Noam Chomsky – Ilian Pappé, Ediciónde Frank Barat . Taurus , Madrid 2011 . 331 páginas

Reflexionar y actuar más allá del presente en un conflicto en el que las identidades nacionales y el pasado histórico no son coartadas para desconocer al Otro y buscar su aniquilación.

El denominado conflicto palestino es fruto del asentamiento de un estado judío, que con el nombre histórico de Israel, comienza su trágico desarrollo en 1947. Como indica I. Pappé en su extraodinaria aportación en el Capítulo 3 de este libro (La negación continua: La Nakba en la historia israelí y en la actualidad), dicho año «marca también el peor capítulo de la historia de los judíos: hicieron en Palestina lo que no habían hecho en ningún otro lugar en los dos mil años anteriores. Incluso, dejando a un lado el debate histórico sobre por qué ocurrió lo que ocurrió, nadie parece cuestionarse el calibre de la tragedia que se abatió sobre la población indígena de Palestina como resultado de la emergencia y triunfo del movimiento sionista.

En 1948, los judíos expulsaron, masacraron, destruyeron, violaron y se comportaron como cualquier otra fuerza colonial de las que operaban en Oriente Próximo y Africa desde principios del siglo XIX».

La pasividad de la comunidad internacional ante un auténtico genocidio se derivaba de su mala conciencia ante la realidad de la Shoah (catástrofe, en hebreo), el exterminio sistemático de los judíos europeos por parte del régimen nazi alemán. Los rescoldos del mismo, originaron la Nakba (catástrofe, en árabe) y el largo exilio de la población palestina y la consideración, como ciudadanos de tercera, de aquellos que consiguieron permanecer en Israel.

El balance de la reacción internacional ante ambos hechos está claramente descompensado. Los primeros y sólidos apoyos al estado de Israel por parte de Francia y Reino Unido tropezaron con ciertas asperezas por parte de la administración Truman a finales de los años cuarenta en su intento de una iniciativa de paz que posibilitara el retorno de los palestinos. La respuesta israelí y la potente comunidad judía norteamericana se plasmó en la creación del Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC, en siglas) que ha constituído un potente lobby para impulsar los apoyos mediáticos, económicos (con su traducción en la ayuda militar) del Gobierno USA al Estado de Israel. Sobre su rol en los últimos sesenta años es fundamental la enciclopédica monografía de J. Maersheimer y S. Walt , El lobby israelí, Taurus, Madrid, 2007.

Por otra parte, el abandono por parte de la llamada «nación árabe» hacia el pueblo palestino, la represión brutal de los refugiados en Líbano (Shabra y Shatila) y Jordania (Septiembre Negro), la manipulación política de las organizaciones palestinas por parte de algunos países árabes en un conflicto de liderazgo, las derrotas sucesivas en las diversas guerras que ocasionaron la capitulación por parte de Egipto ante Israel en el periodo Sadat y las relaciones de buena vecindad por parte de Jordania, ocasionaron que la lucha armada por la reivindicación de un estado palestino fuera obra de la OLP casi en exclusiva.

Arafat se convirtió en el símbolo mediático de esa lucha que despertó la solidaridad internacional. Convertido en un «inútil combate» desde una perspectiva militar, las conversaciones de «paz por territorios» condujeron a la creación de la Autoridad Palestina tras los acuerdos de Oslo con los «parabienes» de la comunidad internacional.

Desde un punto de vista político, estos acuerdos representaron una capitulación en toda regla del movimiento palestino como se ha visto en el transcurso de los tiempos y denunciaron en su momento personalidades palestinas como Edward Said.

El aislamiento y la destrucción de Gaza han constituído el último capítulo de esa Nakba permanente. En esta espléndida obra, Chomsky y Pappé (profesor de Historia en la Universidad de Exeter, Reino Unido y autor de dos excelentes libros La limpieza étnica en Palestina y Una historia de la Palestina Moderna: una tierra dos pueblos, y vinculado a la nueva corriente histórica israelí crítica con el sionismo) tratan de aportar sus respuestas a dos preguntas elementales: ¿Por qué dura tanto este conflicto?¿Quién puede ponerle fin y cómo?. Tal y como señala el editor Frank Barat, «el conflicto dura por la ignorancia, podrá ponerle fin la gente y lo conseguirá mediante la resistencia popular y la negación del silencio».

Junto al capítulo 3, aportación de Pappé, el capítulo 4, con el dramático encabezamiento de «Exterminar a todos los salvajes: Gaza 2009» y debido a Chomsky, pone de manifiesto el papel de USA y la comunidad internacional ante el asedio y exterminio de la población gazatí como consecuencia de una mala «selección política» en el proceso electoral que aupó a Hamas al gobierno de la Franja.

La crisis de la propia Autoridad palestina y el enfrentamiento político con Hamas han añadido elementos para la difícil supervivencia de un pueblo en situación límite.

En el Capítulo 7, Pappé aborda la idea de un estado único como vía a las alternativas fracasadas de dos estados en un territorio que han configurado los denominados «procesos de paz». Este movimiento uniestatal cuenta con el respaldo de activistas, periodistas y académicos, que están tratando de deconstruir un proceso, con implicaciones en el desafío directo a la agenda de la Autoridad Palestina, que afirma que la paz con Israel traerá el fin del sufrimiento para el pueblo víctima de la ocupación. El argumento en contra es que dicha paz está teniendo el efecto justamente opuesto: esta ocupación está cada vez más enraizada y la opresión se perpetúa.

Junto a ello, la desestructuración del movimiento por la paz en Israel, la deriva del partido laborista, miembro de la misma Internacional Socialista en la que se integraban los difuntos partidos únicos de Túnez y Egipto, ponen de manifiesto la necesidad de apuestas innovadoras y arriesgadas por parte de palestinos e israelíes que, con el apoyo de una comunidad internacional que debe ir más allá de la preservación del statu quo, posibiliten una realidad diferente a la actual.

Complementariamente, en el libro aparece una entrevista con los dos autores sobre la «guetización de Palestina» y la ácida crítica al papel jugado por la Administración Obama en el conflicto así como una continuidad esencial en sus políticas respecto a Israel. La coda final de Chomsky es reveladora: La paz en Oriente Medio que podría ser (pero no será).

La lectura de esta nueva aportación a las claves de la lucha del pueblo palestino por su libertad nos abre los ojos ante las vías de solidaridad y un mejor conocimiento de la realidad en Oriente Medio. Las revueltas populares en Túnez, Siria, Yemen, Bahrein y Egipto, aparte de las claves internas, pueden configurar una nueva dimensión del problema palestino ante la cual la comunidad internacional debe adoptar un nueva postura, más allá de «hojas de ruta» timoratas e ineficaces, que contribuyan a consolidar las relaciones entre los pueblos palestino e israelí.