LP 71 – LibrePensamiento https://archivo.librepensamiento.org Pensar para ser libre Sat, 13 Mar 2021 11:57:37 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 Introducción al dossier sobre el 15M https://archivo.librepensamiento.org/2012/06/21/introduccion-al-dossier-sobre-el-15m/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/06/21/introduccion-al-dossier-sobre-el-15m/#respond Thu, 21 Jun 2012 10:00:57 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3704 A un año de la manifestación del 15 de mayo, entendemos que resulta necesario acometer, ahora sí, una reflexión pausada sobre lo que ha supuesto el movimiento surgido entonces.

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A un año de la manifestación del 15 de mayo, entendemos que resulta necesario acometer, ahora sí, una reflexión pausada sobre lo que ha supuesto el movimiento surgido entonces.
Parece indudable que el 15M ha aportado energía y luz en un panorama lastrado por elementos que lo hacían viejo: demasiado a menudo nos encontrábamos con un repertorio de acción colectiva obsoleto, un discurso demasiado apegado a realidades cada vez menos presentes (defensa del trabajo, ¿qué trabajo?) o poco conscientes de la necesidad de introducir en cualquier discurso antagonista elementos teóricos y prácticos en relación con la imprescindible apuesta por el decrecimiento, la crisis ecológica, el reparto del trabajo y de la riqueza o las perspectiva feminista e internacionalista.
La represión, por desgracia, no ha permanecido ajena a esta ola de movilizaciones y encuentros. Tan sólo en Madrid el saldo represivo de un año de existencia es demoledor: 132 detenidos, con una media de petición de prisión de 2 años por persona (lo que sumaría un total 264 años de cárcel) y una estimación de unas 1150  personas sancionadas (lo que a una media de 300 euros de multa por sanción supondrá 345000 euros de recaudación).
El acercamiento de este dossier del Libre Pensamiento al movimiento se inicia con un texto de Tomás Ibáñez que se interroga, entre otras cosas, por la latencia de la energía que brota en las inesperadas revueltas o por la forma y potencia de las nuevas expresiones revolucionarias que tendrán lugar en próximas décadas.
Por su parte, el artículo de José Candón nos introduce en la breve pero intensa historia del movimiento 15M en un recorrido por las movilizaciones masivas protagonizadas por el mismo. Desde el 15 de mayo de 2011 hasta las manifestaciones y actos del aniversario, han sido decenas las acciones convocadas a nivel estatal, y centenares las movilizaciones protagonizadas por las asambleas de barrios y pueblos.
En su propuesta titulada “15M: rebeldías en movimiento” Angel Calle y José Candón se interrogan, entre otras cuestiones, por las naturalezas del 15m, el papel de la tecnología, la dimensión internacional del movimiento o la presencia el seno del mismo de problemáticas concretas como la laboral.
La aportación de Raimundo Viejo se interroga sobre la naturaleza del movimiento y analiza lo que entiende como “programática” del mismo, esto es, un conjunto de diagnósticos compartidos y soluciones experimentables, así como las instituciones que los hacen posible, orientados a instaurar el régimen político del común.
Dioni Cortés y Paloma Monleón abordan en su contribución al dossier los territorios concretos de acción del 15M apuntando como elemento coaligador de las sinergias imprescindibles el territorio de los afectos, y, en concreto, de lo que denominan “alegría indignada”
En “Pensar el 15M y otros textos”, Francisco Marcellán revisa parte de la abundante producción bibliográfica que existe ya sobre el movimiento.
Para terminar, hemos recogido los testimonios directos de varias personas que participan de modo activo en diversas asambleas de barrios y pueblos  mediante entrevistas a jóvenes, activistas de otras organizaciones, participantes en la marcha a Bruselas, antiguos militantes o miembros de la asamblea popular de un núcleo rural.
Esperamos que esta reflexión colectiva sobre lo que ha supuesto el movimiento 15M despierte vuestro interés y nos anime a seguir luchando. Porque como dice la canción, “Quasevol nit pot sortir el sol”

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La poesía alegre de l@s indignad@s: creación de barrio https://archivo.librepensamiento.org/2012/06/21/la-poesia-alegre-de-ls-indignads-creacion-de-barrio/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/06/21/la-poesia-alegre-de-ls-indignads-creacion-de-barrio/#respond Thu, 21 Jun 2012 09:57:16 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3700 El 15M es un movimiento recorrido por múltiples afectos que juegan  un papel fundamental en su desarrollo. En este texto trataremos de rescatar de entre aquéllos lo que hemos denominado “ alegría indignada” y mostrar cómo lo no se trata de un elemento baladí sino que de hecho constituye y alimenta procesos y acciones del movimiento como la desobediencia, el apoyo mutuo o la puesta en marcha de proyectos alternativos.

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Dioni Cortés (Sind. de Transportes y Telecomunicaciones de Madrid y Asamblea Popular Barrio del Salamanca de Madrid) y Paloma Monleón (Sind. de Administración Pública de Madrid y Asamblea Popular Barrio del Salamanca de Madrid )

 

El 15M y los afectos.

 Los seres humanos somos inteligentes, racionales, productivos, creativas…, pero también somos animales emocionales, cuerpos sentimentales. El universo afectivo es un fenómeno constitutivo de la realidad humana. En cada uno de los tratos con el mundo que nos rodea y con los demás, siempre se encuentran implicados afectos: la seguridad y el bienestar que nos procuran los cuidados, el dolor que experimentamos ante las injusticias, el latir cálido de los corazones enamorados, el pulso acelerado del odio que sentimos ante la desfachatez de los poderosos…. El cuerpo genera afectos ante todo lo que hacemos o lo que nos pasa. En este sentido, no se puede concebir adecuadamente la complejidad de la instauración de un mundo humano, sin considerar el elemento afectivo que está inseparablemente involucrado en ella. La política constituye un ámbito esencial de dicha instauración y, por tanto, la dimensión pasional está también presente en ella.

 No albergamos dudas acerca de que el 15M es un movimiento social y político recorrido por afectos diversos y que éstos juegan un papel fundamental en su devenir. Esto es un hecho innegable y nos sirve como punto de partida de nuestra propuesta. Nuestra intención, en estas páginas, es realizar una primera excursión, aproximativa y a modo de tentativa, por la marea emocional que agita al movimiento. Queremos ser exploradoras del campo sentimental quincemayista y para ello, no vamos pertrechados con otro instrumental que la brújula y las mínimas coordinadas orientativas que nos proporcionan nuestros cuerpos curiosos y la participación cotidiana en el movimiento.

 Una primera y primordial constatación de la presencia constituyente y efectiva de los sentimientos en el 15m, la encontramos en el otro nombre con el que se designa: el movimiento de l@s indignad@s. Esta designación proviene de la identificación del 15m con el título del libro “¡Indignaos!” de Sthéphane Hessel. No nos interesa nada inmiscuirnos en polémica alguna sobre la pertinencia de dicha identificación, sino señalar la fortuna que ha tenido esta denominación dentro del propio movimiento. Una gran parte de las que participan y se sienten parte del 15m no tienen el mayor problema en identificarse también como indignados. Se considera que la indignación es un componente esencial del 15m, el motor de las primeras acampadas y protestas, así como el desencadenante de las cientos de asambleas que han surgido durante el último año en muchos lugares del mundo. Una indignación global que se ha desatado frente a las terribles condiciones de vida que las élites nos quieren imponer a tod@s bajo el señuelo de la crisis-estafa.

 Es un hecho cierto que la indignación es un afecto muy presente en el 15m, pero no es menos cierto que no es el único, y que a su lado conviven otro tipo de tonalidades emotivas no menos importantes y que quizá tengan una potencia mayor en su devenir. Según la RAE, la palabra indignación significa: “enojo, ira, enfado vehemente contra una persona o contra sus actos”. La indignación se presenta como un afecto negativo, de oposición, que parece agotarse en la propia reacción que suscita. Quizá la indignación haya servido para llenar plazas y calles, pero si apelamos a ella como afecto exclusivo del movimiento, seríamos incapaces de explicar la multiplicidad proliferante de acciones en las que está embarcado.

 Las acciones a las que nos referimos (con especial detenimiento en la creación de barrio) son fundamentalmente creadoras ya que están haciendo emerger otro tipo de realidades cotidianas, que quizá tengan más que ver con la alegría y sus efectos potenciadores, que con la simple indignación. No es nuestra intención colocar ambos afectos en una balanza para comprobar cuál de ellos tiene más peso, ni tan siquiera contraponerlos como si fuesen incompatibles. Sabemos que ambos conviven sin problemas en el movimiento y que ambos generan todo tipo de efectos combinados. Lo que pretendemos es, simplemente, centrar el foco de atención en la creación de realidad alternativa que produce el movimiento y en el afecto que creemos que acompaña de manera crucial, aunque no excluyente,  a esta forma de poesía: la alegría.

 La alegría indignada

La alegría se puede entender, someramente, como un contento del ánimo cuyo efecto principal consiste en una potenciación de las capacidades. La alegría nos dota de un estado de ánimo receptivo, cuidadoso, desafiante y activo. Nos proporciona fuerza y un empoderamiento fruto del encuentro con nuestras capacidades activas. Es causa y al mismo tiempo efecto de lo que hacemos, configurando una suerte de circuito de retroalimentación en el que la alegría sirve de espoleta y acompaña el desarrollo  de nuestras acciones, sin dejar de ser un resultado de las mismas. Además, es expansiva y contagiosa, ya que no puede vivir confinada en los estrechos márgenes de los cuerpos individuales, sino que incita a conformar cuerpos colectivos: busca la unión, conecta, propicia buenos encuentros. En definitiva, la alegría nos potencia y, como si de un viento que siempre soplase a nuestro favor se tratara, nos sirve de aliento para llevar a cabo todo aquello que nos proponemos.

 El 15M, en su intensa pero corta trayectoria, ha dado vida a multitud de proyectos como asambleas, liberaciones de espacios, huertos urbanos, medios de comunicación, redes de apoyo mutuo, mercadillos de trueque, tiendas gratis, asesorías legales…etc.; ha realizado un espectacular trabajo mental ampliando las fronteras de lo posible o recuperando el pensamiento crítico para todas; y ha puesto en juego nuevas disposiciones para la acción política como la inclusión y las ganas de estar juntas. Creemos que todo esto ha sido posible, entre otras cosas, pero de manera fundamental, gracias a la inmensa alegría que recorre el movimiento. Son los efectos potenciadores de la alegría lo que sirve de aliento a sus propuestas.

Como muestra de lo que decimos, queremos visibilizar la presencia y el trabajo de la alegría en el 15M con algunos ejemplos:

–         Desobediencia: el 15M es un movimiento desobediente que no acepta las imposiciones absurdas del poder. Desobedece el discurso catastrofista, irresponsabilizador y mentiroso de los poderes sobre la crisis y la cohorte de medidas encaminadas a superarla, instalando en la mente colectiva, mediante el la reflexión crítica, la idea de  que la crisis es en realidad una estafa pertrechada por las élites y que las medidas tomadas hasta ahora solo la profundizan. Desobedece las barreras invisibles que nos separan de los espacios (toma de las plazas, calles, playas y montañas) y de la iniciativa política (asamblea como espacio horizontal, inclusivo y participativo de toma de decisiones colectivas). Desobedece alegremente con la desfachatez del que no tiene miedo, de la que se sabe capaz de señalar responsables y quiere participar activamente y en primera persona en la creación de soluciones para todas.

–         Ganas de estar juntas para hacer colectivamente: El 15M sabe que la unión hace la fuerza, que muchos brazos abarcan más que dos solamente, que muchas mentes trabajando en común conforman una inteligencia colectiva más potente; por eso busca la unión, la conexión, la acción común y disfruta de ello. La alegría incita a la creación de cuerpos colectivos que potencian las capacidades de cada uno, al mismo tiempo que se experimenta la alegría del encuentro como tal, el placer  de estar juntas.

–         Proyectos y experiencias alternativos: Frente a la imposición generalizada de precariedad, entendida ésta como la imposibilidad de acceder a los recursos materiales (alimentos, hogares, vestidos…) e inmateriales (saberes, cuidados…), el 15M está empeñado en crear proyectos (como los señalados antes) capaces de ofrecer de manera directa y autogestionada este tipo de elementos. Se trata de experiencias que manifiestan una confianza y una puesta en acción de las capacidades propias, que reflejan la potencia que otorga la alegría.

Estos ejemplos ser podrían multiplicar, pero creemos que recogen lo esencial del trabajo de la alegría presente en el 15M. Hablamos de una alegría indignada, política, transformadora, creativa y múltiple, que surge y es motivo de todo un repertorio de acciones, actitudes, disposiciones y deseos…, en definitiva, una alegría que nos potencia al proporcionarnos un encuentro con nuestras capacidades.

 Las alegrías indignadas no tienen nada que ver con otros “contentos” que podemos experimentar cotidianamente y que son como los pequeños y fugaces destellos apagados propios de las vidas impotentes y adocenadas. Aquí los llamaremos “alegrías resignadas”, refiriéndonos a esos estados de ánimo alegres, aunque mínimos, en realidad, que surgen de las huidas individuales (ocio embrutecedor, consumismo, drogas…) o colectivas (encuentros religiosos, partidistas o identitarios; convenciones, ferias, fiestas…), que no hacen más que reafirmar la resignación. Las alegrías indignadas y la potencia que proporcionan, no pueden ser asimiladas a explayarse aturdido frente al televisor tras una dura jornada de trabajo sin sentido; comprarse un móvil de última generación, o el mejor coche o la ropa de moda esta temporada; ni a las excursiones de fin de semana a los centros comerciales donde abrumarse entre incitaciones a una vida de consumo insatisfactorio; ni a las celebraciones colectivas de los éxitos de nuestro equipo o partido; ni al encuentro con nuestros líderes o referentes religiosos, musicales o de otro tipo. Todo esto, en el mejor de los casos, constituye pequeños, fugaces y mentirosos disfrutes que se cuelan por los intersticios y los huecos de la vida impuesta y sirven como válvulas de escape o como abrevaderos donde reponer  fuerzas para aguantar un poco más la tristeza resignada de una cotidianidad impotente y pobre la mayor parte del tiempo.

 La alegría indignada se opone a la sistemática administración de tristeza que nos impone el 1% de las élites. Una tristeza que nos aísla, nos separa, nos ciega, nos insensibiliza, nos atemoriza, nos aleja de nuestras capacidades de acción individual y colectiva, y que, en suma, nos despotencia. Las élites avivan huracanes en nuestra contra, pero confiamos en que el viento de la alegría indignada será más fuerte.     Por ello creemos que, en las actuales circunstancias, y quizá en toda circunstancia, la alegría será indignada o no será, pero también creemos que la indignación será alegre o tampoco será. La fuerza de la alegría indignada potencia la autonomía individual y colectiva, la riqueza para todas, los cuidados, el amor… y todos aquellos ingredientes que constituyen una vida buena. Una vida buena que hay que construir entre todos y que exige la creación colectiva de una nueva realidad: una nueva forma de hacer poesía, y por qué no, una forma nueva de hacer barrio.

La alegría indignada en acción: la creación de barrio

 Y es que la alegría indignada es, además, exigente, y no se conforma con ejercicios discursivos. La intervención real sobre la vida cotidiana ha sido desde sus inicios uno de los elementos clave del quehacer quincemayista. Así, el traslado a los barrios de las asambleas en un principio centralizadas, dotó al movimiento del necesario anclaje en lo cotidiano, y redefiniendo los espacios locales como nuevos escenarios de lucha y convivencia. De este modo, el paisaje (geográfico, político, afectivo) de los barrios se ha modificado en los últimos doce meses y ello en varios sentidos.

 El espacio público supuestamente definido por urbanistas y arquitectos, que lo es en realidad por especuladores y grandes centros comerciales, tiene sus propios iconos: plazas tan relucientes como inhóspitas, mucho más apropiadas para la celebración de eventos publicitarios y ferias consumistas que para su uso público. No obstante, junto a esos grandes espacios abiertos, junto a estos desiertos urbanos, han proliferado verdaderos espacios públicos liberados. Como respuesta al embargo consumista que ocupa literalmente nuestras ciudades, se superponen ahora sobre el antiguo plano los nuevos mapas que definen estos territorios públicos reapropiados. Los nuevos senderos definen nuevas dinámicas de vida colectiva, de formas de reunirnos, de estar juntos, de agregarnos, de reconocernos y de distinguirnos fuera de los canales convencionales.

 El 15m proclama así, en la práctica, una crítica a la definición de los espacios urbanos tal y como los conocemos. Ocupar un espacio de nadie, utilizarlo, resignificarlo en un código propio, dotarlo de sentido y utilizarlo, prefigura la posibilidad real de crear espacios habitables distintos para la vida colectiva en el espacio urbano. La plaza ya no es el lugar donde se asienta el centro comercial, es el lugar de las asambleas, como el parque es el de las reuniones o el bar al que acudimos es el que cerró en la huelga general.

 El barrio no es por lo tanto tan sólo un espacio por el que transitamos, sino que también es un lugar para la memoria (actos de homenaje a lugares olvidados por los poderes públicos como la antigua Cárcel de Mujeres de Ventas, objeto de unas jornadas organizadas por la Asamblea Popular del Barrio de Salamanca), para el ejercicio activo de la solidaridad (redadas racistas paradas por miembros de la Asamblea Popular del barrio de Carabanchel), para la reivindicación de los bienes públicos (masiva organización por parte de las asambleas populares de la consulta social del agua contra la privatización del Canal de Isabel II), para el apoyo mutuo (diversas redes, bancos de tiempo, de trueque, de reciclaje… de varias asambleas), para las protestas contra la reforma laboral (diversos piquetes que actuaron en zonas tradicionalmente poco trabajadas por los sindicatos, como el propio distrito de Salamanca de Madrid ) o para la autogestión y liberación de espacios (múltiples okupaciones en las que han participado diversas asambleas populares).

Este nuevo planeamiento urbano se alimenta, desde luego, de las nuevas relaciones establecidas entre los miembros de la asamblea. De este modo personas que a pesar de vivir incluso a pocos metros de distancia no habían cruzado una palabra en años de “convivencia” han pasado a constituir una comunidad política en la que imperan elementos como el apoyo mutuo, la solidaridad o la inclusión. La imbricación entre teoría y práctica se extiende y reproduce en otro par de conceptos que los poderes entienden como dicotómico como serían la vida y la política. De este modo, la reapropiación no sólo lo es del espacio sino también del tiempo, de trabajo y de ocio, que a su vez a menudo se confunden y alimentan. En el barrio la política no es ese islote árido desarraigado de los procesos cotidianos y de las inquietudes más inmediatas. La política tiene que ver con nosotras, con nuestras vidas, con nuestros cuerpos y con el placer y la alegría (indignada) de encontrarnos y crear juntas.

]]> https://archivo.librepensamiento.org/2012/06/21/la-poesia-alegre-de-ls-indignads-creacion-de-barrio/feed/ 0 Libre Pensamiento nº 71 https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/libre-pensamiento-no-71-en-pdf/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/libre-pensamiento-no-71-en-pdf/#comments Wed, 21 Mar 2012 21:34:08 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3214 Libre Pensamiento 71 Primavera 2012  ]]> Libre Pensamiento 71 Primavera 2012  ]]> https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/libre-pensamiento-no-71-en-pdf/feed/ 3 La programática del 15M https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/la-programatica-del-15m/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/la-programatica-del-15m/#respond Wed, 21 Mar 2012 13:09:52 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3695 Ante las frecuentes preguntas sobre qué tipo de agente político es el 15M o cuál es su programa, el autor se interroga sobre la naturaleza del movimiento y analiza lo que entiende como “programática” del mismo, esto es, un conjunto de diagnósticos compartidos y soluciones experimentables, así como las instituciones que los hacen posible, orientados a instaurar el régimen político del común.

]]> Raimundo Viejo

Cada vez que la multitud irrumpe en la vida política institucionalizada por (y en) el régimen político, la opinión pública suele reaccionar con una serie de tópicos. El primero y más evidente es la crítica a la manera de hacer las cosas y la deslegitimación automática de cualquier forma de política que no sea la prestablecida. Sorprendidos por la inesperada aparición del convidado de piedra, los opinadores del régimen suelen clamar al cielo ensalzando las bondades de la democracia liberal y atribuyen a la desafección, la falta de cultura política o alguna otra tara supuesta a la ciudadanía, el hecho de que las demandas sociales no sean canalizadas debidamente a través de las vías previstas.

 El segundo tópico con el que se suele atacar a la multitud tiene lugar una vez que no se ha podido evitar que ésta interrumpa el normal funcionamiento del régimen. En efecto, cuando plazas y calles se transforman temporalmente en zonas autónomas y el monopolio del Estado es puesto en cuestión por la desobediencia civil, estos mismos opinadores suelen aprestarse a acusar a la multitud de poco profesional o utópica, de desconocer la complejidad de mundo y de ignorar el hecho básico de que no hay más alternativa real que la que es propuesta por el mando.

 Basta con echar un ojo a lo sucedido en el último año para darse cuenta que este segundo tópico no es más que otro ejercicio de incapacidad política; que tras la prepotencia y arrogancia con la que se trata a la gente no hay más que la impotencia del mando ante el poder constituyente. Este viejo esquema ideológico se repite, ciertamente, a cada ocasión y el 15M no ha escapado a sus tediosos mantras. Sin embargo, tampoco es menos cierto que esta línea argumental del despotismo tecnocrático (el pobre pueblo ignorante pide, pero está incapacitado para lograr) ha perdido toda credibilidad.

 En primer lugar, por el hecho básico de que en las sociedades del capitalismo cognitivo la fuerza de trabajo es la que dispone de los conocimientos que producen la riqueza y quienes mandan sólo tienen eso: el control del mando, no del conocimiento. Y aunque el capitalismo cognitivo (un capitalismo en el que el manejo de información ocupa un lugar central en la organización de la producción y reproducción de la sociedad) es de configuración tan reciente como inacabada, esta cuestión viene siendo explicada de largo en la cultura popular por el conocido dicho: “el que sabe, sabe, y el que no, es jefe”.

 Y es que si algo caracteriza al antagonismo contemporáneo es, precisamente, el desequilibrio constituyente que sitúa de una parte el control del conocimiento y de otra el control del conocedor. No es de sorprender, por tanto, que en las últimas décadas los partidos políticos ─las maquinarias de poder a las que la democracia liberal encarga la elaboración de propuestas de gobierno─ hayan sido desbordados por la capacidad del movimiento para ofrecer alternativas programáticas. Poco importa si es  el software libre, la renta básica o la deconstrucción del género; el caso es que hace tiempo que los partidos van a remolque y que, en el mejor de los casos, suelen copiar ─tarde, mal y por lo general con la única intención de hacer asimilable─ la infinidad de iniciativas que nacen en el intelecto colectivo. No es de extrañar, por lo tanto, el interés intrínseco por las propuestas del movimiento, en general, y del 15M en particular.

 Para poder tratar esta cuestión desde una perspectiva que ponga al servicio la invalidación oportunista de la programática del movimiento es preciso, sin embargo, resolver previamente otras dos cuestiones implícitas, a saber: ¿qué agencia política es la del 15M? y ¿dispone esta agencia de algo que se pueda denominar, en rigor, “programa”? El riesgo de no responder a estas preguntas nos puede conducir a dos errores habituales en los análisis: por una parte, pensar que el 15M es “un” movimiento; por otra, que tiene un “programa” como si de un partido se tratase.

 Adelantamos ya de forma sumaria nuestras respuestas: 1) el 15M no es un movimiento, sino una de expresión concreta del mismo; y 2) el 15M no tiene un programa, sino que más bien despliega lo que llamaremos una “programática”, esto es, un conjunto de diagnósticos compartidos y soluciones experimentables, así como las instituciones que los hacen posible, orientados a instaurar el régimen político del común.

 ¿Qué es 15M (y qué no)?

 La irrupción del 15M ha tenido tal impacto que en muy poco tiempo hemos visto como se ha abierto un intenso debate acerca de su naturaleza. El 15M se nos presenta así como un significante de múltiples significados: movimiento social, movimiento de movimientos, clima, sistema-red, acontecimiento, repertorio de acción colectiva… Las definiciones de lo que es o deja de ser son tantas como singularidades intentan explicar qué se oculta tras esta fecha.

 La definición más habitual del 15M lo suele describir como un nuevo tipo de movimiento social cuya novedad estriba en el uso de las redes sociales de la web 2.0 En el lenguaje habitual de las ciencias sociales de inspiración liberal, los llamados “movimientos sociales” son considerados como un actor cuya principal función es, básicamente, detectar y visibilizar por medio de la acción colectiva, los problemas que tiene la sociedad y que corresponde resolver al mando de la misma. En esta visión, huelga decirlo, los llamados movimientos sociales son vistos, al menos en sus visiones más limitadas, como simples detectores de los humos que señalan el fuego antagonista. La convicción última, no obstante, es que son (1) incapaces de solucionar per se los problemas que plantean y (2) en caso de ser de alguna utilidad están obligados a interactuar, cuando menos, con otros dos actores: los técnicos y los políticos profesionales.

 A juzgar por el 15M no parece que esta interpretación siga conservando plena validez: en primer lugar, los llamados movimientos sociales son originados no pocas veces por ciudadanos con un mejor conocimiento técnico y científico del que disponen no pocos técnicos de las administraciones; esto, claro está, si es que no son estos mismos técnicos en su rol de ciudadanos críticos. Sirva de ejemplo paradigmático de esto que estamos diciendo, el caso de los hacker y el software libre. Por más que se quiera exhibir una mayor competencia técnocientífica, resulta evidente que grupos como Anonymous cuestionan el tópico despótico ilustrado de que quien manda, manda porque está más y mejor capacitado e informado. Además, en la coyuntura actual, se han enviado al paro enormes competencias cognitivas que se aplican a dinamizar el movimiento.

 En segundo lugar, los llamados movimientos sociales sólo dependen del político profesional en un doble supuesto: carecer de instituciones propias con las que desempeñar su cometido y asumir que la complejidad de la sociedad requiere la existencia del político profesional. La idea de que sólo son instituciones las instituciones que el Estado ha integrado bajo su monopolio es un lugar común en el discurso hegemónico (y para no pocos activistas) que carece de fundamento. ¿Acaso no es una institución, pongamos por caso, un centro social okupado?

 La defensa de la figura del político profesional, por su parte, suele ignorar que cuando un régimen político refuerza la participación ciudadana y la democracia directa, la profesionalización decae. Sin salir de las democracias liberales realmente existentes, Suiza ofrece un buen ejemplo en este sentido. O por plantearlo en términos más tendenciales y menos sustantivos: ¿cuánta gente debe vivir de la política y cuánto tiempo debe destinar la ciudadanía al ejercicio de la política? Como se puede imaginar, el 15M aporta respuestas de difícil encaje en los argumentos habituales que acompañan el discurso sobre los llamados “movimientos sociales”.

 La lectura del 15M como movimiento social se proyecta más allá de la literatura académica a través de dos líneas interpretativas mutuamente complementarias. La primera incide en leer el 15M como mutación del movimiento social en un sistema-red reflejo de una nueva composición técnica del trabajo en la sociedad postfordista. La segunda enfatiza la importancia que ha tenido el cambio repertorial en el despliegue del movimiento al ir más allá de la manifestación tradicional y buscar en las plazas la creación de un nuevo repertorio de acción colectiva. Sendas lecturas tienen su interés para cuestionar las condiciones deliberativas (sistema-red) y de producción programática (repertorio de acción colectiva), pero a falta de más desarrollos nos han dicho poco de momento sobre los contenidos programáticos y los medios de su producción (la programática propiamente dicha).

 Por último, tal vez menos habituales y más filosóficas, pero no por ello menos interesantes han sido aquellas otras lecturas del significante 15M que lo han interpretado como un “clima” (Amador Fernández-Savater) o un “acontecimiento” (Raúl Sánchez Cedillo). Para estos autores, con cuyo razonamiento nos alineamos al menos en parte, el 15M no sería tanto “un” movimiento, cuanto un acontecimiento que produce un cambio de clima, una mutación de subjetividad provocada por el cambio de repertorio en el paso de la manifestación a la plaza y gracias al cual da comienzo una nueva ola de movilizaciones. Con todo, al igual que las lecturas realizadas desde el paradigma del sistema-red o desde el análisis repertorial, nos dicen poco acerca de los contenidos y la programática del 15M. Su interés, empero, consiste en aportar una lectura que deconstruye la noción de movimiento social, su subalternidad respecto a la política de partido y devuelve la política de movimiento de la subalternidad al terreno de lo político.

 ¿Programa o programática?

 Llegados a este punto podemos cuestionarnos si, efectivamente, tiene sentido hablar de un programa del 15M o si no será más útil recurrir al concepto de “programática”. La distinción entre programa y programática nos remite a las propias diferencias existentes entre dos agencias como son el partido y el movimiento, esto es, dos maneras diferentes de hacer política. Mientras que en el caso del primero el programa tiene por objeto explicitar un contrato electoral con la ciudadanía, en el caso del segundo se trata de las medidas, políticas y acuerdos que la propia ciudadanía, en el libre ejercicio de su autonomía se dota a fin de alcanzar un horizonte emancipatorio. El programa del partido responde a la exigencia de explicitar su oferta de eventual gobierno una vez cada cuatro años, la programática de movimiento lo impulsa día a día, adaptándose a las condiciones que impone a cada momento el antagonismo. El programa responde, por tanto, a la lógica del gobierno representativo, la programática a la lógica deliberativa de la democracia directa.

 De todo lo anterior se deduce que, mientras que el programa de partido es una herramienta estática que difícilmente puede asegurar el rendimiento de cuentas que se espera en una democracia de calidad, la programática es una herramienta dinámica que resulta de la interacción antagonista entre movimiento y mando, fruto de la cual no sólo se van articulando alternativas al presente estado de cosas, sino que se va experimentando en una doble tensión permanente: por una parte, con las autoridades a las que se desafía por medio de la desobediencia (antagonismo); por otra, entre las redes sociales que participan en la movilización (agonismo).

En este orden de cosas, los programas de los partidos a menudo no se encuentran disponibles más allá del calendario electoral. En no pocas ocasiones, cuando consiguen sobrevivir a las contiendas electorales para las que son elaborados ex profeso, resultan difícilmente accesibles al ciudadano. La programática del movimiento, por el contrario, al ser el conjunto de propuestas de solución a los de vectores de crítica con el mundo realmente existente, así como las modulaciones de las mismas o modificaciones en el tiempo, está accesible de manera permanente en la red y se encuentra sometida a una revisión permanente en función de la combinación de los desarrollos antagonista y agonístico del movimiento.

 En efecto, una programática que no sepa mantener el grado suficiente de antagonismo hará decaer al movimiento, agotando su potencia constituyente y facilitando la captura y apropiación por parte de los dispositivos del gobierno representativo. Así ha sucedido con todas las expresiones de la política de movimiento, otrora consideradas por la política de partido como exageración, despropósito o cosas peores y hoy presentadas como políticas de género, medioambientales y de todo tipo. A nadie sorprenda, pues, que en el declive de la ola de movilizaciones en curso se puedan llegar a producir apropiaciones obscenas por parte de los partidos, especialmente los de izquierda (de hecho ya sucede con las iniciativas sobre las hipotecas y otras).

 De igual manera, una programática que no sepa alimentar la discrepancia en el seno del movimiento (el agonismo), que ahogue su pluralismo intrínseco, que aspire a reducir a una propuesta única la diversidad de la multitud, abocará igualmente al agotamiento de la potencia constituyente. El movimiento, tal y como en su día criticó Luxemburgo a Lenin, se funda siempre en la libertad del que piensa diferente. La erradicación de la disidencia bajo los preceptos del centralismo democrático o de su variante postmoderna, el consenso unánime, no suponen para el movimiento más que el principio del fin de la ola de movilizaciones en que se encuentra inmerso.

 Así las cosas, a la hora de determinar los contenidos y los procedimentos de elaboración de la programática hemos de tener en cuenta tanto los cambios introducidos por el movimiento en su interacción con el mando como los resultantes de sus debates internos, de la búsqueda de amplios acuerdos movilizadores sin por ello incurrir en la sacralización del consenso unánime. Sobre este particular es fácil recordar múltiples ocasiones en las que el movimiento se ha visto condicionado por el veto de minorías extremadamente reducidas y más posicionadas en virtud de lógicas identitarias que en la validez argumental y/o propositiva de sus aportaciones. A pesar de ello, el movimiento ha seguido su curso, sobreponiéndose a las objeciones sin sentido; no sin pérdida ni agotamiento activista, ciertamente, pero siempre con un aprendizaje que apuntala los logros programáticos comunes.

 Principales vectores en la programática del 15M

 Dada la complejidad de los procesos deliberativos desarrollados en las plazas, redes sociales y demás espacios de movimiento, no resulta complicado imaginar la dificultad de aprehender la programática en toda su riqueza. Por este motivo, más que desde análisis descriptivos o exegéticos es en la identificación de los vectores que trazan los sucesivos momentos de movilización donde se puede establecer una metodología válida para el manejo de la programática. En este sentido, el movimiento en general, y su expresión desde el 15M más en particular, puede ser visto como el despliegue de diferentes líneas de conflicto con el mando que encuentran en distintos momentos antagonistas más o menos intensos puntos de reformulación estratégica de los acuerdos deliberativos.

 Así, por ejemplo, los éxitos cosechados por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca contra los deshaucios han incrementado el peso específico de la vivienda como vector programático, enfatizando su importancia y buscando las fisuras en el régimen allí donde se aunaban a un tiempo la desobediencia civil (el antagonismo implícito en las acciones para parar deshaucios) y la deliberación en los espacios del movimiento (el agonismo de las plazas, redes sociales y demás). A diferencia de otras cuestiones tratadas en las plazas de forma puntual ─pongamos por caso, la reforma de la ley electoral (especialmente destacada en los procesos electorales del 22M y 20N)─, la cuestión de la vivienda ha ido cobrando peso a medida que ha ido pasando el tiempo y que el movimiento ha ido atravesando momentos de antagonismo particularmente intensos (la okupación de edificios como en el caso del 15O).

 En este sentido, el 15M arranca matricialmente con las reivindicaciones de Democracia Real Ya pronto ampliadas por la incansable actividad de los grupos de trabajo, comisiones, subcomisiones y demás espacios programáticos organizados en el movimiento. Los vectores que se apuntaban en el primer documento de DRY eran los siguientes: 1) eliminación de los privilegios de la clase política; 2) contra el desempleo; 3) derecho a la vivienda; 4) servicios públicos de calidad; 5) control de las entidades bancarias; 6) fiscalidad; 7) libertades ciudadanas y democracia participativa; 8) reducción del gasto militar. Sus propuestas sirvieron de punto de partida y en el trabajo de la Asamblea de Barcelona aparecían reelaborados bajo los epígrafes siguientes: 1) eliminación de privilegios de políticos, sindicalistas y representantes religiosos; 2) laboral; 3) vivienda; 4) servicios públicos; 5) fiscalidad; y 6) medioambiente. La Asamblea de Sol, por su parte, desarrollaba una lista de 14 puntos entre los que se reiteraban aspectos como los apuntados (por ejemplo, la “reforma de las condiciones laborales de la clase política” o “Democracia participativa y directa en la que la ciudadanía tome parte activa”) y se incorporaban otros nuevos (por ejemplo, la “reducción del gasto militar” o “recuperación de la Memoria Histórica”).

 Desde un sumario análisis de contenidos no resulta complicado observar la progresión de algunos temas y la caída en el olvido de otros. Así, por ejemplo, la reforma de la ley electoral, tan importante en un primer momento, apenas fue recordada un año más tarde con motivo del #12m15m. En este primer aniversario, de hecho, los vectores se habían concentrado en cinco líneas fuerza: 1) ni un euro más a los bancos; 2) educación y sanidad, públicas y de calidad; 3) por una vivienda digna y garantizada; 4) no a la precariedad laboral/no a la reforma; y 5) renta básica universal.

 Como se puede observar tres de los cinco puntos se corresponden a los vectores en que las conflictividad social ha cobrado más peso: el educativo, con las jornadas de movilización universitarias del 17N o el 29F; la salud, con la ocupación de hospitales y huelgas del sector; y, last but not least, la huelga general del 29M contra la reforma laboral. De los otros dos puntos, el primero ha adquirido más relevancia, si cabe, a raíz del rescate y pronto se verá el impacto de momentos como las acciones de #occupymordor, #bankiaesnuestra, etc. Sobre este particular, sin duda no habrá disensos destacables.

Con el segundo, sin embargo, la cosa ha sido distinta, toda vez que en no pocas asambleas locales la propuesta de renta básica ha suscitado la reacción de sectores partidarios de conservar el marco interpretativo salarial. Sin duda, el reforzamiento de los componentes de la izquierda más conservadora tras el ciclo de la huelga general ha dificultado el reforzamiento del vector programático sobre el que puede pivotar hoy una relectura de la composición social del antagonismo. Con todo, esta tendencia ha sido contrarrestada a su vez por #rescateciudadano y otros puntos de fuga sobre los que ha adquirido más cuerpo la reivindicación de una renta básica.

 A modo de conclusión

 Hace poco más de un año, la política de movimiento atravesó un acontecimiento, el 15M, que marcó un punto de inflexión en la ola de movilizaciones que se venía desplegando a la baja a nivel estatal desde las grandes movilizaciones contra la Guerra de Iraq de 2003. Durante el tiempo transcurrido desde el 15M el movimiento ha ido desplegando una programática fundada en algunos vectores destacados que han ganado más o menos peso según la intensidad de los procesos de movilización que ha llevado adelante las redes activistas. Allí donde ya había una labor previa (caso de la PAH, por ejemplo, o de las universidades, el sindicalismo, etc.) la programática del movimiento ha conocido un notable progreso y consolidación. Donde ha dependido más de la coyuntura y del tratamiento mediático mejor o peor intencionado (caso, por ejemplo, de la ley electoral) las demandas han perdido fuerza.

 De cara al futuro, parece claro que la fortaleza del movimiento radicará en su capacidad para combinar antagonismo y agonismo de manera virtuosa y, más en particular, no dejarse arrastrar por las dinámicas de cooptación partidista. Para bien o para mal, no parece, a la vista del desarrollo y empeoramiento de la crisis, que los incentivos vayan a ser lo suficientemente poderosos como para dividir al movimiento. Queda por ver, no obstante, el despliegue de las políticas represivas y si estas administran el antagonismo por igual o si, por el contrario, optan por reforzar las tendencias de mando en la reconfiguración de la composición social. Al movimiento, en última instancia, el determinar la estrategia con la que invertir en su favor el equilibrio de fuerzas.

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Una breve historia del 15-M https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/una-breve-historia-del-15-m/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/una-breve-historia-del-15-m/#respond Wed, 21 Mar 2012 13:00:03 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3691 Un año después el movimiento 15-M sigue muy vivo. A pesar de los constantes intentos de enterrarlo la celebración de su aniversario mostró que sigue manteniendo tanto su capacidad de movilización como el apoyo ciudadano. Ante una situación cada vez más deteriorada los motivos de indignación siguen vigentes, pero sobre todo el movimiento ha madurado y, confluyendo con el sindicalismo combativo, el asociacionismo vecinal o el movimiento estudiantil clásico, representa una alternativa cada vez más solida que ya se plantea ajustar cuentas con los verdaderos responsables de la actual crisis económica.

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José Candón Mena, Universidad de Sevilla

El movimiento 15-M cumple su primer aniversario. Lo que en principio sólo era una protesta puntual y aparentemente espontánea se ha convertido en un movimiento organizado que en su primer año de vida ha evolucionado ampliando y concretando reivindicaciones y estrategias. El 15-M es sobre todo una llamada a la conciencia, el germen de una nueva cultura política que se abre paso entre las envejecidas pero aún dominantes estructuras de poder. Miles de jóvenes y mayores ya no se creen el mito de esta democracia autoritaria y son cada vez más conscientes de que la movilización es la única forma de alcanzar y defender nuestros derechos y libertades.

 Todo empezó con la coordinación a través de Internet de algunos colectivos y activistas que, agrupados en la Plataforma Democracia Real Ya!, lanzaron la convocatoria a manifestarse el 15 de mayo en más de 50 ciudades españolas con el lema “no somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. El terreno estaba abonado para que brotara la protesta. La crisis económica, con un origen financiero y especulativo, lejos de afectar a la banca recaía sobre las clases populares. Mientras que los Estados acudían al rescate bancario incurrían en enormes déficits que luego serían utilizados como excusa para brutales recortes que afectarían de nuevo a los más desfavorecidos. La corrupción en la clase política y el total alejamiento de los ciudadanos la hacía cómplice del expolio. El plan Bolonia, la reforma laboral, el alargamiento de la edad de jubilación, la subida del IVA, la bajada de sueldos de los funcionarios, el recorte del gasto público, la privatización de las cajas de ahorro y de empresas estatales… la lista de agravios era suficiente para explicar la indignación general que se apoderaba de cada vez más capas de la población. Pero junto a los amplios motivos de descontento surgieron también motivos de esperanza que animaron la protesta. La revolución islandesa, wikileaks, protestas en Francia, Reino Unido, Grecia o Portugal y, sobre todo, la Primavera Árabe, que mostró que era posible vencer a las dictaduras, tanto militares como financieras.

 Así, a pesar del desconolocimiento de la identidad de los convocantes, o tal vez gracias a ello, las manifestaciones del 15 de mayo rebasaron todas las expectativas. El empoderamiento de esa tarde hizo que la protesta puntual se transformara en una acampada permanente, primero en la Puerta del Sol de Madrid y luego en las plazas de decenas de ciudades y pueblos. Miles de ciudadanos se acercan a las plazas para interesarse por el movimiento y organizar concentraciones de apoyo que culminan el día previo a las elecciones locales del 22 de mayo cuando, a pesar de la prohibición de la Junta Electoral, se produce un multitudinario acto de desobediencia civil.

 En Barcelona, la policía desaloja violentamente la acampada de Plaza Cataluña el 27 de mayo, aunque la actuación resulta contraproducente y los indignados vuelven a tomarla. No obstante, la ocupación de las plazas de forma indefinida era insostenible, por lo que el propio movimiento decidió cerrar esta etapa con una expansión hacia los barrios. El 28 de mayo se celebran en Madrid las primeras asambleas de barrio. Allí el movimiento se encontró con las luchas previas y apegadas al terreno de lo cotidiano, sirviendo de acicate para impulsar las luchas vecinales e impregnándose de la realidad de los problemas concretos. El 12 de junio se levanta la acampada de la Puerta del Sol en Madrid lo que cierra definitivamente esta etapa.

 Las acciones de protesta del movimiento se diversifican introduciendo nuevos temas y repertorios de protesta. Así, el 8 de junio se organiza una sentada ante el Congreso de los Diputados contra la reforma de la negociación colectiva, introduciendo por tanto la temática laboral. El 11 de junio se convocan concentraciones ante los ayuntamientos de todo el país en el día de su constitución y el 15 del mismo mes se bloquea el Parlament Catalán en protesta por los recortes sociales. En esta acción se producen algunos incidentes sin aclarar que sirven de excusa para criminalizar al movimiento.

 No obstante, éste continúa su actividad y comienza la paralización de desahucios que se convertirá en una característica del mismo. En alianza con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, organización heredera del precedente movimiento por la vivienda, el 15 de junio se frena el primer desahucio en Madrid al que seguirán muchos otros.

 El 19 de junio se celebra la primera manifestación estatal tras el 15 de mayo. La asistencia supera con creces la primera manifestación lo que evidencia la consolidación del movimiento a pesar de la crisis desatada por los incidentes del Parlament. A su vez se globaliza y se concreta la protesta en la denuncia del Pacto del Euro.

 Al día siguiente comienza una nueva forma de protesta al amparo del 15-M, las marchas indignadas que parten desde diversos puntos de la geografía española para llegar a Madrid y celebrar, el 24 de julio, una nueva manifestación en la capital. El 26 de julio una nueva marcha partirá desde Madrid hasta Bruselas.

 Durante el verano, la Puerta del Sol de Madrid vuelve a tomar protagonismo tras el desalojo por parte de la policía del punto de información del movimiento. Tras el desalojo del 2 de agosto la policía cerca la plaza que tras tres días de movilizaciones es recuperada por los activistas en un gesto simbólico de victoria. El 7 de agosto la asamblea de Málaga acampa frente al Centro de Internamiento de Extranjeros y evita la deportación de un joven argelino introduciendo el tema de la inmigración en la agenda del 15-M.

 El 28 de agosto una nueva manifestación rechaza la aprobación de una reforma express de la constitución para incluir un techo de déficit y el 6 de septiembre, por primera vez, el 15-M se encuentra con los sindicatos y partidos de izquierda, aunque organizando una marcha paralela. Poco a poco el movimiento irá confluyendo con los sindicatos aunque manteniendo una actitud crítica frente a los mismos, en especial respecto a los mayoritarios.

 El 20 de julio se había celebrado en Madrid una asamblea de profesores contra los recortes en la educación no universitaria que dará inicio a la llamada “marea verde” por la educación. El movimiento 15-M irá confluyendo con las distintas “mareas” por los recortes y la política del gobierno. La marea verde de la educación protagonizada por profesores y alumnos, la blanca por la sanidad, la azul de ecologistas y vecinos contra la privatización del agua, la marea violeta de la mujer, la roja de los desempleados, etc. Así el 18 de septiembre el 15-M y diversas mareas confluyen en una manifestación en Madrid por la educación y la sanidad y el 25 de septiembre la Plataforma de Afectados por la Hipoteca convoca manifestaciones por la vivienda a las que se suma el 15-M en unas 41 ciudades.

 Tras un verano en el que el movimiento fue capaz de mantener la conflictividad, el 15 de octubre celebra un nuevo hito con otra convocatoria de manifestaciones que esta vez tienen un eco global. El contexto internacional favorece el éxito del llamamiento global debido al aumento de la conflictividad social en países como Gran Bretaña, Portugal o Francia, el surgimiento de un sector indignado en las protestas de Grecia, el nacimiento en los EE.UU. del movimiento Occupy Wall Street, las protestas estudiantiles en Chile o los indignados de Israel junto con la precedente primavera árabe.

 En el estado español continúa el ciclo de protesta y el 17 de noviembre se celebra una jornada de movilizaciones universitarias que coincide con la octava jornada de huelga en la enseñanza pública. El 12 de diciembre llega a España, importando la idea desde Grecia, el movimiento #yonopago, que proclama la insurrección económica organizando acciones públicas para no pagar el transporte público tras la subida de tarifas. Algunas iniciativas se extienden también al pago de las autopistas.

 El 10 de febrero el 15-M y algunos sindicatos como CGT o CNT dan la primera respuesta a la reforma laboral recién aprobada con una concentración en la Puerta del Sol que termina marchando hacia el Congreso. El 16 de febrero estalla la “primavera valenciana” con las protestas en el Instituto Lluís Vives. Durante semanas los estudiantes y profesores valencianos protagonizan diversas protestas por la educación pública y contra la represión policial.

 El domingo 19 se produce una nueva respuesta a la reforma laboral con manifestaciones en todo el país que van calentando la convocatoria de huelga general. Finalmente, en la huelga general del 29 de marzo el 15-M participa activamente bajo el lema “toma la huelga”. Aunque el movimiento mantiene su actitud crítica con los sindicatos mayoritarios, se acerca al sindicalismo combativo y participa en manifestaciones alternativas y bloques críticos junto con otras organizaciones sindicales y colectivos sociales.

 Con motivo de su primer aniversario, el movimiento se volcó en una nueva movilización masiva para el 12 de mayo. Un año después las manifestaciones en las principales ciudades y pueblos volvieron a ser multitudinarias, enmarcadas en unas jornadas de lucha que en general comprendieron desde el 12 hasta el 15 de mayo. A pesar de las amenazas volvieron a desobedecerse los límites impuestos a las concentraciones en el espacio público que en varias ocasiones fueron reprimidas con dureza. Superando estas dificultades, en torno al 68% de la población, 75% entre los jóvenes, seguía sintiendo simpatía por el movimiento según una encuesta del diario El País.

 Los motivos que llevaron al surgimiento del 15-M se verían reforzados por los acontecimientos. La crisis de Bankia volvería a poner en primer plano el desastre financiero y las injustas ayudas públicas destinadas a cubrirlo. Más de un año después del 15-M y cuatro años después del estallido de la crisis y el hundimiento de Lehman Brothers se hacía evidente la responsabilidad de la banca y la burbuja inmobiliaria. Subrayar esa responsabilidad y hacer rendir cuentas a los culpables se volverá el objetivo prioritario del 15-M en esta nueva etapa. La iniciativa “15-MpaRato” propondrá en este sentido un “plan quinquenal” para juzgar a Rodrigo Rato y otros responsables del agujero financiero tapado con dinero público.

 Acompañando a las movilizaciones por la sanidad del 15 de abril o la huelga de enseñanza del 22 de mayo, que denunciaban los recortes de servicios públicos esenciales, la iniciativa para denunciar a los responsables del agujero de Bankia o las caceroladas contra La Caixa con el lema “La Caixa es Mordor” trazan una línea argumental que muestra a los desmanes de la banca y la especulación inmobiliaria, así como la inyección de dinero público para cubrir deudas privadas, como la causa real del déficit del estado que pretende solventarse con dramáticos recortes sociales. Un argumento que acalla las infundadas versiones oficiales que tratan de culpabilizar a los funcionarios, enfermos, jubilados, desempleados, inmigrantes y a la ciudadanía en general de una situación de la que solo son víctimas. El movimiento 15-M cumple así una función básica de visibilización de una realidad ocultada.

 A su vez, iniciativas locales como la paralización de desahucios o la ocupación de viviendas, como el caso de la Corrala de Vecinos La Utopía en Sevilla, dan respuesta concreta a los problemas reales de la gente que con más dureza sufre la crisis económica.

 En su primer año de vida el movimiento ha sido capaz de mantenerse y de confluir con otras movilizaciones, como las distintas mareas, y con organizaciones sindicales y estudiantiles clásicas. Se ha constituido como un espacio de movilización catalizador de las diferentes luchas sociales y como una identidad abierta desde la que confluir con otras identidades. Bajo el paraguas del 15-M muchos activistas se sienten más cómodos para integrarse en acciones como la huelga general manteniendo su independencia y su visión crítica hacia cierto sindicalismo, pero sin los recelos iniciales de ciertos sectores del movimiento hacia el sindicalismo en general.

 La agudeza de la crisis y el agresivo ataque a las clases populares invita a una confluencia que el 15-M promovió desde el principio. Con el país al borde del rescate y la lección de Grecia, donde los recortes y ajustes sociales impulsados por las instituciones neoliberales muestran su absoluta ineficacia ante una población que ya rechaza en masa la supuesta ayuda europea, el 15-M puede constituir la base de una auténtica oposición a la Europa del capital, sobre todo en caso de que la situación se siga deteriorando.

 Sea como fuere, el valor del movimiento como momento de aprendizaje y repolitización, como estreno de una nueva generación de activistas, como renovación de prácticas y discursos alternativos a veces anquilosados, como cuestionamiento directo a la cultura de la transición dominante y esbozo de una nueva cultura política, es evidente. Puede que el 15-M no haya sido capaz, al menos en este primer año de existencia, de cambiar una sola de las políticas neoliberales que hicieron estallar la indignación, pero sin duda ha contribuido a configurar el actor social que deberá afrontar ese reto en el futuro. Si la situación de hace un año hizo posible la repentina emergencia de esta ola de confrontación social no debería sorprender que, incluso si llega a desvanecerse, resurja con más fuerza en el futuro.

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¿Hay Alternativas al capitalismo? La renta Básica de las Iguales y mucho más https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/hay-alternativas-al-capitalismo-la-renta-basica-de-las-iguales-y-mucho-mas/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/hay-alternativas-al-capitalismo-la-renta-basica-de-las-iguales-y-mucho-mas/#respond Wed, 21 Mar 2012 12:57:27 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3734 La Renta Básica de las Iguales (RBis), plantea como un derecho la renta mínima de subsistencia para todas las personas, sin condiciones y con una cuantía equivalente a la del umbral de la pobreza. Esta herramienta de transformación social nace de las gentes de Baladre y del Seminario de Economía Crítica Taifa, de su experiencia, sus reflexiones y debates. La CGT abordó la RBis en su XVI Congreso Confederal , sin duda fruto de que, desde hace años, esta propuesta es conocida, apoyada y/o reivindicada por militantes, sindicatos y personas afiliadas a la organización anarcosindicalista. Durante el debate congresual se hizo patente la necesidad de difundir y conocer mejor esta herramienta, de utilizar esta labor para estrechar lazos con otros colectivos seriamente comprometidos contra la exclusión social y la pobreza, como Baladre con quienes venimos colaborando (enredando) en el campo de la acción social.

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Rosa Zafra, José Iglesias, Manolo S. Bayona, Enrique García y Joan Blasco

La crisis está acentuando la explotación de trabajadores y trabajadoras, la necesidad de capital del sistema hace que todas las medidas, leyes y reformas estén encaminadas a traspasar rentas del trabajo hacia el sistema financiero que devora recursos incansablemente, no se salvan ni los servicios y empresas públicas, ni las políticas sociales, un auténtico desastre que nos retrotrae a las condiciones que imperaban en los años de la transición.

Ante esta situación se hacen mas necesarias que nunca herramientas para que las personas construyan sus propios espacios de seguridad desde las que defender sus derechos, lugares de participación y debate desde los que crear un futuro centrado en la vida y no en la economía, procesos de apoyo y colaboración… Del mismo modo que CGT y su forma de practicar el sindicalismo, se constituyen en herramienta en manos de trabajadoras y trabajadores para defender sus derechos, la Rbis (Renta Básica de las Iguales) que plantea como un derecho la renta mínima de subsistencia para todas las personas sin condiciones, podría ser baluarte de las que menos tienen, un punto de partida desde el que construir una alternativa al capitalismo, verdadero causante de la desigualdad y la injusticia.

El potencial transformador de la propuesta de la RBis reside en su esencia anticapitalista y desde este punto de vista va mas allá que otros modelos como el salario social, meramente asistencialistas. Es necesaria una reflexión sobre el sentido del trabajo remunerado en un sistema capitalista y su carácter de autoexplotación, la necesidad de una producción planificada y centrada en el buen vivir de las personas, la preeminencia de lo local frente a lo global, la democracia directa frente a la representativa…. y creemos que la CGT debe participar en este debate e incorporarlo en su discurso si quiere mantenerse en la avanzadilla del cambio social.

Son las gentes de Baladre (Coordinación estatal contra la pobreza y la exclusión social ) quienes han abierto esta nueva brecha en el muro del capitalismo, y junto al Seminario de Economía Crítica Taifa han parido, difundido y discutido esta propuesta. A continuación recogemos un capítulo del último texto publicado por estos colectivos junto a la gente de Zambra, titulado ¿Qué es la Renta Básica de las iguales?

La colaboración de Baladre con CGT en varios territorios para la difusión de esta y otras ideas y herramientas supone una bocanada de aire fresco, otra forma de entender el trabajo conjunto, la posibilidad de debatir desde posiciones críticas con el sistema, el conocimiento de una realidad distinta dentro de los movimientos sociales, de otras sensibilidades… pero sobre todo, el establecimiento de complicidades entre personas que luchamos por un mundo mejor, cada día, desde nuestros espacios y a través del apoyo mutuo.

 La Rbis no es ninguna alternativa, sino un instrumento para un proceso de cambio[1]

 “En primer lugar, creo que hay que rechazar de plano la pretensión de que es necesario disponer de una alternativa antes de criticar múltiples aspectos de esta sociedad, o toda ella… Criticar algo ya supone en parte una alternativa, pues implica que se preferiría otra manera de hacer las cosas… Sobre todo cuando se está enormemente alejado del poder y se sabe que, fuese cual fuere la alternativa propuesta, no tiene ninguna posibilidad de ser llevada a cabo en el corto plazo. [Es decir], no olvidemos que el tema de las alternativas está muy relacionado con el poder del que se dispone para realizarlas”.[2]

Excelentes observaciones que hemos de tener en cuenta a la hora de abordar este tema, pero que, de todas formas, no deben suponer un obstáculo para introducir unas primeras reflexiones sobre la distinción entre alternativas (o utopías) y procesos de cambio; entre objetivos e instrumentos (o medios).[3]

No menos indispensable es dejar bien claro, cuando hablamos de alternativas, procesos e instrumentos, en dónde filosófica y políticamente nos situamos. Ayuda cuando dialogamos a evaluar el alcance de las mismas y de quién las propone. Para dar ejemplo, podemos pensar, con Lenin, “que la humanidad no se verá liberada de las calamidades que la azotan actualmente con los esfuerzos bien intencionados de algunas notables y nobles personalidades”;[4]por tanto, nos oponemos a aquellas iniciativas que únicamente tratan de paliar estos males o plagas. Tampoco estamos de acuerdo con las actividades caritativas que desempeñan miles de ONGs surgidas últimamente y que son financiadas por empresas, instituciones y gobiernos causantes de estos males. Emir Kusturica, conocido director de cine serbio, lo explica mejor: “en el nuevo orden capitalista, las guerras las financian las multinacionales, que pagan a los partidos y a los políticos para que las declaren. Quieren a las ONGs para lavar la sangre y las conciencias de los ciudadanos que votan a esos políticos que ordenan bombardeos. Las ONGs, financiadas por el capitalismo o sus gobiernos, recogen los heridos y son su coartada para ser políticamente correctos después de lanzar bombas sobre niños y adultos en nombre de la democracia. Esas multinacionales, y quienes les sirven para implantar el capitalismo global, acorralan a cualquier país que se atreva a tener una cultura propia, una identidad, un modo de organizarse diferente, una alternativa”.[5]

Insistimos, ni unos ni otros quieren tomar conciencia de que, con sus actividades, distraen a las clases empobrecidas de participar en la lucha contra el capitalismo. Y de que un proceso crítico no puede considerar la limosna, pública o privada, que practican estas instituciones, como un instrumento para la transición hacia cualquier utopía que pretenda ser una alternativa al modelo de sociedad capitalista. Es decir, ni son alternativas, ni forman parte de ningún proceso de trasformación social.

Las Rentas Básicas, ¿alternativas o instrumentos?

La propuesta de la RB nos puede servir de ejemplo de aplicación de las definiciones y los criterios introducidos para evaluar una propuesta social, ‘una alternativa’.

Según como se interprete, la RB presenta una doble dimensión: débil y fuerte. En los modelos que hemos tipificado como débiles, constituye un instrumento dentro del sistema; pero, adoptando una lectura antisistema[6] y el modelo fuerte o Renta básica de las iguales, puede convertirse en un instrumento fuerte para luchar eficazmente contra el capitalismo global. Este doble carácter permite que los mismos elementos que hacen de la RB un instrumento dentro del sistema, puedan cambiarla en un instrumento idóneo para luchar contra el sistema.

 Elementos que hacen de la RB un instrumento débil (dentro del) sistema.[7]

Es un mecanismo de redistribución de la renta. Este sistema contribuirá significativamente a redistribuir la renta más equitativamente, especialmente mejorando los ingresos de los estratos más pobres de la población, hoy frecuentemente alejados de los mecanismos de ayuda social. Aún teniendo en cuenta todas las dificultades existentes para abordar la penuria económica, la RB se enfrenta y va directamente contra la pobreza, siempre y cuando la cantidad que se establezca como RB sea igual a la considerada como umbral de pobreza.

Da seguridad económica. Este derecho a la renta, y la correspondiente cantidad que se asigne a la misma, supone un colchón económico que permite a la ciudadanía y a la clase trabajadora defenderse mejor de la contingencia de un despido libre y gratuito, de la arbitrariedad y la incertidumbre que la patronal ejerce a través de los contratos temporales, de una mayor capacidad para negociar individual y colectivamente niveles salariales, condiciones de trabajo, vacaciones, horarios, movilidad funcional y geográfica, flexibilidad, etc. Buena parte de la economía sumergida se integraría en la formal, al perder esta la posibilidad de pagar salarios por debajo del umbral de pobreza, al no tener que pagar las cotizaciones a la Seguridad Social, y al incrementar la inspección contra el fraude fiscal. Se convierte en un fondo de resistencia para la lucha de clases. A su vez, a los sindicatos les daría un mayor poder para enfrentarse a la patronal, especialmente cuando tuvieran que recurrir a la huelga, ya que la RB se convierte en estas situaciones de conflicto en un fondo de resistencia que puede utilizar cada trabajador contra el miedo al despido, al paro, a la pérdida de las remuneraciones salariales.

Permite iniciar otros modos de vida. La RB tiene como uno de sus aspectos positivos el que facilita oponerse frontalmente a todas las políticas de degradación de las condiciones de vida, del aumento de las diferencias que impone la globalización económica y las políticas de la Unión Europea. En este sentido, es liberador proponer una medida que nos saque del salario del miedo[8], en vez de aceptar las leyes de la Economía de Mercado con su aumento de la inseguridad y las diferencias sociales. Y no menos importante, la RB podría utilizarse como fondo de referencia desde donde comenzar otros ámbitos de autonomía individual y colectiva, ámbitos nuevos de consumo, en el sentido de vivir mejor con menos, de un consumo justo y solidario, de formas productivas colectivas dentro y al margen del mercado, etc.

Contribuye a luchar por la igualdad de género. Fomentar la igualdad de mujeres y hombres en el mercado de trabajo; el trabajo femenino podrá exigir que, a igual trabajo, igual salario; mano de obra masculina y femenina podrán negociar mejores salarios ante la proliferación de empleos de bajo coste. En el caso de las mujeres, éstas podrán enfrentarse a las relaciones patriarcales dentro de la familia en mejores condiciones económicas.[9]27

Contribuye a eliminar los estigmas sociales. El hecho de refundir todas las prestaciones sociales en la RB permitiría eliminar el estigma de paro y su correspondientes subsidios, el estigma de la pensión y sus correspondientes prestaciones sociales, el estigma de la pobreza y sus correspondientes limosnas (públicas y privadas), y el estigma de la marginación, ayudando a afrontar la problemática que tropiezan las personas que salen de la cárcel y no encuentran empleo por su pasado de delincuencia, o de las personas que padecen drogadicción y que han de apelar al robo para poder comprar el estupefaciente y atender la compulsión que provoca la adición; es decir, los grupos más maltratados de la sociedad contarán con un seguro económico a partir del cual podrán rehacer sus vidas.

Podemos subrayar que la RB se convierte ella misma en un pilar del nuevo sistema de bienestar para este nuevo milenio, nuevo en el sentido de que las prestaciones pasan a basarse en el concepto de ciudadanía y no en la condición de trabajadores de la población. Consideramos que este nuevo derecho ciudadano a una renta básica contiene las virtudes y las características suficientes que lo hacen idóneo para establecer los fundamentos de un nuevo modelo de bienestar social público para el siglo XXI (Iglesias; 2000).

La RB, incluso en sus fases de aplicación débil pero transitoria, siempre que no conlleve una contraprestación laboral, y seamos conscientes de que es una alternativa asistencial, puede facilitar la mejora y dignidad de la atención a ciertos colectivos. En estas condiciones, y con este grado de consciencia, esta característica ya justificaría el interés social por este nuevo derecho.

En resumen, como instrumento para defenderse del deterioro de las condiciones de vida que impone el capitalismo global, todas estas finalidades que persigue la RB suponen una contraofensiva idónea para contrarrestar las consecuencias de los tres primeros frentes abiertos por la globalización capitalista: contra el poder que ejerce en el mercado de trabajo, la persona puede vivir sin pasar por el mismo; contra el desamparo social y la pobreza económica, el bienestar material queda asegurado, así como las distintas prestaciones sociales; contra la pérdida de derechos, la RB es un derecho ciudadano que asegura los demás derechos sociales. De cara al sistema político, es un derecho ciudadano burgués más que se le ha de ganar al capitalismo. Pero también hemos de subrayar que la mayoría de ellas son alternativas débiles, que pueden ser fácilmente integradas dentro del sistema.

Recomendamos a quien nos lee que aplique este análisis a los instrumentos que hemos clasificado más arriba como débiles y que llegue a sus propias consideraciones: microcréditos, banca ética, comercio justo, programas de cooperación internacional, tasa Tobin, deuda externa, etc.

 Elementos que hacen de la RB un instrumento contra el sistema.

La rotura con la relación de clase como dominio para la sobrevivencia material. Ya hemos dicho que el origen del poder capitalista, del orden económico, social, político y jurídico, hay que buscarlo en el modo de producción e intercambio del sistema capitalista:

  • “La concepción materialista de la historia comienza con el principio de que la producción, y con la producción el intercambio de mercancías, es la base de cada orden social; allá donde hay intercambio de mercancías,[10] la sociedad está forzosamente dividida en clases, y determinada por lo que y como se produce e intercambia. Entonces, según este principio, las causas últimas de los cambios sociales y las revoluciones políticas, que originan nuevas relaciones de poder, hay que buscarlas no en la mente de las personas, en la eterna visión de la verdad y la justicia, sino en los cambios del modo de producción e intercambio hay que buscarlas no en la filosofía, sino en la economía del período que se estudia”.
  • “Las relaciones sociales nacen de la posición que las personas ocupan en el modo de producción. Con el desarrollo y la aparición de nuevas fuerzas productivas, las personas que trabajan también cambian, y con los cambios, asimismo se transforma el modo de producción, dando origen a un nuevo grupo de relaciones sociales”.[11]

No hemos de olvidar la centralidad del trabajo en el mundo capitalista contemporáneo. Es decir, una cosa es que “la sociedad del capital necesite menos del trabajo estable y cada vez más de las diversificadas formas de trabajo parcial o part-time, ‘tercerizado’, que son, en escala creciente, parte constitutiva del proceso de producción capitalista”. […] La “otra, muy diferente, es imaginar que, eliminando el trabajo vivo, el capital puede continuar reproduciéndose”. [12] Por tanto, en el período de la globalización capitalista, el mero hecho de poder eludir la obligación de vender la fuerza de trabajo para intercambiarla por las mercancías necesarias para sobrevivir es comenzar por darle a la clase dominante un puntapié en el trasero, una patada a la base de su sistema de explotación y de intercambio. El impacto de la RB en el mercado de trabajo puede alterar radicalmente las relaciones sociales de producción ya que permite a la población sobrevivir sin estar tan sometida al dominio del sistema productivo. Este es el sentido clave de la capacidad transformadora de la RB.

A la vez permite iniciar procesos de producción, mediante actividades personales y colectivas al margen de su sistema productivista y consumista. Todo esto facilita también construir un nuevo sistema de relaciones sociales, un sistema que vaya estableciendo las bases y la experiencia tan indispensable para diseñar sobre la realidad nuevos ámbitos de autonomía, vivencias independientes del sistema, esa sociedad utópica alternativa por la cual luchamos. A través de estas sucesivas transformaciones, quizás nos encontremos con el conocimiento suficiente como para elaborar esos planes globales que algunos reclaman.

Todo esto nos permite comprender que la RB, para su financiación, puede partir de la doble premisa: de que los procesos de trabajo tienen un carácter global, y de que la producción de valor es social, no individual. No sólo produce valor una persona directamente ocupada durante su jornada laboral, sino que toda la producción es sistémica: la aplicación del conocimiento, por indirecta que parezca, está contribuyendo también a la generación de riqueza. Y la educación, salud, infraestructuras, tecnología, todos son elementos que contribuyen al proceso productivo.[13]31 Asimismo, otros aspectos impulsan el ciclo del capital: desde el consumismo inducido por la publicidad, considerado normal, inevitable e incluso deseable por el sistema; pasando por el paro que infunde miedo a las personas con empleo facilitando la reducción de costes y el aumento del beneficio, y otros aspectos de índole colectiva; hasta la mejora de beneficios obtenida en detrimento de las condiciones de vida de las personas a todos los niveles. Incluso el inmenso gasto en mantener los aparatos políticos y militares que administran este orden y garantizan su continuidad. Por ello, en el capitalismo globalizado, los aumentos de riqueza no se deben redistribuir solamente mejorando los salarios y las condiciones laborales; es decir, reduciendo la jornada de trabajo o garantizando el pleno empleo. Si la producción de valor es social, la idea de un modelo fuerte de RB va más allá de los avatares del trabajo de cada individuo y es perfectamente posible. Su contenido permite neutralizar y contestar buena parte de las medidas tomadas contra quienes tienen empleo en particular, y contra todas las personas en general.

 Además de que el objetivo prioritario de la RBis es la consecución de caminar hacia una sociedad justa, la RB supondría un incremento de la libertad real de las personas en el período de transición. En este sentido, tal y como señala P. Van Parijs, la persona “es realmente libre en oposición precisamente a ser formalmente libre, en la medida en que se poseen los medios, no sólo el derecho para hacer cualquier cosa que uno pudiera querer hacer”.[14]  La RB asegura a las personas un mínimo de subsistencia que les permite elegir su forma de vida. Por tanto, constituye un avance de gran magnitud en el proceso hacia una sociedad más justa y equilibrada, dado que asegura la base material para poder disfrutar de todos los demás derechos humanos.[15]

Con todas estas observaciones, es difícil exagerar la importancia que pudiera tener una Renta básica de las iguales como el que propugnamos a favor de la creación de una genuina sociedad del bienestar para toda la población.


 

[1]             Del libro ‘QUÉ ES LA RENTA BÁSICA DE LAS IGUALES’ Autoría: José Iglesias Fernández, Manuel S. Bayona, Óscar García Jurado
Enrique García Escamilla, Rosa Zafra Lizcano. Editan: Baladre y Zambra.
[2]             Miren Etxezarreta. “A vueltas con las alternativas”. Artículo incluido en este número 2 de Emergències.
[3]             Por ejemplo, hay quien piensa que la ciencia y la tecnología son instrumentos indispensables, no sólo para conocer la evolución de las sociedades, sino también como motores para influir en el cambio social. Véase Xavier Duran. Las encrucijadas de la utopía. Editorial Labor. Barcelona 1993.
[4]             VI. Lenin. Federico Engels. Marxist Internet Archive, 2000.
[5]             La Vanguardia. 20 enero del 2005.
[6]             Actualmente, existen dos lecturas sobre la RB: una convencional y otra crítica o anticapitalista. Para una explicación de ambas, véase José Iglesias Fernández, La Renda Bàsica a Catalunya. Fundació Jaume Bofill / Mediterrània. Barcelona 2002.
[7]        La RB puede ser considerada un instrumento múltiple ya que aborda diversas propuestas sociales, todas ellas consideradas a su vez como reivindicaciones dentro del sistema.
[8]        Miedo en el sentido de la dependencia de un ingreso, sea este el salario, la prestación de desempleo, el subsidio familiar, la renta mínima de inserción, contingencia a la que todas las personas no propietarias estamos sujetas.
[9]        Javier Aguado. “La Renta Básica y el sistema patriarcal”. Cuadernos renta básica. Nº 4. Barcelona 2002.
[10]     Venta de la fuerza de trabajo a los capitalistas, y compra a los capitalistas de los bienes y servicios que cubren nuestras necesidades.
[11]     Estas dos citas son de Karl Marx. Capital y tecnología: manuscritos inéditos (1861-1863). Terra Nova. México 1980.
[12]     Ricardo Antunes. ¿Adiós al trabajo? Ediciones Herramienta. Buenos Aires 2003.
[13]     Francisco José Martínez. “Fundamentos de la renta básica. Hacia un nuevo contrato social”. Cuadernos renta básica. Nº 0. Barcelona, noviembre de 1998.
[14]     Philippe Van Parijs. Libertad real para todos. Paidós. Madrid 1996.

[15]     Véase “La RB y los derechos humanos” (Iglesias, 2001).

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Roca Maroc: experiencias y enseñanzas de una lucha https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/roca-maroc-experiencias-y-ensenanzas-de-una-lucha-2/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/roca-maroc-experiencias-y-ensenanzas-de-una-lucha-2/#respond Wed, 21 Mar 2012 12:52:53 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3732 La lucha de los trabajadores de Roca Maroc nos devuelve a tiempos de enormes dificultades para la actuación sindical por la carencia de derechos laborales y políticos, tiempos en los que, también, frente a esas dificultades, se alzaba una voluntad colectiva mucho más firme y decidida. Nuestra situación es distinta: ganamos formalmente derechos dejándonos arrebatar voluntad colectiva, perdimos la partida. No caben nostalgias, cabe la solidaridad activa ejercida por los compañeros de CGT Roca de Gavá, demostrando que la solidaridad es la argamasa con la que levantar el sindicalismo.

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  Gregorio García Latorre

 

Este pasado mayo se cumplió un año desde que, a través de la secretaria de relaciones internacionales, nos llegó a la sección sindical de CGT-Roca una llamada de solidaridad y ayuda desde un grupo de trabajadores de la fábrica de Roca Sanitarios en Settat (Marruecos). Este grupo de trabajadores se había organizado en torno al sindicato Marroquí UMT  y ya contaban con más de 300 trabajadores afiliados. Nos pedían ayuda ante el hecho de que la empresa Roca no quería reconocerles como sección sindical, impidiendo así el derecho a convocar elecciones y formar un comité de empresa que les permitiera mejorar sus lamentables condiciones de trabajo.

DERECHOS Y CONDICIONES LABORALES EN ROCA MAROC

CGT-Roca de Gavà iniciamos una campaña de denuncia a través del envío masivo de mails y faxes a la dirección de la corporación Roca, a embajadas y autoridades españolas y marroquís. El efecto fue inmediato y la empresa accedió a reunirse con los compañeros en Marruecos. Posteriormente nos invitaron a su asamblea de constitución –la sección sindical era reconocida por el Gobierno de Marruecos, pero no por la empresa- y el 24 de junio viajamos dos compañeros de CGT- Roca para establecer un acuerdo de colaboración y ver más de cerca la situación de acoso y persecución que sufrían. El viaje fue muy enriquecedor en cuanto a experiencia en solidaridad y colaboración entre dos culturas no tan diferentes y un mismo objetivo como clase trabajadora. En esos días de reuniones y asamblea establecimos objetivos comunes, centrándonos sobretodo en lo que nos unía, fijando un plan de trabajo para consolidar su lucha sindical en Roca Maroc e iniciar contacto con los trabajadores de Roca Gravena en Egipto.

 En las reuniones los compañeros y trabajadores nos explicaron situaciones como las resumidas a continuación.

– Los despidos se producen sin preaviso ni indemnización aunque la ley de Marruecos sí lo establece, siendo habituales las trampas a trabajadores para argumentar un despido objetivo, como habían hecho recientemente con un miembro del de la Sección Sindical.

-En el caso de que un trabajador falte, obligan al del turno anterior a trabajar ocho horas más y seguir al día siguiente su turno habitual. Si el trabajador se niega, la sanción o el despido es el siguiente paso por parte de la empresa.

-Es el médico de la empresa, que en la mayoría de los casos es a la vez el de cabecera, quien decide los días de baja, sancionando la falta al trabajo con falta muy grave o despido.
-Hace aproximadamente siete meses murió un compañero que, al sentirse muy mal en el trabajo, fue trasladado al dispensario en una carretilla de carga y, ante la gravedad, llevado al hospital, dejándolo allí sin acompañamiento. El hospital le dio alta el mismo día, muriendo en su casa. La empresa no se hizo cargo de nada ni reconoció ninguna responsabilidad.
-Si un trabajador se indispone le apartan a un rincón de la fábrica en un carro de trasladar inodoros para que se le pase, sin prestarle ninguna asistencia médica (nos enseñaron fotos)

-Días antes de nuestra visita uno de los compañeros que está encabezado la organización del sindicato en Roca-Maroc sufrió una agresión por parte de dos individuos desconocidos que le amenazaron para que cesara en su actividad sindical

CAMPAÑA DE DENUNCIA Y APOYO

Al volver a Gavá lo primero que hicimos fue pedir una reunión con el Sr. Xavier Aguilera, Jefe de Recursos Humanos de toda la corporación Roca a nivel internacional, y otra al comité de empresa de Roca-Gavà y las secciones sindicales que las componen (CCOO, UGT y CGT), pero la respuesta por parte de CCOO y UGT fue «que no era necesario» y ninguna respuesta recibimos por parte del jefe de RRHH. Ya nos esperábamos la actitud de la empresa pero no entendíamos la pasividad de CCOO y UGT ante un tema tan grave que afectaba a compañeros que quieren mejorar sus condiciones laborales.

Ante esta actitud CGT-Roca aprovechamos la reunión de informe económico anual de Roca-Gavà, que tuvo lugar el 12 de septiembre, para denunciar la situación de explotación, acoso, represión y persecución sindical contra los trabajadores de Roca-Maroc. Cuando nos concedieron el turno de palabra expusimos toda la situación y los casos de explotación y represión que sufren. La respuesta por parte del Jefe de RRHH fue (después de quince segundos de silencio y cara de póquer) «que ellos respetaban las leyes de aquellos países donde operaban», a lo que le dijimos que eso, al menos en el caso de Marruecos, no estaba siendo así, contestándosenos que «este no es lugar donde exponer este tema». Esta respuesta por parte de la Dirección muestra que son totalmente conscientes y responsables de la grave situación que viven los compañeros en Roca-Maroc. Más sorprendente resulta el silencio guardado por parte de los 12 delegados de CCOO y UGT que asistieron en la misma reunión.

 La respuesta de la empresa familiar Roca no es sorprendente, esos métodos y actitud con sus trabajadores cuando deciden organizarse para mejorar no son nuevos. En Gava y Viladecans tenemos la experiencia. Muchas veces hemos oído a ex trabajadores de Roca, las condiciones en que trabajaban y cómo en las huelgas, la empresa, con sicarios de la extrema derecha y con la Guardia Civil, reprimía y amenazaba a los trabajadores que participaban en las luchas de los años 70. (Consultar libro “La vaga de la Roca 1976-1977, una generació despres”). Los compañeros de Roca-Maroc están actualmente en un contexto político y social muy similar al de nuestros padres y abuelos en los 70, quieren hacer valer los mínimos derechos sindicales y laborales para seguir mejorando, y es Roca, una empresa familiar catalana, la que se los niega con sus tradicionales métodos.

 Mientras en CGT-Roca seguíamos con la campaña de denuncia de su situación, los compañeros de Roca Maroc, que seguían intentando presionar tanto a la empresa como a su gobierno, se encontraron con que el responsable sindical de la UMT que se encargaba de su lucha no solo no se implicaba sino que demoraba las acciones, por lo que los compañeros marroquís, ante la sospechosa pasividad, no perdieron el tiempo y se cambiaron al sindicato CDT. Más tarde nos contarían que tenían la sospecha que había sido “untado” por la empresa.

 REPRESIÓN Y HUELGA INDEFINIDA

Este hecho no varió en absoluto su trabajo que -con el apoyo de cartas, mails y faxes a embajadas, prensa, jefes de dirección de Roca y gobierno Marroquí- comenzó a dar resultados, sentando a las partes en diferentes reuniones en la Autoridad Laboral de Settat. Teníamos claro que lo importante no era lo que saliera de esas reuniones sino que los compañeros vieran que con la presión de la campaña internacional y su lucha podían conseguirse resultados. Los compañeros en cada reunión convocaban concentraciones frente al lugar donde se celebraban, y eso incomodaba a la empresa, a la vez que presionaba mucho al mediador del Gobierno Marroquí.

 La estrategia de la empresa era sin duda dilatar la situación, pero al ver que el mediador se posicionaba con los trabajadores y que estos en su posición de fuerza decidieron no hacer más horas extras, recurrió a sus tradicionales métodos, despidiendo a los dos compañeros que constituyeron la sección sindical: Nachit Elbashir, Secretario General y Azzdine Bousajda, Secretario de Organización.

 La reacción de los trabajadores fue inmediata, el mismo día 2 de Noviembre que se producen los despidos se plantan en huelga indefinida y se organiza un piquete las 24 horas frente a las puertas de fábrica.

 Nuestro contacto con los compañeros marroquís era constante e intentábamos aconsejarles en métodos de lucha, pues, a pesar de que su sindicato la CDT ya les orientaba en algunos aspectos, veíamos que frente a una Huelga indefinida había que abordar actuaciones más allá del piquete en la puerta.

 La empresa al ver que contaban con más del 90% de apoyo en la plantilla y que la huelga no era un farol sino que los trabajadores iban en serio, no tardó en enseñar una vez más su verdadero rostro y, a la semana de huelga, envió cartas a los más de 400 trabajadores que la secundaban, comunicándoles que la no incorporación al trabajo suponía una falta grave que acarreaba despido.

El 14 de Noviembre, la empresa comunicó a la delegación de trabajo marroquí su intención de despedir a todos los trabajadores en huelga y sustituirlos por otros, también les amenazó con llevarse la producción a sus plantas de Portugal y, además,  organizó a los comerciales  como esquiroles, pero, evidentemente, no fueron suficientes para poner en marcha el proceso productivo.

Todo eso  lejos de amedrentar a los trabajadores, hizo que dieran un paso más en su lucha y decidieran bloquear el acceso y la salida de cualquier camión que estuviese fuera o dentro de la factoría.

Ante esta posición de fuerza, los compañeros nos contaban que se había ofrecido dinero a trabajadores y sindicalistas para que abandonasen la huelga y así romper la unidad, la fuerza y  la lucha. Esa actitud les reafirmaba en su decisión de seguir con la huelga.

Merece destacarse que el inicio de la lucha en Roca Marruecos coincide con un ERE temporal presentado por la empresa, con el que pretendía reducir la plantilla. Simultáneamente Roca Maroc incrementó la producción, obligando a la plantilla a trabajar de lunes a domingo, como había hecho en anteriores EREs. Pero en esta ocasión los trabajadores marroquís, ya más organizados, se negaron y eso precipitó el despido de los dos compañeros que dio origen a la huelga

 Mientras, CGT-Roca convocábamos piquete en las puertas de oficinas centrales de Barcelona, exigiendo la readmisión y denunciando la represión sindical.

 El día 2 de Diciembre justo cuando se cumplía un mes del inicio de la huelga –mientras en las puertas de Oficinas Centrales de Roca Corporación en Barcelona la sección de CGT de Roca hacia un piquete solidario con la huelga en Roca Maroc, bloqueando la entrada y salida de los directivos- los compañeros del piquete de Roca Maroc, sufrieron un grave ataque por parte de un esquirol: el traidor se abalanzó con su vehículo sobre los trabajadores que permanecían en el piquete de la entrada, atropellando a uno de ellos, se bajó de su vehículo con un cuchillo con el que agredió a otro trabajador produciéndole un corte profundo  en mano y ojo izquierdo y se subió de inmediato al coche introduciéndose dentro de la empresa Roca, donde sorprendentemente, o no tan sorprendentemente, se le dio cobijo. Los compañeros agredidos fueron hospitalizados.

La lucha de los compañeros estaba siendo un ejemplo en todo el polígono industrial de Settat y la fábrica textil “TAVEX Algodonera”, que trabaja para la marca “Diesel”,  y otra empresa de nombre “Kotoubia”, ambas de capital extranjero también se pusieron en huelga y se estaban organizando para mejorar sus condiciones de trabajo y reclamar sus derechos laborales y sindicales.

 En esta situación la autoridades de Marruecos estaban muy presionadas por la inversión extranjera para que frenase este auge de lucha en Settat, una fotógrafa documental que estaba haciendo un reportaje sobre la huelga  fue “invitada” a cesar en su trabajo y a abandonar la zona, y la policía, tras la agresión del esquirol, hizo responsables a los trabajadores de lo que sucediera a partir de ese momento. Esta actitud de las autoridades marroquís, similar por otra parte a la de cualquier gobierno, hacía más importante el apoyo y sobre todo la difusión por todos los medios posibles de la lucha de los compañeros de Roca Maroc.

Después de más de 40 días de huelga había un desgaste por parte de los trabajadores y despedidos, más por la falta de ingresos en sus hogares que por las amenazas de la empresa y la policía del gobierno. Había trabajadores con avisos de desahucio y otros con la mujer e hijos en  casas de familiares.

Desde CGT-Roca iniciamos una colecta de fondos económicos para una caja de resistencia, esto formaba parte de los métodos que desde aquí intentábamos aplicaran. Se les enviaron 1500€,  insistiendo en adminístralos en alimentos básicos y ayuda económica a los más necesitados, todo bajo el control de la asamblea.

Estaban en situación límite, y CGT-Roca y CGT Internacional valoramos que sería positivo que viajásemos hasta Settat para levantarles la moral y también presionar a Roca, haciéndoles ver que no estaban solos y que la lucha seguía con fuerza.

El 16 de Diciembre viajamos hasta Settat, comprobando que los compañeros despedidos se sentían muy presionados con la situación y que algunos trabajadores en huelga estaban en una situación límite. Nos contaron que ellos y su sindicato CDT estaban manteniendo reuniones con la empresa para llegar a un acuerdo, pero que de momento no había nada, y que cualquier acuerdo pasaría por la asamblea.

Les acompañamos en los piquetes y entre cánticos y consignas, bloqueando las puertas de la fábrica, conseguimos parar y obligar a hablar con nosotros al director general en Roca Maroc, y al jefe de producción, éste nos dijo que quería hablar pero que mejor hacerlo separados de los trabajadores, a lo que le contestamos, que nosotros hablábamos en nombre de los trabajadores y que ellos debían escuchar lo que ahí se dijera. La charla fue intensa y muy acalorada, con decenas de trabajadores rodeándolo. Era la primera vez que el piquete podía dirigirse a un jefe y eso les dio fuerza. Las mentiras y el desprecio que el director general, Xavier Rodrigo, mostró a todos en la conversación, su actitud y sus gestos, no hicieron más que encender los ánimos.

También les hicimos entrega de 500€, aportación de la CGT de Andalucía a la  “caja de resistencia”.

 De allí salimos con la certeza de haber cumplido el objetivo, pero con reservas con la CDT, al no haber podido o no haber visto voluntad de tener un contacto más serio.

Cinco días más tarde nos llegó la grata noticia de que, después de 60 días de huelga, los compañeros de Roca Maroc regresaron al trabajo tras conseguir  lo que desde el pasado mes de mayo llevaban exigiendo: poder organizarse dentro de la fábrica, creando una sección sindical que les servirá de herramienta para mejorar sus condiciones de trabajo. La condición puesta por la empresa era que el compañero Nachit no volviera a Roca; el compañero Nachit lo aceptó y pidió a la asamblea que también lo hiciera, diciendo que era mucho más importante lo que se conseguía y que él siempre estaría con ellos en las futuras luchas. Su despido no tuvo más indemnización que el que le correspondía.

En los días siguientes la multinacional Roca se comprometió tanto con los trabajadores como con representantes del Gobierno Marroquí, a respetar sus derechos sindicales, la empresa les proporcionó un local sindical y tablones de anuncios para informar y comunicarse con los trabajadores, y organizaron elecciones sindicales. Su objetivo más inmediato, tras obtener la totalidad de los siete representantes, es tener un convenio propio para mejorar sus condiciones económicas y de trabajo y regular todos los aspectos de la rutina laboral.

El pasado mes de Mayo nos informaron que tras semanas de negociación consiguieron un acuerdo de subida salarial de un 12% para este año y el siguiente 2013, además de mejoras sustanciales en salud laboral y un protocolo de seguridad. Esto significa un salto cualitativo importantísimo, no solo para ellos sino para todo el tejido industrial de la zona.

Los compañeros están muy satisfechos y CGT de Roca también. Teniendo en cuenta que jamás han tenido experiencia alguna en el terreno de la lucha y sus métodos, han dado un ejemplo de fuerza y unidad, que les ha servido para alcanzar su objetivo y para aprender de una experiencia que no hace mucho tiempo jamás hubieran pensado llevar a cabo. Pero tanto ellos como nosotros sabemos que esto es el comienzo de una larga lucha que les lleve más lejos en su exigencia de mejoras, y no dudarán en plantear una huelga como la anterior si Roca incumple lo acordado o no mejora sus condiciones. Con la diferencia de que esta vez contaran con la experiencia y el aprendizaje de métodos organizativos.

Evidentemente el trabajo internacional que en su día comenzamos con CGT Internacional continua: hay que concretar más los acuerdo de colaboración con la CDT y reafirmar con los compañeros de Roca Maroc, una vez consolidada la sección sindical, el plan de trabajo internacional, tomar contacto con los compañeros de Roca Egipto y trabajar en la creación de un Comité  Internacional de trabajadores de Roca. Pedimos formalmente reuniones con CDT Settat y CDT-Roca Maroc para tratar estos temas. La respuesta a día de hoy es afirmativa por ambas partes, añadiendo CDT-Roca su deseo de seguir trabajando siempre unidos. Ahora estamos pendientes de concretar la fecha del viaje, que sin duda será clarificador con la CDT y muy positivo con los compañeros de CDT-Roca Maroc.

Nos queda el trabajo más duro, lamentablemente mucho más que el que hemos realizado a más de 2.000 kilómetros, y no es otro que explicar pacientemente en las fábricas de Roca del estado español qué es y significa una colaboración con trabajadores de otros países del grupo. Daría para otro artículo el poder explicar todos los prejuicios con los que nos hemos encontrado, y lo complicado que es combatirlos. Pero estamos seguros que lo hecho es la mejor vía para poder romper con toda la propaganda del capital entre los trabajadores y penetrar en las conciencias que diariamente están bombardeadas con los pensamientos y carga ideológica de la burguesía y sus medios de manipulación, contra trabajadores de otros países o culturas.

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FCC Parques y Jardines de Zaragoza, reflexiones de una huelga indefinida https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/fcc-parques-y-jardines-de-zaragoza-reflexiones-de-una-huelga-indefinido/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/fcc-parques-y-jardines-de-zaragoza-reflexiones-de-una-huelga-indefinido/#respond Wed, 21 Mar 2012 12:42:10 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3728 Todos los días se producen miles de todo tipo de despidos que pasan desapercibidos, como parte de la “normalidad” a la que nos vamos acostumbrando. Sin embargo, el despido del presidente del comité de empresa  de FCC Parques y Jardines de Zaragoza provoca una reacción inusitada: una huelga indefinida de 24 días en constante movilización, que acaba, más inusitado todavía, con la readmisión del despedido. Es el resultado de un trabajo sindical previo, también del aprendizaje y del despertar de la dignidad de una plantilla que asume la movilización como algo propio y la protagoniza.

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El trabajo sindical es en nuestros días una tarea ardua, cuando va unido a una permanente denuncia pública se hace encomiable. La empresa no lo soporta fácilmente, por eso FCC Parques y Jardines de Zaragoza me responsabilizó de actuar de mala fe contra la misma, de dañar su imagen y de sacar documentación privilegiada de forma indiscriminada. Los hechos eran totalmente falsos, lo que era cierto era la inquina de la empresa, que llevó a FCC a decretar mi despido, el cese del máximo representante de la plantilla, el presidente del comité de empresa.

 Era el colofón a una cadena de actuaciones que comenzó con las continuas denuncias públicas sobre la política  ejercida por la empresa y el mal servicio que venía prestando y acabó derivando en la creación de la plataforma de trabajadores de contratas municipales, hecho pionero en el estado español. La plataforma era el espacio en el que  los y las trabajadoras de las distintas contratas del Ayuntamiento nos unimos para hacer frente a  los despidos y recortes en las mismas, así como para  defender  la municipalización y gestión directa de  los servicios públicos. Mi pertenencia activa y visible en dicha plataforma resultó ser, según mi parecer, decisiva de cara a mi despido que dio origen al estallido del conflicto. La empresa no soporta con facilidad el que los trabajadores se vayan organizando para hacerle frente, nos teme si somos capaces de unirnos, por eso trató de cortar ese trabajo dándole un escarmiento.

 El despido, entendido como “un golpe de estado patronal” por parte de la plantilla, generó la convocatoria de una huelga indefinida. Ésta se prolongó durante 24 días, convirtiéndose de este modo en la más larga en un servicio público en la ciudad de Zaragoza en los últimos 25 años. La huelga, máxima vía de presión obrera, era el espaldarazo de la plantilla a un año de trabajo colectivo, a muchos meses de denuncias públicas sobre la precariedad y la mala organización del servicio prestado, sobre todo era una contestación a las actitudes autoritarias y poco democráticas de la dirección de la empresa. Querían generar miedo y generaron rebeldía.

 EL VALOR DE LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES

Ya anteriormente había recibido notificaciones escritas y orales por parte de la dirección de la empresa en las que se me acusaba de los hechos descritos anteriormente. Entendiendo que existían posibles coacciones e injerencias en la libertad sindical interpuse una demanda contra la empresa que acabó siendo absuelta. No obstante, y así lo hacía constar el fallo del Juzgado de  lo Social, yo no era el autor de  los hechos que se me achacaban por parte de la empresa.

 La convocatoria de una huelga indefinida como reacción al despido solo fue posible por la unidad de la plantilla y del comité de empresa, que en todo momento aparcó siglas e intereses partidistas en beneficio del colectivo y la solidaridad. Todos cerraron filas frente a lo que se consideró un ataque directo a la libertad sindical.

 El hecho que se optara por una huelga de carácter indefinido hace al conflicto un acontecimiento inusual en una sociedad cada vez más individualizada y acobardada. Además,  que fuese la misma plantilla, reunida en asamblea la que apostara por esa medida lo convierte en un hito. La postura firme de  los y las trabajadoras al apostar por una huelga indefinida como respuesta a la conculcación de sus derechos y libertades,  y no por meras cuestiones económicas,  supone una lección a tener en cuenta.

 El comienzo de la huelga resultó duro: 70 trabajadores la secundaron, 67 fueron nombrados servicios mínimos, otros permanecían en baja y el resto de la plantilla, temporales y esquiroles, entraron a trabajar.

La decisión de los servicios mínimos, al tercer día de huelga, de compartir su salario con los trabajadores en huelga, supuso un giro de 180º en el conflicto. Esta decisión, tan poco usual en nuestros días, resultó decisiva para los huelguistas. La guerra de David contra Goliat había comenzado.

 Los inicios del conflicto estuvieron cargados de tensión y sentimientos encontrados, sin embargo, aunque las dudas y el miedo hicieron mella en determinadas ocasiones entre la plantilla y  el comité, no llevaron a posicionamientos contrarios a la huelga. El desarrollo de la huelga acabó por dibujar una dinámica organizada en grupos de trabajo: prensa, relación con grupos y colectivos varios,  reparto de propaganda… Tras 24 días de huelga la plantilla estableció su nivel de dignidad por encima del listón del miedo. Llevó a todos los rincones de la ciudad el mensaje que resumía la lucha: “aquí no hay miedo, aquí hay dignidad”. Era la otra cara de la moneda, la nota discordante en una sociedad basada en el gobierno del miedo. La plantilla se alzaba y levantaba la cabeza frente a las fuerzas que presionan por esclavizar a la clase trabajadora.

 Durante los 24 días que duró la huelga tuvieron lugar numerosos actos de protesta. Las movilizaciones diarias llegaron a muchos y diferentes rincones de la ciudad en forma de concentraciones diarias en las puertas de la empresa al inicio de la jornada, a las puertas del Consistorio, al despacho del mismo alcalde, a la sede del PSOE (entendiendo a éste como último responsable), a un mitin de Rubalcaba, a caceroladas permanentes y a manifestaciones. Algunos de estos actos llegarían a congregar a más de un millar de personas, simbolizando el apoyo creciente de la ciudadanía de Zaragoza, de sus grupos vecinales, sociales y sindicales para con los huelguistas. Numerosos y variados actos ponían de manifiesto una huelga muy activa en la que se intentó no caer en la rutina y un enorme esfuerzo y dedicación de los huelguistas. Las movilizaciones culminaron en una acampada indefinida  en un momento en que el conflicto parecía enquistarse y no parecía vislumbrarse luz alguna al final del túnel.

 LA EMPRESA Y LOS PODERES A SU SERVICIO

La empresa, una gran multinacional que vive de la gestión de servicios públicos, desplegó su poder, ejerció todo tipo de actuaciones, algunas de ellas propias de siglos pasados, tanto dentro como fuera de la empresa, desarrolló artimañas tendentes a la desestabilización de la unidad de la plantilla, a deslegitimar y focalizar el conflicto en mi persona  y en el sindicato CGT, con el único objetivo de que fracasara la huelga. Además, en muchas ocasiones trabajadores de la limpieza pública de la ciudad, gestionada también por FCC, nos transmitieron que se les ha indicado que deben quitar la inmensa propaganda de la huelga, así como borrar las pintadas con las que amanecía Zaragoza durante el conflicto.

 Durante todo el proceso se vivieron momentos de presión sobre los trabajadores y sobre el comité de huelga: la empresa abrió expedientes disciplinarios a todos los miembros del comité de huelga y despedió a otro trabajador, mientras que la policía denunciaba por presuntos actos vandálicos a un miembro del mismo y a personas ajenas a la empresa.

 Un  hecho significativo es el papel jugado por el Servicio de Arbitraje y Mediación de Aragón (SAMA). Este servicio, lugar donde se llevaron a cabo todas las negociaciones, puso de manifiesto que es un elemento viciado del sistema, que nada tiene que ver con la objetividad y la mediación justa y el papel arbitral que se le supone. Evidenció su inclinación hacia los grupos empresariales, su abandono de la clase trabajadora y su oposición al sindicalismo más combativo.

 La falta de imparcialidad de este organismo queda evidente en los lazos entre algunos trabajadores del mismo y las direcciones de las empresas, lazos que dificultan, cuando no hacen imposible, una mediación justa y equitativa, al hacerse partícipes de una única versión, la de la empresa. Esta actitud quedó patente en todas y cada una de las reuniones mantenidas, en las que los integrantes de la mediación daban por cierta la posición empresarial. Diferentes anécdotas durante y después de la huelga me demuestran que estábamos indefensos ante un sistema partidista y clasista. Se pudo  escuchar en diferentes ocasiones, tanto en las instalaciones como en otros lugares ajenos al conflicto, “no saber qué querían los jardineros”. Nunca se plantearon que se trataba de un caso de ataque frontal y directo contra la libertad sindical y de expresión, como así lo expresó la plantilla. Nuestro concepto de la dignidad queda grande y resulta incomprensible para semejantes eminencias del derecho.

 Otro asunto a tener en cuenta es la posición tomada por los gobernantes de la ciudad. Ya antes de la huelga quedó en evidencia: en una intervención mía en el Pleno del Ayuntamiento, una dura crítica vertida contra un Consejero del Ayuntamiento de Zaragoza sirvió  para mantener una posterior reunión. Al día siguiente el despido fue fulminante, evidenciando la complicidad entre el Ayuntamiento y la empresa.

 La plantilla a lo largo de la huelga transmite su malestar por el apoyo velado a las grandes empresas por parte de los responsables políticos de la ciudad de Zaragoza y por su silencio ante el ataque hacia los trabajadores de la contrata y hacia los ciudadanos, al ser copartícipes de la precariedad en el servicio prestado, consecuencia del expolio en beneficio de intereses empresariales.

 La denuncia de estos hechos incomodaban al equipo de gobierno de la ciudad, puesto que las reivindicaciones y los lazos creados con el tejido vecinal, social y sindical de Zaragoza caminaban hacia una alternativa en toda regla al sistema actual de privatizaciones y externalizaciones, basados en la dictadura de los mercados y en la defensa de los grandes magnates del poder, en detrimento de la ciudadanía.

 ENTRONQUE SINDICAL Y SOCIAL

Las reuniones con el tejido vecinal de la ciudad para abordar la cuestión relativa al deterioro de los parques, así como la creación de la plataforma de las contratas municipales fueron un antecedente ecisivo en el desarrollo del conflicto.

 Uno de los rasgos definitorios de la lucha fue el apoyo de colectivos sociales y vecinales de toda índole. Era el resultado del  trabajo realizado con anterioridad a la huelga. Infinidad de asociaciones de vecinos, colectivos sociales y sindicales, así como grupos políticos municipales habían sido receptores de nuestra labor de denuncia. El conglomerado de asociaciones y grupos mencionados resultaría de vital importancia en el transcurso de la huelga, suponiendo en algún caso apoyos sólidos en la lucha.

 Durante la huelga muchas fueron las organizaciones que mostraron su apoyo a la plantilla ante el conflicto abierto. Unas, de índole político, como los grupos municipales IU y CHA , otras, de índole vecinal y sindical. Entre estas últimas, cabría destacar el apoyo recibido a modo de comunicados y actos varios, así como el respaldo económico con sus aportaciones a la caja de resistencia, dejando a un lado la batalla de siglas y banderas. El apoyo sindical siempre provino más de los afiliados anónimos que de las direcciones burocráticas. Mención especial merece la comisión obrera del 15M, por el apoyo desinteresado, la solidaridad y su permanente respaldo a todos los actos de protesta desarrollados durante la huelga, muchos de ellos convocados por la misma.

 Muchas de estas organizaciones presionaron y lucharon por llevar las negociaciones a buen puerto. Sin embargo, en todo momento la decisión última recayó en la asamblea, quien establecía los límites y los principios incuestionables de la negociación.

 MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Un papel importante antes, durante y después de la huelga es el que jugó la prensa, tanto los medios convencionales locales como la prensa alternativa y la de las diferentes organizaciones.

 Todos los días hacíamos un comunicado de prensa, participábamos en tertulias de radio… y recibíamos permanentes muestras de apoyo de ciudadanos anónimos en cartas a los periódicos, llamadas a las emisoras, etc. Se trataba de un elemento clave para el devenir del conflicto, puesto que la empresa FCC entiende su  imagen en la ciudad como un valor esencial, por eso siempre apostamos por que los medios de comunicación se hicieran eco de nuestra lucha

Los medios convencionales respondieron ante el conflicto en función del desarrollo del mismo y de sus propios intereses. Cuando los huelguistas hacíamos hincapié y aumentábamos la  presión sobre FCC el Periódico de Aragón daba cobertura a la huelga todos los días, por contra, cuando se apostó por incrementar la presión sobre el Ayuntamiento y el grupo socialista gobernante, era el Heraldo de Aragón quien se hacía eco de nuestra lucha.

 En definitiva, serían los medios de comunicación alternativos y los de las organizaciones que respaldaban a los huelguistas quienes se volcaran a la hora de dar cobertura al conflicto y con queienes pudimos contar en todo momento.

 REFLEXIONES FINALES

Nuestra inexperiencia en un conflicto de semejante envergadura debería hacernos reflexionar, aprendiendo de los aciertos y de los errores para posibles futuros conflictos.

 Por un lado, siendo conscientes y estando enormemente agradecidos a los apoyo recibidos, a veces esos apoyos se convirtieron en presiones que generaron en ocasiones fisuras entre la plantilla. Es imprescindible mantener en todo momento el poder de decisión en la asamblea de trabajadores.

 La capacidad de decisión de los trabajadores debe prevalecer también siempre sobre el comité de huelga. En determinadas ocasiones éste mostró diferencias y dudas que no reflejaban el sentir de la asamblea, quedándose sin capacidad de movimiento durante el transcurso del conflicto. Es imprescindible que el comité de huelga acuda a las negociaciones con una sola voz, la encomendada por la asamblea, para dar muestra de firmeza y no ser reflejo de debilidad, lo cual  siempre será aprovechado por la empresa.

 La dirección de la empresa jugó muy bien su papel. Aprovechó al máximo en su propio beneficio cualquier indecisión entre los huelguistas. En las negociaciones la empresa siempre llevó acuerdos cerrados, nunca abiertos al diálogo y la negociación, lo cual debió ser denunciado con mayor contundencia por parte de un comité de huelga que en ocasiones tuvo escasos márgenes de maniobra. Somos los trabajadores y las trabajadoras quienes ante la convocatoria de una huelga debemos dirigir el conflicto y las negociaciones y no admitir permanentes requisitos para iniciar la negociación sin contrapartida alguna. Cualquier muestra de duda o debilidad por nuestra parte hace más fuerte a la empresa que endurece sus condiciones.

 Aunque ante la convocatoria de una huelga indefinida surgieron en parte de CGT dudas y miedos a un fracaso rotundo, el respaldo de la organización podría calificarse de formidable. Estuvo en todo momento a disposición de la plantilla, participando activamente durante los 24 días de huelga. Militantes, afiliados e instalaciones fueron aportados de modo desinteresado.

 Mención especial, sin que ello signifique el menosprecio de otras muchas personas que estuvieron a nuestro lado en todo momento, merece el Secretario de Organización de CGT ARAGÓN, Miguel Martínez. Durante las cuatro semanas de huelga estuvo de sol a sol a nuestro lado, apoyando, dando ánimos, aportando experiencia y sobre todo favoreciendo lazos de solidaridad entre la plantilla. Una sonada ovación al finalizar la huelga transmitía el agradecimiento de los trabajadores hacia su persona.

No debo olvidar tampoco la solidaridad mostrada por el conjunto de la CGT. La organización desde diferentes puntos convocaba concentraciones y movilizaciones, así como aportaba una cantidad económica importante a la caja de resistencia. La presencia de compañeros jardineros de Madrid en actos de protesta nos hacía partícipes de que no estábamos solos. Sin embargo, para la dirección de la empresa estas muestras de solidaridad agravaban el conflicto, puesto que al extender la solidaridad a otros lugares corría el riesgo de contagio. Así quedó patente en alguna  ocasión, cuando la empresa establecía como requisito imprescindible para negociar la desconvocatoria de concentraciones en todo el Estado.

 Cada muestra de apoyo suponía para los huelguistas una bocanada de aire fresco y un reforzamiento en nuestras posiciones. Todas ellas, sin duda alguna, nos convencían aún más de nuestra lucha por recuperar la dignidad perdida. Personalmente la solidaridad recibida de mis compañeros, de las diversas organizaciones vecinales, sociales y sindicales,  de mi entorno familiar, en especial de mi madre y hermana, me empujaron a seguir luchando y a reafirmarme en mis principios, entendiendo que la lucha merecía la pena porque así lo   dictaban sus justos fines.

 Tras 24 días de huelga el conflicto tocó a su fin, que fue vivido por la plantilla entre momentos emotivos. Abrazos y lágrimas reflejan sentimientos encontrados y horas compartidas. Habían sido 24 días de lucha donde se rescataron las mejores tradiciones del movimiento obrero: la asamblea como método de decisión y organización, la caja de resistencia o la solidaridad con otras luchas. Además el hecho de enfrentarnos a una multinacional demostró que no solo podemos luchar sino que también podemos ganar.

 En su lucha por la dignidad los trabajadores salen victoriosos. El triunfo queda reflejado, cuando trabajadores erguidos y orgullosos, con la cabeza alta, regresan a sus puestos de trabajo. Conscientes que la unidad, la solidaridad y la toma de decisiones compartidas desde la base  demuestran que es posible el éxito en la lucha obrera.

 Reflexiones, experiencias y un sinfín de vivencias reflejan aciertos y errores. Ante todo suponen un pistoletazo de salida ante los tiempos que nos esperan, ante los presentes y futuros ataques hacia los  derechos y garantías de la clase trabajadora. Los aciertos  no los debemos olvidar y, de los errores debemos aprender.

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La pobreza ante la crisis, una realidad heterogénea. Vivencias y discursos https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/la-pobreza-ante-la-crisis-una-realidad-heterogenea-vivencias-y-discursos/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/la-pobreza-ante-la-crisis-una-realidad-heterogenea-vivencias-y-discursos/#respond Wed, 21 Mar 2012 12:36:01 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3726 En este texto presentamos algunos esbozos acerca de las vivencias y los discursos de los grupos subordinados en la estructura social, que están viviendo de manera directa y cruda los efectos de la denominada crisis económica. Desde una metodología cualitativa, acometemos nuestro trabajo a partir de un conjunto de grupos de discusión y entrevistas.

Nos hemos planteado un acercamiento para tratar de conocer cómo es la cotidianeidad de las personas mas afectadas por los procesos de dislocación que se están produciendo en el avance del capitalismo tardío. Pretendemos con ello dar con algunas claves de entendimiento de los procesos de producción y reproducción de las marginaciones, y de cómo operan los dispositivos de dominación, así como las diversas respuestas que frente a ellos se construyen y que pueden contribuir a cuestionar esas formas en que se reproducen las condiciones que contribuyen a su subordinación y su dominación.

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Lucila Finkel, María Arnal, Miriam López, Pilar Parra, Araceli Serrano, Ángel Zurdo, Daniel Parajuá, (Universidad Complutense de Madrid)

La investigación en curso, de la que aquí presentamos unos primeros esbozos de conclusión para el debate, está centrada y enfocada en las vivencias cotidianas y de la vida ordinaria de gentes que viven directamente los efectos de la denominada “crisis económica”, en posiciones subordinadas de la estructura social. Como se verá, este punto, en aparente común, es el de partida de diversas líneas de interpretación y configuración de realidades particulares.

Este trabajo se ha realizado en base a las técnicas cualitativas de grupos de discusión y de entrevistas semiestructuradas, por lo que fue necesario diseñar un proceso de definición de aquellas personas y grupos especialmente afectados por la actual deriva social, política y económica, especialmente en lo que se refiere a la falta de empleo: jóvenes con escasa cualificación, migrantes desempleados o en trabajos precarios, mujeres, desempleados de más de 45 años. Todos tienen en común su fragilidad ante los efectos de la crisis y la experiencia de “descenso social” que se deriva de ella.

En términos generales, nos hemos planteado un acercamiento para tratar de conocer cómo es la cotidianeidad de las personas mas afectadas por los procesos de dislocación que se están produciendo en el avance del capitalismo tardío. En este sentido nos interesa saber cómo viven -o sobreviven- para intentar mantener sus necesidades básicas y las de sus familias cubiertas; cómo construyen su identidad en estos espacios de precariedad y quiebra de su mundo conocido; cómo dan sentido a su situación y a la de otros en similares circunstancias y cómo despliegan su cosmovisión desde esa posición.  Las técnicas de investigación referidas nos están permitiendo realizar este acercamiento para ver cómo se construyen esas vivencias e ideologías  en su “hablar” colectivo -esto es, en situaciones de interacción social entre iguales- y que estas situaciones nos darán la posibilidad de ver cómo se construyen sus discursos, con sus variaciones, sus balbuceos, sus potencialidades, sus dudas, sus contradicciones  y sus desplazamientos.

De esta manera, pretendemos dar con algunas claves de entendimiento de los procesos de producción y reproducción de las marginaciones, y de cómo operan los dispositivos de dominación, así como las diversas respuestas que frente a ellos se construyen y que pueden contribuir a cuestionar esas formas en que se reproducen las condiciones que contribuyen a  su subordinación y su dominación. Conocer estos procesos y dispositivos y ver cómo son los discursos puede dar claves para ver las fortalezas, las fracturas, los puntos débiles, las contradicciones, las respuestas  que subyacen a esta forma de reproducción del modelo actual del desarrollo capitalista y para avanzar en propuestas de conformación de miradas que contribuyan en una toma de conciencia de sus propios intereses.

Crítica a las definiciones de exclusión y pobreza.

Desde esta perspectiva, nos planteamos desarrollar una humilde contribución a la crítica de las definiciones clásicas y hegemónicas de la pobreza y la exclusión social, escoradas en la actualidad a la acotación individualizada de los problemas sociales y a los procesos de esencialización de la pobreza, muy en línea con los diagnósticos realizados desde las políticas neoliberales. Precisamente, éste ha constituido nuestro primer terreno de contestación, objetivando esas definiciones hegemónicas de los excluidos y los “nuevos pobres” para ubicarlas en una política concreta de gobierno de la ciudadanía.

Para este trabajo hemos acometido varias tareas comunes en torno a los grupos de discusión que se pueden resumir en los siguientes puntos o ejes del análisis:

1-reconstrucción de trayectorias vitales y estrategias de supervivencia

2-los vínculos sociales, las relaciones, las redes y los apoyos

3-análisis ideológico y cosmovisiones sobre la sociedad que les ha tocado vivir: Estado, estado del Bienestar, gobierno, la clase política, gran capital, pequeños empresarios, los sindicatos, las instituciones, los inmigrantes, la población gitana, la solidaridad y la ayuda al desarrollo, la justicia,…

4-las miradas sobre la crisis: reconstrucción del sistema de atribuciones causales

5-representaciones sociales sobre la desigualdad y la pobreza. Términos usados. Marcos interpretativos

6-las perspectivas de futuro

7-las demandas de intervención social

8-miradas sobre la movilización política

9-la construcción de identidades en contextos de precarización

A partir de aquí, hemos obtenido un conjunto de materiales discursivos de enorme riqueza e intensidad que nos están sirviendo de base para un análisis que se despliega en varias direcciones. Nos centraremos, ahora, en avanzar algunas líneas de este trabajo en relación a las descripciones de las actitudes vitales y las distintas metáforas que se ponen en juego ante el paro y la crisis; unas estrategias discursivas que, más allá de una mera estructura retórica, nos direccionan hacia las vivencias y significaciones ordinarias de la vida social.

Desde nuestra perspectiva, estos espacios ideológicos conforman el espacio de las prácticas sociales y no constituyen un mero contrapunto mental a las mismas. Además, las vivencias subjetivas, lejos de constituirse en una especie de asunto personal, remiten a las esferas sociales y culturales y a las posiciones sociales colectivas.

Actitudes vitales

Podemos apuntar la existencia de diversas actitudes vitales ante la crisis, que se ubican en un contexto en tensión que va desde el extremo del individualismo hasta un cierto sentimiento colectivista y, a su vez como otro eje transversal, un extremo de posición adaptativa hasta otro de posición crítica. Así, los parados obreros de más de 45 años muestran actitudes que hemos denominado de “acabamiento”, toda vez que desarrollan estrategias adaptativas que consisten en sentir que han llegado a una estación términi, o que han terminado por caer en un pozo, del que ya difícilmente van a salir; su actitud denota sentimientos comunes, pertenencia a un grupo al que, sin embargo, se le ha negado toda capacidad de agencia.

La mayor parte de las actitudes vitales se ubican en el territorio común del individualismo, que tiene a explicar la propia situación en términos particulares y desconectados de intereses comunes o de toda identidad colectiva. En este sentido, buena parte de los grupos de jóvenes tanto cualificados como de escasa cualificación, grupos de inmigrantes e incluso una buena parte de las mujeres con cargas no compartidas, se sitúan en actitudes que van desde un estado de shock individual hasta lo que hemos denominado provisionalmente un aislamiento protegido amnésico (que pretende encontrar un refugio individual ante la que está cayendo). En este conjunto, cabe incluso el tipo de actitudes que subrayan la máxima responsabilidad individual, sobre todo por parte de grupo de migrantes que llegaron a nuestro país con los esquemas de esfuerzo individual como camino a la prosperidad.

Resulta especialmente interesante detenernos en ese estado de shock y de desconcierto que hemos citado: buena parte de los jóvenes de los grupos de discusión se encuentran en este espacio discursivo a la hora de dar cuenta de sus actitudes ante la situación que viven, comparando permanentemente la situación actual (ahora) con el pasado (antes) y elaborando estrategias de supervivencia que creen circunstanciales en espera, más o menos idealizada, de una vuelta a las condiciones previas vividas como de prosperidad. Sólo en algunos casos, minoritarios, se vislumbran algunos ejercicios críticos que se plantean salidas a esta situación por medio de una vida más simple (siempre desde la perspectiva individualista).

Pero las actitudes no se ubican únicamente en este contexto individualista: una fracción de los grupos de mujeres, así como de jóvenes y obreros, puede derivar en actitudes más próximas a los sentimientos colectivos, que generan procesos de movilización, en primer lugar hacia la búsqueda desesperada del trabajo (lo que no garantizaría la continuidad de esos sentimientos colectivos) o hacia la elaboración de discursos más críticos ante la situación de crisis. En cualquier caso, nuestra hipótesis por el momento es que las actitudes más nítidamente marcadas de colectivismo crítico solo se encontrarían en los grupos de jóvenes cualificados, así como en obreros-as, con una cierta tradición y experiencia previa de movilización política.

Espacios ideológicos

Las actitudes descritas, lejos de constituirse en sólidos y nítidos espacios vivenciales, admiten variaciones y adaptaciones a las distintas situaciones de la vida cotidiana. Una de las cuestiones que más interés está suscitando en nuestro análisis es su vinculación con varios espacios ideológicos que conforman potentes condicionantes de las actitudes y prácticas sociales.

Entre las personas más directamente afectadas por la actual crisis y desempleo es frecuente el posicionamiento ideológico en alguna de las versiones del individualismo, toda vez que los discursos hegemónicos ponen énfasis en esta esfera para explicar tanto las causas como las consecuencias de las situaciones penosas en las que se vive. Por una parte, una fracción importante de jóvenes y migrantes con cierta cualificación exhiben con claridad un individualismo que hemos denominado hobbesiano adaptativo, que subraya la importancia de obtener y conservar capital formativo personal, que es el que se tiene que poner en juego, en base a los méritos individuales, en un mundo en el que la tónica es la lucha de todos contra todos, con escasas posibilidades de solidaridad y acción común, cuestiones a las que siempre se mira de manera despectiva o tachándolas de ingenuas.

Por otra parte, ya en los grupos de jóvenes no cualificados y en alguna fracción de los grupos de clase media baja se comparte esta visión del mundo social como un lugar en el que cada uno depende de sus cualidades y capacidades, pero al que se añade posturas y opiniones críticas ante los poderes públicos y los responsables de la economía (sean estos quienes sean: ministros, banqueros, incluso sindicatos); finalmente son ellos, la gente común, los principales afectados pero nada o poco se puede hacer contra esa masa informe de culpables, tan sólo buscarse uno la vida como mejor pueda.

Ambas versiones del individualismo comparten con otros grupos una importante característica ideológica: aquella que hemos denominado realismo situacionista adaptativo, en la que se alinean también una fracción del grupo de personas de clases medias bajas, las mujeres con cargas no compartidas y una parte importante de los jóvenes con cierta cualificación, pero siempre en los estratos medios y bajos de la sociedad. Esta postura vendría ser la máxima expresión de la opción adaptativa, en la que se reduce al mínimo la crítica movilizadora y la activación de prácticas de respuesta colectiva. Aquí, la sociedad es vista casi como un destino o un escenario en el que las personas apenas tienen capacidad de agencia, donde el único espacio –tanto individual como en grupo- que queda es el de intentar buscar la mejor manera para salir adelante, trabajar en lo que sea y, de nuevo, buscarse la vida.

Más preocupante resulta comprobar cómo buena parte de los distintos grupos entrevistados coinciden en elaborar algún tipo de discurso en torno al espacio ideológico del populismo xenófobo reactivo, un espacio del que también pueden participar ciertos sectores de trabajadores migrantes. Las distintas actitudes vitales a las que hemos hecho referencia en el apartado anterior contribuyen en la producción de este tipo de populismo que toma a los extranjeros y a las diferencias fenotípicas como chivos expiatorios de la situación actual. Es evidente que constituye una de los principales discursos fragmentadores de las clases populares e indudablemente vienen reforzadas y remarcadas por las acciones políticas y mediáticas, especialmente por todas aquellas que inciden en remarcar la nacionalidad de la gente, los rasgos visibles distintivos, así como el uso de términos despectivos.

En este conjunto de espacios ideológicos no descartamos la existencia de un colectivismo crítico, hoy por hoy minoritario y potencialmente compuesto por aquellas personas con experiencia previas en la participación en algún tipo de movimiento social o de carácter político. Potencialmente es posible inscribir en esta opción a una fracción de los obreros y parados mayores de 45 años, siempre y cuando la actitud vital de acabamiento no haya logrado imponer todo su poder explicativo de la realidad circundante. En cualquier caso, parece que se trata de un espacio ideológico poco frecuentado por las fracciones más dañadas por la actual crisis económica.

Para concluir (provisionalmente)

El concepto de “crisis económica” lo empleamos aquí como categoría social en uso, que permite organizar los temas que hemos planteado en el guión de los grupos de discusión. Como hemos podido ver en esta somera exposición, una de las características básicas de las vivencias de los grupos de dominados ante estas situaciones es la heterogeneidad y la fragmentación, posiblemente asociada con las prácticas de segmentación de las clases populares y que se encuentran entre los ejes principales de las formas modernas de gobierno de la población. La falta de empleo, el sentimiento de inutilidad, la necesidad acuciante de ingresos económicos, el fracaso de los proyectos de vida, la incertidumbre ante el futuro, la indignación por el comportamiento de responsables políticos y económicos, todo ello, lejos de generar una corriente común de análisis y de identificación, se inscribe en un escenario social de múltiples identidades, muchas de ellas enfrentadas entre sí, con escasa capacidad para articular soluciones y alternativas y, sobre todo, con pocas opciones para las vivencias colectivas. La confluencia en los discursos xenófobos no hace sino ratificar este escenario, puesto que se componen desde diversas actitudes vitales. En cualquier caso, queremos dejar claro que no se trata de posiciones inamovibles sino de situaciones en un continuo en el que hay desplazamientos y hasta solapamientos de esas actitudes y perspectivas.

Este acercamiento analítico inicial puede ser de gran utilidad a la hora de desarrollar posteriores explicaciones en torno a los procesos por los cuales buena parte de las clases populares está asumiendo los discursos culpabilizadores producidos desde las élites y que se condensan en frases como la que dice que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”.

Por otro lado, se hace necesario profundizar en este estudio, para abordar esta realidad en toda su complejidad, en concreto a la ausencia de una fractura social clara –aún en los peores momentos de desempleo y aumento de la pobreza- que debe ser explicada a la luz de los efectos paralizadores de la crisis y su tratamiento mediático, así como al mantenimiento, aún en estas esferas de la vida de los dominados, de las esperanzas por regresar a las situaciones de bonanza del pasado, aún más idealizadas si cabe en la actualidad.

Esta fragmentación de las clases populares se ubica en espacios y momentos de la vida cotidiana, tiene importantes efectos explicativos de la realidad y contribuye a la construcción de desconfianza, suspicacia, sentimientos de competencia y hasta enfrentamiento, unos elementos que pueden constituir una buena parte de los nuevos discursos racistas y nacionalistas, e incluso las bases para la reivindicación de algún tipo de autoritarismo.

Teniendo en cuenta estos elementos, el análisis de las vivencias ante la crisis debe servir para construir espacios de esperanza de la manera menos ingenua posible; unos espacios que para que sean efectivos deben ser relevantes para las gentes, aportar versiones alternativas que expliquen qué está sucediendo y, sobre todo, generar discursos plausibles acerca de la capacidad de cambio de las movilizaciones colectivas. En este sentido todo trabajo encaminado a la construcción de un colectivismo crítico tiene que ser capaz de afrontar con solidez los argumentos de la desesperación, el aislamiento y el enfrentamiento entre los distintos sectores de las clases dominadas.

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La dimensión internacional de la crisis económica https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/la-dimension-internacional-de-la-crisis-economica/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/la-dimension-internacional-de-la-crisis-economica/#respond Wed, 21 Mar 2012 12:29:07 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3723 La crisis económica internacional es el resultado de la globalización financiera  derivada de la solución a la crisis de producción de los años setenta. El proceso de reestructuración de las economías más desarrolladas se hizo posible a través de fortalecimiento del mercado financiero en las relaciones económicas internacionales y la creciente apertura de todas las economías nacionales. A este proceso se ha sumado la aceleración de los cambios tecnológicos. Se está pues ante una triple crisis que afecta a las finanzas, a la producción y al empleo, y a las relaciones internacionales. Las tres deberán de abordarse simultáneamente si se busca una cierta estabilidad económica internacional.

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José Manuel García de la Cruz, Profesor titular de Estructura Económica y Economía del Desarrollo, Universidad Autónoma de Madrid


No es ocioso comenzar recordando que la actual crisis afecta especialmente a las economías desarrolladas y que el origen de la crisis está en éstas mismas. En este sentido,  si se puede hablar de crisis internacional es por el hecho de que, en tanto que la economía mundial sigue pivotando sobre las economías más desarrolladas, el retraso en la superación de la (su) crisis puede terminar por contaminar los ritmos de crecimiento del conjunto de las economías nacionales que participan en el sistema económico mundial, abortando las expectativas de mejora de las condiciones de vida de su ciudadanos. Es, por lo tanto,  la polarización y centralización del actual sistema de relaciones económicas lo que permite hablar de crisis internacional, más allá de la situación concreta de cada economía.

Cabe sin embargo otra evaluación de la situación. En otros términos, la crisis actual sería, también, resultado de la transformación de las relaciones de la economía mundial en un contexto de aceleración de las innovaciones tecnológicas e incremento de la competencia en los mercados, tanto de mercancías como de capitales, a escala mundial. Así, la crisis actual de las economías desarrolladas abre la posibilidad de cambiar la configuración de las relaciones económicas internacionales de tal forma que la centralidad de las economías desarrolladas sea sustituida por una red de relaciona más abierta. La crisis de las economías desarrolladas estaría alumbrando la consolidación de un sistema multipolar, más descentralizado, sustitutivo del orden anterior polarizado y centralizado.

Seguramente, es todavía pronto para conocer cuál será el desenlace la crisis, pero, se puede afirmar, que solamente se asegurará una salida sólida no solamente para las economías desarrolladas, y especialmente europeas, si al mismo tiempo no se logra reorganizar eficazmente el sistema internacional de relaciones económicas. Las razones de esta afirmación no son otras que las derivadas de las consecuencias de la globalización sobre la capacidad operativa de las autoridades nacionales, resultado del incremento de la competencia en los mercados exteriores, la movilidad internacional de capitales y la incertidumbre sobre los tipos de cambio de las monedas nacionales.

En adelante se expone una interpretación de la crisis económica actual y de las transformaciones de la economía mundial, antes de concluir con el recordatorio de algunas condiciones para una salida duradera de la actual situación en el contexto de la globalización.

La crisis resultado de la globalización

Hay que reconocer que los problemas sociales son rara vez resultado de causas únicas a las que atribuir toda la responsabilidad. La tentación de obrar de tal forma es muy fuerte, máxime si se desea lograr explicaciones formalmente simples y bien construidas. Sin embargo, las crisis, salvo las producidas por cataclismos naturales, rara vez pueden ser explicadas por una sola variable o por un solo hecho, son resultado del deterioro de las condiciones de producción, distribución y consumo ante su incapacidad de absorber y neutralizar un cambio profundo y desequilibrante generado en el interior del sistema económico.

Podríamos decir que el crecimiento económico se conserva mientras es posible sostener un equilibrio inestable entre las diversas relaciones sociales establecidas en torno a la producción y la distribución del excedente económico y la satisfacción de las necesidades económicas de la gente. Los desequilibrios pueden conducir a la situación previa, o bien pueden desencadenar un proceso de búsqueda, de creación y de legitimación de unas nuevas condiciones sociales, materiales e ideológicas que restablezcan un nuevo equilibrio de condiciones muy diferentes a las de partida.

Con esta perspectiva, se puede interpretar la crisis actual de las economías más desarrolladas como resultado del proceso de su transformación iniciado en los años sesenta, tiempo en el que se inicia la ruptura de los equilibrios del orden keynesiano que había permitido su alto crecimiento desde los años cincuenta.

Es comúnmente aceptado que, tras la Segunda Guerra Mundial, las economías más desarrolladas admitieron la regulación económica por parte del Estado, que el crecimiento se basó en el fortalecimiento de los mercados nacionales, con el apoyo a la formación de grandes empresas, y la justificación de un cierto proteccionismo comercial. Igualmente el Estado (con mayor o menor intervención) medió en las relaciones salariales  apoyadas en organizaciones de clase (sindicatos y patronales) definidas en torno a la producción, y promocionó el estado de bienestar que actuó como instrumento de distribución de rentas, vía impuestos y gastos públicos. La gestión de la moneda (tipos de interés y tipo de cambio frente a otras divisas) era  una atribución de los gobiernos nacionales y la actividad financiera (de préstamo y ahorro) estaba altamente regulada e intervenida (autorizaciones muy limitadas para la creación de bancos y control de los movimientos de los capitales internacionales).

Todo ello fue posible por la generalización de las aplicaciones industriales de los conocimientos aportados por la ciencia. La siderurgia, la industria química, el ferrocarril, la construcción de automóviles, la aeronáutica y la industria nuclear, entre otros sectores, impulsaron el crecimiento de la productividad y la asalarización de las relaciones de producción. Además, el acceso al petróleo a precios bajos en las economías sometidas políticamente permitió cierto desentendimiento de la importancia de la energía en la configuración de las relaciones sociales y la calidad de vida. La redistribución, mediante incrementos de los salarios reales y las políticas de bienestar, legitimaron el sistema económico capitalista en este modo de regulación, que ha sido denominado como “fordista”. Las relaciones económicas internacionales se organizaron en torno a las instituciones de Bretton Woods con cometidos sobre los mercados financieros internacionales, el empleo del dólar –convertible en oro- como divisa internacional y la regulación del comercio internacional.

Pues bien, desde finales de los años sesenta, este sistema conoció una acelerada transformación: se incrementó la competencia entre las economías más desarrolladas, provocando la ruptura del sistema monetario en 1971, y el crecimiento de los precios de las materias primas, especialmente  – y con fuertes componentes políticos- del petróleo, a partir del año 1973. Se puso al descubierto el agotamiento de las fuentes de productividad tecnológicas que impulsaron el crecimiento postbélico, que obligó a fuertes reestructuraciones industriales que provocaron la caída de ingresos fiscales, al tiempo que el desempleo y las políticas sociales incrementaron los gastos públicos y, en definitiva, la necesidad de buscar fuentes de financiación de las políticas públicas, tanto de las de carácter económico, como las reestructuraciones productivas. El resultado fue la globalización financiera, es decir la liberalización de las prácticas y de los mercados financieros.

Pero este cambio no fue solamente técnico sobre alternativas a la financiación de las políticas públicas, supuso un cambio radical en el funcionamiento del sistema capitalista. Si la cohesión social legitimaba el modelo fordista, la globalización se va a legitimar por los éxitos económicos en los mercados competitivos. De esta forma la intervención pública se entenderá como limitante de las capacidades individuales, los impuestos como costes y las políticas sociales como freno a la competencia.

El resultado ha sido que la financiación de las políticas públicas depende crecientemente de la evaluación de sus resultados en términos de competencia internacional. En un proceso acelerado desde los años ochenta, van a ser las  expectativas sobre los rentabilidad de las inversiones lo que facilite el acceso a la financiación – ahora privada- como consecuencia de la renuncia a la imposición sobre los rendimientos del capital y de la apertura de los mercados financieros internacionales. No será la cohesión social y la redistribución del excedente lo que legitime al sistema, sino la capacidad de competir en el escenario global. El sector financiero se colocó en el centro de decisión del sistema actuando sobre las políticas económicas como garantía de rentabilidad de sus préstamos.

En este nuevo contexto postfordista, la competencia en los mercados internacionales ha sido acompañada de la apertura de la mayoría de las economías nacionales, dejando al descubierto las diferencias salariales (incluidos los componentes indirectos abastecidos desde las políticas de bienestar) de forma tal que la competencia en el contexto de movilidad de capitales se ha establecido entre los salarios, presionando a la baja los salarios reales en todos los países.

En consecuencia, se ha producido una acelerada financiarización de la economía: primero, como consecuencia de la apelación a los préstamos por parte de los gobiernos; segundo, por la incorporación de pequeños inversores a los mercados de títulos; en tercer lugar, con el incremento de las actividades financieras, incluso en las empresas manufactureras, ante la diversificación de los productos financieros y la supuestas garantías ofrecidas.

Como consecuencia se ha producido el incremento del endeudamiento tanto público como privado que no se ha visto correspondido ni con los incrementos de la productividad de las economías, ni con la estabilidad del crecimiento del consumo, sostenido, precisamente, por el propio sistema de préstamos ante la estabilización de los salarios. Las bases de la burbuja financiera ya estaban construidas  desde antes de que comenzara su estallido en 2007.

Transformaciones de la economía mundial

Pero si la crisis financiera no representa ninguna novedad en la historia del capitalismo, sí lo es que la actual está operando en un contexto internacional que, por primera vez, no está controlado por las economías más desarrolladas.

En los últimos veinte años se han acumulado un conjunto de transformaciones en las relaciones económicas internacionales, tales como:

–         La jerarquía en el comercio internacional se ha visto radicalmente alterada por la activa participación de China y otros países, especialmente India, Brasil y otros como Rusia, República de Corea o Sudáfrica y, en general, el amplio conjunto de “economías emergentes”.

–         Se ha incrementado notablemente el número de empresas multinacionales cuyo origen está en economías en desarrollo.

–         La participación de los bienes intermedios en el comercio internacional se ha incrementado notablemente en los últimos años, al igual que el comercio de productos poco diferenciados (comercio intrasectorial) en cadenas de valor mundiales.

–         Aunque  el dólar de los EE.UU., a pesar de la crisis financiera americana,  siga siendo la principal divisa en las transacciones económicas internacionales, la participación de China en la distribución de las reservas internacionales hace que los EE.UU. necesiten de la cooperación de las autoridades chinas en el manejo de su política de tipo de cambio.

–         El crecimiento de las economías emergentes está provocando un incremento de la demanda de materias primas industriales que ha roto la tendencia a su depreciación y ha abierto nuevas oportunidades de crecimiento económico de los países exportadores de las mismas. Especialmente para los exportadores de productos energéticos.

–         El comercio de servicios es cada vez mayor, y son las economías desarrolladas sus impulsoras.

–         Las economías en desarrollo participan de forma creciente en el comercio internacional de productos de alto contenido tecnológico. Sin embargo, los principales desarrollos tecnológicos continúan produciéndose en las economías más desarrolladas.

–         Los movimientos financieros son dominantes en las relaciones económicas internacionales, siendo las entidades de las economías desarrolladas sus actores principales.

Todos estos cambios se han generado por las políticas de liberalización y apertura de las economías defendidas desde las instituciones multilaterales. Sin embargo, y paradójicamente, han actuado contra ellas. La importancia del Banco Mundial se ha disuelto en la desmesura de los mercados financieros privados, el Fondo Monetario Internacional que encontró en la defensa de la globalización un nuevo papel tras la crisis del patrón cambios oro en 1971, es incapaz de hacer propuestas no ya sobre la solvencia de las entidades financieras, también sobre la alternativas a las crisis fiscales de las economías más desarrolladas. Y la Organización Mundial de Comercio, presentada en 1994 como la nueva gran organización destinada a gobernar la globalización, apenas es capaz de mantener abiertas las negociaciones de la Ronda de Doha de liberalización económica al cabo de once años de su inicio.

La complejidad de las soluciones

La prolongación de la crisis está afectando a la credibilidad de la política. En Europa se han extremado las políticas de ajuste, en el Reino Unido y en Estados Unidos se han combinado con otras más incentivadoras del crecimiento económico, sin embargo y aunque los resultados están siendo ligeramente más positivos para éstas últimas, no hay duda de que no se ha acertado en las soluciones. La interrelación comercial, la competencia en costes de producción, las dificultades ante la movilidad de los capitales para delimitar bases impositivas sobre las que edificar alternativas a la recaudación impositiva, hacen que todas las políticas, en definitiva, no consiguen sino “ganar tiempo” (es decir, perder tiempo) a la espera de que desde algún e imprevisto lugar (China, los BRIC, ¿?)  se consolide una recuperación suficientemente fuerte que impulse el crecimiento general.

En las economías en desarrollo y especialmente entre las emergentes, las carencias sociales acumuladas ofrecen la oportunidad de emplear el mercado nacional, e igual papel están jugando  las crecientes relaciones entre ellas, para relanzar su crecimiento económico. No obstante, los niveles de productividad y bienestar social todavía permanecen alejados de los correspondientes a las económicas de mayor desarrollo.

En este escenario de incertidumbre, aunque con alguna excepción, los bancos se van saneando con ayudas de los poderes públicos, por lo que en cualquier momento se recuperará la actividad en los mercados financieros. Es deseable que la reciente experiencia les haga más prudentes en un futuro y abandonen la ingeniería financiera a favor de la financiación de inversiones rentables y socialmente productivas, por otro lado, fuente tradicional de su negocio y de su aceptación social.

Pero, ¿basta con estas soluciones? La crisis será superada con altos costes sociales en términos de empleos, disminución de rentas y pérdida de derechos sociales. ¿Será una solución duradera? Seguramente no. La competencia por los recursos naturales irá en ascenso, las limitaciones productivas y medioambientales cuestionarán más el modelo energético y la competencia entre salarios no hará sino acelerar el empobrecimiento de amplios sectores de  población que no podrán acceder al mercado de trabajo. La gestión de la innovación no puede limitarse a la captura de ganancias transitorias a costa de la destrucción de empleo, también debe reordenar el tiempo de trabajo, disminuyéndolo.

La posibilidad de un incremento acelerado de la producción, tras la generalización del uso de las nuevas tecnologías y el riesgo de desplome del consumo como consecuencia de la disminución de las rentas salariales, precisa de una profunda reflexión sobre la organización de la actividad económica, la producción, su distribución y la satisfacción de las necesidades individuales y colectivas. Igualmente es necesario revisar las relaciones internacionales a fin de que universalicen, en vez de limitar, los derechos sociales, a partir de una mayor democratización de la gestión de los problemas mundiales. Y, sobre todo, se han de renovar y fortalecer los mecanismos de participación y control social, que legitimen la nueva organización. En definitiva, se ha de proceder a repensar el sistema económico mundial.

Bibliografía

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Polanyi, K. [1944]: La gran transformación. Los orígenes políticos y económicos de nuestro tiempo. México: Fondo de Cultura Económica, 2006.

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