realizan, calcular su contenido de energía, su perdurabilidad o anulación, su transferencia de efectos, su necesidad (bienes esenciales o no esenciales de Thomas Malthus), las carencias geográficas, los débitos previos, los generadores de estabilidad, la información y comunicación, los recursos y herramientas oportunas para la acción, etc. Esta descripción corresponde a la “mano visible” en que debe convertirse la Organización con voluntad y visión de transformar la realidad bastarda que vivimos.

Resumen:

Elaboración del proyecto: códigos inequívocos de conceptos, mensaje coherente, despeje de dudas

Descripción del Sistema: viabilidad, previsión futura, umbrales de acción y de alarma, menesteres

Derechos inalienables: existencia-supervivencia, seguridad, dignidad, libertad, salud, reproducción

Visualización de débitos: suspensión de la agresión, plazos de corrección, prioridad y urgencias

Realización: información, militancia, colaboraciones, participación, proactividad, responsabilidad

Producción-servicio: acta de respetos, publicar delitos y premiar éxitos, clasificación organizaciones

Laboral: esmero en el trabajo, evidencia de la cadena material animal o vegetal,

Supervisión de resultados: divulgación, concienciación, estímulos, sanciones, investigación, mejoras

Nada de lo descrito es imposible. Depende de la proyección, visión y autoridad con que se muestre la gravedad de la situación y de la lealtad a la verdad, que en este caso no admite demora. Lejos de elaborar un programa cerrado, pretende ser un material de reflexión a corregir y enriquecer, como siempre colectivamente. Si la reflexión es errónea, habrá que desecharla, pero, si es certera, es de suficiente calado para convertirse en vertebradora de nuestra actuación y en torno a ella debiéramos proyectar nuestras capacidades.

Obviamente, este ensayo lo veo tan denso, que parece hermético, necesito del doble de folios para explicarlo, pero dada la limitación de espacio impuesta para un artículo divulgativo, no me es posible. Si alguien se pierde en las frases cortas y misteriosas –por escasez de información y detalles-, no tiene más que llamarme. Pero el reto que se me planteó es tan ambicioso, que supone un cambio total. Me enorgullece participar en un objetivo tan universal cabal y solidario.