Libre Pensamiento (L. P.)- ¿Cómo valoras las respuestas a la crisis política y social que vivimos por parte de las organizaciones sindicales?
Jacinto Ceacero (J. C.)- Como CGT, consideramos que nos encontramos  ante una crisis sistémica del capitalismo que abarca aspectos económicos, laborales, sociales, medio-ambientales y financieros, entre otros.  Pero lo realmente preocupante es la crisis de respuestas que la mayoría social, que la clase trabajadora, que los movimientos sociales, el movimiento sindical… tenemos ante el capitalismo. En este contexto, las respuestas desde el sindicalismo han sido diferentes si pensamos en las respuestas del sindicalismo institucional o las respuestas del sindicalismo alternativo, más concretamente del anarcosindicalismo. Las respuestas desde el sindicalismo alternativo, anticapitalista, anarcosindicalista de la CGT han sido de lucha, agitación, de movilización, de rechazo radical a la política económica y antisocial del gobierno tanto del PSOE como del PP.  Desde la CGT no se ha apostado por respuestas de concertación social, de negociación de las diferentes reformas para reflotar el sistema capitalista. La CGT ha defendido ante la clase trabajadora y la sociedad que la crisis no la podemos pagar las clases populares, exigiendo el mantenimiento del empleo, el reparto del trabajo, el reparto de la riqueza, el cambio de modelo productivo, el cambio de sistema. Estoy convencido de que el discurso de la CGT, sus análisis, sus respuestas de movilización han contribuido de forma importante al carácter que la lucha sindical y social tiene actualmente en nuestro país. Obviamente, la CGT no ha apostado por el salto en el vacío que desnaturalice la fuerza de una herramienta de lucha tan potente como la Huelga General, ni por respuestas alejadas de la realidad, de su realidad, de su capacidad para conseguir la transformación social. La CGT ha dado y sigue dando las respuestas que considera más adecuadas a cada momento y esa decisión la adopta haciendo siempre uso de su funcionamiento orgánico. La CGT ha ido dando pasos, creando espacios de encuentro con otras muchas organizaciones, ha ido construyendo tejido social. Estoy convencido de que la CGT es una organización madura que, por su trayectoria y compromiso, tiene prestigio y predicamento entre la clase trabajadora, las clases populares y las organizaciones y movimientos que las articulan.  Por su parte, el sindicalismo institucional siempre ha llegado tarde para asumir su responsabilidad en la defensa de l@s trabajador@s.
L.P.- ¿Qué papel juega CGT en las movilizaciones de diversos sectores como los mineros, funcionarios, enseñantes?
J. C.- La CGT, cuando se trata de un sector laboral en el que tiene presencia e implantación significativa, actúa como elemento agitador y defiende posiciones radicalmente opuestas a las posiciones de la patronal. La CGT también provoca la participación e implicación de l@s trabajad@res directamente afectados, potencia las asambleas, los procesos auto-organizativos. Otorga el protagonismo a l@s trabajador@s implicados porque cree en la máxima clásica anarquista de que la emancipación de l@s trabajador@s será obra de ellos mismos. La CGT propicia procesos de acción directa, de apoyo mutuo y solidaridad entre l@s trabajador@s de los diferentes sectores. Así mismo la CGT, como confederación sindical de clase, siempre pretende imprimir una dimensión global a las diferentes luchas sectoriales. Cuando la CGT no tiene  implantación en un sector, se ofrece para mostrar su apoyo pero evitando siempre demagogias, protagonismos o efectos mediáticos inmerecidos.
L. P.- ¿Cómo articular una respuesta contundente y no puntual a la agresión a derechos fundamentales como la salud, educación y vivienda?. ¿Con quién colaborar para esa articulación?.
J. C.- Una respuesta contundente y no puntual tiene que ser necesariamente una respuesta de movilización social permanente que implique la participación de toda la sociedad ya que todas y todos estamos afectados, empleados públicos, usuarios, alumnado, familias, toda la comunidad. Estamos hablando de derechos fundamentales y, por tanto, de derechos que afectan a toda la sociedad. Ello nos obliga a confluir en movilizaciones unitarias hasta deslegitimar la política del gobierno pasando por encima de su mayoría absoluta parlamentaria. Para la CGT, estos derechos fundamentales sólo quedan garantizados desde su concepción como servicios públicos, educación pública, sanidad pública, vivienda social. La lucha por lo público hoy se está convirtiendo en una verdadera seña de identidad frente a las políticas neoliberales del gobierno y de las directrices de la Unión Europea. En esta lógica de defender lo público, en el caso específico del ámbito educativo, consideramos que los centros concertados son centros privados a los que se derivan recursos públicos, en detrimento de la calidad de lo público. Por lo tanto, la CGT buscará el encuentro para la movilización con aquellas organizaciones sindicales y sociales que defienden los servicios públicos. Sin duda la CGT está por la Educación Pública y la Sanidad Pública, está en contra de la educación y la sanidad concertada y obviamente defiende a l@s trabajador@s de los centros concertados lo mismo que al resto de l@s trabajador@s de las empresas privadas.
L. P.- ¿Consideras que CGT puede lanzar una propuesta de Huelga General con apoyos suficientes en sectores no sólo del sindicalismo organizado?
 
J. C.- La CGT desde abajo hacia arriba, conforme a la toma de decisiones propia de una organización libertaria, ha lanzado una propuesta de Huelga General que integre todas las luchas sectoriales que actualmente existen (minería, empleados públicos, privatización empresas públicas, desempleados, desahuciados, clase trabajadora…) Esta integración de las luchas parciales en una lucha global implica la concepción de una lucha de clases. Para la CGT la Huelga General es una acción de clase contra el sistema capitalista. La CGT ha acordado que, tras la Huelga General del 29 de Septiembre de 2010 y el 29 de Marzo de 2012, es totalmente necesario continuar con la convocatoria de una nueva Huelga General. Hasta ahora, el sindicalismo institucional ha estado mirando hacia otro lado a la hora de dar respuestas contundentes. La CGT, plenamente consciente de su nivel de representatividad, ha mantenido y está manteniendo contactos con todas las organizaciones sindicales y sociales que apuesten por la movilización, por el cambio de sistema. Las dificultades para que la convocatoria de Huelga General tenga efectos significativos en la sociedad, son muchas ya que nos encontraremos con el boicot de los grandes medios de comunicación. Sin embargo la CGT ha optado por arriesgarse y trabajar por la convocatoria de la Huelga General que implique un paro laboral general, una huelga de consumo, la movilización junto a las organizaciones sociales, 15M, asambleas populares, movimiento ecologista, estudiantil, vecinal.
L. P.- ¿Cómo valoras la colaboración incipiente con las otras organizaciones anarcosindicalistas? ¿Qué amenazas y oportunidades ves en este trabajo en el corto y medio plazo?
J. C.- La CGT es una organización anarcosindicalista por estatutos, por práctica y modelo sindical y por herencia histórica. Entre sus objetivos y acuerdos está la unidad de acción con las otras organizaciones anarcosindicalistas de nuestro país y a nivel internacional. En  coherencia con ello, la CGT ha propiciado y ha aceptado con agrado el nivel de unidad de acción alcanzado con dichas organizaciones anarcosindicalistas de nuestro país, durante este último año. Como CGT, hemos apostado por esta coordinación alcanzándose distintas convocatorias de jornadas de lucha, redacción de manifiestos conjuntos, movilizaciones compartidas, etc. Esta coordinación fraguada desde los distintos Comités Confederales de las organizaciones, ha sido fructífera e, internamente, se ha extendido a los distintos Comités Territoriales, Federaciones Locales, sindicatos. Aquí en estos ámbitos hemos podido detectar niveles importantes de acercamiento y de unidad de acción junto a reticencias e, incluso, resistencias a la misma, pero como CGT consideramos que los prejuicios, los rechazos, las susceptibilidades se van limando a fuerza de conocerse y trabajar juntos. Como CGT, hemos priorizado estas relaciones porque creemos en la unidad de acción y especialmente en la unidad de las organizaciones anarcosindicalistas. La CGT va a seguir apostando por su modelo sindical, por la unidad con todas aquellas organizaciones que quieran esa unidad, sin forzar los ritmos de nadie y profundizando hasta los niveles que las otras organizaciones se dejen, respetando a los demás y también exigiendo respeto por lo que esta organización es y el modelo anarcosindicalista que representa.
L. P.- La crisis económica está poniendo de manifiesto el desmontaje del llamado «Estado social y de derecho» por parte no sólo de la derecha política sino con la «permisividad» del PSOE y su entorno mediático. ¿Es sostenible el paradigma del Estado de Bienestar, basado en el crecimiento y cierta idea de progreso en estas circunstancias o hay que pensar en otras vías alternativas frente a la dictadura del Capital y los mercados?
 
J. C.- Vivimos en un sistema neoliberal capitalista. La CGT como organización libertaria es anticapitalista, anti-sistema. El sistema capitalista actual está basado en la producción, el crecimiento, el desarrollismo, el consumismo, la insostenibilidad. Y en esa lógica usa a los seres humanos como objetos, abusa de los recursos naturales y genera una sociedad basada en el darwinismo social, la competitividad, el individualismo, etc. La CGT apuesta por otro sistema social, político, económico, un sistema que no tenga como objetivos el crecimiento, por tanto el consumismo, la competitividad, el agotamiento de los recursos. El objetivo no es crecer produciendo coches, bienes perecederos, superfluos, sino repartir trabajo y riqueza, crecer en servicios sociales y públicos, profundizar en la consolidación de una sociedad que se autogestione en función de las necesidades del ser humano y no en las necesidades de los especuladores, inversores, explotadores.
L. P.- ¿Qué acción sindical es factible que vaya más allá de la defensa del puesto de trabajo y aborde la problemática de sectores cada vez más marginados como los jóvenes, los dependientes y los inmigrantes?
J. C.- Sin duda, la lucha social. La lucha social complementa la lucha sindical, no en el sentido de subsidiariedad de la misma, sino en un plano igualmente relevante. La lucha sindical para la defensa de los derechos laborales y la lucha social para definir y construir un mundo nuevo, una sociedad nueva.
La juventud no ocupa un espacio diferenciado organizativo dentro de la estructura del sindicato. L@s jóvenes que se afilian lo hacen como trabajadores de un determinado sector o perfil. En este sentido la CGT está creciendo significativamente en sectores como Telemarketing, informática, Intervención social … y en esos ámbitos la edad de los nuevos compañeras y compañeros es muy joven.
Es preciso desarrollar más la posibilidad de acercamiento de otros jóvenes que no trabajan, que estudian …  mediante la acción social de la CGT, mediante la acción cultural y formativa de la CGT, creando Ateneos Libertarios, espacios   abiertos en los que se vivan y debatan las ideas anarquistas, los valores libertarios.
En el pasado XVI Congreso de la CGT celebrado en Málaga, se acordó la creación de una Comisión de Jóvenes, adscrita a la secretaría de Acción Social. Está Comisión se ha constituído, ha celebrado varias reuniones y encuentros, pero no se ha desarrollado todo lo deseable. Seguimos trabajando en esa vía. Nos consta que en Catalunya este trabajo con l@s  jóvenes lleva un buen desarrollo que nos puede servir de referente para el resto de la organización.
Lo mismo sucede con las y los compañeros inmigrantes. Son trabajadores, ciertamente con problemáticas especiales, que deben afiliarse al sindicato y desarrollar ahí las luchas sindical y social de forma cohesionada, superando todo lo que suene a simple asesoramiento o paternalismo.
L. P.- En estas circunstancias, ¿consideras adecuado el modelo organizativo sindical vinculado al centro de trabajo o al sector productivo como instrumento básico de respuesta inmediata a la agresión capitalista?
 
J. C.- Ni antes ni ahora, la lucha en la empresa ha sido la única ni la mejor respuesta o herramienta en la lucha contra el capitalismo. La lucha sindical desde la propia sección sindical, centrada en la estricta lucha laboral, no es suficiente para la transformación social. La lucha sindical es una lucha importante, es una lucha digna, propia de una organización sindical, pero la CGT es algo más que un sindicato, es una organización anarcosindicalista y por tanto aspira a una sociedad libertaria. La lucha social adquiere hoy una dimensión muy importante,  trascendente, con proyección, que nos va a permitir entroncar con las problemáticas de los millones de personas excluidas del sistema, desahuciadas, desempleadas, jóvenes… que actualmente no entienden nuestra organización como necesaria para resolver los problemas de su existencia. 
 
L. P.- ¿Cómo superar desde el movimiento sindical el marco nacional de cada país para dar respuesta a los organismos supranacionales (Unión Europea, en particular) que condicionan cada vez más las acciones de los Gobiernos e imponen terapias de choque?
 
J. C.- La lucha internacionalista adquiere una dimensión inusitada a raíz de la globalización. Siempre el anarquismo y el anarcosindicalismo han sido internacionalistas, pero en estos momentos, adquiere una dimensión de actualidad muy importante. Pensemos, por ejemplo, en todo el proceso de deslocalizaciones sobre el que se ha desarrollado el capitalismo explotador.
CGT en sus acuerdos otorga una importancia excepcional a las relaciones internacionales. Como organización hemos definido una serie de prioridades en estas relaciones que abarcan desde el trabajo preferente por las organizaciones sindicales libertarias y anarcosindicalistas, por las organizaciones anarquistas, para llegar a la coordinación también con el sindicalismo alternativo y de clase. La CGT ha promovido y potenciado distintas coordinadoras en el ámbito europeo como la Coordinadora Rojo y Negra, La Red Europea del Sindicalismo Alternativo, la Coordinadora euro-mediterránea.
Lamentablemente, la realidad es muy dura y estas redes internacionales no tienen actualmente la capacidad suficiente para organizar movilizaciones a nivel internacional. Diferente hubiera sido si hubiéramos podido convocar huelgas generales en toda Europa. Todo se andará.
L. P.- ¿Cómo estimular una acción directa, sin intermediarios, frente al creciente descrédito de los intermediarios políticos y sociales?.
 
J. C.- Para los anarcosindicalistas, las opciones políticas y la lucha electoralista no es nuestra herramienta de trabajo, no confiamos en ella. Actualmente, esta desconfianza se ha generalizado en la sociedad, pero eso es fruto del propio éxito del sistema neoliberal. Este sistema no precisa de la política, ni del sindicalismo, ni de organizaciones sociales. Por tanto, en estos momentos, el descrédito es también condicionado y programado por el propio sistema. Una sociedad sin organizaciones está abocada al totalitarismo, al caudillismo, a la dictadura. Efectivamente, desde la política representativa, desde el electoralismo, la CGT, los y las anarcosindicalistas no confiamos en que se pueda lograr prácticamente ninguna transformación social. Pero, ciertamente, el descrédito generalizado hacia las organizaciones no es el remedio. Pasar consciente y activamente de los políticos corruptos, desacreditados, implica afiliarse,  participar e involucrarse activamente en una organización sindical o social, tener compromiso organizativo, implicarse en organizaciones como, por ejemplo, las libertarias que son quienes realmente tienen un modelo de participación real, dado que tenemos, programas, propuestas y herramientas alternativos para la articulación de una nueva sociedad. Los medios y los fines tienen que confundirse. A una sociedad libertaria sólo se puede llegar desde una organización libertaria, horizontal.
La acción directa se manifiesta en el día, en el trabajo, en el barrio, en la calle, oponiéndose sistemáticamente a que funcione el actual sistema en cualquiera de los puntos en los que podamos intervenir. Acción directa implica coherencia, austeridad, vivir conforme a los valores y principios que componen nuestra teoría, implica no delegar el poder, implica compromiso personal en la resolución del conflicto…