Anarquismo y anarcosindicalismo – LibrePensamiento https://archivo.librepensamiento.org Pensar para ser libre Wed, 15 Sep 2021 10:40:42 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 Editorial LP 106: Autonomía: una brújula en tiempos de totalitarismos https://archivo.librepensamiento.org/2021/09/10/editorial-lp-106-autonomia-una-brujula-en-tiempos-de-totalitarismos/ Fri, 10 Sep 2021 11:00:09 +0000 https://www.librepensamiento.org/?p=7461 ¡Qué hermoso es el país de Autonomía! Allí se está muy bien; se trabaja, se descansa y se juega cuando se quiere; cuando uno hace lo que desea, como debiera hacerse entre los hombres, no hay dinero, ni centinelas, ni guardas rurales, ni soldados que tengan cara de garduña o de hiena; ni ricos que vivan en palacios y se paseen junto a pobres que vivan en malas habitaciones y mueran de hambre después de trabajar mucho.

Salud y amor.

Alumnos y Alumnas de la Escuela Moderna Barcelona

Las aventuras de Nono. Juan Grave

En estos tiempos en que Negras tormentas agitan los aires, de totalitarismos por doquier, neofascismo, racismo y xenofobia, capitalismo financiero y globalizado, consumismo alienante, cambio climático irreversible, grandes multinacionales plutócratas, organismos supranacionales arbitrarios, poder y toma de decisiones alejados del control de la población, contrarrevolución tecnológica y cibercontrol de nuestros comportamientos y voluntades, posverdad y adocenamiento ante las redes sociales, desigualdades económicas y sociales, supremacismo y negacionismo, pérdida de la capacidad de pensar… resulta oportuno, quizás imprescindible, reflexionar sobre la autonomía, su papel y la relación que mantiene con el anarquismo para profundizar en las herramientas de transformación social y personal que nos ayuden a vivir libres en este siglo XXI, algo a lo que nos anima Octavio Alberola en Los retos del movimiento emancipador en el siglo XXI dentro de la publicación colectiva La apuesta directa.

Portada libro

En esta dirección, no nos sorprende que en el primer libro editado por la Escuela Moderna Las aventuras de Nono de Juan Grave sea Autonomía el nombre del país de la felicidad.

El conjunto de principios que configuran el cuerpo ideológico del anarquismo como pensamiento filosófico, construido progresivamente, desde la pluralidad y la heterodoxia, a lo largo de los últimos siglos —mutualismo, individualismo, colectivismo, comunismo libertario, polinización posmoderna en los movimientos sociales—, incluye, de forma preferencial el de la autonomía y lo hace al lado de otros grandes principios como el de libertad, apoyo mutuo, acción directa, igualdad, federalismo, autogestión o autoorganización

¿Qué entendemos por autonomía? Etimológicamente es una palabra formada por auto (por si mismo) y nomos (norma, estatuto, acuerdo). La autonomía se refiere a la potestad, condición, capacidad, facultad, atributo, principio, cualidad… que define a una persona, colectivo u organización para conducirse por pautas propias, con autonormas, autogestión y libertad; para actuar según criterio propio, individual, siguiendo los dictados de la propia conciencia, con independencia de los deseos, opiniones, normas, órganos o gobiernos de otros, del Otro; ajena a toda dependencia o sumisión para decidir sin influencia, coerción e imperativos fuera de ella misma, asumiendo su libre voluntad, sin someterse a nada ni nadie, ni desear someter a nadie.

En este caminar por la autonomía, son muchas las consideraciones morales, éticas, culturales, tradicionales, sociales (recogidas, por ejemplo, en la instancia psíquica del superyó freudiano) que tendrá que barajar la persona para juzgar y tomar decisiones subjetivas, propias, libres e individuales, asumidas desde la reflexión y sin los valores del adoctrinamiento o domesticación.

Pero nada en el anarquismo se limita a una mera exposición desde el punto de vista de su planteamiento teórico, de manera que, teoría y práctica resultan indisolubles. Así, la autonomía adquiere su verdadera dimensión y relevancia ideológica, se convierte en algo real, si se practica, si se ejerce, pudiendo ello expresarse en un triple plano. Por una parte, resultando básica, esencial y necesaria, la autonomía personal, individual; por otra, la autonomía en las relaciones sociales que construimos las personas y, finalmente, la autonomía colectiva de una organización; hasta alcanzar finalmente la conclusión de que para que una sociedad, una organización o un grupo humano sea autónomo se requieren personas autónomas porque este tipo de individuo será capaz de crear relaciones sociales autónomas y aceptará participar solo en organizaciones autónomas que garanticen su autonomía personal.

El anarquismo resuelve satisfactoriamente bien su acercamiento y adopción de la autonomía como una seña de identidad y lo hace a través de la identificación que plantea entre medios y fines. No se puede ser autónomo desde la heteronomía, no se puede ser autónomo si las relaciones sociales que construimos generan o se basan en la dependencia, la clonación y sumisión al jefe o líder; una organización no puede ser autónoma si su estructura de funcionamiento orgánico es jerárquica.

Portada libro

La autonomía ejercida a través del pensamiento racional, crítico, propio y relativista (como apunta Tomás Ibáñez en Contra la dominación. En compañía de Castoriadis, Foucault, Rorty y Serres), nos libera del tutelaje, liderazgo, personalismo, paternalismo, patriarcado, cuerpo doctrinal, cultura ancestral, atavismo, culto a la personalidad, principio de autoridad, dirigismo, autoritarismo, tiranía, dogmatismo, sectarismo, intransigencia, fundamentalismo, nacionalismo, estatismo, centralismo, absolutismo, determinismo, la incondicionalidad de la verdad absoluta, universalismo, esencialismo, servilismo, profesionalismos de la clase política, dominación, de lo políticamente correcto, ceguera mental o esclavitud.

Solo desde la autonomía, sinónima también de responsabilidad y madurez personal, nos acercaremos a la concepción que Elisée Reclus plasmó en la expresión La anarquía es la más alta expresión del orden. Nadie, como desde el pensamiento anarquista, ha sabido sintetizar el binomio individuo y sociedad y, para ello, la autonomía es un concepto clave. Una sociedad de máximo orden precisa de personas libres, autónomas y de organizaciones horizontales que permitan la participación y autogestión. No defendemos aquí una autonomía personal circunscrita únicamente al plano del individualismo (como podemos leer en El anarquismo individualista. Lo que es, puede y vale de Émile Armand), sino que la consideramos necesaria para que nos conduzca a una sociedad federalista y un tipo de organizaciones basadas en la participación directa, sin delegación, sin renuncia a las ideas propias y bajo la toma de decisiones colectiva.

En una sociedad, colectivo u organización anarquista, la persona, el individuo cuenta y lo hace de forma autónoma, propia, desde su singularidad individual, no se diluye en el magma de la masa, no ocupa el puesto de número, no lleva uniforme externo ni interno, no se desvanece ante los sublimes intereses de un estado y sociedad centralista y totalitaria. Por el contrario, en un modelo federalista de entes o personas autónomas y libres que deciden asociarse para avanzar en lo colectivo, desde el apoyo mutuo y la solidaridad se produce el reconocimiento de la independencia individual y organizativa de unos individuos y organizaciones respecto a otros.

Dentro del anarquismo, posiblemente, ha sido desde el anarcosindicalismo, donde se ha puesto un mayor énfasis en construir organización y esto se ha producido con base en unas señas de identidad respetuosas con la autonomía, traducida en los escenarios de las asambleas para tomar decisiones, en la autogestión y en la acción directa.

Elisée Reclus

Por ejemplo, si acudimos a conocer cómo es el funcionamiento estatutario de una organización anarquista o, más específicamente, una anarcosindicalista, como pueda ser la CGT, en el artículo 1 de sus estatutos se define como una organización de clase, autónoma, autogestionaria, federalista, internacionalista y libertaria; en el artículo 6 se afirma que se regirá por principios de democracia directa; en el artículo 8 queda garantizada la autonomía de los sindicatos federados; en el artículo 17 se plasma que la asamblea general del sindicato es el máximo órgano de decisión; mientras que en el artículo 32 se establecen una serie de incompatibilidades de la afiliación con objeto de salvaguardar su autonomía en la toma decisiones y garantizar la independencia de partidos o candidaturas políticas y cualquier ente público; finalmente, el artículo 47 determina que el secretariado permanente es un órgano de gestión nunca de ejecución.

Como recalcaba Félix García Moriyón en Una asociación de trabajadores de la CGT de Andalucía del año 2012, la autonomía de la CGT de los partidos políticos y de la propia lucha electoralista no implica apoliticismo sino justo lo contrario. Se es antipolítico, lo que supone no delegar el poder en manos de las y los representantes que se sienten receptores de un cheque en blanco para actuar sin control ni dar cuentas a quienes dicen representar.

Si nos retrotraemos en el tiempo, nos encontramos con la frase acuñada en la Primera Internacional, de la Asociación Internacional de los Trabajadores (A.I.T.), en su primer congreso el 28 de septiembre de 1864: «La emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos o no lo será». Este es el fundamento del antipoliticismo.

Seamos autónomos como personas, relacionémonos desde la autonomía dentro de la colectividad y federé- monos desde la horizontalidad y la autonomía. En todo ese proceso de vivir y actuar, siempre la persona individual y autónoma debe ser la protagonista. No nos resignemos a vivir la vida de las y los otros. Actuemos libres, sin clonar, ajenos al sistema filosófico neoliberal de valores que nos inoculan día a día.

La autonomía es la garantía de la creatividad, la espontaneidad y la participación del conjunto de la sociedad frente a toda arbitrariedad. Desde la autonomía, con horizontalidad, construyamos ámbitos y espacios propios, como propone Carlos Taibo en Repensar la anarquía. Acción directa, autogestión, autonomía, o Ante el colapso. Por la autogestión y por el apoyo mutuo, sin obsesionarnos en que acepten lo que pensamos, ajenos a las nomas y leyes del mercado y el capitalismo, a las instituciones del Estado, libres del patriarcado, la explotación, la opresión, la desigualdad. Espacios que revaloricen lo común, lo colectivo, espacios como señala Hakim Bey en T.A.Z. Zona temporalmente autónoma; espacios feministas, pacifistas, centros sociales autogestionados, ecoaldeas, cooperativas integrales…

https://contrainformacion.es/dirigimos-totalitarismo-no-estabamos-ahi

¿Cómo se aprende la autonomía? La respuesta es la misma para todos y cada uno de los principios que configuran el pensamiento anarquista. Desde su práctica, desde su vivencia, mediante situaciones y organizaciones que identifiquen medios y fines. Los espacios mencionados junto a otros proyectos anarquistas pueden ser las escuelas de aprendizaje. La vivencia del anarquismo en el presente, en el día a día, es posible.

No es casual la importancia que ha dado siempre el anarquismo a la educación y más exactamente a la pedagogía libertaria, aquella que educa desde la libertad para la libertad. Una educación racionalista que potencia el abandono de los dogmas, para la que no hay verdades absolutas sino que ayuda al alumnado a entender sus verdades, que rechaza todo signo de autoridad, arbitrariedad o sumisión, que plantea la práctica del libre pensamiento y la autonomía moral. Una educación autogestionaria y asamblearia sin premios y castigos, sin jerarquías, que ofrece una metodología en la que los valores son el apoyo mutuo y el trabajo cooperativo frente a la competitividad y la selección

En la educación libertaria lo que cuenta es el alumnado, el sujeto, no el número para que, frente a las sociedade s totalitarias que pretenden abolir la singularidad y la subjetividad, aflore la individualidad y la diversidad. En definitiva, la autonomía solo se puede aprender ejerciéndola.

¿De quién se nutren los totalitarismos? De personas sumisas, esclavas, serviles, sin autonomía, sin pensamiento propio. La autonomía, desde su práctica, será la brújula que nos guíe en estos tiempos de zozobra totalitaria para evitar que se conviertan en tiempos de derrota.

 

 

 

 

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Réfractions: una revista singular https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/refractions-una-revista-singular/ https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/refractions-una-revista-singular/#respond Fri, 21 Jun 2013 19:00:03 +0000 https://librepensamiento.org/?p=4141 1024x768 2.1La revista Réfractions propone desde hace 15 años una reflexión sobre la situación social, política y cultural, y sobre la manera en que las teorías y las prácticas anarquistas podrían influir en la misma. Las diversas tendencias que coexisten en el colectivo de redacción se reflejan en los análisis, ya que estos integran y tratan de articular entre sí diversos puntos de vista y hasta posiciones antagonistas, sin exclusiones ni síntesis forzadas. El doble desafío que la revista afronta desde su inicio consiste en difundir las ideas anarquistas más allá del círculo de los lectores militantes y poner las investigaciones de tipo teórico en relación con las luchas y las realizaciones de la vida cotidiana.]]> Annick Stevens, Miembro del colectivo editor de la revista

La revista Réfractions propone desde hace 15 años una reflexión sobre la situación social, política y cultural, y sobre la manera en que las teorías y las prácticas anarquistas podrían influir en la misma. Las diversas tendencias que coexisten en el colectivo de redacción se reflejan en los análisis, ya que estos integran y tratan de articular entre sí diversos puntos de vista y hasta posiciones antagonistas, sin exclusiones ni síntesis forzadas. El doble desafío que la revista afronta desde su inicio consiste en difundir las ideas anarquistas más allá del círculo de los lectores militantes y poner las investigaciones de tipo teórico en relación con las luchas y las realizaciones de la vida cotidiana.

2.1Al inicio de los años noventa se hacía sentir en los países francófonos la necesidad de crear una revista de teoría anarquista que no fuese el órgano de una asociación o de una tendencia particular del movimiento. Algunos universitarios se interesaban por primera vez a esta corriente política, haciendo de la tradición anarquista un objeto de estudio para historiadores, filósofos o politólogos, y un dialogo entre militantes y académicos parecía poder desarrollarse. Sin embargo, el grupo fundador no quería dedicarse al estudio del pasado, sino actualizar los principios y las propuestas sociales del movimiento a fin de apoyar un renacimiento tanto teórico como práctico. La exigencia de un elevado nivel intelectual fue asumida desde el inicio, aunque siempre se puso en tensión con la exigencia igualmente importante de ponerse al alcance de cada persona comprometida, de cada individuo o miembro de un grupo militante que estuviese interesado por sus aportaciones de reflexión y análisis.

El grupo fundador estaba compuesto por una docena de compañeros y compañeras que ya habían participado en diferentes movimientos y publicaciones anarquistas, sea de orientación pacifista o sindicalista o individualista, y de los cuales una buena parte tenía una formación universitaria y ejercía una profesión intelectual, de tal modo que los que no tenían estas características no perdieron ocasión de recordar con regularidad la obligación de escribir de manera sencilla y clara, sin formulaciones inútilmente complicadas fuese cual fuese la complejidad de los temas. Con la incorporación progresiva de nuevos miembros se reforzó la componente universitaria, pero también la relación con medios más activistas y se incrementó el deseo de hacerse eco de las nuevas experiencias prácticas. 

Hasta ahora esta tensión entre un elevado nivel intelectual y la voluntad de posibilitar un acceso generalizado se mantiene como la marca distintiva de la revista en el panorama de las publicaciones anarquistas de lengua francesa. No existe otro ejemplo de una revista que sea intermediaria entre, por una parte, las publicaciones de ciencias humanas de tipo académico y, por otra parte, los periódicos militantes. En el primer grupo se pueden encontrar revistas intelectuales progresistas como Multitudes o Vacarme, que se sitúan en la izquierda independiente pero sin referencia a la anarquía, y en el secundo los periódicos de las principales organizaciones específicas: el semanal Le Monde libertaire de la Fédération anarchiste, los mensuales Le combat syndicaliste de la CNT, Courant alternatif de la Organisation Communiste Libertaire, Alternative libertaire de la organización del mismo nombre, o el trimestral Offensive, de la red Offensive libertaire et sociale. Por supuesto, esas publicaciones también proponen análisis y reflexiones además de informaciones puntuales, pero lo hacen mediante artículos más cortos, con enfoques más ligados a las luchas actuales, y con una línea política propia. Merece una mención particular la revista A Contretemps, un boletín bibliográfico que dedica amplios dossiers a autores más o menos conocidos del pasado y del presente, y de diversos países, con un nivel de investigación y de sensibilidad excepcional.

La forma editorial de Réfractions está adaptada al ritmo de dos publicaciones por año: cada número comporta en general entre 164 a 198 páginas, ocupadas en su mayor parte por un gran dossier temático, seguido por dos o tres secciones tituladas « Transversales », « Pour continuer le débat », « Anarchives », y por fin las recensiones de libros y otras publicaciones. En el dossier se busca un equilibrio entre dos tipos de temáticas: la clarificación de conceptos tradicionales del anarquismo, como el Estado, la libertad, la democracia, el federalismo; y la observación de tendencias político-sociales actuales como, por ejemplo, la ecología, el feminismo, los movimientos de indignados y las ocupaciones. También nos hacemos eco de los debates internos del anarquismo contemporáneo, por ejemplo cuando nos interrogamos sobre la oportunidad de adoptar ciertas concepciones postmodernistas, o sobre la manera de entender la subjetivación y su relación con una finalidad emancipadora o revolucionaria. Los autores de los artículos son miembros del colectivo editorial o son invitados a escribir por su experiencia o especialización con relación al tema elegido. La sección “Transversales” acoge varios tipos de textos que no forman parte del tema principal, y la sección “Pour continuer le débat” presenta las eventuales reacciones provocadas por un tema anterior. La sección “Arnarchive” no figura en cada número, solo aparece cuando un evento actual tiene una conexión interesante y más o menos olvidada con algún elemento del pasado. El trabajo de elección y elaboración del dossier así como de las otras secciones se desarrolla en dos etapas. La primera consiste en la reunión, dos veces por año, de la totalidad del colectivo, es decir más o menos veinticinco personas que viven en diversas partes de Francia, o en Suiza y Bélgica, e incluso en España. En esa ocasión también se toman las decisiones en lo que se refiere a la difusión, los gastos y la recaudación, nuestra presencia en encuentros libertarios u otros eventos. En efecto, toda la administración se lleva a cabo sin asalariados ni puestos de dirección, sin ninguna subvención, y solamente una pequeña parte de la difusión se confía a un distribuidor profesional especializado en los circuitos alternativos. La segunda etapa del trabajo se realiza en comisiones de cinco o seis personas, que se constituyen según los intereses y disponibilidades de cada cual. A partir de la orientación general de la temática elaborada por la discusión en el seno del colectivo, la comisión responsable del número decide cuales son los artículos necesarios para tratar todos los aspectos de la problemática, así como los colaboradores exteriores que se podría solicitar. A veces también recibimos propuestas de artículos que la comisión decide  aceptar o rechazar.

Nuestra posición sobre la conveniencia de la diversidad de opiniones es tal que, en un mismo número, ciertos artículos pueden expresar posiciones muy distintas o incluso contradictorias. No tratamos de llegar a una convergencia consensual ni de borrar los conflictos de ideas (dentro de ciertos límites por supuesto, que excluyen los insultos, las posturas autoritarias o las descalificaciones). Lo más interesante se alcanza cuando los artículos han circulado entre los autores de textos contradictorios y estos se responden dentro del propio desarrollo de sus escritos. En el seno de una comisión pueden coexistir varias posiciones, que tratamos de articular y justificar en la presentación editorial, pero sin pretender desembocar en una síntesis. Un ejemplo de debate fue, en el número dedicado a la reedición de El apoyo mutuo de Kropotkin, la cuestión de saber si el hecho de fundamentar los comportamientos humanos de cooperación y solidaridad en la naturaleza resulta teóricamente válido y prácticamente deseable. Unos redactores sostenían con Kropotkin este “darwinismo de izquierda”, otros lo cuestionaban en nombre de una filosofía de la libertad. Esta actitud sorprende a veces los compañeros que nos leen o colaboran desde afuera, y puede ocurrir que nos atribuyan un acuerdo que no tenemos con una posición publicada. Por otro lado, la diversidad de opiniones y tendencias dentro del colectivo  nos obliga a mantener un equilibrio y un dialogo tan franco como respetuoso para evitar que los conflictos degeneren en exclusiones, escisiones o salidas dolorosas. Uno de nuestros motivos de satisfacción es que hasta ahora han sido muy pocas las crisis de este tipo, en parte gracias a las precauciones expresamente aplicadas para evitarlas, pero quizás aún más gracias a las fuertes relaciones que existen entre los miembros del colectivo, que van del mero placer de reencontrarse a la más profunda amistad.

Formaba parte del proyecto inicial la integración de diferentes expresiones artísticas, tales como pintura, fotografía, poesía y otros modos creativos, considerados independientemente de su relación con los artículos. Sin embargo, ese es uno de los objetivos que nos cuesta más alcanzar, probablemente por falta de relaciones con artistas interesados, pero también por la coexistencia de la tendencia opuesta que consiste en utilizar el material gráfico como una simple ilustración de las temáticas tratadas. Enriquecer la dimensión cultural y artística es seguramente uno de los desafíos que tenemos de cara al futuro, así como intensificar la colaboración puntual con personas próximas por su pensamiento y compromiso. Otro desafío sería el de alcanzar nuevos públicos más allá de los lectores militantes, lo cual podría beneficiarse de una coyuntura general cada vez más interesada por las ideas libertarias. También tenemos el proyecto de establecer relaciones más estrechas con las publicaciones anarquistas en otros idiomas, por medio de traducciones de textos e intercambios de experiencias.

Después de algo más de quince años de existencia acabamos de publicar nuestro trigésimo número, y aunque nuestra tirada puede parecer bastante modesta (entre 600 y 700 ejemplares por número) la verdad es que nos sentimos bien conocidos y reconocidos en ese estilo que nos es propio. Las ferias del libro libertario constituyen unas de las mejores ocasiones para conocer la opinión de los lectores sobre la revista. Las críticas más frecuentes conciernen el precio de la revista y la dificultad de lectura por la extensión y la complejidad de los artículos. A la primera contestamos que, de hecho, cada número es casi un libro y que nos importa mucho la calidad de la impresión; además, los números, exceptos los tres últimos, están integralmente y gratuitamente disponibles sobre nuestro sitio internet. A la segunda contestamos que la revista no representaría el mismo instrumento de reflexión si no estuviese escrita de esa manera conceptual que intenta profundizar en los temas, aunque hacemos los mayores esfuerzos para expresarnos con claridad y evitar caer en formulaciones farragosas. Pero la mayoría de los comentarios son positivos y subrayan la utilidad de un tipo de investigación que pretende aunar el compromiso político en el seno de la sociedad actual y la distancia crítica de los saberes teóricos.

 

 

 

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“A” Rivista anarchica: nacida en Milán en 1971. https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/a-rivista-anarchica-nacida-en-milan-en-1971/ https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/a-rivista-anarchica-nacida-en-milan-en-1971/#respond Fri, 21 Jun 2013 18:00:14 +0000 https://librepensamiento.org/?p=4143 1024x768

3.1Con motivo del cuarenta aniversario de la revista mensual en italiano "A" revista anarquista, la redacción publicó un número especial (260 páginas) que contenía, entre otros, unos ochenta escritos de colaboradoras y colaboradores, la reproducción en cuatricromía de las portadas de los primeros 358 números, la lista de las 2.681 personas y asociaciones que habían escrito en "A" y una larga entrevista al redactor de "A",  Paolo Finzi, el último de los del grupo fundador (en febrero de 1971) que aún sigue en la redacción. La entrevista fue realizada por Adriano Paolella, colaborador histórico de "A" sobre todo en temas ecologistas. Para estas páginas de “Libre Pensamiento” hemos pedido al entrevistado que seleccionara los fragmentos de la entrevista que pudieran resultar más informativos para nuestros lectores.Publicamos pues una pequeña parte de esa entrevista, que se puede leer íntegramente (¡en italiano!) en la página de "A": arivista.org.

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Entrevista a Paolo Finzi   por Adriano Paolella

«A» cumple 40 años. ¿Cuál fue la idea que dio origen a la revista?

La revista celebrará sus 40 años en febrero de 2011[1]. En efecto, el primer número salió en febrero de 1971. Tuvo una fase de gestación de algunos meses, apareció a poco más de un año del 12 de diciembre de 1969, sin duda hija de la masacre de Piazza Fontana, del asesinato de Giuseppe Pinelli y de la campaña de contrainformación a raíz del atentado.

El grupo de redacción inicial estaba compuesto principalmente por compañeros del Circolo Anarchico Ponte della Ghisolfa, el círculo de Pinelli. Por aquel entonces yo tenía 18 años y era uno de los componentes más jóvenes. Del equipo de redacción, por un año aproximadamente, formó parte un «romano», Guido Montana, que seguidamente salió tanto de la redacción como del movimento anarquista.

¿Antes del 69 y de las bombas del 12 de diciembre no existía la idea de crear una revista?

No. De hecho, desde el punto de vista financiero, la revista nació con una recogida de fondos dentro del grupo promotor con el objetivo de cubrir los gastos de los primeros tres números. Teníamos intención de sacar, de todos modos, tres números mensuales de «A» y después habríamos decidido, según la acogida y la reacción de los anarquistas. Si la respuesta hubiese sido positiva habríamos seguido adelante con el dinero de las ventas y de nuevas suscripciones. El fondo utilizado para la revista «A» formaba parte del dinero recogido por algunos compañeros del Circolo Anarchico Ponte della Ghisolfa para un proyecto de compra de una casa de campo deshabitada en la Toscana, en el pueblo de Solata, para construir una comuna del tipo campo-ciudad. Yo no formaba parte del proyecto de la comuna de los compañeros mayores, que tenían edades alrededor de los 23-29 años.

Con la masacre de Piazza Fontana y la necesidad de realizar contrainformación, el dinero recogido se utilizó para crear la nueva revista.

¿Cómo era la vida en la redacción de la revista en aquellos tiempos? ¿Cómo se desarrollaba?

Una anécdota es que la revista, que salía mensualmente, en un número de principios de los setenta, contenía la advertencia:  «Perdonad pero el mes pasado no logramos publicar la revista porque estábamos ocupados», es decir, la redacción de la revista, que se reunía por la noche, estaba compuesta por militantes que de día trabajaban o estudiaban en la universidad. Éramos personas que vivíamos de forma intensa la militancia, cosa que hoy casi ya no sucede, ha disminuido el voluntariado y el contexto es bastante diferente… En aquellos tiempos volvíamos de una concentración y nos íbamos a corregir los borradores. Las reuniones eran muy animadas y llenas de humo hoy en día no podría participar en una de esas reuniones, no había sensibilidad contra el humoy terminábamos siempre discutiendo con los vecinos de casa ya que la redacción estaba situada en un pisillo de un pequeño bloque de apartamentos de un barrio obrero, hoy en día habitado por muchos chinos y egipcios, en el noroeste de las afueras de Milán. Las relaciones con los vecinos de casa actualmente son buenas porque ya no existe aquel clima militante con reuniones hasta muy tarde, llenas de gritos ··· y ya no está aquella maldita máquina que imprimía en los sobres las direcciones elaboradas sobre láminas de zinc ··· tong tong ··· a cada golpe seguían las blasfemias de los del piso de arriba, aunque pusiéramos toallas bajo la prensa para amortiguar el ruido.

 

Además, la sede de la revista era una de las sedes anarquistas de Milán; sucedía a menudo que se encontrara algún compañero extranjero durmiendo delante del portal con el saco de dormir y que no siempre emanara buenos olores, naturalmente eso no entusiasmaba ni a los vecinos de casa ni a los redactores.

Un poco fuera de los esquemas, pero…

La revista ha tenido siempre mucha consideración hacia el pasado y hacia la historia del movimiento. ¿Cómo fueron las relaciones con los compañeros de mayor edad al aparecer la nueva revista?

La consideración hacia la historia del movimiento formaba parte de un proyecto cultural. En 1973 salió para Edizioni Antistato (en aquel entonces bajo tutela de un albañil de la zona de Cesena, Pio Turroni, con quien tenía un vínculo humano muy fuerte) un opúsculo firmado por cinco compañeros, entre los cuales estaba yo, con el título «Un análisis nuevo para la estrategia de siempre». El folleto presentaba nuestra idea del anarquismo posible en aquel momento y resumía nuestro parecer. Estábamos orgullosos de ser anarquistas pero también éramos anarquistas críticos. Por una parte estaba el orgullo de formar parte de un movimiento que había sido dejado de lado por mucho tiempo y que en cambio tenía una historia, una historia noble, que nacía de la primera polémica entre Marx y Bakunin, un movimiento que apenas tenía históricos o profesores, en parte debido a sus orígenes mayoritariamente proletarios.

3.2La atención hacia el pasado formaba parte de nuestro ser anarquistas. El pasado era para nosotros fundamental pero no suficiente. El anarquismo tiene que mirar siempre hacia adelante y no quedarse anclado en el propio pasado. En los años setenta la presencia de compañeros de edad avanzada era numerosa, se trataba de la generación del pre-fascismo que «dirigía» y representaba al movimiento. En los congresos de la FAI y en las reuniones había muchas barbas viejas y personas ancianas. Con todas sus virtudes y defectos, ésa ha sido mi generación de referencia, «los tenían bien puestos», era gente que se había comprometido personalmente contra el fascismo y no sólo teóricamente. En efecto, muchos de ellos, debido a su coherencia, terminaron en prisión, desterrados, exiliados en Francia, Bélgica, España y Rusia donde murieron incluso víctimas del estalinismo. Las relaciones entre ellos eran muy intensas y emblemáticas, de manera que en los congresos sus duras experiencias afloraban y muchos rompían a llorar y se abrazaban.

 

En 1965, en el movimiento anarquista, que constituía casi completamente la FAI, se dio la dolorosa escisión de una minoría que no reconocía las nuevas modalidades organizativas y se creó así una nueva Federazione; sin embargo, la represión y los acontecimientos del 69 recompactaron en parte esa división, se reanudaron los encuentros, las relaciones y el diálogo común.

En Milán, los viejos compañeros que se reunían los domingos por la mañana eran pocos y no muy significativos, con respecto al papel que jugaban sus coetáneos en otras localidades. La reaparición del movimiento anarquista en Milán, después del boom que siguió a la segunda posguerra y del semidesierto de los años cincuenta, se remonta a 1962, gracias a un acto clamoroso (que nada tenía que ver con el terrorismo) que tuvo como protagonista al entonces joven anarquista Amedeo Bertolo (todavía hoy en activo), con el secuestro del vicecónsul español en Milán (realizado de modo artesanal y poco organizado), un gesto noble y significativo para evitar la ejecución de la condena a muerte de un compañero anarquista en Catalunya. El gesto tuvo una respuesta clamorosa en la prensa y, en el proceso celebrado en la ciudad de Varese, Amedeo Bertolo se presento en la sala. A pesar del arresto de otros compañeros, el proceso se transformó en una causa contra el franquismo. Los acusados fueron condenados a penas muy leves ( hoy en día habrían sido martirizados con las leyes antiterrorismo) y absueltos. Fue una especie de pequeño triunfo. Gracias a este acontecimiento y al periódico Materialismo e Libertà, empezaron a juntarse un grupo de jóvenes anarquistas y libertarios. Después, el 68 En el 71, a nivel nacional, los compañeros de mayor edad acogieron positivamente la recién nacida revista «A», fueron poquísimos los que se mostraron recelosos ante la excesiva modernidad que representaba la misma.

En Milán, los compañeros que estaban con Amedeo, conocido por los hechos del 62, gozaban de gran aceptación por parte de los compañeros más ancianos, credibilidad debida también a la presencia militante de los entonces cuarentones Giuseppe Pinelli y Cesare Vurchio (todavía colaborador de la revista y del Centro Studi Libertari), hoy de 78 años ··· eran los dos militantes «viejos» del joven movimiento anarquista milanés. Pertenecían a un grupo de edad casi ausente entre los anarquistas ya que habían nacido y crecido bajo el régimen fascista. Pinelli había ayudado a que creciera la estima de los viejos compañeros hacia los milaneses y, siendo ferroviario (y muy extrovertido), era considerado el «ministro de asuntos exteriores» de los anarquistas milaneses, viajaba gratis con su familia (mujer y dos hijas), conocía a Alfonso Failla, Pio Turroni, Umberto Marzocchi y a todos los exponentes más destacados del movimiento anarquista italiano.

 

Los más ancianos apreciaron el nacimiento de la nueva revista y nos dimos cuenta de ello porque cuando pedimos el apartamento para ubicar la redacción nos concedieron su uso enseguida. Credibilidad y aprecio debidos también al peso que dábamos en la revista a nuestra sagrada historia, reconstruida página a página, número a número. De este modo caía el recelo hacia aquella parte de nuestra generación; quedaba claro que no éramos una nueva oleada de jóvenes anarquistas poco serios a los márgenes del movimiento que creaba jaleo, criticaba (a veces justamente) y que después desaparecía ··· había, por parte de los viejos compañeros, una cierta desconfianza hacia los del 68, debida además a la polémica en el Congreso de Carrara de ese año con Daniel Cohn-Bendit. Era la demostración de la objetiva dificultad de relacionarse que tenía el movimiento anarquista, en particular con el surgimiento de las grandes tendencias libertarias.

Nosotros, los del grupo de «A», nos colocábamos, no digo a mitad de camino, pero intentábamos  arraigarnos al viejo movimiento sin deshechar todo lo demás ··· el agua de la bañera con el niño dentro, intentábamos salvar lo bueno de las nuevas tendencias libertarias, seguramente caóticas ··· como del marxismo libertario que se manifestaba, tanto a nivel teórico como práctico, bajo la forma de una estrecha colaboración entre los anarquistas y Lotta Continua, Potere Operaio y el Movimento Studentesco.

 No había, según mi opinión, una línea justa y perfecta pero seguramente por parte de los más ancianos había una desconfianza (bastante comprensible, al menos por parte mía), a veces excesiva, hacia los jóvenes, aunque también es verdad que Cohn-Bendit en el Congreso de Carrara y muchos otros proponían según la experiencia de las barricadas de París la disolución del movimiento anarquista. Y los viejos que algunos decenios antes habían hecho, por ejemplo, las barricadas del barrio de San Paolo en Roma en el 22, no se dejaban impresionar por la dureza de la lucha. Si los mayores, por tanto, observaban la revista con simpatía era porque veían que de todos modos, nosotros, aunque un poco atrevidos y fuera de los esquemas por ciertas cosas (por ejemplo, nosotros hablamos en seguida de Reich, de la revolución sexual y del orgón … cosas que el anarquismo más tradicional no amaba mucho), estábamos bién arraigados en la vieja ecclesia.[2]

Ciertamente no sólo para anarquistas.

La revista se caracteriza por su apertura hacia el exterior y sin miedo a confrontarse con los demás, buscando estímulos para una reflexión libertaria, lo que la ha caracterizado durante estos cuarenta años.

Sí, la cosa se ha ido acentuando con el tiempo y en base a nuestra experiencia. Si uno se fija en los colaboradores y en las cosas del primer decenio, que son la mejor parte de la revista ··· el estadio del nacimiento-adolescencia ··· estoy muy ligado a aquel período ··· veo una revista muy anarquista. La A de la revista que es la misma de ahora ··· una revista muy variada y abierta sobre todo dentro del anarquismo ··· activa a nivel internacional, fuimos entre los primeros en traducir a Noam Chomsky, sus reflexiones sobre los nuevos mandarinos, sobre la revolución española y también sobre el debate Marx-Bakunin, nos abrimos muchísimo. El movimento anarquista ofrecía mucho y nosotros hurgábamos en su interior … estábamos en ebullición ··· salimos en el 71 con un montón de cosas que contar ··· Si lo pienso ahora, veo los primeros años de la revista como una difusión progresiva de todo aquello que teníamos por decir ··· y que poco a poco empezábamos a decir ··· hablamos de Gori, de Galleani, de autogestión ··· es un proceso que ha ido avanzando en el tiempo en paralelo a los cambios de las situaciones, para entender mejor habría que ver la posición ante la lucha armada y ante muchos otros temas… la revista ha acentuado sus características ··· en efecto hoy resulta más fácil que antes que escriban en ella personas no anarquistas.

La revista ha sido una experiencia de vida excepcional ··· se crean relaciones con muchísima gente… incluso loca… creativa… siempre gente que desea un mundo mejor… con un montón de ideas raras. Ahora nos hemos abierto mucho hacia el exterior, especialmente cuando desde principios del primer decenio de este siglo nos transformamos (además) en una casa de producción musical, vinculada a los CD del cantautor De André; ello nos ha permitido ampliar nuestras relaciones a muchísima gente.

En todos estos años me he dado cuenta de que quien dirige una redacción como la de nuestra revista debe ser más un buen psicólogo que un gran periodista. En los últimos años percibimos a través del mundo y de las personas que hay un gran sufrimiento, la soledad juega un papel devastador, hay una gran necesidad de pertenencia y de identidad además de comunicación.

El lector de «A»

¿Quiénes son los lectores de la revista?, ¿Han cambiado respecto al pasado?, ¿Cuáles son sus actuales características?

Nunca hemos llevado a cabo un estudio estadístico en este sentido, nos movemos con los datos que percibimos con «nuestras antenas», en nuestra intuición. Nos basamos en quién nos contacta, quién nos escribe, quién nos da una opinión. El lector de «A», en mi opinión, es diverso, no se reduce a un sector específico, se podría decir que la mayoría son jóvenes pero no es una revista con tendencias juveniles, al contrario, para muchos de esos jóvenes resulta una revista un poco tradicional.

 Hace años que la revista se encuentra en internet, ayer recibimos el mensaje de nuestra compañera, que desde Cerdeña se ocupa de la publicación on-line, indicándonos que el número que acaba de salir ya está disponible en la red, eso cuando muchos aún no lo han recibido en casa. Gracias al «contador» conocemos los contactos on-line, que son casi 6/7000 al mes, no sabemos qué leen ni por cuánto tiempo. Creemos que entre los lectores de papel y aquéllos on-line tenemos unos 12.000 al mes. El lector de «A» va del estudiante al trabajador, del habitante del pequeño pueblo al de la gran ciudad, es un lector listo y comprometido, usuario de los medios de comunicación, utiliza nuestra revista para documentarse de la misma manera que usa otras fuentes, «A» no es percibida como un órgano interno del movimiento, abatidos la ideología y el sectarismo, nos leen anarquistas y libertarios de todas las tendencias ya que damos espacio a varias orientaciones, nos ven muy abiertos. Se nos aprecia incluso desde el exterior.

3.3

Lo que da solidez a una revista es la coherencia en el tiempo, una de las cosas más difícilmente realizables en un mundo profundamente incoherente. 40 años de coherencia como la no-publicidad en la revista ··· da miedo ··· llama la atención ··· la revista representa una rareza en la realización de una idea puesta en práctica ··· parece algo normal pero que en 40 años no haya perdido su identidad, a mí me parece impresionante ···

Es verdad que desde el exterior se perciben más cosas ··· analizar la coherencia puede ser algo complicado, si se convierte en rigidez, en arrogancia hacia los demás o lleva a una excesiva autoestima, puede ser peligrosa ··· el equilibrio está entre estar orgulloso de ser anarquista y la arrogancia de serlo ··· Orgulloso significa ser conscientes de que, depurado de varias cosas (no pocas, a veces), el anarquismo es una corriente significativa de la historia y del pensamiento que puede tener incluso un papel positivo. Arrogante, en cambio, es pensar que los anarquistas tenemos la verdad en el bolsillo, cosa de lo que bastantes están convencidos. Estoy seguro de que el anarquismo es un instrumento fundamental, además que cultural, para la transformación en el sentido libertario. El anarquismo es irrenunciable, es fundamental pero no suficiente, el anarquismo es indispensable pero insuficiente.

En otras palabras, no se puede dejar de parte el anarquismo cuando se piensa en una transformación social, pero el anarquismo solo no basta.

 

Los ejemplos históricos de España, Kronstadt, Makhnovtchina, y aquéllos actuales de la comunidad de Urupia, el municipalismo libertario de los compañeros de Spezzano Albanese (lo digo sin ánimo de burla ya que estoy convencido de que son experiencias concretas importantes) no son suficientes para plantear un cambio del mundo. Nuestra historia y nuestro pensamiento no son suficientes. Tenemos que captar ideas incluso de otros pensamientos ··· Hay que escuchar a los demás, sobre todo a los que actúan concretamente, pero también a los que reflexionan sobre la existencia a partir de otras corrientes de pensamiento, incluso religioso. Hay gente que en muchas partes del mundo está realizando cosas interesantísimas sin alguna referencia al anarquismo. Mucha gente. Es posible realizar cosas buenas, óptimas, fuera del anarquismo (pero no contra).

Como anarquistas tenemos que ganarnos cada día nuestro espacio y nuestra credibilidad. En sus cuarenta años creo que la revista «A» ha contribuido específicamente en la conquista de ese espacio y esa credibilidad.

Adriano Paolella

Traducción de Magda Riera


[1]             N del T. : La entrevista a Paolo Finzi fue realizada en diciembre de 2010, dos meses antes de que la revista «A» cumpliera 40 años.

[2]     Concepto usado para referirse a la doctrina tradicional.

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A precio de plomo https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/a-precio-de-plomo/ https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/a-precio-de-plomo/#respond Fri, 21 Jun 2013 17:00:25 +0000 https://librepensamiento.org/?p=4146 1024x768

4.1El esfuerzo por publicar siempre ha ocupado un lugar muy importante en los medios anarquistas: la « propaganda por el hecho » es inseparable de la propaganda escrita, bajo la forma de periódicos y de folletos. El presente artículo, muestra, entre otras cosas, como los anarquistas han llevado a cabo esas luchas para propagar sus ideas: recurriendo a tipógrafos competentes, o a imprentas clandestinas, superando dificultades para aprender a escribir, financiando y difundiendo su prensa por todos los medios a su alcance. El artículo aborda también, de forma breve, el tema de la conservación y de la salvaguarda de los archivos.

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Marianne Enckell, CIRA (Centre International de Recherches sur l’anarchisme) Lausana (Suiza).

En su prólogo a la Bibliographie de l’anarchie publicada por Max Nettlau en 1897, Eliseo Reclus escribía lo siguiente: “Reconozco por mi parte que no nos sabia tan ricos: la importancia que ha tomado esta recopilación, todavía incompleta, me ha sorprendido mucho. Las ideas anarquistas, desarrolladas conscientemente bajo su forma actual, son de origen tan reciente que podemos imaginar que se encuentran todavía en una fase rudimentaria de propaganda. Sin duda, la mayor parte de los documentos citados en esta recopilación está destinada a desaparecer y tan apenas merece ser conservada, pero algunas de estas obras dejarán huella  en la historia del siglo 19. […] En adelante nadie en el mundo, tanto si nos quiere como si nos odia, podrá pretender ignorarnos.”

No había transcurrido entonces ni medio siglo desde la publicación de algunos libros (Proudhon) y periódicos (L’Anarchie, journal de l’ordre deAnselmeBellegarrigue, Le Libertairede Joseph Déjacque) que hablaban de anarquía; tan solo hacía veinticinco años que el movimiento anarquista había comenzado a tomar cuerpo, en el congreso de Saint-Imier de 1872. Desde entonces, los anarquistas nunca han abandonado la propaganda escrita, la “dinamita cerebral«scrimarrigue y.

¡Y con qué dificultades! Ni el más remoto parecido con la situación actual, donde buen número de periódicos tienen el lujoso aspecto de Libre Pensamiento, portadas en colores, profusión de ilustraciones, maqueta profesional, precio de venta que asciende a varios euros. ¡Cuántos sacrificios eran necesarios entonces para reunir algunos céntimos afín de comprar un periódico o un folleto, o para conseguir algunos centenares de francos para poder publicar!  En 1879, Kropotkin, Dumartheray y Herzig fundan en Ginebra el periódico Le Révolté con tan solo 23 francos en caja; con una tirada de 3000 ejemplares, el primer número vende dos mil, lo cual permite que se pueda continuar.

Fabricar

Desde su número 283 (Nueva York, 24 de marzo 1894), el periódico Liberty de Benjamín Tucker[i]  inventa una nueva tipografía, abandonando la justificación del texto sobre tres columnas. Tucker explica a sus lectores cómo el tipógrafo tiene que añadir espacios finos entre las palabras para forzar la línea, mientras la composición « en bandera » conserva los mismos espacios, añadiéndose simplemente los cuadratinesal final de la línea. Resulta más agradable para la vista, y mucho menos caro, sobre todo frente a la linotipia recientemente inventada; de esta forma se podrá pues publicar más libros, ya que cualquiera puede componerlos. El único riesgo sería que la oficina de correos juzgue este método herético y se niegue a distribuir el periódico: «… el Estado ha hecho cosas aún más extrañas », ironizaba Tucker.

Sin embargo la tipografía no es  un arte tan sencillo. En 1906, los hermanos Max y Siegfried Nacht publican en Londres Le Chansonnier international du Révolté (El cancionero internacional del rebelde), 64 páginas en nueve lenguas, vendido 30 céntimos, 3 Schilling o 8 cents.

« Esta selección de las canciones revolucionarias que están más en boga en los diferentes idiomas,–escriben en su prólogo— será acogida con alegría por el anarquista errante, perseguido de país en país, que se encuentre entre compañeros de otras lenguas, podrá así compartir el entusiasmo, cantando con ellos los himnos de libertad y de revuelta… Al mismo tiempo creemos haber contribuido un poco mediante esta edición al desarrollo del espíritu internacionalista. Las canciones han sido recogidas durante peregrinaciones a través de toda  Europa, y compuestas en una verdadera tipografía rebelde, adquirida por contrabando, y en la cual muchos anarquistas alemanes y rusos han aprendido la composición”– ¡”aprendido” es tan solo un modo de hablar, a la vista del número de gazapos y de aproximaciones que comporta el folleto!

En 1908 Jules Vignes publica en la ciudad de Moulins (Francia), el periódico La Torche (La antorcha), “primeramente policopiado sobre gelatina antes de ser imprimido con una selección de caracteres de imprenta de segunda mano comprados al precio del plomo”[ii]; Jules Vignes mantendrá su labor de publicación, con otros cinco o seis títulos distintos, hasta  1958. En Ginebra, Louis Bertoni publica Le Réveil / Il Risveglio (El despertar) durante cuarenta y seis años, sin interrupción; lleva a cabo la composición en su habitación, salvo cuando está en la cárcel, y cada quince días lleva los moldes a la imprenta, y deposita después los periódicos en la oficina de correos. En Lausana, se crea una imprenta comunista en 1906 para publicar el semanal La Voix du peuple (La Voz del pueblo)- sin duda, otras imprentas de este tipo se crearon en otros lugares. Sin hablar de las imprentas clandestinas en tiempos de dictadura, de las imprentas móviles de las columnas de Makhno o de Durruti, de los impresos clandestinos en papel cebolla.

Quedamos aun unos cuantos veteranos y veteranas para recordar los esténciles y las multicopistas, las sesiones dedicadas a ensamblar y grapar… Esos documentos se han vuelto prácticamente ilegibles para los ojos actuales; afortunadamente la digitalización puede facilitar el acceso a estas publicaciones.[iii]

Imprentas pobres y desaparejadas, y sin embargo ¡cuánto cuidado, y qué imaginación! Los periódicos cuidan sus títulos y sus cabeceras, recaban la colaboración de pintores y de dibujantes, publican xilografías, aunque es verdad que la calidad final deja  recciorigue y a veces que desear. Los veintiocho números de La Feuille (La Hoja) de Zo d’Axa, editada en París desde 1897 hasta 1899, llevan todos  en primera plana un dibujo de Théophile Steinlen, o de Maximilien Luce,y el texto al dorso del dibujo. La cabecera de El Incontrolado, periódico anarquista, publicado no se sabe dónde en España en enero de 1938, está adornada con muñecos que hacen pensar en los personajes de los cómics de Robert Crumb dibujados cuarenta años más tarde. Las imágenes de mujeres con los pechos al aire que esgrimen una antorcha perduran más que el propio sentido del símbolo.

Podría seguir hasta el infinito. Joseph Ishill, aprendiz tipógrafo en Rumanía, emigra a Nueva York en 1909 y, además de su trabajo, imprime el boletín de la escuela Ferrer The Modern School (La escuela moderna) antes de publicar a lo largo de cincuenta años unas doscientas obras, compuestas a mano, con ilustraciones fuera de texto, libradas a muy pocos ejemplares, un auténtico tesoro de bibliofilia anarquista. Las hermanas Olivia y Helen Rossetti, que han leído el folleto de Kropotkin A los jóvenes, instalan una imprenta en el sótano de la casa familiar en Londres y publican The Torch (La Antorcha) desde 1891; tienen dieciséis y doce años…

4.2

Difundir, redactar

Los periódicos tienen muy rápidamente una difusión internacional, por modesta que sea su tirada. Se suscriben desde el mundo entero al Bulletin de la Fédération jurassienne (1872 – 1878) a la dirección de Adhémar Schwitzguébel, grabador, en el pequeño pueblo de Sonvilier (cantón de Berna, Suiza), aunque solo se trate de algunas decenas de suscriptores,[iv] en Alsacia, en Bélgica, en España, en Italia por ejemplo, que pagan regularmente 5 francos por año. En 1877, una cincuentena de ejemplares son enviados gratis, a fines de propaganda, a los cafés y a periódicos de la región; a periódicos anarquistas o socialistas de Verviers, Amberes, Berlín, Leipzig, Hamburgo, Ámsterdam, La Haya, Barcelona, México, Milán, Siena, Rímini, Alejandría (Egipto) ; a compañeros en Patras ( Grecia), en Lisboa, Madrid, Montevideo, Londres, en Iowa, o a la prisión de Capua Vetere en Italia, donde está encarcelado Errico Malatesta, pero también al profesor Eugen Dühring de la universidad de Berlín.

Cada uno y cada una se improvisa periodista, envía correspondencia, traduce noticias o cartas recibidas desde lejos. En La Voz de la Mujer (subtitulada Ni dios, ni amo, ni marido; Buenos Aires 1896-1897), las redactoras firman con su nombre, nunca con su apellido; en otros lugares solo aparecen iniciales o seudónimos. René Bianco ha identificado sin embargo unas ocho mil firmas en los dos mil periódicos y revistas anarquistas de lengua francesa que ha fichado entre 1880 y 1983. Se encuentran las de Sébastien Faure y de Kropotkin en más de cien periódicos; Eliseo Reclus, Bakunin, Malatesta, Charles Malato, Han Ryner, Louise Michel, Emile Armand, Hem Day, Jean Grave han escrito o han sido citados en más de cincuenta. Las dos terceras partes de los firmantes solo han publicado en un periódico, y probablemente en ninguna otra parte. Se aprende a escribir, como se aprende a hablar en público, para la propaganda de la idea anarquista. Como se aprende a leer, también, y a escuchar: un buen número de militantes han indicado que cuando eran niños y niñas escolarizadas, leían la prensa a sus mayores, en el taller o en el barrio.

Los periódicos anarquistas presentaban a veces un contenido pobre, incluso repetitivo cuando para llenar un número había que reproducir citas o extractos de libros. Pero es preciso leerlos hasta las últimas líneas: es  en general al final de la última página donde se ubican: “ las cuentas y las comunicaciones administrativas, y […] las notas personales que intercambian militantes alejados los unos de los otros, llamadas a la solidaridad, anuncios de liberaciones o de encarcelamientos de compañeros, llamadas para debates o para fiestas[v]. Esos periódicos se constituyen así en testigos de la vida del movimiento, de las sociabilidades, del trabajo político, de las redes.

Conservar

No se trata  de establecer aquí un inventario de las publicaciones; otros lo han intentado y sus trabajos quedan como preciosas referencias[vi], pero se  enriquecen constantemente gracias a nuevos descubrimientos –en los archivos policiales, en las cajas inexploradas de las bibliotecas, incluso en los muros o por debajo de los parqués.

¡Qué paciencia de archivistas han tenido tantas compañeras y compañeros, constituyendo bibliotecas de grupos, juntando colecciones  personales, estableciendo escondites! Fue bajo el suelo de una casa donde hacia obras para un cliente donde Lucien Grelaud encontró colecciones de los periódicos de Proudhon, que luego depositó en el CIRA de Lausana. Fue el hecho de estar cimentado en un muro lo que permitió que el archivo de Edgard Leuenroth, en Brasil, pudiera atravesar intacto la dictadura. Es gracias a Solón Amorós, quien los ha fechado y localizado, que se pueden identificar hoy un centenar de periódicos y de boletines publicados en España durante los dos años que siguen la muerte de Franco (los recogió in situ en aquellos tiempos; puede que se hayan catalogado otros posteriormente). Sin su trabajo, estas pequeñas hojas a menudo tituladas Boletín CNT número cero habrían quedado catalogadas “sin lugar ni fecha“, siendo pues materialmente ilegibles.

El Centro internacional de investigaciones sobre el anarquismo en Lausana dispone actualmente de más de 4000 títulos de periódicos en su catálogo[vii]. Su hemeroteca conserva en una decena de lenguas periódicos cuyas cabeceras remiten a los Drapeaux noirs, Bandera negra, o Bandiera nera; la bandera deviene a veces un trapo (Black Rag), a veces justo un hilo (Schwarzer Faden). Y en los títulos de los periódicos el color negro se asocia con una infinidad de símbolos. Junto con el célebre gato se encuentra todo un bestiario negro (el topo francés, el lagarto japonés, el dragón y la rata estadounidenses, el gallo griego y alemán, el cuervo español, la oveja y el y fénix brasileños); al lado de las rosas negras también nacen tulipanes, cardos y hasta rábanos negros. L’Ami Noir (el Amigo negro) acompaña las viudas negras alemanas y belgas. La Cruz Negra se encuentra en compañía del martillo o de la linterna negra. En el espacio negro (Espace Noir en Saint-Imier), el sol y las estrellas echan una luz negra sobre las ideas, los humores, el combate, incluso el arte (la publicación turca Kara Sanat), la verdad y el reparto (los periódicos rusos Cernaja Pravda, Cernyi Peredel). Se escribe con tinta negra sobre páginas y cuadernos negros, bajo una máscara negra…

Financiar

Y las publicaciones surgen a veces a partir de negros propósitos. Severino Di Giovanni, un anarquista italiano emigrado a Argentina en 1923 para huir del fascismo, es un propagandista impaciente y susceptible, « idealista de la violencia » como lo califica su biógrafo Osvaldo Bayer. Entre otras acciones directas sangrientas, asalta bancos para la publicación en italiano de dos bellos volúmenes de Scritti Sociali de Eliseo Reclus[viii]: tipografía cuidada, letrinas y elegantes culos-de-lámpara, retratos y facsímiles, pequeña tirada generosamente distribuida entre los amigos.

La leyenda quiere que Di Giovanni haya aprendido la técnica de la mano de Durruti quien, con sus compañeros, había encontrado algunos años antes la manera de financiar las actividades del movimiento: ir a buscar el dinero allí donde se encuentra, para redistribuirlo.  En la primavera de 1925, en México, habrían hecho posible la edición de un semanal anarquista y la abertura de escuelas racionalistas gracias a la caja fuerte de una fábrica textil. Ya habían enviado dinero a Francia para el desarrollo de la Obra internacional de las ediciones anarquistas y de la Librería social internacional. Allí tampoco no se plantearon demasiadas preguntas sobre la procedencia de este maná.

El precio del  plomo puede ser elevado. Estos juegos peligrosos forzaron Durruti y su grupo de compañeros a sucesivos exilios, e hicieron fusilar a Di Giovanni.

Mucho más tarde, en Holanda y en Bélgica, libreros y editores anarquistas encontraron otra artimaña: asociar la edición y la venta de literatura militante a la de obras gastronómicas, eróticas, o incluso pornográficas. Algunos de los clientes de la tienda « Aux Joies de l’Esprit » (A las Alegrías del Espíritu), en la bella Galería del comercio de Bruselas, se paraban delante de los escaparates o de las cajas de libros de ocasión, pero otros pasaban detrás de una cortina que daba acceso a un discreto gabinete – antes de pasar a pagar en la caja de Hem Day, un auténtico pilar de la edición anarquista francófona.

Fueron muy pocos los periódicos o las revistas que incluyeron publicidad de pago. La financiación provenía casi siempre, de los bolsillos del público. El periódico L’ Agitatore se exclamaba en 1898: “Los fondos y las garantías de esta publicación no pueden venir más que de la pobreza de sus colaboradores mismos. ¡No, un millonario tan solo puede escribir el inventario de sus riquezas! “

¿Todo esto para qué?

« Los obreros fundamos nuestros periódicos para combatir a nuestros enemigos y patentizar nuestras aspiraciones. Estos nacen siempre en lamentable estado de anemia (…) Unos hombres desinteresados lo cuidan con amorosa solicitud y según lo ven crecer, así crece en ellos la voluntad de luchar y el deseo de vencer » declaraba el periódico Fraternidadd (Madrid) en 1927[ix].n crecer, as. solicitud y seg.

Fernand Pelloutierdeseaba que los obreros adquiriesen «la ciencia de su desdicha», que tuviesen acceso a encuestas y a estadísticas, Kropotkin, otra vez él, comentaba en sus memorias[x] cuál era su estado de espíritu en el momento de lanzar el periódico Le  Révolté:

« Los periódicos socialistas tienden a menudo a convertirse en memoriales de agravios contra el régimen actual. En ellos se relatan los sufrimientos de los trabajadores de las minas, las fábricas y los campos; la miseria que aflige a aquéllos y sus padecimientos durante la huelga son descritos con esos colores; su impotencia en la lucha legal con los patronos se pone de manifiesto, y esta sucesión de esfuerzos inútiles, dados a conocer por la prensa, ejerce una influencia muy deprimente en el ánimo del lector. Para contrarrestarla, el periodista tiene que acudir principalmente a un lenguaje enérgico, con el cual procura despertar al dormido y avivar la fe del incrédulo.

Yo, por el contrario, pensé que un periódico revolucionario debe ser, ante todo, el que ponga de manifiesto esos síntomas, que en todas partes anuncian la llegada de una nueva era, la germinación de nuevas formas de vida social y la creciente rebeldía contra las caducas instituciones. Estas señales de los tiempos deberían ser atentamente observadas, reunidas según sus afinidades y agrupadas de tal modo que hicieran ver al espíritu vacilante de las mayorías, la ayuda invisible, y con frecuencia inconsciente, que las ideas avanzadas encuentran en todas partes, cuando un renacimiento de vida intelectual tiene lugar en la sociedad entera. Identificarse con las aspiraciones del corazón humano en toda la superficie del planeta, con los actos de rebeldía contra las antiguas y añejas injusticias sociales, con sus esfuerzos encaminados a buscar nuevas formas -tal debía ser el principal deber de una publicación revolucionaria. La esperanza y no la desesperación, es lo que da el triunfo a las revoluciones. »

 

Traducción Tomás Ibáñez

Notas.

 


[i]Está accesible on-line: véase la referencia en la página <http://www.bibliothekderfreien.de/lidiap/eng/index.htm>, esta página es un apreciable intento de establecer un inventario de los periódicos anarquistas antiguos y actuales publicados on-line bajo formas más o menos conseguidas.

[ii]René Bianco,  Regards sur l’édition libertaire en France, (Miradas sobre la edición libertaria en Francia), in La culture libertaire, Lyon 1997.

[iii]Véase por ejemplo los primeros números policopiados de la revista Noir et Rouge puestos on-line (junto con otros títulos) en la página <la-presse-anarchiste.net>.  

[iv]Lista de los suscriptores al Bulletin, Amsterdam IISG, Archives Fédération jurassienne, dossier 11.

 [v]Ismaël Zosso,  Le verbe magique  (El verbo mágico) Cahiers d’histoire du mouvement ouvrier 17, Lausanne 2001.

 [vi]Algunos ejemplos. Para España, Francisco Madrid, La prensa anarquista  y anarcosindicalista  en España desde la I Internacional hasta el final de la Guerra Civil, Barcelona 1989, <http://cedall.org/documentacio/castella/cedall203410101.htm>. Fernando Gómez Peláez,  De Soli a Frente libertario, publicaciones libertarias  el exilio, in El movimiento libertario español, pasado, presente  futuro, Ruedo Ibérico, 1974. Rolf Dupuy,  Clandestinité libertaire en Espagne: 1. La presse. Bulletin du CIRA-Marseille, 1995.Así como los catálogos establecidos por los centros de documentación libertaria. Para los países francófonos, el repertorio de periódicos establecido por René Bianco es accesible on-line y se enriquece con la aportación de correcciones y de nuevos índices: <bianco.ficedl.info>. Hay otros trabajos pioneros, como el de Leonardo Bettini,  Bibliografia dell’anarchismo: periodici (1872-1971), Firenze 1972, o el de René Bianco, Ronald Creagh, Nicole Riffaut-Perrot, Quand le coq rouge chantera. Anarchistes français et italiens aux Etats-Unis d’Amérique : bibliographie, (Cuando el gallo rojo cantará. Anarquistas franceses e italianos en los Estados Unidos de América: bibliografía). Marseille et Montpellier 1986; y muchos otros, en  numerosas áreas lingüísticas.

[vii]www.cira.ch/catalogue

[viii]Buenos Aires, I libri di Anarchia, 1930.

[ix] Citado por Francisco Madrid, op.cit.

[x]Pedro Kropotkin, Memorias de un revolucionario.(6ª parte, capítulo 7)

 

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https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/a-precio-de-plomo/feed/ 0
Reseña: "Mon père" de César M. Lorenzo, Les Éditions Libertaires, Saint-Georges-d’Oléron, 2012, 252 págs https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/resena-mon-pere-de-cesar-m-lorenzo-les-editions-libertaires-saint-georges-doleron-2012-252-pags/ https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/resena-mon-pere-de-cesar-m-lorenzo-les-editions-libertaires-saint-georges-doleron-2012-252-pags/#respond Fri, 21 Jun 2013 09:00:22 +0000 https://librepensamiento.org/?p=4133  Posiblemente pocos afiliados a la Confederación sabrán quién era su Secretario General aquel histórico 18 de julio de 1936, día en que tuvo lugar aquel golpe básicamente militar cuyo fracaso dio paso a una larga guerra civil y, dentro de la misma, a un proceso revolucionario de una entidad inédita. Esa persona era Horacio Martínez Prieto, un bilbaíno nacido en 1902, en el popular barrio de Achuri, de padre libertario que le puso de nombre Acracio, y que “perdió” al ir a la escuela secundaria.]]>

Con no ser la tradición libertaria dada a la biografía hagiográfica de sus militantes más destacados, no serán muchos los ejemplos de éstos que no cuenten con unas páginas refiriendo su vida, obra y pensamiento. Sin salir del país, Durruti, Pestaña, Peiró, Seguí, Abad de Santillán, Mera, Federica Montseny, Mella, Lorenzo, García Oliver, Marianet y tantos otros, tienen obras dedicadas bien por sí mismos, en forma de autobiografía, bien por ajenos, como estudios sobre su persona.

Un repensador radical: Horacio Martínez Prieto

 Posiblemente pocos afiliados a la Confederación sabrán quién era su Secretario General aquel histórico 18 de julio de 1936, día en que tuvo lugar aquel golpe básicamente militar cuyo fracaso dio paso a una larga guerra civil y, dentro de la misma, a un proceso revolucionario de una entidad inédita. Esa persona era Horacio Martínez Prieto, un bilbaíno nacido en 1902, en el popular barrio de Achuri, de padre libertario que le puso de nombre Acracio, y que “perdió” al ir a la escuela secundaria.

 

Su propio hijo, César M. Lorenzo, autor de Los anarquistas españoles y el poder (1868-1969) (Eds. du Seuil, 1969; ed. en castellano: Ruedo Ibérico, París, 1972) y, recientemente, de Le mouvement anarchiste en Espagne: pouvoir et révolution sociale (Les Éditions Libertaires,  Saint-Georges-d’Oléron, 2006)[1] afronta un reto que en su día le formulara Antonio Téllez: “¿Cuándo te vas a decidir a escribir su biografía?”. Y es lo que hace en un libro sentido, a la vez que analítico: César trenza las páginas de hechos vividos, de relación de sucesos y acontecimientos históricos tanto privados como personales, con fragmentos escogidos de los diferentes escritos publicados por su padre. Pero, además, en un ejercicio de gran riesgo y mérito, dedica un capítulo final (“Él y yo”) a la relación personal que hubo entre padre e hijo, y a la consideración intelectual y política que a este segundo le merecen –y sin compasión ninguna- las reflexiones de su progenitor. En sendos decálogos de práctica y de teoría, de vida y de ideología, se aborda esa siempre compleja relación, marcada por el diferente rol íntimo de cada uno, así como por los tan distintos tiempos vividos por cada cual.

 

El resultado es un libro profundo, serio y nada complaciente. En él se da cuenta y se explica la reflexión que llevó a Horacio Martínez Prieto a formular en su momento un “posibilismo libertario” que fuera capaz de rescatar políticamente la tradición de la Confederación en términos de instrumento útil para una sociedad radicalmente distinta de la de los años treinta, y no como una ensoñación conservada en el formol del recuerdo. En esa entelequia, el bilbaíno se acercó a modalidades del socialismo democrático, pero nunca asumió la posibilidad de que uno y otro pudieran establecer convergencias a un plazo. Quizás convenga recordar que sólidos historiadores, como el profesor Pere Gabriel, especularon con un destino “laborista” de anarcosindicalistas como Peiró… de no haber mediado la tragedia de la guerra y del exilio, y de no haberse fracturado radicalmente la posibilidad de una cierta “evolución” o deriva ideológica.  Lo cierto es que reflexiones heterodoxas como las de Horacio M. Prieto le sirven otra vez más al historiador y político que no deja de ser su hijo para formular propuestas en el marco de “la-sociedad-realmente-existente”, algo que acostumbra a hacer César en todas y cada una de sus obras personales.

 

En resumen, un libro necesario, oportuno, inspirador, que está pidiendo a gritos unos pocos cuartos para ver su edición en castellano, y así reconocer como se debe el coraje y la entrega de un confederado tan importante como olvidado.

 


[1] Se pueden consultar una entrevista suya en Memoria Libertaria, así como su intervención en una conferencia organizada en Bilbao, en http://www.memorialibertaria.org/IMG/pdf/memoria_cesar-2.pdf y http://www.cgt-lkn.org/bizkaia/?p=517

 

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El anarquismo según Noam Chomsky https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/el-anarquismo-segun-noam-chomsky/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/el-anarquismo-segun-noam-chomsky/#comments Fri, 21 Dec 2012 12:00:07 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3864 1En el pasado número de esta revista anunciábamos que en este ejemplar incluiríamos una reflexión sobre la perspectiva de Noam Chomsky sobre el anarquismo[i]. Venía y viene a colación de que Chomsky, como intelectual de referencia mundial, y el pensador moderno más citado según algunas estadísticas[ii], tuviera un posicionamiento personal y claro como anarquista y la poca influencia que el anarquismo parece mantener el escenario actual.

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J. Miguel González

En el pasado número de esta revista anunciábamos que en este ejemplar incluiríamos una reflexión sobre la perspectiva de Noam Chomsky sobre el anarquismo[i]. Venía y viene a colación de que Chomsky, como intelectual de referencia mundial, y el pensador moderno más citado según algunas estadísticas[ii], tuviera un posicionamiento personal y claro como anarquista y la poca influencia que el anarquismo parece mantener el escenario actual.

2Aunque el papel de Noam Chomsky como lingüista, activista y analista de actualidad es de sobra conocido, este artículo pretende reflexionar sobre la concepción de Chomsky sobre el anarquismo, ideología que, es obvio, ha influido notoriamente sobre toda su actividad pública, profesional y militante.

Es innegable la influencia que Chomsky recibió de sus padres, judíos liberales, de toda su familia y círculo de amistades. Un curioso conglomerado de judíos, con intereses intelectuales muy variados. Una clase obrera judía fuera de lo corriente. Muy pobre, pero con una cultura muy rica y viva, y caracterizada por un progresismo de amplio espectro. Así, en ese círculo de judíos en la Filadelfia cuaquera de la Gran Depresión, Chomsky escribe que uno de sus primeros recuerdos de infancia es ver mujeres en huelga golpeadas por la policía antidisturbios. Andado el tiempo, Chomsky descubriría que su padre había sido militante de la IWW, pero también se convirtió en un respetado profesor que dio libertad a sus hijos para formarse conforme a sus intereses personales.

A los 10 años Chomsky escribió en el periódico escolar un breve artículo sobre la caída de Barcelona durante la Guerra Civil española. Y ya ahí descubrió su interés por el movimiento anarcosindicalista. Aunque pueda parecernos sorprendente, el caso es que Chomsky ha utilizado muchas veces a posteriori este hecho para incidir en que estas propuestas serían tan sensatas “que hasta un niño de 10 años puede entenderlo” y para resaltar que si personas adultas y formadas no lo hacen es porque los medios de educación dominantes y el sistema educativo les han adoctrinado para empujarlas a no pensar por sí mismas.

La aproximación al anarquismo

Ese encuentro infantil con el anarquismo sería un “feliz accidente” porque le inmunizo contra la posibilidad de encontrar en el leninismo una posible alternativa[1]. Muy pronto la lectura del Homenaje a Cataluña de George Orwell le ratificaría en sus primeras impresiones. A los 13 años Chomsky comenzó a viajar sólo a Nueva York para visitar a diferentes parientes. Su presencia en las librerías de viejo de la 4ª Avenida se convirtió en habitual. También comenzó a visitar la sede del Freie Arbeiter Stimme, periódico de claro origen alemán, en el que colaboraban entre otros Rudolf Rocker, autor muy influyente en el movimiento anarquista judío de los EE.UU. y también en el pensamiento de Chomsky. En ese mismo momento, Chomsky sufre el impacto personal del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki y lo absurdo de encontrarse animando al equipo de futbol.

Pronto comenzará a leer la revista neoyorkina Politics, donde sus 5000 suscriptores pueden encontrar habitualmente firmas anarquistas como Paul Goodman, George Woodcock, Victor Serge y Dwight Macdonald[2].

Así, a muy temprana edad, se establece el lazo más teórico de Chomsky con el anarquismo. A medida que avance su formación educativa encontrara en los textos de destacados pensadores liberales y humanistas como John Dewey, Von Humboldt, Bertrand Russell, Tocqueville e incluso Adam Smith más argumentos que le empujan a perseverar en ese análisis libertario que ya ha encontrado especialmente en Rocker, pero también en Bakunin, Kropotkin, Diego Abad de Santillán, etc. Así, si Dewey escribe que el propósito último sería crear “seres humanos libres, asociados entre sí en condiciones de  igualdad”; Chomsky escribirá que su objetivo es “el libre desarrollo de unos seres humanos cuyos valores no son la acumulación y el dominio, sino la independencia de mente y acción, la libre asociación en condiciones de igualdad y la cooperación para alcanzar objetivos comunes”.

Podría decirse que esta breve frase recoge el corpus del pensamiento libertario de Chomsky porque si por algo destaca éste es por su sensatez y racionalidad. Un análisis sencillo que no simplista, y la claridad a la hora de exponer sus ideas. De esto hablaremos algo más adelante.

3Pero como Chomsky destaca una y otra vez, el mundo no parece regirse por este tipo de reflexiones sensatas. Al contrario quienes lo controlan con mano férrea, tratan de hacer lo posible por evitar que estas ideas se extiendan. Así en sus investigaciones sobre la caída del bloque del Este, Chomsky escribe como una asesora laboral en Chequia explica que “hay que enseñar a la gente a comprender que debe luchar por si misma y no puede confiar en los demás”. O como el asesor estadounidense para la privatización en Ucrania reflexiona que “nunca se llegará a una situación en la que el 100% de la tierra se halle en manos privadas” lo que significa que en Ucrania “nunca tendrán una democracia”.

Lo que si queda claro es que para Chomsky, siguiendo una vez más a Rocker, para quien el anarquismo se inspiraría en lo mejor de la Ilustración y el pensamiento liberal clásico, el anarquismo moderno es una síntesis del liberalismo y el socialismo. Eso sí, el socialismo será libre o no será en absoluto.

Algo que hay que tener claro es que Chomsky no es un teórico del anarquismo. Es un anarquista que tiene su propia concepción de lo que esto significa, pero él mismo reconoce que “sería tarea imposible intentar abarcar bajo una teoría o ideología general todas las tendencias” del anarquismo. Sin embargo, también expresa que si el anarquismo es utópico o irreal, no lo es menos que “cualquier otra doctrina de gran alcance” y sobre todo pide invertir la carga de la prueba. No es el anarquismo quien debe demostrar su mayor o menor acierto, si no sus detractores, que a menudo ya demuestran su incapacidad propia llevando el mundo por los derroteros de la crisis, la pobreza generalizada e incluso la guerra.

El anarquismo de Chomsky

4Pero entonces ¿cómo es el anarquismo que propugna Chomsky? Para empezar distingue entre un anarquismo de ultraderecha, ligado a lo que es el Partido Libertario en EE.UU., un anarquismo individualista que no puede ser más que una salida personal y minoritaria, y un anarquismo de izquierda ligado al anarquismo europeo y muy especialmente al anarcosindicalismo, que sería el modelo que él defiende[3]. Y el anarquista sería un socialista que se opone al trabajo alienado y especializado e insiste en una apropiación directa y colectiva del capital sin que ninguna élite estatal o revolucionaria actúe en su nombre.

El anarcosindicalismo sería pertinente porque busca “una sociedad altamente organizada, pero en función de unidades, de comunidades orgánicas; básicamente el lugar de trabajo y el barrio que mediante acuerdos federales podría formar una organización social sumamente integrada de tipo incluso internacional”. La experiencia de la práctica española fue, para Chomsky, “todo un éxito y un testimonio muy estimulante de la capacidad de los trabajadores pobres para organizarse y gestionar sus asuntos con suma eficacia, sin coerción ni control. Constituyó un éxito considerable desde un punto de vista humano e incluso según criterios económicos, y fue destruida por la fuerza”.

Pero el anarcosindicalismo es pertinente por varias cuestiones más. Si la libertad es la característica principal del ser humano. Libertad para autoformarse y construirse como tal, en colaboración con sus semejantes. El “instinto de libertad” del que habla Bakunin, entonces el control de la vida productiva de la persona es el meollo de cualquier liberación humana. El concepto de clase sigue existiendo en la vida real de la gente que trabaja y vive.

Junto al anarcosindicalismo, Chomsky se fija en el marxismo heterodoxo de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, pero sobre todo en pensadores posteriores como Pannekoek, y Karl Korsch, sugerentes aportaciones a la hora de organizar una sociedad industrial desarrollada de gran complejidad. En realidad para Chomsky las diferencias entre las aportaciones del anarcosindicalismo y el consejismo serían únicamente de matices.

Debería, por tanto, establecerse una nueva organización social en dos frentes. Uno, el económico formado por una red de Consejos Obreros, con un nivel superior que representará a las fábricas o ramas de industria y por último una asamblea general de Consejos Obreros. El otro frente sería el político con un primer nivel de Asambleas Locales que se federarían por regiones hasta alcanzar una Federación Nacional o incluso de nivel superior. La delegación en ambos frentes sería mínima pues lo importante sería vivir en comunidad. La participación, temporal. Así habría que “crear instituciones que permitan el florecimiento de nuevos aspectos de la naturaleza humana y luego formar más instituciones libertarias en las que pueda cooperar esos seres humanos liberados”. Habría que integrar “muchos tipos de estructuras diferentes (trabajo, comunidad, asociaciones voluntarias) pero controladas por quienes participan en ellas, no por quienes están en situación de impartir órdenes

Chomsky opina que un programa anarquista con una visión detallada y planificada del futuro es posible e incluso existe. Pero considera que bastaría con tener una visión clara de unos cuantos conceptos (libertad, igualdad, autoridad, diversidad, dominio, etc.) y a partir de ahí dejar que la gente o cada grupo explore en busca de una salida natural. La cuestión está en ofrecer a las personas el máximo de posibilidades de poner en práctica su capacidad creativa, pues es más importante intentar y experimentar el anarquismo, abandonando poco a poco las estructuras creadas, que definirlo detalladamente. “Se trata de introducir la semilla de la sociedad futura en la existente”. En definitiva las ideas anarquistas “no son un medio para mantener congelado el pensamiento y los conceptos”, sino “un fundamento para entender la realidad social y la labor comprometida de quienes han intentado cambiarla”.

5Si el anarquismo debiera ser un proceso acelerado de liberación individual y colectivo del ser humano, el capitalismo por contra busca detener ese proceso obligándole a obedecer por acuciante necesidad. La clase obrera entra en decadencia a medida que pierde su conciencia de clase. Para él un momento significativo será el que coincida con la desaparición de la prensa obrera. Aparejada a esa pérdida de conciencia o provocada por ella “la clase obrera pierde su dignidad e independencia y se ve reducida al esclavismo salarial”. El poder privado (financiero, de inversiones, productivo, comercial) controla al poder político. Surge así un partido político único, el de los negocios, con dos facciones (progresista y conservador). Las elecciones son un ritual y los políticos meros actores de la voluntad concreta del capital. (Regan sería el ejemplo por antonomasia, “incapaz de tener una idea propia”, sin sus fichas delante). “La población debe ser reducida a la pasividad en la esfera pública. Ha de observar, no participar. Consumir ideología y productos”. Si por casualidad un político consciente llegara al poder hay otras medidas: fuga de capitales, desinversión, deterioro social, “hasta que el mundo de los negocios recupere la confianza”. ¿No es algo de plena actualidad?

Para alcanzar este objetivo es básico el papel de los medios de comunicación de masas, de los planes de estudio, y de los intelectuales. Se busca adoctrinar y disciplinar. Si en los principios del capitalismo fue la pobreza y el servicio militar, después llegó el taylorismo, que robotiza al trabajador y robotiza al ser humano. Su papel será consumir. No preocuparse del prójimo. No trabajar en unión con otras personas. No prestar atención al futuro. Ser pasivo. Votar cada 4 años y reconocer en eso la democracia. Obedecer ordenes. No pensar, en definitiva. “La mayoría es incapaz de saber y debe creer”.

Puesto que Chomsky es un intelectual le repele, más si cabe, el papel de estos. “Los intelectuales son considerados expertos porque formulan las opiniones compartidas por los poderosos”. La libertad de expresión es peligrosa y “minorías inteligentes” deben de fabricar el consenso. Mero adoctrinamiento, pues. “Es necesario crear misterios, pues de lo contrario, la gente corriente podría entender las cosas. Hay que mantenerla en un estado de sumisión para lo cual se precisa que las cosas parezcan misteriosas y complicadas”. De ahí que Chomsky sea crítico con los intelectuales de derechas y también, no sólo por su decepción con el sistema soviético,  con la intelectualidad de izquierda ligada al marxismo en toda su línea evolutiva, a los que también achaca, en el mejor de los casos, falta de claridad, algo que podría chocar en una persona tan inteligente y que se dedica profesionalmente al análisis de las estructuras sintácticas del lenguaje. Así el marxismo clásico, la escuela de Frankfurt, el freudomarxismo y el postmodernismo parisino, del que únicamente rescataría a Foucault, serían en muchas ocasiones simple palabrería. “Las ideas que parecen útiles, también parecen bastante sencillas y no entiendo a qué viene tanta palabrería”.  Para él, hay que hablar de las cosas de modo que la gente pueda entenderlas. “No son muy difíciles, no hay que comentarlas con retórica postmoderna. Se puede tratar con palabras sencillas, pues se trata de asuntos muy simples y la gente los entiende con facilidad. Los únicos que no las entienden son los intelectuales. Pero es que tienen, por supuesto, unos intereses creados en no entenderlas. Si las entendieran, perderían su puesto”.

6Síntesis de su pensamiento

Barry Pateman ha resaltado algunos puntos destacados del pensamiento de Chomsky que podrían resumirse de esta manera:

– Su desconfianza en la posibilidad de un estallido revolucionario. Ya hemos visto anteriormente que confía más en ir introduciendo cuñas en el actual modelo capitalista.

– La confianza en las personas. Es decir la necesidad de trabajar en común.

– El valor del análisis sociopolítico del anarquismo y su vigencia histórica.

– La necesidad del anarquismo de abrirse a aliados de otras izquierdas heterodoxas. No tanto porque introduzcan grandes novedades, sino porque comparten los elementos básicos del modelo de organización anarcosindicalista.

– La importancia del concepto de clase para reconocer la opresión y enfrentarse a esta.

– Flexibilidad en torno a determinados principios para poder actuar de manera más ágil.

Recapitulando, para Chomsky el proceso de construcción de una sociedad libertaria debería comenzar por:

1º Descubrir la dominación en uno mismo, impuesta desde fuera o autoimpuesta.

2º Imponer reformas en los sistemas represivos.

3º. Deber de cambiar ese sistema.

4º Para hacerlo se podrá optar por actuaciones alternativas o por políticas institucionales si es necesario y tácticamente conveniente. Para ello hay que evaluar cada situación, el grado de comprensión de la gente y las consecuencias de cada opción elegida. No hay conflicto entre intentar derrocar al Estado y utilizar los medios que se nos ofrecen en una democracia parcial, que en muchos casos son consecuencias de siglos de lucha popular. Simplificando se refiere a sí mismo y reconoce que lo mismo escribe en New York Times que en Z Magazine. En este sentido hay quien ha creído encontrar una polémica en la defensa de ciertos aspectos del Estado por parte de Chomsky, aunque visto desde Europa es mucho más fácil comprenderlo. Es lo que Chomsky ha denominado ampliar los límites de la jaula[4]. Básicamente lo que Chomsky viene a decir es que el Estado está siendo sometido a un ataque de tal calibre por parte no de los anarquistas, sino de poderes no democráticos, básicamente financieros  e industriales, que un Estado fuerte es la única defensa de los últimos resquicios de democracia y libertad en Occidente. Si observamos lo que está sucediendo en Europa en los últimos 2 ó 3 años y sustituimos Estado por “lo público” pensaríamos que quizás todo se reduciría a una cuestión semántica[5]. “En el mundo actual, los objetivos de los anarquistas comprometidos debieran de consistir en defender algunas instituciones del Estado de los ataques lanzados contra ellas, intentando obligarlas al mismo tiempo a que se abran a una participación pública más significativa y, en última instancia, eliminarlas en una sociedad mucho más libre si se pueden alcanzar las circunstancias adecuadas”. Se trataría de un mero tacticismo que en su opinión sería comprendido por cualquier teórico clásico del anarquismo.

5º El futuro estará constituido por Consejos Obreros en la Industria, Democracia Popular en las colectividades e interacción entre ambas. Además habrá que constituir asociaciones libres entre grupos más amplios hasta organizar la Sociedad Internacional. Es decir, que cualquier interacción entre seres humanos esté bajo control directo de quienes participan en ellas. No es necesario detallar más porque habrá que experimentar las múltiples opciones. “Muchas flores tienen derecho a florecer”.

A la pregunta de cuándo surgirá esa sociedad libertaria, Chomsky con sinceridad afirma que no lo sabe, pero considera que a lo mejor el terrible salto hacia adelante del capitalismo en los últimos tiempos en su versión más salvaje es el preludio “del estancamiento y declive de las instituciones capitalistas”.


[1] No viene al caso detenerse en este punto, pero el rechazo de Chomsky al régimen soviético y sus satélites es tal que llega a afirmar que “si la izquierda incluye el bolchevismo, yo me borro de la izquierda”
[2] Quizás sorprenda a algunos lectores el calificar a Victor Serge como una firma libertaria.
[3] Algunos significados pensadores libertarios, como George Woodcock acusarán a Chomsky de ser a lo sumo un anarcosindicalista, no un anarquista; porque para él el concepto de clase obrera como sujeto revolucionario sería básico; mientras que en opinión de Woodcock el anarquismo se dirige a cualquier persona deseosa de cambio social independientemente de su clase o posición social. Podría parecer hilar muy fino, pero el análisis está ahí.
[4] Para conocer mejor sus reflexiones sobre este concepto y el apoyo táctico de Chomsky al Estado es muy recomendable la lectura de la entrevista que esta misma revista publicó en su número 35/36.
[5] Y lo es tan así que en algún lugar Chomsky ha escrito que una buena medida revolucionaria sería alcanzar un sistema de salud público y universal.
 


[i] Para la elaboración de este artículo hemos utilizado varias fuentes de información, pero el grueso de los textos consultados pueden encontrarse en dos interesantes libros: Chomsky una vida de discrepancia, de Robert F. Barsky (Edit. Península),  y Sobre el anarquismo, de Noam Chomsky (Edit. Laetoli).

[ii] La lista la componen por orden: Marx, Lenin, Shakespeare, Aristóteles, La Biblia, Platón, Freud, Chomsky, Hegel y Cicerón.

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Abuelas, Madres e hijas: Maneras de vivir el anarcofeminismo https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/abuelas-madres-e-hijas-maneras-de-vivir-el-anarcofeminismo/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/abuelas-madres-e-hijas-maneras-de-vivir-el-anarcofeminismo/#respond Fri, 21 Dec 2012 10:00:05 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3869 1Nadie puede escoger su lugar de nacimiento ni su familia ni el grupo social en que  nace, pero, afortunadamente, todas las personas podemos elegir nuestra familia ideológica. Ahí cobra sentido hablar de nuestras abuelas y nuestras madres, mi generación sería la de las hijas/hermanas que ya tenemos hijas.

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Cristina Plaza – Ateneo Libertario La Idea

Nadie puede escoger su lugar de nacimiento ni su familia ni el grupo social en que  nace, pero, afortunadamente, todas las personas podemos elegir nuestra familia ideológica. Ahí cobra sentido hablar de nuestras abuelas y nuestras madres, mi generación sería la de las hijas/hermanas que ya tenemos hijas. La adscripción a una ideología tiene una importancia vital para transitar este “valle de lágrimas”, el pensamiento nos define aunque no alcancemos ese horizonte utópico anhelado, por eso mis abuelas son mujeres como Teresa Claramunt y mis madres podrían ser Amparo, Lucía o Mercedes.

1El año pasado se celebraba el 75 Aniversario del Primer Congreso de la Federación de Agrupaciones de Mujeres Libres, celebrado en Valencia (agosto de 1937), no es un aniversario cualquiera ya que hablamos de nuestras madres, de nuestras raíces y de una problemática aún hoy no superada. La Confederación General del Trabajo editó un facsímil maravilloso en el que podemos acercarnos no solo a las ideas de las compañeras, utilizando una fuente directa, sino también a la edición de la revista, que enlazaba con las vanguardias artísticas del momento sin duda gracias a las colaboraciones de Baltasar Lobo (dibujante y escultor) y Lucía Sánchez Saornil (poetisa dadaísta). En esta edición conmemorativa se ha respetado totalmente la estructura de la revista (una reproducción recreada al mínimo detalle) y se ha creado un número nuevo que contiene una selección de páginas reales de los 13 números publicados entre 1936 y otoño 1938.

Al hilo de este trabajo bien realizado y que es una invitación al estudio de Mujeres Libres, aquí y ahora,  conviene reseñar que una cosa es hablar de igualdad ante la ley y otra bien diferente alcanzar la igualdad real. Obviamente, las mujeres estamos muy lejos de la igualdad real con respecto a la otra mitad de la población mundial. La igualdad no existe si miramos al “mundo blanco”, ombligo del capitalismo, mucho menos si observamos el conjunto del planeta, ya sean zonas periféricas, emergentes o subdesarrolladas.

Mujeres Libres  cobra una perspectiva histórica, por eso intentaremos intuir qué cuestiones las diferenciaban de sus coetáneas y las convierten en referente para las libertarias..

2En lo relativo a su definición, Mujeres Libres nunca quisieron definirse como “feministas” , cosa muy natural si analizamos el contexto social de la época en que el feminismo burgués se dedicaba a reivindicar el derecho al voto (ellas eran anarquistas) y las ramas femeninas de los partidos  de izquierdas eran meras correas de transmisión que aspiraban a incorporar a las mujeres al partido, pero no realizaban un trabajo potente a favor de la manumisión de la mujer.  La voluntad y compromiso por la igualdad, a mi modesto entender, de forma organizada y consciente sólo lo desarrollaron Mujeres Libres.

En el contexto histórico de Mujeres Libres, las anarquistas, los anarcosindicalistas y l@s libertari@s, en general, no tenían una posición única en el papel a desempeñar por  la mujer como sujeto social, si bien tenemos un pronunciamiento claro de la CNT definiendo el comunismo libertario y poniendo en plano de igualdad a hombres y mujeres. Sin embargo, si consultamos  las palabras de libertarias y libertarios de la época la cosa se complica, las concepciones sobre la mujer y su papel en la sociedad se podría definir simplificando en dos líneas genéricas: la mujer como gestatriz o cortesana y la mujer como persona con plenos derechos y obligaciones, matizándose en ambas posiciones un sinfín de matices y variaciones.

Afortunadamente no se trata de un estudio académico, sino de una invitación a que os seduzcan sus propias “palabras de mujer”, sus posiciones ideológicas sobre diferentes aspectos de la vida cotidiana y  por ello se puede una permitir  centrarse en las posiciones que me son más afines, las que defendieron en general Mujeres Libres y más concretamente Lucía Sánchez Saornil.

La mujer obrera vivía con un grado escandaloso de analfabetismo, dependencia total del varón y cooptadas por la Iglesia, pero todo ello era imputable a la marginación social  de la mujer en la sociedad de principios del siglo XX. Nuestras compañeras sostenían que la mujer no era inferior al hombre, pero que sufría una doble explotación: como obrera por  el sistema económico en que vivía y como mujer inmersa en un sistema patriarcal,  y esas eran las causas de que la mujer no hubiese logrado su emancipación plena: “forzoso es que el cerebro de la mujer albergue un vasto potencial de inteligencia para que no hay naufragado definitivamente en las sombras de la más absoluta animalidad” (Lucía Sánchez Saornil)

Pensaban que se habían producido avances sociales para la mujer en los  ambientes más cultos de la sociedad, pero la desigualdad entre los sexos permanecía sostenida por la continua sumisión de la mujer, sustentada ahora por la teoría de la diferenciación sexual. Esta teoría limitaba el papel de la mujer a educadora de la prole y, por eso, Lucía se sublevaba y defendía que no había que enfrentar el concepto de mujer con el de madre, “…la función anulando al individuo”. Mujeres Libres combatían esta idea y creían firmemente que esta idealización del papel de la madre garantizaba la posición superior del hombre en la sociedad y consolidaba el sistema de explotación de la mujer y, por supuesto, entendían que una mujer sin hijos no era un ser castrado sino que defendían: “Desdeñáis la aportación directa de una mujer inteligente por un hijo tal vez inepto. Repito que hay restablecer las cosas en sus verdaderos términos. Que las mujeres sean mujeres ante todo; sólo siendo mujeres tendréis después las madres que necesitáis.” (Lucía Sánchez Saornil).

3Esta solución podría darse sólo mediante un proceso de educación y comprensión mutua entre los dos sexos y un cambio radical de ambos en lo relativo al papel de la mujer, concretado en la solidaridad entre hombres y mujeres, como también entre mujeres y otras mujeres, y de esta última premisa nacía su convencimiento de la necesidad de una organización específica que debía trabajar para alcanzar:

  1. La eliminación del concepto de superioridad masculino.
  2. Conciencia por parte de los hombres de que todos los seres humanos eran iguales y que, por tanto, la mujer era igual al hombre.
  3. Aceptación del hecho de que las mujeres tenían una inteligencia igual que la del hombre y una sensibilidad similar, y que como personas humanas tenían una necesidad de superación parecida a la del hombre.
  4. Necesidad de implantar la igualdad y la justicia en el hogar antes de intentar implantarla en el contexto general de la sociedad.

Mujeres Libres, eminentemente prácticas,  ofrecían elementos para que las obreras se formaran en una mentalidad libre, capaz de discernir por sí mismas lo falso de lo verdadero, lo político de lo social, y trabajaron para capacitar a las mujeres y  liberarlas de su triple esclavitud: de ignorancia, de productora y de mujer.

No quiero continuar sin que nos paremos a reflexionar que Mujeres Libres trabajaba como organización para desarrollar tres ejes fundamentales, a saber: la existencia de un problema específicamente femenino, la aceptación del anarquismo como ideal que plantea la igualdad entre lo seres humanos y un sistema social basado en el Comunismo Libertario y, muy importante, la independencia económica de las mujeres.

Mujeres Libres priorizaba la independencia económica de la mujer mediante el trabajo asalariado, siendo plenamente conscientes de la realidad social imperante. Por eso abogaban por la formación técnico-profesional de la mujer, también defendían la creación de guarderías y comedores populares y consideraban imprescindible la reeducación de los varones en relación con la incorporación de la mujer al trabajo, y  como solución a este prejuicio del proletariado masculino defendían el apoyo mutuo entre los trabajadores de ambos sexos frente a la patronal.

La independencia económica loada como base de la independencia y libertad de la persona era también la única solución viable a la cuestión sexual. Entendían que la desigualdad social de la mujer era la causa principal del problema sexual y Lucía, por ejemplo, mantenía que “sin problema sexual no habría problema femenino en las sociedades” y estaba convencida de que la solución del problema económico estaba en la revolución. Sánchez Saornil nunca desarrolló una teoría sobre el amor, tal como haría Federica, sino que se limitó a ser partidaria de la “unión libre” y volcó más su inquietud en la divulgación que se hacía sobre el tema del amor libre en las campañas de educación sexual, exigiendo la necesidad de una mayor seriedad y profundización en el tratamiento del tema sexual, trabajando en esta línea Mujeres Libres; así como realizaron un esfuerzo convencido a favor de los Liberatorios de Prostitución, de conformidad con su postura abolicionista, coherente con su firme confianza en la formación cultural y técnico-profesional para las mujeres.

Os animamos a que conozcáis de primera mano a estas mujeres indomables, comenzando por el facsímil editado por CGT y continuéis con los estudios de Mary Nash y de Martha Ackelsberg como ineludibles y por último que vuestra curiosidad os conduzca a las diferentes biografías publicadas sobre estas hermanas no sólo libres, sino imprescindibles.

 DE LA MUJER AL HOMBRE

Dios te hizo hombre para mí.
Te admiro desde lo más profundo
de mi subconsciente,
con una admiración extraña y desbordada
que tiene un dobladillo de ternura.
Tus problemas, tus cosas
me intrigan, me interesan
y te observo
mientras discurres y discutes
hablando del mundo
y dándole una nueva geografía de palabras
Mi mente está cavada para recibirte,
para pensar tus ideas
y darte a pensar las mías;
te siento, mi compañero, hermoso
juntos somos completos
y nos miramos con orgullo
conociendo nuestras diferencias
sabiéndonos mujer y hombre
y apreciando la disimilitud
de nuestros cuerpos.

 GIOCONDA BELLI

Bibliografía:

Nash, Mary: “Mujeres Libres”: España 1936-193”9. Tusquets,Barcelona, 1977.

Nash, Mary: “Rojas. Las mujeres republicanas en la Guerra Civil”. Taurus, Madrid, 1999.

Ackelsberg,Martha: “Mujeres Libres. El anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres” .Virus,Barcelona, 1999.

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Presentación del dossier LP 73 "Más allá del Estado de Bienestar, más allá de lo público" https://archivo.librepensamiento.org/2012/09/21/presentacion-del-dossier-lp-73-mas-alla-del-estado-de-bienestar-mas-alla-de-lo-publico/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/09/21/presentacion-del-dossier-lp-73-mas-alla-del-estado-de-bienestar-mas-alla-de-lo-publico/#respond Fri, 21 Sep 2012 19:00:16 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3792 Está siendo muy fuerte el ataque contra el Estado del Bienestar y contra los servicios públicos en general.  Los neoliberales, que controlan el gobierno español, el europeo y las grandes instituciones internacionales, aprovechan la crisis para imponer su programa de drástica reducción del Estado, en especial de su dimensión más social y solidaria. O quizá se trata de una crisis parcialmente creada e intencionadamente magnificada para generar un marco social más proclive a aceptar sin ofrecer resistencia un conjunto de medidas que claramente perjudican a la mayoría de la población.

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Está siendo muy fuerte el ataque contra el Estado del Bienestar y contra los servicios públicos en general.  Los neoliberales, que controlan el gobierno español, el europeo y las grandes instituciones internacionales, aprovechan la crisis para imponer su programa de drástica reducción del Estado, en especial de su dimensión más social y solidaria. O quizá se trata de una crisis parcialmente creada e intencionadamente magnificada para generar un marco social más proclive a aceptar sin ofrecer resistencia un conjunto de medidas que claramente perjudican a la mayoría de la población.

Desde la tradición libertaria tenemos sólidos argumentos para criticar duramente el Estado burocratizado, a duras penas legitimado por su labor “asistencial”. Pero tenemos argumentos mucho más sólidos para enfrentarnos sin concesiones a ese programa neoliberal que, apelando torticeramente a la defensa de la libertad, solo apunta a reforzar la privilegiada posición de las élites. Más allá del Estado del bienestar, más allá de lo público, defendemos una opción defensa de lo colectivo y comunitario que supone una alternativa radical a lo existente.

Por eso, como se plantea en el primer artículo, ese necesario elaborar una crítica de lo público destacando sobre todo la gestión participativa (autogestión) y el sentido profundamente comunitario de los servicios públicos. Eso exige empoderar realmente a la ciudadanía para que sea capaz de tomar las riendas de sus propias vidas y generar modelos de sociedad en los que tengan fuerte presencia los servicios comunitarios sin agostar la capacidad e expresión y creación individuales.

Para desarrollar una crítica libertaria del Estado que vaya unida a la creación de genuinos servicios comunitarios, es imprescindible tomar plena conciencia de lo que implica a nivel personal e individual convertirse en sujetos políticos, en ningún modo ni manera sometidos a los podres efectivos de lo que podemos llamar la biopolítica. El objetivo es potenciar la formación de un sujeto ético capaz de afrontar la difícil tarea de convertirse en dueño de su propia vida, superando los atractivos que ofrece ser sumisos a cambio de ciertas concesiones propias del Estado del bienestar. Ese es el tema del segundo artículo, que va seguido por otra aportación que ofrece una profunda y atinada reflexión sobre el concepto de «gobernanza».

La «gobernanza» es un concepto reciente que ha pasado a convertirse en eje de la actuación política de los neoliberales en el poder. No deja de ser un eufemismo, pues en el fondo está planteando la política como actuación técnica, en manos de expertos, únicos preparados para entender la complejidad de un mundo globalizado y tomar las medias que son exigidas sin alternativa posible por esa complejidad. Poca transparencia y mucha oscuridad garantizan que los ciudadanos ni entienden ni participan, aceptando sus medidas con resignación, pues no pueden captar con claridad que dichas medidas no son en absoluto exigencias técnicas ineludibles sino opciones claramente encaminadas a mantener y consolidar la posición de privilegio de las élites, imponiendo coactivamente un reparto muy poco equitativo de las cargas y beneficios sociales.

Las reflexiones teóricas poco ayudan si no se entra en las posibles acciones concretas que hagan presente formas alternativas de entender la articulación de lo público y lo comunitario. Los tres artículos que siguen narran tres experiencias en la sanidad, en la creación de espacios sociales y económicos colectivizados y comunitarios y en la articulación de la vida municipal en torno a los intereses de la comunidad. Son tres experiencias reales que nos devuelven la confianza en la posibilidad tanto de llevar a cabo nuestras propuestas como de ofrecer una resistencia activa y creativa a las destructivas políticas neoliberales que están demoliendo los servicios públicos.

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Apostando por el sindicalismo de CGT https://archivo.librepensamiento.org/2012/09/21/apostando-por-el-sindicalismo-de-cgt/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/09/21/apostando-por-el-sindicalismo-de-cgt/#respond Fri, 21 Sep 2012 12:00:49 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3832 El modelo sindical de la CGT,  es hoy fundamental en la confrontación social. Sus dos patas son igual de importantes, la social y la laboral. Profundizar en su interrelación es una cuestión de inteligencia constructiva de la CGT. En esta crisis tenemos también la oportunidad de vernos como parte del problema, y de esa humildad, podemos salir reforzados. La tensión entre lo social y lo laboral ha estado siempre presente en el anarcosindicalismo y es natural que así sea. Con las convulsiones sociales y la necesidad militante de CGT de encontrarse en ellas, se ha exacerbado.

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Josu Albinarrate (Secretario de Acción Sindical  en BBVA y afiliado de F.L. de Bilbao)

 

La Sociedad del siglo XXI, como fue la del XX, se continúa estructurando en torno al trabajo. No sólo es mayoría la población activa, sino que para quien está en paro su prioridad es abandonarlo. La condición de pensionista tiene también mucho que ver con el mundo laboral, puesto que se trata de un pacto social que se construye durante la vida cotizante, pero que demasiadas veces se ve atacado en los momentos más débiles, tras el hecho causante (jubilación, invalidez, viudedad, etc.). Es por esta centralidad social de lo laboral, el que CGT tiene un modo de intervención básicamente laboral y así entiendo debe seguir siendo.

El mundo laboral es cierto que se ha atomizado por Sectores, tipos de contratos, duración de los mismos y condiciones muy polarizadas. Este hecho dificulta tremendamente la intervención sindical. Pero lo mismo ocurre en la propia sociedad, donde las clases sociales se han desdibujado, las alianzas históricas se han disuelto, etc. La intervención social la solemos enmarcar en el problema concreto que abordamos, es particular no global, y el conflicto se encuentra perfectamente enmarcado. En lo laboral, debemos aspirar a dirigirnos al 100% de una plantilla, sea cual fuere su nivel profesional. Nuestra definición de reivindicación o análisis laboral ha de ser consistente para todos, aunque sea de mayor interés para un colectivo que para otro, nuestra intervención ha de convencer a todos en justicia, oportunidad y necesidad. En realidad, en lo laboral, se escenifica el mismo conflicto social, la redistribución de la “tarta”. Si es en el ámbito de una empresa está en juego la redistribución de lo generado. Si es en un Sector, la homologación de condiciones para que reducir derechos laborales no forme parte de la competencia entre empresas del mismo. Nuestra condición de Sindicato alternativo es la que nos lleva a propugnar, explicar y desarrollar en el Sector o en cada Empresa, precisamente esas condiciones de redistribución en lo laboral que son la base para entenderlas luego como ciudadanos en lo social. Si no lo entendemos en lo laboral, difícilmente lo haremos en los temas sociales.

La intervención laboral se realiza fundamentalmente en las empresas, conviene recordar que apostamos por las Secciones Sindicales como estrategia de intervención. Esto representa que nuestra actividad la marcamos nosotros y no está supeditada, no debiera estarlo al menos, a los escasos o puntuales momentos de negociación o de conflictividad. El espíritu colectivo que en momentos de conflicto representa realmente la fuerza del Sindicato no se improvisa, sino que se construye normalmente desde una ínfima militancia. Parece básico asimilar que para llegar a cualquier plantilla es indispensable hacerlo desde sus primeras necesidades laborales. Menospreciar esos aspectos del sindicalismo es propio de quien jamás ha puesto su cerebro en desarrollar una Sección Sindical. Pasar por encima de las necesidades y orden de prioridades genérico de una plantilla es propio de actitudes sectarias o iluminadas. Pero es muy distinto hacerlo apoyándose simplemente en ellas para buscar una representatividad parlamentarista, que hacerlo para ofrecer un análisis radical sobre necesidades reivindicativas laborales y relaciones laborales colectivas. Conceptos básicos como transparencia, servicio sin caer en el amiguismo sindical afiliador, eficacia obrera, etc. deben aparecer en nuestras tareas sindico laborales más básicas. Sin dudarlo, una actividad gestora de los intereses laborales de una plantilla, con criterios positivos generando colectivo, es fundamental para el incremento de la capacidad de penetración de otros conceptos más profundos socialmente de la CGT. Sin lo primero, lo segundo es un acto de iluminados.

ACCIÓN SINDICAL COTIDIANA Y PERMANENTE

Entre conflicto y conflicto es cuando se hace organización. Apenas habrá alguna sección sindical de la CGT que no cuente entre sus herramientas con una publicación o medio digital que permita mantener el contacto más continuado entre organización y plantilla. Esta es una característica de la CGT, tenemos mucho de lo que hablar y mucho que decir. Y también tenemos muchas formas de fomentar la participación, las aportaciones más variadas y un clima orgánico que las favorezca en cada ámbito laboral. Tratar en estos medios de la problemática de otras empresas del sector o fuera de él, abordar temas directamente sociales o políticos, aportar datos de análisis sobre los sucesos sociales, etc. resulta fundamental como penetración de la problemática social en el mundo laboral. Incluso hay un sinfín de materias laborales que conceptualmente entroncan con los conceptos básicos sociales de redistribución de la riqueza. Tratarlas es una cuestión diaria y ha de ser habitual en nuestras Secciones Sindicales. Por ejemplo, la lucha contra las horas extras o las prolongaciones de jornada, la movilidad funcional, la falta de medidas de prevención, etc., todas estas luchas conceptuales o concretas tienen su entronque en los conceptos de definición social y por tanto acometerlas transciende de los intereses como persona asalariadas y precisamente los conecta con los de ciudadano.

Las reivindicaciones que integran al colectivo laboral ante un conflicto han de ser marca de naturaleza CGT. Ningún conflicto en ningún ámbito hemos de verlo como terminista, como que se agota en si mismo. La estrategia reivindicativa, bien sea proactiva -a iniciativa nuestra- o sea defensiva -ante un conflicto que nos generan-, debe enmarcarse en una estrategia del sindicato, básicamente la que dictamine la sección sindical o federación afectada directamente y que estará definida en base a nuestra capacidad en la empresa o sector, el momento empresarial y la correlación de fuerzas. Indudablemente, a fijar esa estrategia influirá la marcha global de la Organización y esto es algo pendiente de desarrollar por la CGT, dado nuestro aún pequeño peso laboral y el detrimento militante que lo laboral tiene hoy en los órganos confederales. Una sección o federación no es más combativa porque su reivindicación sea más o menos atrevida o finalista, sino por saber enlazar sus aspiraciones hoy menores para que luego abran o traigan otras mayores. El reto para un sindicato de la CGT estará básicamente entre la plantilla donde se juega la asunción de sus postulados, que por muy razonados y justos que sean jamás podrán ser impuestos al colectivo como si éste fuera un ente contaminado de capitalismo y la CGT algo ajeno a ese sentir. La negociación para la CGT se celebra en una mesa pero se libra entre la plantilla y entre la ciudadanía. Que calen nuestras reivindicaciones, que se enlacen con un bien común mayor, es fruto de un trabajo premeditado, elaborado y con tiempo, que se concretará en un momento de negociación puntual, pero que se ha generado antes.

En cualquier proceso reivindicativo, sea social o laboral, estamos quitando de un lado para ponerlo en otro. Esto será siempre conflictivo y más cuando la pretensión surge desde abajo, desde la ciudadanía en lo social y desde los asalariados en lo laboral. La profundidad del reparto vendrá marcada por el convencimiento social del colectivo que lo propicia. Que la CGT rechace el parlamentarismo también en el mundo laboral, supone en la práctica que nos movamos por criterios y no por atracción del voto. Nuestra actitud en las empresas representa romper con el principio del bien inmediato para plantear en lo concreto el bienestar colectivo. De este concepto nace nuestra posición en las grandes empresas, en las que hemos luchado en lo concreto contra la subcontratación de tareas, hemos defendido que a las subcontratas se las aplique el convenio de la empresa matriz, hemos buscado desde nuestras secciones sindicales en la matriz -normalmente con mayor capacidad reivindicativa- hacer nuestras las necesidades de las subcontratas y exigírselas a la matriz, no a la subcontrata, siempre con mayor precariedad. Esta tarea de la CGT muchas veces ha sido mal vista por la generalidad de la plantilla subcontratada que se abrazaba al nuevo empleo por peores condiciones que tenga y veía la reivindicación de la CGT como un encarecimiento que hacía peligrar el nacimiento de la propia subcontrata para la empresa matriz.

Este mismo esquema de funcionamiento sindical por criterios sociales es el que nos ha llevado a las distintas secciones sindicales CGT a mantener conflictos sindicales, jurídicos, conceptuales, etc. contra las horas extras o las prolongaciones de jornada, cuando no directamente contra el paro, de modo continuado o puntual, en momentos de bonanza como de crisis, e incluso con EREs sufridos con la negativa al mismo y posterior campaña de la CGT contra las horas extras. Tirar contra los Directivos de cualquier gran empresa está hoy muy en boga y CGT no sólo llevamos años de bonanza haciéndolo, sino que en muchas empresas hemos apostado abiertamente por manifestarnos, posicionarnos e incluso tomar iniciativas contra los sistemas de retribución extra e incentivación, que democratizan las migajas entre la plantilla para sostener el expolio de los Directivos. Esto era nadar contra corriente hace sólo unos años y desde la CGT se ha hecho. Hacerlo más eficazmente, con más datos, es una ardua tarea, pero es llevar a las empresas la redistribución de la riqueza que socialmente demandamos en tantas manifestaciones.

Por último, la vida de las secciones sindicales de la CGT en las empresas es el eslabón básico para hacer sociedad. La afiliación responde como es natural a un interés primario, si no existiera tal interés personal no habría sindicato, pero un interés personal no tiene porque ser individualista ni antisocial, sino que  lo personal ha de ser el camino para alcanzar el más sano concepto colectivo. La participación es un concepto positivo pero muy difícil de fomentar y practicar. Primero se ha de respetar el proceso del otro, pero sin negar la necesidad colectiva. Conjugar esto: distintos niveles de interés, atención y conciencia que hemos de respetar, con la necesidad de hacer organización mediante la participación, ¡es todo un reto! Pero lo es en las secciones sindicales, porque tienen hoy una necesidad diaria de funcionamiento, y lo es en cualquier ámbito social. Cuanto más abierto sea el ámbito, más distancia entre las personas en conciencia, interés y actitud. Es un reto de primera magnitud para la CGT en las secciones sindicales desarrollar estrategias que busquen la participación, no sólo la exijan o reclamen como un deber. Hay niveles de aportación y todos son válidos, aunque probablemente ninguno suficiente. Generar ánimo, en lugar de exigencia castrante, es un propósito sindical básico en la vida de las Secciones, generar confianza en las propias fuerzas con las que se cuenta para cada tarea, generar impulso para superar miedos, incapacidades o bajas autoestimas. Todo esto es parte de la vida de una sección sindical. Y buena parte de ella pasa por unas relaciones personales fuertes, sanas y con los mismos criterios que reclamamos para la sociedad que pretendemos. No es fácil lograr lo que digo. La salud de nuestras relaciones personales en las secciones se resiente por el conflicto, el sectarismo y el debate. Es, en buena medida, natural y, siempre pretendiendo su mejora, hemos de asumirlo. Por eso, el sindicalismo laboral, con un ámbito humano muy amplio, representa poner en práctica hoy nuestros valores para una sociedad mejor.

PROPUESTAS DE INTERRELACIÓN DE NUESTRO TRABAJO LABORAL Y SOCIAL

            Debemos partir de una realidad y es que el tiempo y las energías son limitados y muy inferiores a la tarea por acometer en ambos campos. Esto nos lleva a que la persona que se implica mucho en su Sección Sindical o Sector, apenas tenga tiempo y energías para participar en una medida significativa en las áreas sociales. Por el contrario, muchas personas de la CGT que participan activamente en tareas sociales concretas, no suelen tener tiempo y energías para participar en una medida significativa en las necesidades sindicales de su empresa o sector, y, por último, las personas que más participan continuadamente en la vida confederal, suelen ver muy disminuidas sus energías y tiempo a dedicar bien a participar en tareas sociales concretas o en la vida de sus secciones sindicales.

            Esto es una perogrullada pero, sin embargo, no lo tenemos en cuenta para nada en la vida confederal. Reivindicamos un trabajo de abajo hacia arriba, pero en nuestro ideario o mente colectiva sí que caemos en categorizar de arriba hacia abajo, nuestras labores y de rebote a las personas que las desarrollan. El modelo sindical de la CGT también precisa de personas dedicadas en su tiempo y energías a la gestión de su sección sindical, a apoyar a los principiantes, organizar sus tareas, dinamizar, o incluso gestionar las funciones sindico laborales ante la afiliación e incluso la plantilla en general. Como he pretendido razonar en la primera parte, esta labor insertada en el conjunto de la CGT es tan importante como la que más y se trata de encontrar a las personas con mejor actitud hacia ellas y seguramente con los condicionantes personales que les permitan, mejor que a otras personas, dedicarse a ellas.

            La conclusión es que desde arriba hacia abajo, debe facilitarse tremendamente la transmisión de todas las cuestiones laborales y sociales en que estemos implicados como CGT y segundo que participar no es sólo tomar parte en los actos y acciones que en torno a un conflicto desarrolla o convoca la CGT, sino que hay también otros modos de participación más compaginables con un exceso de tareas.

COORDINACIÓN SOCIAL CGT.

Se nos mezclan dos conceptos: por un lado, la implicación de CGT en movimientos sociales mediante su firma en las convocatorias y extensión de las mismas, por otro, la militancia de personas de la CGT como individuos en esos movimientos sociales más amplios. Ambas cuestiones son valiosas y de ambos modos hemos de reforzar en estos tiempos el compromiso de la CGT.

            Sin embargo, nos falta como CGT un órgano que determine la propia estrategia comunicativa y de prioridades en el conjunto de conflictos sociales.  Pongo un ejemplo, CGT puede estar apoyando en un ámbito determinado las movilizaciones de STOP DESAHUCIOS, como organización en sus convocatorias y con personas trabajando en el movimiento. Sin embargo, no contamos con ningún ente CGT que, dentro del conjunto de conflictos sociales hoy en activo, vea la mejor forma de comunicar nuestra posición a la sociedad a su respecto. analizando si debemos dar mayor énfasis a este conflicto de los desahucios o a otro en litigio, marcar ritmos y momentos, y, sobre todo. generar una estrategia de comunicación; ya que no es lo mismo que saquemos una simple nota contra los desahucios a que generemos una información más profunda y continuada analizando, proponiendo, etc.

            El SP Confederal es quien ha venido intentando cubrir este vacío, pero ni por el ámbito sirve, puesto que los movimientos sociales están mucho más geográficamente divididos y desarrollan campañas con distintos ritmos y, además, el SP  tapa huecos pero no puede ser nuestra primera línea en todos los conflictos sociales.

            Necesitamos contar como mínimo en el nivel confederal territorial con personas encargadas efectivamente, no sólo nominativamente, de ser la voz de la CGT en los conflictos sociales. Su objetivo sería estar en contacto con las personas militantes de la CGT en los distintos movimientos sociales para poder emitir comunicaciones con estrategia propia de la CGT, con mensaje propio, con trabajos y orientaciones acordes como Organización que trasladar a la ciudadanía. Haciéndolo pero no en el reducido ámbito de los propios movimientos sociales y con su mismo criterio de comunicación esquemático, concreto y puntual para responder activamente ante cada conflicto mediante su visualización en la calle. El objetivo de esa área de la CGT debiera ser trasladar determinados conflictos sociales hacia la ciudadanía, por un lado vía empresas y, por otro, cuando así se considere, en la calle.

            Los movimientos sociales se hacen visibles mediante actuaciones puntuales similares a manifestaciones, concentraciones, perfomances, etc. Y son muy válidos para esa visualización. Participar en ellos puede ser un papel para muchas personas militantes de la CGT y las convocatorias de laCGT a esos actos organizados por movimientos sociales es importante, pero es un error quedarse en eso. En la expansión del fondo del conflicto social, hemos de dar cabida a todas nuestras secciones sindicales, a toda nuestra afiliación -mucha  no encuadrada en una vida sindical concreta. Para ello, el ente en cuestión debe visualizar cómo trasladar el conflicto social concreto a las empresas y seguramente el lenguaje será otro y el sostén de la reivindicación más exhaustivo, más razonado y con más datos, simplemente porque muchos trabajadores no han reparado en ese conflicto social o no lo sienten suyo. Y esto hemos de hacerlo con nuestras siglas CGT.

            Si importante es participar en manifestaciones o concentraciones por un tema social. Tanto o más es extender el conflicto social utilizando nuestra capacidad de penetración CGT en base a la afiliación -que debe recibir nuestras comunicaciones de un modo ágil- y en base a nuestra capacidad de expansión de las S. Sindicales. Esto es construir una red social CGT que llegue no solo a quien tiene carné, sino a su entorno laboral, social y familiar.

REIVINDICACIÓN PEDAGÓGICA

            Para construir valores sociales resulta básica la formación. En una Sociedad tan compleja, es fundamental que la CGT, si quiere ser transformadora, asuma que debe ofertar no sólo reivindicaciones más radicales o más plenas, sino también conocimiento, análisis y alternativas razonadas. Esto debiera ser una característica CGT de la que hoy carecemos.

            Es más bien al contrario. En los movimientos alternativos ha venido primando la sencillez de consignas, los bálsamos de fierabrás y los conceptos tópicos, y la CGT viene haciendo lo mismo. Es más atractivo confluir en torno a postulados maximalistas y simples que construir un movimiento con raíces en saber, discernir, analizar y proponer.

            Para movilizar, para generar movimientos puntuales ante conflictos sociales o laborales, la simplificación puede resultar una estrategia adecuada, pero si se queda en ello, al movimiento en sí se lo llevará el viento. En paralelo debe haber una tarea marca CGT, que genere esa formación hacia el conjunto de la propia afiliación y los núcleos próximos, y en una menor medida, pero también, hacia el conjunto social o laboral.

            De hecho, desde el SP Confederal se viene publicando excelentes trabajos recopilando datos, análisis, etc. Pero esta información, fundamental desde luego, sucumbe entre el enorme papeleo que generamos y a lo sumo sirve para un vistazo, para una lectura muy minoritaria.

            Reconozco que para abordar cualquier tema social o laboral de un modo pedagógico resulta más fácil ser extenso y prolijo. La sabiduría viene cuando alguien es capaz de presentar el esqueleto de ese saber, eso es lo realmente difícil.

            Se trata de sumar capacidades, pero desde luego de tener muy claro que la reivindicación pedagógica debe ser marca de la CGT. Insisto que más profundamente en nuestro entorno de afiliación, de modo menos detallado en nuestro núcleo de simpatizantes y finalmente en un mensaje más escueto al conjunto social y laboral.

            Trabajos hay muchos hechos ya desde el SP Confederal. Se trataría de abordarlos también con esta visión y encargar a personas especialmente capacitadas para esquematizar, el traslado a cada nivel, de modo que vía nuevas tecnologías y vía papel cuando sea menester, con un diseño de marketing para buscar la mayor penetración posible, se pueda sostener un trabajo comunicador, formativo y de calado que dé un sentido global y asentado al discurso de la CGT ante la problemática social y laboral.

FEDERACIONES DE RAMO

            Han venido siendo en general entes coordinadores y deberíamos darles un impulso para ser algo más. En la individualización de todas las relaciones laborales, ha primado la empresa por encima del sector. El dinamismo sindical lo hemos tenido en las empresas y el discurso sectorial no ha pasado casi de eso, de discurso. Seguro que en parte hemos vivido el problema de nuestro tamaño y no es fácil tener un tamaño sectorial apreciable, por más que lo tengamos en algunas empresas del mismo.

            En estos momentos resulta fundamental recuperar lo colectivo y las federaciones pueden ser una buena herramienta. En las federaciones que engloban varios convenios, hemos de ser pragmáticos y generar coordinaciones en paralelo para esos convenios o subsectores con la gente que está dando la cara día a día en ellos. La federación no debe quedarse en trasladar lo que le llega al resto de secciones sindicales que la integran, debe ofrecer también una visión del conjunto de la federación si es un único convenio y de cada uno de ellos si son varios.

            Pondré un ejemplo evidenciador: la FESIBAC-CGT engloba al sector de Ahorro y Banca, además de algunos otros. Hoy el sector financiero está en el epicentro de la crisis, por responsabilidad, protagonismo y enfoque social. Las personas que integran el SP de nuestra FESIBAC tienen ya muchísima tarea con la coordinación de un sector tan amplio, con responder a un sinfín de conflictos laborales de primer orden y dar cobertura a decenas y decenas de secciones sindicales pequeñas y que dependen de ese ente. Pero, en los tiempos que corren, parece indispensable que FESIBAC-CGT fuera protagonista en la emisión de una visión del sector financiero tanto como responsable de la crisis, característica, entramado laboral, económico, trayectoria y situación actual, reconversión que se está viviendo y finalmente alternativas….más allá de una genérica banca pública, por bien que esté. Hemos de ser capaces de generar una información que arme a la ciudadanía y a las propias plantillas del sector, en torno a nuestra visión, a nuestro análisis y a nuestras propuestas que unas serán sociales sobre la banca y otras han de ser laborales, y ambas deben guiarse por los mismos criterios.

            FESIBAC-CGT debiera ser el ente que asumiera tan difícil tarea aunque para ello necesitara el apoyo de otras personas incluso ajenas a la FESIBAC. Lo importante sería contar con esa visión global y utilizar nuevamente la red social de la CGT para su transmisión en el mundo laboral y en la propia sociedad. Lo dicho con este sector hoy tan visualizado, vale para otros como el automóvil, la construcción, etc.

ALTERNATIVA CGT

            Lo social y lo laboral van intrínsicamente ligados, pues evidenciémoslo. Desde CGT rehuimos demasiadas veces reivindicar cuestiones concretas y cercanas como alternativas. Nos resulta más fácil orgánicamente ponernos de acuerdo en tiros por elevación.

            No es mi labor aquí, pero se trataría de revisar nuestro análisis de las características de su crisis en España, nuestras críticas y reivindicaciones y realizar un resumen para presentar en sociedad. Un conjunto de propuestas concretas, aplicables de inmediato en lo laboral y en lo social que permitan al ciudadano, al trabajador, visualizar que la CGT está entreabriendo la salida de su crisis. Seguro que alguien más radical  que yo encuentra la propuesta posibilista, porque pretende un cambio social inmediato, pero ese es quizás nuestro error. Como en cualquier empresa, hay siempre reivindicaciones que representan un cambio de mentalidad y que, de avanzarse en ellas, producen un vuelco en la correlación de fuerzas y no suponen un fin reivindicativo aunque se alcancen. Eso hemos de lograr. Sólo apuntar algunas para visualizar la interrelación de lo laboral y lo social:

  • Supresión de los máximos en las Bases de Cotización. Es decir, toda persona asalariada cotizará por su retribución íntegra, tanto la cuota social como la patronal. Esto representaría en torno a 10.000 MM € más de recaudación al año para la seguridad social, que es un bien social.
  • Poder de inspección laboral para las personas nombradas por los sindicatos como delegados de prevención y salud. No supondrían ningún coste para las arcas públicas, levantarían actas en temas como horas extras y sería la Inspección la vía sancionadora. Por el reparto del empleo.
  • Popularizar el Acuerdo de la CGT de oponernos y no suscribir ningún ERE en empresas con beneficios. Dar a conocer que nuestra propuesta será siempre la supresión de las Retribuciones Extra de existir en la empresa afectada, y después la reducción del salario y jornada, con mantenimiento del  volumen de empleo. (La pelea de Limpiezas de Jerez es un ejemplo).
  • Obligatoriedad en la subrogación de plantillas en las contratas por obra y servicio mientras permanezca la tarea subcontratada. Esto es lo que tiene algún sector como el de limpiezas de edificios y haría que no se encadenaran las subcontratas o, al menos, se limitarían por el hecho de tener que seguir contando con la misma plantilla inicialmente subcontratada.
  • Reclamación de un pacto de rentas. No voy a desarrollarlo aquí, pero siguiendo la lógica socialmente aceptada de los ANC que CCOO-UGT firmaban con el eufemismo del control de la inflación, hemos de reclamar un pacto de rentas para regular las masas salariales de las empresas, no sólo el salario regulado, sino el conjunto de su masa salarial. En el mismo pacto hemos de reclamar el control de los dividendos, como retribución que al capital, ya que su volumen es muchísimo mayor que los costes salariales e igualmente tienen repercusión en el coste final del producto o servicio, y por tanto en la inflación.
  • Reclamación de una escala salarial sectorial. Tampoco voy a extenderme ahora, pero se trataría de evidenciar que con el mismo coste salarial que contiene un PIB concreto, la escala de ese coste, sus tramos y por tanto la base y la cúpula salarial tienen una influencia directa social. España no sólo tiene una media salarial de las más bajas de la UE, sino que si dividimos por décilas los Salarios, España tiene los más altos y los más bajos a la vez. Se trataría de reivindicar una relación Salarial más corta entre los distintos Sectores o Convenios, un acercamiento hacia el centro de los Salarios Sectoriales. Es romper precisamente con la lógica neoliberal.

Otros puntos sociales no introduzco porque la casuística es más amplia y conocida a la vez y sería cuestión de priorizar y enmarcar en una estrategia comunicativa.

]]> https://archivo.librepensamiento.org/2012/09/21/apostando-por-el-sindicalismo-de-cgt/feed/ 0 En la cáscara del sistema. Anarcosindicalismo, sindicalismo social y los wobblies del siglo XXI https://archivo.librepensamiento.org/2012/06/21/en-la-cascara-del-sistema-anarcosindicalismo-sindicalismo-social-y-los-wobblies-del-siglo-xxi/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/06/21/en-la-cascara-del-sistema-anarcosindicalismo-sindicalismo-social-y-los-wobblies-del-siglo-xxi/#respond Thu, 21 Jun 2012 17:00:13 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3749 Una propuesta de sacar el sindicalismo de lo estrictamente laboral, de lo referido a los sectores clásicos de trabajadores y de su “confluencia de intereses” con el capital. Una propuesta de un sindicalismo social, que se acerque a las personas que quedan fuera de las relaciones laborales “clásicas”, mermadas en derechos, sin capacidad reconocida de representación, dejadas por el sindiclismo convncional y cuyas problemáticas son mucho más amplias que lo estrictamente laboral y se presentan aboslutamente entremezcladas.

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Una de las máximas de la IWW (Industrial Workers of the World), el gran sindicato de inspiración anarquista (aunque no únicamente) que creció a principios del siglo XX en los Estados Unidos, era que sus luchas se construían en la cáscara del sistema. Con esta expresión se entendía que los wobblies, los así denominados militantes de la IWW, actuaban en las fronteras del sistema. Pero, sobre todo, a lo que hacía referencia esta expresión era a que su sindicato se organizaba con aquellos sectores laborales más marginales. «La IWW sería la desesperada respuesta del quinto deprimido: los obreros inmigrantes y desarraigados, los inexpertos, los desorganizados y los rechazados, los grupos más pobres y más débiles de los obreros».[1]

  También la CNT española siguió un modelo similar. Organizada en torno a los sectores obreros más deprimidos y los desclasados gozó de gran versatilidad y capacidad de movilización. Huelgas de inquilinos, organizaciones de parados y los grupos sociales más marginales dotaron a la CNT de una composición social diversa[2] que iba más allá del asociacionismo obrero de sectores como los de las artes gráficas o las industrias básicas.

 Con esto queremos destacar que aquellas estructuras sindicales fueron muy permeables a diversos problemas sociales que no pasaban estrictamente por el hecho laboral. Se abrieron a  nuevas perspectivas que les permitieron ir más allá de su propia organización. Y todo ello fue posible porque crecieron -el caso de la CNT es claro en ese sentido-, dentro de un medio ambiente libertario que investigaba y actuaba sobre el conjunto de los problemas sociales. Cuestiones como el urbanismo autogestionario (Martínez Rizo), de sexualidad y eugenesia (Luis Bulfi, Mujeres Libres), el problema de la educación (Ferrer y Guardia, Antonia Maymón) o la medicina naturista (Martí Ibañez, Isaac Puente) fueron algunas de las líneas de trabajo que hicieron que existiese un movimiento libertario que, más allá de la propia CNT, planteó un conjunto de alternativas que excedían con mucho el orden meramente laboral y económico. Así surgió un modelo sindical que en gran medida basó su éxito en la capacidad de organizarse en multitud de espacios y de estar inmerso en un movimiento social, cultural e intelectual propio que hizo posible que la CNT llegase a protagonizar la revolución de 1936.

 Como sabemos, este proyecto -iniciado por los movimientos libertarios hispanos a mediados del siglo XIX- quedó truncado en 1939 con la llegada de la dictadura franquista y la fortísima represión que impuso. Ya conocemos las consecuencias: muertes, exilio, encarcelamientos. Trágicos sucesos que llevaron a la desarticulación de todos los movimientos, instituciones y redes sociales tejidas durante décadas en forma de escuelas racionalistas, ateneos, grupos libertarios, sindicatos o colectivos naturistas.

 Tras los pasos de un sindicalismo roto. Anarcosindicalismo en la Transición.

  Después de varias décadas de descomposición, la llegada de los años sesenta y setenta, brindaron una nueva oportunidad para todo el ámbito libertario. La reorganización de núcleos  de inspiración anarcosindicalista y el renacer de una generación que, empapada por la contracultura, recogía algunas de las mejores esencias del movimiento libertario de los años veinte y treinta, permitieron soñar con la reconstrucción de una parte importante de lo que la guerra y la represión se habían llevado.

 Así se quiso entender con el Mitin de San Sebastián de los Reyes o el de Montjuic, en 1977, donde decenas de miles de personas se agruparon en torno a la reconstrucción de la CNT, o en las Jornadas Libertarias de Barcelona, momento en el que el anarcosindicalismo y los movimientos contraculturales se encontraron (y desencontraron) en unas jornadas multitudinarias. Sin poder entrar a valorar con más profundidad aquellos años, lo más interesante de aquellos meses centrales de 1976 y 1977 fue que de nuevo se rearmó un movimiento de conjunto, tanto en lo que se refiere al movimiento contracultural-libertario como al anarcosindicalismo.

 Aquel proceso tuvo una enorme complejidad, pero finalmente no cuajó en la reconstrucción deseada de todo el movimento, en especial del anarcosindicalista. Normalmente el final de este proceso se ha explicado en torno a distintos marcos de análisis: divisiones internas, represión o montajes policiales. Todas ellos son ciertos, pero ninguno tuvo tanto peso como la propia transformación del modelo productivo español y la transición sindical. La crisis económica global de los años setenta y su gestión política impusieron cambios inasumibles para un movimiento libertario-anarcosindicalista que apenas empezaba a caminar.

 Los Pactos de Moncloa, como punta del iceberg de un nuevo sistema de relaciones económicas y laborales, desbarató los mecanismos centrales de la protesta obrera, imponiendo topes salariales y una nueva disciplina al trabajo que segmentaba y precarizaba -por ejemplo- a los sectores juveniles, abriendo el paso a la mayor diversificación de los modelos de contratación. Ante estos pactos, firmados al unísono por todos los sectores políticos, incluido el PCE, el movimiento obrero contestó con miles de huelgas que movilizaron a cerca de cuatro millones de trabajadores en 1978 (en 1976 fueron dos millones y medio), en la mayoría de ocasiones contra los topes salariales. Pero la capacidad de presión del movimiento obrero perdía enteros en unos años (1976-1980) en los que se presentaron más de 40.000 expedientes de regulacion de empleo y el paro pasó del 5% de 1977 al 20% de 1984. Datos que no hacían sino anunciar algunas líneas de descomposición que a día de hoy resultan cruciales para entender los años posteriores.

 a. La cuestión sindical. En aquel momento, los grandes sindicatos (CCOO y UGT), de la mano de los intereses de la CEOE, tomaron la determinación de situarse dentro del nuevo marco económico como actores centrales del buen gobierno capitalista. Para ello generaron todo un sistema de pactos sociales (1977-1982) que dieron poder absoluto de representación laboral y social a las grandes centrales, acaparando así la representatividad, la legitimidad y los recursos. Esto llevó a que cualquier otra opción sindical o no sindical de organización de los y las trabajadoras quedase relegada e incluso ilegalizada. Asambleas de trabajadores y gran parte de las opciones sindicales más pequeñas, quedaron arrinconadas por una legislación laboral y de representación sindical destinada a formar «mayorías representativas» y a crear grandes interlocutores políticos en el ámbito sindical.

 El estrechamiento de los canales de representación y, por lo tanto, de reivindicación, tumbaron las dos máximas del movimiento obrero anterior a 1977, el unitarismo y el asamblearismo, que sin llegar a ser perfectos, eran el modelo habitual y más efectivo de organización. Estas características, reivindicativas y organizativas, ofrecían mayores oportunidades a las organizaciones asamblearias y a los modelos anarcosindicalistas, por contar con mayor democracia interna. En ese momento, sin embargo, quedaron impotentes. En este contexto, el V Congreso de la CNT (1979) no fue sino la expresión del callejón sin salida en el que habían situado los pactos sociales a las opciones anarcosindicalistas. La misma legalidad que permitía la existencia del anarcosindicalismo estrangulaba muchos de los cauces naturales que permitían su desarrollo, dejando casi como única alternativa para no acabar en la marginalidad absoluta, la participación en los tramposos canales que habilitaba la ley para las relaciones laborales y sindicales.

 b. Los nuevos movimientos sociales. Como segunda cuestión debemos señalar que, además, el ámbito anarcosindicalista sufrió una importante fractura que no sólo venía provocada por la reordenación del ambito sindical. Los debates en torno a la estrategia sindical, su densidad y su enconamiento, hicieron que el ámbito libertario y contracultural, aquel que históricamente garantizó la flexibilidad y permeabilidad del anarcosindicalismo hispano, fuese disgregándose en las distintas líneas de especialización que hoy conocemos como nuevos movimientos sociales.

 Podría parecer que esta aparición de los movimientos feministas, ecologistas, antimilitaristas, contraculturales, de ateneos, entre otros, venían simplemente a sumarse en una lucha común, pero lo cierto es que, a pesar de que cada uno de ellos por separado tuvieron gran dinamismo y riqueza, también sucumbieron a la especialización, a la separación y en algunos casos a la institucionalización. Entre ellos también el anarcosindicalismo, que tras múltiples divisiones internas pasó a ser uno más de los muchos movimientos de corte alternativo que lucharon en la década de los ochenta.

 No debemos entender estas valoraciones como un juicio, sino como la constatación de un proceso complejo. La aparición de todos estos movimientos sociales no fue más que la respuesta a una necesidad concreta de ampliación de las luchas y de crítica a la sociedad desde muchos más planos que los que manejaban los movimientos clásicos de la izquierda, como fue el movimiento obrero. Por otro lado, no se puede enjuiciar el trabajo de los movimientos anarcosindicalistas de los setenta sin entender que fueron reconstruidos en un contexto político, social y de luchas que en apenas dos años cambió radicalmente, con un escenario laboral y legislativo nuevo. Lo que sí debe ser motivo de reflexión es que mientras estas disputas internas se sucedían y los debates de reafirmación de una identidad anarcosindicalista en uno u otro sentido copaban las reflexiones, se produjo una seria desactualización con respecto a los cambios profundos que se sucederían en el ámbito económico, social, político y, por lo tanto, laboral, dejando al anarcosindicalismo en una mala posición de partida para afrontar los años centrales de la democracia.

 Transformaciones sociales y económicas de los noventa y dosmil

 Los ochenta supusieron crisis y desencanto político; un paro nunca visto metía en el cuerpo el miedo al desempleo, mientras la entrada en democracia desmovilizaba a otros tantos. Para los jóvenes, el paro era más acuciante[3] y al desencanto se sumó también la heroína, símbolos de una derrota. El ataque a los sectores clásicos del sector naval, metalúrgico o minero  fueron un buen ejemplo de lo que sucedía en aquellos años en los que la crisis, el paro y la reconversión  ahogaban la antigua potencia del movimiento obrero.

 Llegada la década de los noventa, con la disminución del tejido industrial y el ascenso de los servicios en un contexto de creciente precariedad y fragmentación de las condiciones laborales (firmadas por los sindicatos mayoritarios), muchas de las ideas sobre el mundo del trabajo y muchas de las posibilidades materiales de solidaridad fueron desapareciendo. Algunos hijos e hijas de obreros estudiaban y muchos se iban a vivir a otros barrios; ya no trabajaban en fábricas sino en tiendas, oficinas, transportes o servicios públicos, y era difícil mantenerse en el mismo puesto varios años. Mejorar dejó de parecer un sinónimo de enfrentarse con el capital, que a su vez se diluía en capas de superiores asalariados y en sucursales y matrices a lo largo del estado y el mundo. «La tarta debe crecer para repartir»: la izquierda en el poder ya no hablaba de arrebatar el control de la riqueza, sino de un espíritu corporativo nacional y empresarial que debía permitir el acceso de los hijos de los obreros al bienestar.

 Pero nunca hubo reparto de la riqueza. El modelo de crecimiento español se asentó en la privatización de las grandes empresas estatales, que pasaron a ser multinacionales de gran poder gracias a la reconquista de América Latina; y en la negación y mercantilización del derecho constitucional a la vivienda, en una gigantesca burbuja patrimonial que colonizó con sus dinámicas financieras y especulativas a todos los poderes privados y públicos.[4] El acceso a la vivienda, objetos de consumo e incluso a la educación superior se basó en el endeudamiento bancario e hipotecario. Los poderes públicos no hacían sino destruir su capacidad de acción, ya que dejaron tomar la iniciativa a los poderes financieros y a todos los mecanismos de endeudamiento masivo que conllevan, mientras dejaban caer los ingresos por vía fiscal en decenas de miles de millones anuales.[5]

 Visto de un modo supeficial esta situación parecía aceptable. El empleo aumentaba aunque fuera de mierda; la gente accedía a bienes y servivios. Pero era terriblemente dependiente del crecimiento continuo la burbuja especulativa y, por supuesto, el mercado laboral debía seguir cumpliendo unos altos estándares de flexibilidad, inseguridad y desprotección, pues todo este proceso se basaba en una constante pérdida de poder adquisitvo real de las clases trabajadoras que animara su endeudamiento. Este proceso de precarización laboral y social se asentó sobre tres pilares fundamentales.

 El primero fue -tal y como ya hemos analizado- la conformación de un bloque sindical mayoritario encargado de avalar como consenso (pacto social) el grueso de las reformas laborales de la democracia.

 El segundo pilar fue la institucionalización en el mercado laboral español de al menos ocho millones de puestos de trabajo caracterizados por la falta de continuidad en el empleo, la multiplicación de las figuras laborales y pseudo-laborales (becas, prácticas) o la subcontratación en cadena de empresas privadas. Modelos de contratación precaria o incluso de no contratación (inmigrantes sin papeles, servicio doméstico, etc.) que encarnaron el verdadero soporte del crecimiento español en los sectores productivos centrales, como son los cuidados, la construcción o los servicios.

 El tercer pilar fueron los estatutos atípicos de los sectores incorporados. Estos sectores, fundamentalmente jóvenes, mujeres y migrantes, no sólo estaban atravesados por modelos de contratación novedosos, como señalamos más arriba, sino que estaban atravesados por estatutos laborales y sociales muy diversos. La Ley de Extranjería marcaba quién podía tener contrato legal y quién no, qué modelo de renovación y cotización se debía tener para permanecer legal. Como también el estatuto singular del trabajo doméstico imponía un modelo laboral propio (si esa relación laboral estaba regularizada).

 En definitiva, durante más de dos décadas hemos asistido a una multiplicación de los modelos de contratación que han desvirtuado la esencia de lo que debe ser un contrato. Lejos de formalizarse una relación de derechos y deberes iguales para la mayoría, se han ido construyendo relaciones de derechos y deberes específicas para cada sector de la población, siendo directamente proporcional la disminución de derechos a la indefensión del sujeto «contratado».

 A nadie se le escapa que el sindicalismo heredado de la Transición fue diseñado para un sistema de relaciones laborales muy determinado, con las reglas más claras. Un estrecho marco que fue disuelto por las sucesivas reformas laborales y sociales que impidieron que las estructuras sindicales se pudieran reciclar a la misma velocidad. En cualquier caso, la pregunta que debemos hacernos es: ¿qué hueco tiene en este contexto el anarcosindicalismo?¿Se puede pensar en modelos de organización sindical que resuelvan algunas de las cuestiones que se han planteado en los últimos años?¿Cómo es posible además afrontar estas tareas en la fase de crisis?

 Lo social y lo sindical. Los retos de la actualidad.

 El primer reto que se debe afrontar es el de intervenir sobre la composición social señalada, deshaciendo la división sindical-social. No se puede intervenir sobre el trabajo doméstico si no se tratan cuestiones sociales como las relaciones de género, la familia o el reparto de los cuidados; ni se puede intervenir sobre el trabajo migrante si no se contemplan los condicionantes raciales (racismo, xenofobia, etc.) o el chantaje de la Ley de Extranjería, pues son estas cuestiones culturales y legales las que imprimen sobre la relación laboral la diversidad y estratificaciones sociales existentes. Como tampoco se puede enfrentar un despido con la losa de la hipoteca y la amenaza del desahucio encima. En definitiva, no se puede luchar en la precariedad con las mismas herramientas que en plantillas estables y homogeneas, como sucede (cada vez con menos frecuencia) en algunos sectores productivos clásicos.

 Al principio de nuestro texto hemos recordado a algunas organizaciones anarcosindicalistas históricas que luchaban desde el binomino social-sindical casi indistintamente. También hemos señalado como ese binomio se trató de reconfigurar en la década de los setenta al reflotarse el movimiento libertario. Y por último hemos repasado como la propia composición del movimiento obrero en los setenta y el proceso de transición sindical construyeron un poder sindical en democracia que, por sus prebendas, su poder y sus formas legales encerraron al ámbito sindical en los sectores tradicionales del movimiento obrero. A esto se sumó una cierta escisión por especialización, por separación o por falta de entendimiento que llevó a que el clásico movimiento libertario que siempre dotó al anarcosindicalismo de un sustrato cultural e intelectual propio se diluyera y tomara formas diversas.

 A día de hoy no podemos negar que dentro de la escasa afiliación sindical que existe en el Estado español, se reconocen mayoritariamente las figuras tradicionales del trabajo. Son esos sectores (Administración Pública, Banca, Industria, Metal, Transportes, etc.) los que han marcado la pauta del quehacer sindical. Luchas, huelgas y batallas en las empresas que han  construido un modelo de intervención donde lo social, aquel contexto que hizo posible al anarcosindicalismo histórico, ha quedado separado en labores específicas de las áreas de lo social del sindicato.

 El segundo gran reto es como construir estructuras sindicales que sirvan de referencia para amplias mayorías sociales, donde los sectores precarios (migrantes, jóvenes, informales, mujeres o ilegales) encuentren un punto de referencia. Se trata de inventar modelos de intervención sindical que, apoyados en nuevas alianzas sociales, sean capaces de identificar y engancharse con sus áreas naturales de proliferación, los sectores periféricos e incluso marginados del sistema laboral. Cuando el empleo formal se convierte en tránsito, el anarcosindicalismo no puede quedarse encerrado en el lugar de trabajo. Debe hacer alianzas con otros movimientos sociales, mezclarse en las movilizaciones de migrantes, por la vivienda o por el derecho a decidir de las mujeres. Debe transitar las figuras que componen los centros de trabajo, unir sectores diversos, buscar nuevas formas de conflictividad social junto a sectores de trabajadores atípicos.

 Algunas de estas cuestiones han salido en el último año con la llegada del movimiento 15M, donde la gran baza del anarcosindicalismo se ha jugado en torno a la huelga general. Sin duda, esta opción es una herramienta básica, pero de minorias. ¿Cómo hace huelga un migrante sin papeles, un becario o un  free-lance? ¿Y un precario al que no van a renovar su contrato o una trabajadora doméstica? ¿Cómo se hace huelga frente al sector financiero, donde la Bolsa, los mercados interbancarios, nunca se detienen y sabiendo que es allí donde obtienen sus beneficios las grandes corporaciones? Las huelgas generales son básicas, porque en su imaginario conservan lo mejor de las tradiciones revolucionarias, pero su funcionamiento depende siempre de los sectores tradicionales del mundo del trabajo.

 Este doble reto al que hacemos referencia nos remite a un modelo de organización anarcosindicalista que sale al encuentro de nuevas mayorias dentro del trabajo atípico y que reconoce lo anómalo del territorio donde se mueve. Pero también nos remite a un entorno de alianzas que no es el clásico del movimiento libertario, donde lo libertario se encuentra en lugares imprevistos. Quizás como fueron aquellos movimientos por la regeneración humana, el racionalismo pedagógico o el urbanismo orgánico crecidos desde finales del siglo XIX y que tanto aportaron al anarcosindicalismo.

 Probablemente estas alianzas se encuentren en las plazas tomadas, en la primera fila de lucha ante el Congreso, en la efervescencia política del presente en sociedades diversas donde no es sencillo reconocer a los aliados. Pero esa tarea es crucial, pues el anarcosindicalismo tiene mucho que aportar. Cuando se tambalea la legitimidad parlamentaria y se derrumban las condiciones de vida es un buen momento para trascender la lucha sindical como un medio para alcanzar fines mayores: otro reparto de la riqueza. Este desafío lo debemos afrontar entre todos y todas, enganchando luchas y diversos sectores sociales para construir un nuevo horizonte de luchas contra la democracia secuestrada por los mercados. Estamos seguros de que esto es posible.


 

[1]Renshaw, Patrick. Wobblies. Historia de la Industrial Workers of the world, Canarias, CNT, 2004, pp.- 21.
[2]Ealham, Chris. La lucha por Barcelona. Clase, cultura y conflicto 1898-1937, Barcelona, Alianza, 2005.
[3]En 1983 el paro era de un 56% para los jóvenes de entre 16 y 19 años, mientras que para los que iban de los 20 a los 24 era de un 41%.
[4]Para hacer un recorrido más detallado de este problema en el contexto de Estados Unidos se puede leer a Robert Brenner, «¿Nueva expansión o nueva burbuja?», en New Left Review, nº25, 2004, pp. 55 y para el caso español Isidro López y Emmanuel Rodríguez, Fin de ciclo. Financiarización, territorio y sociedad en la onda larga del capitalismo hispano (1959-210), Madrid, Traficantes de Sueños, 2010.

[5]Sólo con la supresión desde 2007-2008 de los impuestos de patrimonio, sucesiones y donaciones se han perdido cerca de 6.000 millones de ingresos anuales. Además el tipo de retención a las rentas más altas en concepto de IRPF ha bajado un 20%. Todo ello sin tomar en consideración los beneficios que tiene todo el entramado financiero y el fraude fiscal que se calcula asciende a 80.000 millones euros.

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