Memoria histórica – LibrePensamiento https://archivo.librepensamiento.org Pensar para ser libre Sat, 13 Mar 2021 11:10:34 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 A precio de plomo https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/a-precio-de-plomo/ https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/a-precio-de-plomo/#respond Fri, 21 Jun 2013 17:00:25 +0000 https://librepensamiento.org/?p=4146 1024x768

4.1El esfuerzo por publicar siempre ha ocupado un lugar muy importante en los medios anarquistas: la « propaganda por el hecho » es inseparable de la propaganda escrita, bajo la forma de periódicos y de folletos. El presente artículo, muestra, entre otras cosas, como los anarquistas han llevado a cabo esas luchas para propagar sus ideas: recurriendo a tipógrafos competentes, o a imprentas clandestinas, superando dificultades para aprender a escribir, financiando y difundiendo su prensa por todos los medios a su alcance. El artículo aborda también, de forma breve, el tema de la conservación y de la salvaguarda de los archivos.

]]>
Marianne Enckell, CIRA (Centre International de Recherches sur l’anarchisme) Lausana (Suiza).

En su prólogo a la Bibliographie de l’anarchie publicada por Max Nettlau en 1897, Eliseo Reclus escribía lo siguiente: “Reconozco por mi parte que no nos sabia tan ricos: la importancia que ha tomado esta recopilación, todavía incompleta, me ha sorprendido mucho. Las ideas anarquistas, desarrolladas conscientemente bajo su forma actual, son de origen tan reciente que podemos imaginar que se encuentran todavía en una fase rudimentaria de propaganda. Sin duda, la mayor parte de los documentos citados en esta recopilación está destinada a desaparecer y tan apenas merece ser conservada, pero algunas de estas obras dejarán huella  en la historia del siglo 19. […] En adelante nadie en el mundo, tanto si nos quiere como si nos odia, podrá pretender ignorarnos.”

No había transcurrido entonces ni medio siglo desde la publicación de algunos libros (Proudhon) y periódicos (L’Anarchie, journal de l’ordre deAnselmeBellegarrigue, Le Libertairede Joseph Déjacque) que hablaban de anarquía; tan solo hacía veinticinco años que el movimiento anarquista había comenzado a tomar cuerpo, en el congreso de Saint-Imier de 1872. Desde entonces, los anarquistas nunca han abandonado la propaganda escrita, la “dinamita cerebral«scrimarrigue y.

¡Y con qué dificultades! Ni el más remoto parecido con la situación actual, donde buen número de periódicos tienen el lujoso aspecto de Libre Pensamiento, portadas en colores, profusión de ilustraciones, maqueta profesional, precio de venta que asciende a varios euros. ¡Cuántos sacrificios eran necesarios entonces para reunir algunos céntimos afín de comprar un periódico o un folleto, o para conseguir algunos centenares de francos para poder publicar!  En 1879, Kropotkin, Dumartheray y Herzig fundan en Ginebra el periódico Le Révolté con tan solo 23 francos en caja; con una tirada de 3000 ejemplares, el primer número vende dos mil, lo cual permite que se pueda continuar.

Fabricar

Desde su número 283 (Nueva York, 24 de marzo 1894), el periódico Liberty de Benjamín Tucker[i]  inventa una nueva tipografía, abandonando la justificación del texto sobre tres columnas. Tucker explica a sus lectores cómo el tipógrafo tiene que añadir espacios finos entre las palabras para forzar la línea, mientras la composición « en bandera » conserva los mismos espacios, añadiéndose simplemente los cuadratinesal final de la línea. Resulta más agradable para la vista, y mucho menos caro, sobre todo frente a la linotipia recientemente inventada; de esta forma se podrá pues publicar más libros, ya que cualquiera puede componerlos. El único riesgo sería que la oficina de correos juzgue este método herético y se niegue a distribuir el periódico: «… el Estado ha hecho cosas aún más extrañas », ironizaba Tucker.

Sin embargo la tipografía no es  un arte tan sencillo. En 1906, los hermanos Max y Siegfried Nacht publican en Londres Le Chansonnier international du Révolté (El cancionero internacional del rebelde), 64 páginas en nueve lenguas, vendido 30 céntimos, 3 Schilling o 8 cents.

« Esta selección de las canciones revolucionarias que están más en boga en los diferentes idiomas,–escriben en su prólogo— será acogida con alegría por el anarquista errante, perseguido de país en país, que se encuentre entre compañeros de otras lenguas, podrá así compartir el entusiasmo, cantando con ellos los himnos de libertad y de revuelta… Al mismo tiempo creemos haber contribuido un poco mediante esta edición al desarrollo del espíritu internacionalista. Las canciones han sido recogidas durante peregrinaciones a través de toda  Europa, y compuestas en una verdadera tipografía rebelde, adquirida por contrabando, y en la cual muchos anarquistas alemanes y rusos han aprendido la composición”– ¡”aprendido” es tan solo un modo de hablar, a la vista del número de gazapos y de aproximaciones que comporta el folleto!

En 1908 Jules Vignes publica en la ciudad de Moulins (Francia), el periódico La Torche (La antorcha), “primeramente policopiado sobre gelatina antes de ser imprimido con una selección de caracteres de imprenta de segunda mano comprados al precio del plomo”[ii]; Jules Vignes mantendrá su labor de publicación, con otros cinco o seis títulos distintos, hasta  1958. En Ginebra, Louis Bertoni publica Le Réveil / Il Risveglio (El despertar) durante cuarenta y seis años, sin interrupción; lleva a cabo la composición en su habitación, salvo cuando está en la cárcel, y cada quince días lleva los moldes a la imprenta, y deposita después los periódicos en la oficina de correos. En Lausana, se crea una imprenta comunista en 1906 para publicar el semanal La Voix du peuple (La Voz del pueblo)- sin duda, otras imprentas de este tipo se crearon en otros lugares. Sin hablar de las imprentas clandestinas en tiempos de dictadura, de las imprentas móviles de las columnas de Makhno o de Durruti, de los impresos clandestinos en papel cebolla.

Quedamos aun unos cuantos veteranos y veteranas para recordar los esténciles y las multicopistas, las sesiones dedicadas a ensamblar y grapar… Esos documentos se han vuelto prácticamente ilegibles para los ojos actuales; afortunadamente la digitalización puede facilitar el acceso a estas publicaciones.[iii]

Imprentas pobres y desaparejadas, y sin embargo ¡cuánto cuidado, y qué imaginación! Los periódicos cuidan sus títulos y sus cabeceras, recaban la colaboración de pintores y de dibujantes, publican xilografías, aunque es verdad que la calidad final deja  recciorigue y a veces que desear. Los veintiocho números de La Feuille (La Hoja) de Zo d’Axa, editada en París desde 1897 hasta 1899, llevan todos  en primera plana un dibujo de Théophile Steinlen, o de Maximilien Luce,y el texto al dorso del dibujo. La cabecera de El Incontrolado, periódico anarquista, publicado no se sabe dónde en España en enero de 1938, está adornada con muñecos que hacen pensar en los personajes de los cómics de Robert Crumb dibujados cuarenta años más tarde. Las imágenes de mujeres con los pechos al aire que esgrimen una antorcha perduran más que el propio sentido del símbolo.

Podría seguir hasta el infinito. Joseph Ishill, aprendiz tipógrafo en Rumanía, emigra a Nueva York en 1909 y, además de su trabajo, imprime el boletín de la escuela Ferrer The Modern School (La escuela moderna) antes de publicar a lo largo de cincuenta años unas doscientas obras, compuestas a mano, con ilustraciones fuera de texto, libradas a muy pocos ejemplares, un auténtico tesoro de bibliofilia anarquista. Las hermanas Olivia y Helen Rossetti, que han leído el folleto de Kropotkin A los jóvenes, instalan una imprenta en el sótano de la casa familiar en Londres y publican The Torch (La Antorcha) desde 1891; tienen dieciséis y doce años…

4.2

Difundir, redactar

Los periódicos tienen muy rápidamente una difusión internacional, por modesta que sea su tirada. Se suscriben desde el mundo entero al Bulletin de la Fédération jurassienne (1872 – 1878) a la dirección de Adhémar Schwitzguébel, grabador, en el pequeño pueblo de Sonvilier (cantón de Berna, Suiza), aunque solo se trate de algunas decenas de suscriptores,[iv] en Alsacia, en Bélgica, en España, en Italia por ejemplo, que pagan regularmente 5 francos por año. En 1877, una cincuentena de ejemplares son enviados gratis, a fines de propaganda, a los cafés y a periódicos de la región; a periódicos anarquistas o socialistas de Verviers, Amberes, Berlín, Leipzig, Hamburgo, Ámsterdam, La Haya, Barcelona, México, Milán, Siena, Rímini, Alejandría (Egipto) ; a compañeros en Patras ( Grecia), en Lisboa, Madrid, Montevideo, Londres, en Iowa, o a la prisión de Capua Vetere en Italia, donde está encarcelado Errico Malatesta, pero también al profesor Eugen Dühring de la universidad de Berlín.

Cada uno y cada una se improvisa periodista, envía correspondencia, traduce noticias o cartas recibidas desde lejos. En La Voz de la Mujer (subtitulada Ni dios, ni amo, ni marido; Buenos Aires 1896-1897), las redactoras firman con su nombre, nunca con su apellido; en otros lugares solo aparecen iniciales o seudónimos. René Bianco ha identificado sin embargo unas ocho mil firmas en los dos mil periódicos y revistas anarquistas de lengua francesa que ha fichado entre 1880 y 1983. Se encuentran las de Sébastien Faure y de Kropotkin en más de cien periódicos; Eliseo Reclus, Bakunin, Malatesta, Charles Malato, Han Ryner, Louise Michel, Emile Armand, Hem Day, Jean Grave han escrito o han sido citados en más de cincuenta. Las dos terceras partes de los firmantes solo han publicado en un periódico, y probablemente en ninguna otra parte. Se aprende a escribir, como se aprende a hablar en público, para la propaganda de la idea anarquista. Como se aprende a leer, también, y a escuchar: un buen número de militantes han indicado que cuando eran niños y niñas escolarizadas, leían la prensa a sus mayores, en el taller o en el barrio.

Los periódicos anarquistas presentaban a veces un contenido pobre, incluso repetitivo cuando para llenar un número había que reproducir citas o extractos de libros. Pero es preciso leerlos hasta las últimas líneas: es  en general al final de la última página donde se ubican: “ las cuentas y las comunicaciones administrativas, y […] las notas personales que intercambian militantes alejados los unos de los otros, llamadas a la solidaridad, anuncios de liberaciones o de encarcelamientos de compañeros, llamadas para debates o para fiestas[v]. Esos periódicos se constituyen así en testigos de la vida del movimiento, de las sociabilidades, del trabajo político, de las redes.

Conservar

No se trata  de establecer aquí un inventario de las publicaciones; otros lo han intentado y sus trabajos quedan como preciosas referencias[vi], pero se  enriquecen constantemente gracias a nuevos descubrimientos –en los archivos policiales, en las cajas inexploradas de las bibliotecas, incluso en los muros o por debajo de los parqués.

¡Qué paciencia de archivistas han tenido tantas compañeras y compañeros, constituyendo bibliotecas de grupos, juntando colecciones  personales, estableciendo escondites! Fue bajo el suelo de una casa donde hacia obras para un cliente donde Lucien Grelaud encontró colecciones de los periódicos de Proudhon, que luego depositó en el CIRA de Lausana. Fue el hecho de estar cimentado en un muro lo que permitió que el archivo de Edgard Leuenroth, en Brasil, pudiera atravesar intacto la dictadura. Es gracias a Solón Amorós, quien los ha fechado y localizado, que se pueden identificar hoy un centenar de periódicos y de boletines publicados en España durante los dos años que siguen la muerte de Franco (los recogió in situ en aquellos tiempos; puede que se hayan catalogado otros posteriormente). Sin su trabajo, estas pequeñas hojas a menudo tituladas Boletín CNT número cero habrían quedado catalogadas “sin lugar ni fecha“, siendo pues materialmente ilegibles.

El Centro internacional de investigaciones sobre el anarquismo en Lausana dispone actualmente de más de 4000 títulos de periódicos en su catálogo[vii]. Su hemeroteca conserva en una decena de lenguas periódicos cuyas cabeceras remiten a los Drapeaux noirs, Bandera negra, o Bandiera nera; la bandera deviene a veces un trapo (Black Rag), a veces justo un hilo (Schwarzer Faden). Y en los títulos de los periódicos el color negro se asocia con una infinidad de símbolos. Junto con el célebre gato se encuentra todo un bestiario negro (el topo francés, el lagarto japonés, el dragón y la rata estadounidenses, el gallo griego y alemán, el cuervo español, la oveja y el y fénix brasileños); al lado de las rosas negras también nacen tulipanes, cardos y hasta rábanos negros. L’Ami Noir (el Amigo negro) acompaña las viudas negras alemanas y belgas. La Cruz Negra se encuentra en compañía del martillo o de la linterna negra. En el espacio negro (Espace Noir en Saint-Imier), el sol y las estrellas echan una luz negra sobre las ideas, los humores, el combate, incluso el arte (la publicación turca Kara Sanat), la verdad y el reparto (los periódicos rusos Cernaja Pravda, Cernyi Peredel). Se escribe con tinta negra sobre páginas y cuadernos negros, bajo una máscara negra…

Financiar

Y las publicaciones surgen a veces a partir de negros propósitos. Severino Di Giovanni, un anarquista italiano emigrado a Argentina en 1923 para huir del fascismo, es un propagandista impaciente y susceptible, « idealista de la violencia » como lo califica su biógrafo Osvaldo Bayer. Entre otras acciones directas sangrientas, asalta bancos para la publicación en italiano de dos bellos volúmenes de Scritti Sociali de Eliseo Reclus[viii]: tipografía cuidada, letrinas y elegantes culos-de-lámpara, retratos y facsímiles, pequeña tirada generosamente distribuida entre los amigos.

La leyenda quiere que Di Giovanni haya aprendido la técnica de la mano de Durruti quien, con sus compañeros, había encontrado algunos años antes la manera de financiar las actividades del movimiento: ir a buscar el dinero allí donde se encuentra, para redistribuirlo.  En la primavera de 1925, en México, habrían hecho posible la edición de un semanal anarquista y la abertura de escuelas racionalistas gracias a la caja fuerte de una fábrica textil. Ya habían enviado dinero a Francia para el desarrollo de la Obra internacional de las ediciones anarquistas y de la Librería social internacional. Allí tampoco no se plantearon demasiadas preguntas sobre la procedencia de este maná.

El precio del  plomo puede ser elevado. Estos juegos peligrosos forzaron Durruti y su grupo de compañeros a sucesivos exilios, e hicieron fusilar a Di Giovanni.

Mucho más tarde, en Holanda y en Bélgica, libreros y editores anarquistas encontraron otra artimaña: asociar la edición y la venta de literatura militante a la de obras gastronómicas, eróticas, o incluso pornográficas. Algunos de los clientes de la tienda « Aux Joies de l’Esprit » (A las Alegrías del Espíritu), en la bella Galería del comercio de Bruselas, se paraban delante de los escaparates o de las cajas de libros de ocasión, pero otros pasaban detrás de una cortina que daba acceso a un discreto gabinete – antes de pasar a pagar en la caja de Hem Day, un auténtico pilar de la edición anarquista francófona.

Fueron muy pocos los periódicos o las revistas que incluyeron publicidad de pago. La financiación provenía casi siempre, de los bolsillos del público. El periódico L’ Agitatore se exclamaba en 1898: “Los fondos y las garantías de esta publicación no pueden venir más que de la pobreza de sus colaboradores mismos. ¡No, un millonario tan solo puede escribir el inventario de sus riquezas! “

¿Todo esto para qué?

« Los obreros fundamos nuestros periódicos para combatir a nuestros enemigos y patentizar nuestras aspiraciones. Estos nacen siempre en lamentable estado de anemia (…) Unos hombres desinteresados lo cuidan con amorosa solicitud y según lo ven crecer, así crece en ellos la voluntad de luchar y el deseo de vencer » declaraba el periódico Fraternidadd (Madrid) en 1927[ix].n crecer, as. solicitud y seg.

Fernand Pelloutierdeseaba que los obreros adquiriesen «la ciencia de su desdicha», que tuviesen acceso a encuestas y a estadísticas, Kropotkin, otra vez él, comentaba en sus memorias[x] cuál era su estado de espíritu en el momento de lanzar el periódico Le  Révolté:

« Los periódicos socialistas tienden a menudo a convertirse en memoriales de agravios contra el régimen actual. En ellos se relatan los sufrimientos de los trabajadores de las minas, las fábricas y los campos; la miseria que aflige a aquéllos y sus padecimientos durante la huelga son descritos con esos colores; su impotencia en la lucha legal con los patronos se pone de manifiesto, y esta sucesión de esfuerzos inútiles, dados a conocer por la prensa, ejerce una influencia muy deprimente en el ánimo del lector. Para contrarrestarla, el periodista tiene que acudir principalmente a un lenguaje enérgico, con el cual procura despertar al dormido y avivar la fe del incrédulo.

Yo, por el contrario, pensé que un periódico revolucionario debe ser, ante todo, el que ponga de manifiesto esos síntomas, que en todas partes anuncian la llegada de una nueva era, la germinación de nuevas formas de vida social y la creciente rebeldía contra las caducas instituciones. Estas señales de los tiempos deberían ser atentamente observadas, reunidas según sus afinidades y agrupadas de tal modo que hicieran ver al espíritu vacilante de las mayorías, la ayuda invisible, y con frecuencia inconsciente, que las ideas avanzadas encuentran en todas partes, cuando un renacimiento de vida intelectual tiene lugar en la sociedad entera. Identificarse con las aspiraciones del corazón humano en toda la superficie del planeta, con los actos de rebeldía contra las antiguas y añejas injusticias sociales, con sus esfuerzos encaminados a buscar nuevas formas -tal debía ser el principal deber de una publicación revolucionaria. La esperanza y no la desesperación, es lo que da el triunfo a las revoluciones. »

 

Traducción Tomás Ibáñez

Notas.

 


[i]Está accesible on-line: véase la referencia en la página <http://www.bibliothekderfreien.de/lidiap/eng/index.htm>, esta página es un apreciable intento de establecer un inventario de los periódicos anarquistas antiguos y actuales publicados on-line bajo formas más o menos conseguidas.

[ii]René Bianco,  Regards sur l’édition libertaire en France, (Miradas sobre la edición libertaria en Francia), in La culture libertaire, Lyon 1997.

[iii]Véase por ejemplo los primeros números policopiados de la revista Noir et Rouge puestos on-line (junto con otros títulos) en la página <la-presse-anarchiste.net>.  

[iv]Lista de los suscriptores al Bulletin, Amsterdam IISG, Archives Fédération jurassienne, dossier 11.

 [v]Ismaël Zosso,  Le verbe magique  (El verbo mágico) Cahiers d’histoire du mouvement ouvrier 17, Lausanne 2001.

 [vi]Algunos ejemplos. Para España, Francisco Madrid, La prensa anarquista  y anarcosindicalista  en España desde la I Internacional hasta el final de la Guerra Civil, Barcelona 1989, <http://cedall.org/documentacio/castella/cedall203410101.htm>. Fernando Gómez Peláez,  De Soli a Frente libertario, publicaciones libertarias  el exilio, in El movimiento libertario español, pasado, presente  futuro, Ruedo Ibérico, 1974. Rolf Dupuy,  Clandestinité libertaire en Espagne: 1. La presse. Bulletin du CIRA-Marseille, 1995.Así como los catálogos establecidos por los centros de documentación libertaria. Para los países francófonos, el repertorio de periódicos establecido por René Bianco es accesible on-line y se enriquece con la aportación de correcciones y de nuevos índices: <bianco.ficedl.info>. Hay otros trabajos pioneros, como el de Leonardo Bettini,  Bibliografia dell’anarchismo: periodici (1872-1971), Firenze 1972, o el de René Bianco, Ronald Creagh, Nicole Riffaut-Perrot, Quand le coq rouge chantera. Anarchistes français et italiens aux Etats-Unis d’Amérique : bibliographie, (Cuando el gallo rojo cantará. Anarquistas franceses e italianos en los Estados Unidos de América: bibliografía). Marseille et Montpellier 1986; y muchos otros, en  numerosas áreas lingüísticas.

[vii]www.cira.ch/catalogue

[viii]Buenos Aires, I libri di Anarchia, 1930.

[ix] Citado por Francisco Madrid, op.cit.

[x]Pedro Kropotkin, Memorias de un revolucionario.(6ª parte, capítulo 7)

 

]]>
https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/a-precio-de-plomo/feed/ 0
Reseña: "Mon père" de César M. Lorenzo, Les Éditions Libertaires, Saint-Georges-d’Oléron, 2012, 252 págs https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/resena-mon-pere-de-cesar-m-lorenzo-les-editions-libertaires-saint-georges-doleron-2012-252-pags/ https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/resena-mon-pere-de-cesar-m-lorenzo-les-editions-libertaires-saint-georges-doleron-2012-252-pags/#respond Fri, 21 Jun 2013 09:00:22 +0000 https://librepensamiento.org/?p=4133  Posiblemente pocos afiliados a la Confederación sabrán quién era su Secretario General aquel histórico 18 de julio de 1936, día en que tuvo lugar aquel golpe básicamente militar cuyo fracaso dio paso a una larga guerra civil y, dentro de la misma, a un proceso revolucionario de una entidad inédita. Esa persona era Horacio Martínez Prieto, un bilbaíno nacido en 1902, en el popular barrio de Achuri, de padre libertario que le puso de nombre Acracio, y que “perdió” al ir a la escuela secundaria.]]>

Con no ser la tradición libertaria dada a la biografía hagiográfica de sus militantes más destacados, no serán muchos los ejemplos de éstos que no cuenten con unas páginas refiriendo su vida, obra y pensamiento. Sin salir del país, Durruti, Pestaña, Peiró, Seguí, Abad de Santillán, Mera, Federica Montseny, Mella, Lorenzo, García Oliver, Marianet y tantos otros, tienen obras dedicadas bien por sí mismos, en forma de autobiografía, bien por ajenos, como estudios sobre su persona.

Un repensador radical: Horacio Martínez Prieto

 Posiblemente pocos afiliados a la Confederación sabrán quién era su Secretario General aquel histórico 18 de julio de 1936, día en que tuvo lugar aquel golpe básicamente militar cuyo fracaso dio paso a una larga guerra civil y, dentro de la misma, a un proceso revolucionario de una entidad inédita. Esa persona era Horacio Martínez Prieto, un bilbaíno nacido en 1902, en el popular barrio de Achuri, de padre libertario que le puso de nombre Acracio, y que “perdió” al ir a la escuela secundaria.

 

Su propio hijo, César M. Lorenzo, autor de Los anarquistas españoles y el poder (1868-1969) (Eds. du Seuil, 1969; ed. en castellano: Ruedo Ibérico, París, 1972) y, recientemente, de Le mouvement anarchiste en Espagne: pouvoir et révolution sociale (Les Éditions Libertaires,  Saint-Georges-d’Oléron, 2006)[1] afronta un reto que en su día le formulara Antonio Téllez: “¿Cuándo te vas a decidir a escribir su biografía?”. Y es lo que hace en un libro sentido, a la vez que analítico: César trenza las páginas de hechos vividos, de relación de sucesos y acontecimientos históricos tanto privados como personales, con fragmentos escogidos de los diferentes escritos publicados por su padre. Pero, además, en un ejercicio de gran riesgo y mérito, dedica un capítulo final (“Él y yo”) a la relación personal que hubo entre padre e hijo, y a la consideración intelectual y política que a este segundo le merecen –y sin compasión ninguna- las reflexiones de su progenitor. En sendos decálogos de práctica y de teoría, de vida y de ideología, se aborda esa siempre compleja relación, marcada por el diferente rol íntimo de cada uno, así como por los tan distintos tiempos vividos por cada cual.

 

El resultado es un libro profundo, serio y nada complaciente. En él se da cuenta y se explica la reflexión que llevó a Horacio Martínez Prieto a formular en su momento un “posibilismo libertario” que fuera capaz de rescatar políticamente la tradición de la Confederación en términos de instrumento útil para una sociedad radicalmente distinta de la de los años treinta, y no como una ensoñación conservada en el formol del recuerdo. En esa entelequia, el bilbaíno se acercó a modalidades del socialismo democrático, pero nunca asumió la posibilidad de que uno y otro pudieran establecer convergencias a un plazo. Quizás convenga recordar que sólidos historiadores, como el profesor Pere Gabriel, especularon con un destino “laborista” de anarcosindicalistas como Peiró… de no haber mediado la tragedia de la guerra y del exilio, y de no haberse fracturado radicalmente la posibilidad de una cierta “evolución” o deriva ideológica.  Lo cierto es que reflexiones heterodoxas como las de Horacio M. Prieto le sirven otra vez más al historiador y político que no deja de ser su hijo para formular propuestas en el marco de “la-sociedad-realmente-existente”, algo que acostumbra a hacer César en todas y cada una de sus obras personales.

 

En resumen, un libro necesario, oportuno, inspirador, que está pidiendo a gritos unos pocos cuartos para ver su edición en castellano, y así reconocer como se debe el coraje y la entrega de un confederado tan importante como olvidado.

 


[1] Se pueden consultar una entrevista suya en Memoria Libertaria, así como su intervención en una conferencia organizada en Bilbao, en http://www.memorialibertaria.org/IMG/pdf/memoria_cesar-2.pdf y http://www.cgt-lkn.org/bizkaia/?p=517

 

]]>
https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/resena-mon-pere-de-cesar-m-lorenzo-les-editions-libertaires-saint-georges-doleron-2012-252-pags/feed/ 0
La ley de memoria histórica, o la crónica de un fracaso anunciado https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/la-ley-de-memoria-historica-o-la-cronica-de-un-fracaso-anunciado/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/la-ley-de-memoria-historica-o-la-cronica-de-un-fracaso-anunciado/#respond Fri, 21 Dec 2012 13:00:36 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3862 1(Fragmento del libro de : ¿Qué hacemos por la memoria histórica?, Ed. Akal, Madrid, 2013)

]]>
Rafael Escudero, Carmen Pérez, Patricia Campelo y Emilio Silva

 Nacida mortecina, por temor a romper el equilibrio de la transición legitimador del marco constitucional, la Ley de Memoria Histórica fue perdiendo fuelle por un desarrollo todavía más deficiente, hasta ser llevada a vía muerta por los gobiernos del partido popular.

La ley de memoria histórica nació atrapada entre dos almas. De un lado, por la voluntad de reconocer los principios, derechos y valores por los que fueron reprimidos quienes los defendieron; de otro, por la intención de no romper el marco de la transición legitimador del sistema constitucional. De la primera destaca la condena explícita al franquismo contenida en la exposición de motivos de la ley. Una condena que es la primera que se produce de forma clara e indubitada por el parlamento español. Antes, a lo máximo que se había llegado fue el 20 de noviembre de 2002, cuando la Comisión constitucional del Congreso -no el pleno- aprobó una proposición no de ley por la que condenaba el uso de «la violencia con la finalidad de imponer convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y a la dignidad de todos los ciudadanos». Hubo que esperar, pues, hasta 2007 para que una condena expresa -que en 2006 sí hicieron el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo- se aprobara en la sede de la soberanía popular.

1UNA LEY FRUSTRANTE

Pero en muchos de sus puntos la ley es presa de la voluntad de mantener el espíritu de la transición y sus bases legitimadoras. Entre ellas, la tesis de la equidistancia, que se manifiesta en el rechazo del legislador a declarar nulas las sentencias y resoluciones dictadas en consejos de guerra y órganos judiciales franquistas guiados por razones políticas y en flagrante vulneración del derecho a un juicio justo. Si bien la ley de memoria histórica califica de injustas a estas sentencias y de ilegítimos a los órganos que las dictaron, tales calificativos responden tan solo a un reproche moral y político, pero sin consecuencia jurídica alguna. Para marcar claramente la distancia entre la democracia y la dictadura -y, de paso, reparar la dignidad de quienes sufrieron sus efectos-, el legislador debía haber decretado la nulidad de estas sentencias.

Del mismo modo que el texto legal se queda corto a la hora de abordar el tema de los símbolos franquistas presentes en plazas, calles y edificios oficiales. La ley ordena a las administraciones competentes no retirar, sino adoptar las medidas necesarias para la retirada de esos símbolos. De la ineficacia de esta fórmula dan fe no sólo los retratos de los presidentes franquistas de las Cortes que el ínclito José Bono se negó a descolgar de sus paredes, sino las numerosas calles y plazas que conservan el nombre de prebostes de la dictadura. Lo que en ningún otro lugar del mundo se permitiría, al considerarse apología de la violencia y de crímenes contra la humanidad, en España se asume todavía hoy con normalidad.

Muy criticado también ha sido el tratamiento legal de las exhumaciones. En vez de asumir directamente el Estado la labor de exhumación e identificación de los restos de las víctimas de desapariciones forzadas, el legislador opta por una curiosa fórmula de privatización de estas tareas. La ley establece el principio de colaboración de las administraciones públicas con víctimas, particulares y asociaciones que deseen conocer el paradero de los desaparecidos. Traducido a la práctica, esto supone que el Estado subvencionará los gastos en que incurran estas entidades a la hora de exhumar cadáveres, en vez de crear los mecanismos legales e institucionales necesarios para que sean las autoridades públicas las que realicen esta tarea. El mecanismo legal elegido es, en primer lugar, manifiestamente insuficiente para abordar una cuestión de orden público como es el tratamiento de cadáveres que aparecen en fosas comunes con signos de muerte violenta; y, en segundo término, escasamente reparador para las víctimas, máxime en tiempos de crisis económica y de gobiernos de la derecha reacios a destinar fondos para estas labores.

Aunque la ley reconoce un derecho ciudadano a la memoria personal y familiar, sus políticas de reparación a las víctimas distan mucho de hacer efectivo este derecho. Contiene medidas indemnizatorias para algunas víctimas, sí, pero estas medidas son fragmentarias, no alcanzan a todas las categorías de víctimas (por ejemplo, la cuestión del expolio económico sigue sin merecer ni tan siquiera una mínima reflexión pública) e ignoran toda la vertiente de rehabilitación moral. Sigue sin producirse una declaración oficial de perdón por parte del Estado español y falta un marco regulador de actos institucionales de rehabilitación a las víctimas, que brillan por su ausencia en el ámbito estatal.

3Y PEOR DESARROLLADA

Tampoco ese derecho a la verdad que impone el Derecho internacional se ve satisfecho por la ley de memoria histórica. Ni se crea una comisión de la verdad que esclarezca lo sucedido y contribuya a crear un relato oficial sobre ello, ni se garantiza el libre acceso a documentos imprescindibles para conocer la verdad. Todavía hoy quienes pretenden acceder a archivos militares o sedes oficiales encuentran sus puertas más veces cerradas que abiertas. La ley no ha servido para terminar con la opacidad motivada por el pacto de olvido de la transición.

Pero si frustrante fue el texto final de la ley, peor fue su desarrollo por parte del gobierno del PSOE. Hubo que esperar un buen tiempo para que se empezaran a aprobar los decretos que permitían poner en marcha las políticas públicas a que mandataba la ley; entre otras, sobre indemnizaciones, concesión de la nacionalidad española, mapa integrado de fosas o comisión de expertos sobre símbolos franquistas en edificios públicos. Así, el balance de los años posteriores a la aprobación de la ley de memoria histórica no puede ser positivo.

2La segunda legislatura del gobierno de Rodríguez Zapatero -los años de la frustración- dio paso al gobierno con mayoría absoluta del PP. Su mayoría parlamentaria, unida a su oposición a la ley de memoria histórica durante el proceso de su tramitación, hizo temer por la vigencia de la ley aprobada en 2007. Máxime si se recuerdan las palabras del entonces candidato Mariano Rajoy en la campaña electoral de 2008 cuando afirmó que en caso de llegar al gobierno derogaría la ley. Entonces no obtuvo la confianza de la ciudadanía, pero sí tres años más tarde, en noviembre de 2011. Sin embargo, y a pesar de aquellas declaraciones -que no se repitieron en la última campaña-, hasta la fecha la ley de memoria histórica no ha sido derogada y no constan iniciativas en este sentido. Cabe preguntarse, pues, a qué se debe el cambio del PP al respecto, si es que ha habido alguno.

Lo cierto es que si el PP no ha promovido la derogación de la ley es porque no le ha hecho falta. Su oposición a la recuperación de la memoria histórica sigue siendo la misma que la que exhibió de manera furibunda durante la tortuosa tramitación de la ley. Lo que sucede es que ahora no necesita exhibirla públicamente. Le basta con llevar a la ley a vía muerta, es decir, con ignorar su contenido y las políticas públicas que en ella se refieren. Es decir, con llevar a cabo una derogación de facto de la ley.

Al éxito de esta política del PP contribuye tanto el articulado de la ley como el deficiente desarrollo reglamentario que de ella hizo el gobierno anterior. Durante esos años no se pusieron las bases normativas e institucionales necesarias para que no se pudiera dar marcha atrás al camino recorrido. Basten un par de ejemplos para apoyar esta tesis. Uno, el asunto ya relatado en estas páginas sobre el informe de la «comisión de expertos» sobre el valle de Cuelgamuros. Si el PSOE no hubiera esperado hasta casi el final de la legislatura para enfrentarse a esta cuestión, no hubiera dejado en manos del PP el destino de este lugar de culto franquista. Un lugar que, de no variar mucho las cosas, permanecerá incólume como herencia del franquismo. Y dos, el destino de la Oficina para las Víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura, creada en diciembre de 2008. Si el gobierno anterior hubiera dotado a esta oficina de presupuesto, funciones y medios suficientes para desarrollar políticas de memoria, al PP no le hubiera resultado tan fácil desmantelarla y traspasar sus exiguas funciones a la División de Tramitación del Derecho de Gracia y Otros Derechos del Ministerio de Justicia sin dar explicaciones.

4Algo similar sucede con la retirada de símbolos franquistas, como por ejemplo en la nomenclatura del callejero. Al trasladar la ley la iniciativa a las administraciones correspondientes, lo que hace es dejar en manos de los gobiernos locales el cambio de estos nombres. Dado que el PP posee mayoría también en el ámbito local, los ayuntamientos en donde gobiernan se limitan a rechazar las propuestas presentadas por los grupos políticos de la oposición. Su decisión puede ser recurrida ante los tribunales, sí, pero al precio que marca la normativa sobre tasas judiciales recientemente aprobada por el gobierno. Su elevado coste actúa como factor disuasorio para cualquier ciudadano que desea hacer valer ante los tribunales la legalidad y sus derechos.

La mayor intervención realizada por el PP hasta el momento se ha llevado a cabo en el terreno de las subvenciones a las asociaciones; una intervención que afectará gravemente a las exhumaciones que se lleven a cabo en el futuro. Para hacer efectivo el principio de colaboración entre administraciones y asociaciones que deseen realizar tareas de exhumación e identificación de cadáveres, la ley de memoria histórica ordena a la administración general del Estado a establecer subvenciones para sufragar los gastos en que aquellas incurran. Y así sucedió durante los años del gobierno socialista: se estableció una convocatoria anual a la que las asociaciones concurrían presentando proyectos de exhumación que, tras la correspondiente evaluación técnica, eran o no subvencionados. En esta convocatoria anual se incluyó también una partida para proyectos de divulgación, iniciativas pedagógicas, estudios históricos e investigaciones a la que podían concurrir tanto las propias asociaciones como universidades, fundaciones y entidades sin ánimo de lucro que tuvieran incorporados, entre sus objetivos o actividades, la recuperación de la memoria histórica o el reconocimiento de las víctimas.

Con la llegada del PP al poder esta convocatoria ha desaparecido de los presupuestos generales del Estado. En la primera convocatoria firmada por este gobierno, en abril de 2012, la subvención quedó restringida a los proyectos de exhumación, eliminándose toda la relativa a estudios relativos a la memoria histórica que en los años anteriores había producido notables resultados en términos de conocimiento histórico y divulgación social. Acá sí que el PP deja traslucir su verdadera cara: aquella que, emparentada con sus orígenes históricos, rechaza cualquier difusión del pasado dictatorial y cercena de raíz el proceso de recuperación de la memoria histórica.

6Tan solo hubo que esperar unos meses más, a la aprobación de los presupuestos de 2013, para ver el final definitivo de esta convocatoria de subvenciones. En ellos el gobierno elimina por completo la partida destinada a sufragar exhumaciones, con lo que deja en manos de la iniciativa privada la realización de una labor que afecta a un aspecto central del orden público como es la identificación de cadáveres. Una vez más, la crisis económica actúa como excusa para eliminar un molesto enemigo ideológico para la derecha española: el pasado.

Exigir responsabilidad por esta falta de voluntad política se antoja complicado. Cabe recurrir al defensor del Pueblo, pero esta institución ya ha demostrado con creces su nula sensibilidad con las víctimas del franquismo y su inacción a la hora de reclamar y exigir sus derechos. En el plano judicial, las perspectivas son todavía más oscuras. Además de lo económicamente costoso en que el PP ha convertido el derecho a la tutela judicial efectiva, los tribunales españoles suelen ignorar estas cuestiones que consideran propias de la discrecionalidad de los programas de gobierno y, por tanto, sometidas a responsabilidad política. Y esta se exige no ante los tribunales, sino en las urnas. Allí quedamos emplazados.

]]>
https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/la-ley-de-memoria-historica-o-la-cronica-de-un-fracaso-anunciado/feed/ 0
Abuelas, Madres e hijas: Maneras de vivir el anarcofeminismo https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/abuelas-madres-e-hijas-maneras-de-vivir-el-anarcofeminismo/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/abuelas-madres-e-hijas-maneras-de-vivir-el-anarcofeminismo/#respond Fri, 21 Dec 2012 10:00:05 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3869 1Nadie puede escoger su lugar de nacimiento ni su familia ni el grupo social en que  nace, pero, afortunadamente, todas las personas podemos elegir nuestra familia ideológica. Ahí cobra sentido hablar de nuestras abuelas y nuestras madres, mi generación sería la de las hijas/hermanas que ya tenemos hijas.

]]>
Cristina Plaza – Ateneo Libertario La Idea

Nadie puede escoger su lugar de nacimiento ni su familia ni el grupo social en que  nace, pero, afortunadamente, todas las personas podemos elegir nuestra familia ideológica. Ahí cobra sentido hablar de nuestras abuelas y nuestras madres, mi generación sería la de las hijas/hermanas que ya tenemos hijas. La adscripción a una ideología tiene una importancia vital para transitar este “valle de lágrimas”, el pensamiento nos define aunque no alcancemos ese horizonte utópico anhelado, por eso mis abuelas son mujeres como Teresa Claramunt y mis madres podrían ser Amparo, Lucía o Mercedes.

1El año pasado se celebraba el 75 Aniversario del Primer Congreso de la Federación de Agrupaciones de Mujeres Libres, celebrado en Valencia (agosto de 1937), no es un aniversario cualquiera ya que hablamos de nuestras madres, de nuestras raíces y de una problemática aún hoy no superada. La Confederación General del Trabajo editó un facsímil maravilloso en el que podemos acercarnos no solo a las ideas de las compañeras, utilizando una fuente directa, sino también a la edición de la revista, que enlazaba con las vanguardias artísticas del momento sin duda gracias a las colaboraciones de Baltasar Lobo (dibujante y escultor) y Lucía Sánchez Saornil (poetisa dadaísta). En esta edición conmemorativa se ha respetado totalmente la estructura de la revista (una reproducción recreada al mínimo detalle) y se ha creado un número nuevo que contiene una selección de páginas reales de los 13 números publicados entre 1936 y otoño 1938.

Al hilo de este trabajo bien realizado y que es una invitación al estudio de Mujeres Libres, aquí y ahora,  conviene reseñar que una cosa es hablar de igualdad ante la ley y otra bien diferente alcanzar la igualdad real. Obviamente, las mujeres estamos muy lejos de la igualdad real con respecto a la otra mitad de la población mundial. La igualdad no existe si miramos al “mundo blanco”, ombligo del capitalismo, mucho menos si observamos el conjunto del planeta, ya sean zonas periféricas, emergentes o subdesarrolladas.

Mujeres Libres  cobra una perspectiva histórica, por eso intentaremos intuir qué cuestiones las diferenciaban de sus coetáneas y las convierten en referente para las libertarias..

2En lo relativo a su definición, Mujeres Libres nunca quisieron definirse como “feministas” , cosa muy natural si analizamos el contexto social de la época en que el feminismo burgués se dedicaba a reivindicar el derecho al voto (ellas eran anarquistas) y las ramas femeninas de los partidos  de izquierdas eran meras correas de transmisión que aspiraban a incorporar a las mujeres al partido, pero no realizaban un trabajo potente a favor de la manumisión de la mujer.  La voluntad y compromiso por la igualdad, a mi modesto entender, de forma organizada y consciente sólo lo desarrollaron Mujeres Libres.

En el contexto histórico de Mujeres Libres, las anarquistas, los anarcosindicalistas y l@s libertari@s, en general, no tenían una posición única en el papel a desempeñar por  la mujer como sujeto social, si bien tenemos un pronunciamiento claro de la CNT definiendo el comunismo libertario y poniendo en plano de igualdad a hombres y mujeres. Sin embargo, si consultamos  las palabras de libertarias y libertarios de la época la cosa se complica, las concepciones sobre la mujer y su papel en la sociedad se podría definir simplificando en dos líneas genéricas: la mujer como gestatriz o cortesana y la mujer como persona con plenos derechos y obligaciones, matizándose en ambas posiciones un sinfín de matices y variaciones.

Afortunadamente no se trata de un estudio académico, sino de una invitación a que os seduzcan sus propias “palabras de mujer”, sus posiciones ideológicas sobre diferentes aspectos de la vida cotidiana y  por ello se puede una permitir  centrarse en las posiciones que me son más afines, las que defendieron en general Mujeres Libres y más concretamente Lucía Sánchez Saornil.

La mujer obrera vivía con un grado escandaloso de analfabetismo, dependencia total del varón y cooptadas por la Iglesia, pero todo ello era imputable a la marginación social  de la mujer en la sociedad de principios del siglo XX. Nuestras compañeras sostenían que la mujer no era inferior al hombre, pero que sufría una doble explotación: como obrera por  el sistema económico en que vivía y como mujer inmersa en un sistema patriarcal,  y esas eran las causas de que la mujer no hubiese logrado su emancipación plena: “forzoso es que el cerebro de la mujer albergue un vasto potencial de inteligencia para que no hay naufragado definitivamente en las sombras de la más absoluta animalidad” (Lucía Sánchez Saornil)

Pensaban que se habían producido avances sociales para la mujer en los  ambientes más cultos de la sociedad, pero la desigualdad entre los sexos permanecía sostenida por la continua sumisión de la mujer, sustentada ahora por la teoría de la diferenciación sexual. Esta teoría limitaba el papel de la mujer a educadora de la prole y, por eso, Lucía se sublevaba y defendía que no había que enfrentar el concepto de mujer con el de madre, “…la función anulando al individuo”. Mujeres Libres combatían esta idea y creían firmemente que esta idealización del papel de la madre garantizaba la posición superior del hombre en la sociedad y consolidaba el sistema de explotación de la mujer y, por supuesto, entendían que una mujer sin hijos no era un ser castrado sino que defendían: “Desdeñáis la aportación directa de una mujer inteligente por un hijo tal vez inepto. Repito que hay restablecer las cosas en sus verdaderos términos. Que las mujeres sean mujeres ante todo; sólo siendo mujeres tendréis después las madres que necesitáis.” (Lucía Sánchez Saornil).

3Esta solución podría darse sólo mediante un proceso de educación y comprensión mutua entre los dos sexos y un cambio radical de ambos en lo relativo al papel de la mujer, concretado en la solidaridad entre hombres y mujeres, como también entre mujeres y otras mujeres, y de esta última premisa nacía su convencimiento de la necesidad de una organización específica que debía trabajar para alcanzar:

  1. La eliminación del concepto de superioridad masculino.
  2. Conciencia por parte de los hombres de que todos los seres humanos eran iguales y que, por tanto, la mujer era igual al hombre.
  3. Aceptación del hecho de que las mujeres tenían una inteligencia igual que la del hombre y una sensibilidad similar, y que como personas humanas tenían una necesidad de superación parecida a la del hombre.
  4. Necesidad de implantar la igualdad y la justicia en el hogar antes de intentar implantarla en el contexto general de la sociedad.

Mujeres Libres, eminentemente prácticas,  ofrecían elementos para que las obreras se formaran en una mentalidad libre, capaz de discernir por sí mismas lo falso de lo verdadero, lo político de lo social, y trabajaron para capacitar a las mujeres y  liberarlas de su triple esclavitud: de ignorancia, de productora y de mujer.

No quiero continuar sin que nos paremos a reflexionar que Mujeres Libres trabajaba como organización para desarrollar tres ejes fundamentales, a saber: la existencia de un problema específicamente femenino, la aceptación del anarquismo como ideal que plantea la igualdad entre lo seres humanos y un sistema social basado en el Comunismo Libertario y, muy importante, la independencia económica de las mujeres.

Mujeres Libres priorizaba la independencia económica de la mujer mediante el trabajo asalariado, siendo plenamente conscientes de la realidad social imperante. Por eso abogaban por la formación técnico-profesional de la mujer, también defendían la creación de guarderías y comedores populares y consideraban imprescindible la reeducación de los varones en relación con la incorporación de la mujer al trabajo, y  como solución a este prejuicio del proletariado masculino defendían el apoyo mutuo entre los trabajadores de ambos sexos frente a la patronal.

La independencia económica loada como base de la independencia y libertad de la persona era también la única solución viable a la cuestión sexual. Entendían que la desigualdad social de la mujer era la causa principal del problema sexual y Lucía, por ejemplo, mantenía que “sin problema sexual no habría problema femenino en las sociedades” y estaba convencida de que la solución del problema económico estaba en la revolución. Sánchez Saornil nunca desarrolló una teoría sobre el amor, tal como haría Federica, sino que se limitó a ser partidaria de la “unión libre” y volcó más su inquietud en la divulgación que se hacía sobre el tema del amor libre en las campañas de educación sexual, exigiendo la necesidad de una mayor seriedad y profundización en el tratamiento del tema sexual, trabajando en esta línea Mujeres Libres; así como realizaron un esfuerzo convencido a favor de los Liberatorios de Prostitución, de conformidad con su postura abolicionista, coherente con su firme confianza en la formación cultural y técnico-profesional para las mujeres.

Os animamos a que conozcáis de primera mano a estas mujeres indomables, comenzando por el facsímil editado por CGT y continuéis con los estudios de Mary Nash y de Martha Ackelsberg como ineludibles y por último que vuestra curiosidad os conduzca a las diferentes biografías publicadas sobre estas hermanas no sólo libres, sino imprescindibles.

 DE LA MUJER AL HOMBRE

Dios te hizo hombre para mí.
Te admiro desde lo más profundo
de mi subconsciente,
con una admiración extraña y desbordada
que tiene un dobladillo de ternura.
Tus problemas, tus cosas
me intrigan, me interesan
y te observo
mientras discurres y discutes
hablando del mundo
y dándole una nueva geografía de palabras
Mi mente está cavada para recibirte,
para pensar tus ideas
y darte a pensar las mías;
te siento, mi compañero, hermoso
juntos somos completos
y nos miramos con orgullo
conociendo nuestras diferencias
sabiéndonos mujer y hombre
y apreciando la disimilitud
de nuestros cuerpos.

 GIOCONDA BELLI

Bibliografía:

Nash, Mary: “Mujeres Libres”: España 1936-193”9. Tusquets,Barcelona, 1977.

Nash, Mary: “Rojas. Las mujeres republicanas en la Guerra Civil”. Taurus, Madrid, 1999.

Ackelsberg,Martha: “Mujeres Libres. El anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres” .Virus,Barcelona, 1999.

5

]]>
https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/abuelas-madres-e-hijas-maneras-de-vivir-el-anarcofeminismo/feed/ 0
As dúas en punto: variaciones de la repetición, policromía del combate https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/as-duas-en-punto-variaciones-de-la-repeticion-policromia-del-combate/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/as-duas-en-punto-variaciones-de-la-repeticion-policromia-del-combate/#respond Wed, 21 Mar 2012 11:58:39 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3719 La repetición diaria del callejeo por la ciudad de Compostela constituyó la forma de resistencia de dos mujeres que desplegaban prácticas de libertad empuñando como arma los colores de sus vestidos y maquillajes frente al miedo, la parálisis y la represión.

]]>
Félix Vázquez- Sixto

«No hay más homenaje que el recuerdo, no hay más culto real que la memoria crítica; no hay más amor que la complicidad en sus obsesiones. Todo es sueño, casi todo se vuelve pesadilla.»

Paco Ignacio Taibo II: Arcángeles, 1998.

Dejando a la espalda la zona vieja de Compostela, a la espera de que el semáforo de la Porta Faxeira anuncie que ya se puede cruzar hacia el Parque de la Alameda, se avistan dos volúmenes de destacado colorismo. La mirada, aclimatada al gris del granito de las casas y las calles que quedan detrás, se ve atraída por una gama cromática dispar. Rojo, negro, blanco, azul, verde…

Abandonándose al magnetismo de la coloración, a medida que la separación se acorta, se hacen reconocibles dos muñecas, dos fantoches. Más cerca, ya es claro que se trata de dos figuras femeninas que reclaman el espacio, administrando la distancia como si fuesen ellas las que van al encuentro de los paseantes.

Parecen dos personajes de tebeo hechos de cartón piedra y reproducidos a escala humana. Sin embargo, el irreprimible deseo de palpar las figuras, permite evidenciar por la frialdad y la solidez que se trata de una escultura.

Los paseantes se arremolinan, esperando su turno, para poder fotografiarse posando con la escultura multicolor que descolla entre los escenarios lluviosos y melancólicos de la ciudad. Rojo, negro, blanco, azul, verde… Y, nada más. Ningún rótulo, ninguna pista que permita satisfacer la más elemental curiosidad.

Un vecino de la ciudad podría complacer a los paseantes irrumpiendo en sus conversaciones: «Son As Marías. Antes – asegura- había una placa con esa inscripción».

As Marías. Un nombre en plural, sin apellidos… «No son dos personajes de tebeo -dirá el vecino locuaz. As Marías existieron en una Compostela ya antigua…» Y, si el desconcierto asoma en los rostros de los paseantes, el espontáneo cicerone quizá revele que, a menudo, se cruzó con ellas en las calles de la zona vieja y tal vez añada que eran unas mujeres extravagantes, excéntricas y grotescas. «Unas caricaturas…»

María Argentina Coralia y María Fandiño Ricart, As Marías. Dos nombres y, sobre todo, dos apellidos con los que traer a la memoria unas vidas, una familia, una ciudad. Una memoria que, pese a los colores, es amarga pero, con ellos como instrumento, es también digna y rebelde.

María, la más baja y de mayor edad. Coralia, la de mayor estatura y la más joven, ambas costureras y bordadoras; hijas de Antonio Fandiño Requeijo y de Consuelo Ricart Pombo. Eran la cuarta y la décimosegunda hijas de una familia obrera de 13 hermanos y hermanas.

La peripecia vital de As Marías resulta incomprensible si no se evocan los apellidos Fandiño Ricart y, sobre todo, si no se vinculan a tres de sus hermanos varones: Manuel, Antonio y Alfonso.

Manuel, de oficio pintor de santos fue un anarquista societario que se singularizó como activista cuando, en 1917, lideró en sustitución de su mentor político José Pasín Romero la huelga general que logró la destitución del alcalde de Compostela. Junto a Ezequiel Rey Turnes impulsó la masiva afiliación de las sociedades de oficio a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y promovió la Federación Local de Sindicatos. De 1925 a 1930 asumió la Secretaría de la Confederación Regional Galaica de la CNT (CRG – CNT). En la Segunda República actuó como Secretario liberado en la «Federación Regional de Industria Pesquera» en la provincia de Pontevedra.

Alfonso, de oficio pintor, impulsó desde el anarcosindicalismo diversas iniciativas organizativas con la intención de aglutinar y articular el movimiento libertario.

Antonio inició su militancia anarcosindicalista en los años veinte mientras desempeñaba su oficio de tipógrafo.

Es plausible inferir que, en un entorno familiar que contaba con la presencia de tres hermanos tan comprometidos con el mundo libertario, As Marías tuvieron que paladear el sabor de la libertad, de la lucha y de la insurgencia. Asimismo, la época convulsa que les tocó vivir (la Dictadura de Primo de Rivera, la «Dictablanda» de Berenguer y Aznar-Cabañas y, por supuesto, la II República) presumiblemente imprimió carácter a As Marías.

Compostela vivió y aclamó el optimismo y los sueños de emancipación de la promesa republicana al que no fueron ajenas As Marías: Coralia, María y, también, Sarita. Sí, tres, porque, As Marías, originalmente, eran tres mujeres que cuando salían a pasear por las calles de la zona vieja, vestidas de colores alegres y vivos, se mimetizaban con el vigor, el ímpetu y la vitalidad que en aquella época se respiraba en la ciudad. Rojo, negro, blanco, azul, verde… En sus paseos por Compostela las hermanas Fandiño Ricart se encontraron en medio del fuego cruzado de francotiradores simbólicos que, según fuesen de derechas o izquierdas, las llamaban «Libertad, Igualdad y Fraternidad» o «Fe, Esperanza y Caridad». No eran estos apelativos, como podría pensarse, el presagio de una guerra fratricida. Porque esa guerra nunca llegó a producirse… Tampoco hubo, como algunos la llaman, una guerra civil. Fue otra cosa… Una guerra de resistencia contra el fascismo y también una revolución…

El 18 de julio de 1936, la sublevación militar del General Francisco Franco y su planificada represión dio comienzo a un baño de sangre. Anticipándose a esa fecha, como exhortación preventiva, el General Emilio Mola, ya había comunicado en Instrucciones Reservadas: «Ha de advertirse a los tímidos y vacilantes, que el que no esté con nosotros, está contra nosotros, y que como enemigo será tratado.» o «Hay que sembrar el terror, dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos a todos los que no piensen como nosotros.» Toda una sintética declaración de tiranía, terror y miedo dirigida al conjunto de la población; de la que no puede sustraerse a la familia Fandiño Ricart. Negrura, lobreguez, sombra, tiniebla, oscuridad…

Manuel estuvo oculto entre 1936 y 1945. En 1946 se hizo cargo de la Secretaría de la CRG – CNT, a la que también también se incorporó Antonio.

Alfonso, el 18 de julio, era Secretario de la Federación Local de sindicatos de la CNT en Compostela desde donde organizó la expedición que fue en ayuda de los obreros de A Coruña. Malograda la resistencia, huyó a Francia, retornando para luchar en Asturias hasta que, en 1937, derrotado el Frente Norte, consiguió huir nuevamente. Fue uno de los impulsores de la «Agrupación Confederal Galaica» en Asturias y de la «Federación de Agrupaciones de Gallegos Libertarios», radicada a partir de 1938 en Valencia, llegando a asumir el cargo de Secretario general.

Huida, ocultación, clandestinidad… la extinción del color. Los francotiradores se convirtieron en ejército regular que cargaba contra As Marías con los disparos de «putas» y «rojas». Y, ante los Fandiño Ricart, se abrió el abismo de las amenazas, las vejaciones, el maltrato y los allanamientos. Cualquier hora del día o de la noche era idóneo para forzar que As Marías delatasen el paradero de sus hermanos. Cualquier procedimiento era legítimo para arrancar una confesión: desbaratar el domicilio familiar, desnudarlas en plena vía pública, arrastrarlas hasta el envilecimiento y la degradación…

El miedo, la parálisis y la represión que invadieron Compostela acabaron de completar la operación de castigo. Nadie en la llamada Jerusalén de Occidente quería que se le relacionase con los Fandiño Ricart, con As Marías, con los anarquistas. Negrura, lobreguez, sombra, tiniebla, oscuridad… Asomó el hambre y se quedó para siempre: nadie quiso darle trabajo a Coralia y María, porque eran anarquistas, porque cualquier roce con ellas podía devenir en un aprieto ante la omnipotencia de las autoridades.

En el domicilio familiar se instalaron el pánico y los sobresaltos. El fascismo condenó a As Marías al ostracismo y ya sólo pudieron ocupar los márgenes de la sociedad compostelana. Las palabras del General Mola se consumaron sin matices, durante la confrontación y después del instante en que Franco, con idéntica firmeza con la que, hasta su fallecimiento, rubricó las condenas a muerte, firmó el comunicado de final de la Guerra. Cumplieron en la tierra y amenazaron con la persecución hasta en el cielo a quien infringiese los preceptos del «Glorioso Movimiento Nacional» y, como vencedores de la «Cruzada de Liberación», exaltaron la guerra como «una santa cruzada de violencia» que se prolongó hasta los últimos estertores del Dictador. As Marías fueron despedazadas y sus cabezas, como si fuesen de muñecas de porcelana arrojadas contra el suelo, se hicieron añicos. Negrura, lobreguez, sombra, tiniebla, oscuridad… Se dice que enloquecieron ante tanta persecución, que se trastornaron; pero no parece que nadie que pueda constatar que hubiesen perdido el juicio…

El hostigamiento y la represión sobre As Marías empezó a moderarse cuando, en 1947, fue desmantelado el Comité de la CRG – CNT que se saldó con la detención de más de 200 militantes en toda Galicia entre los que estaba Antonio Fandiño Ricart que fue condenado a prisión, muriendo poco después de ser puesto en libertad, en 1952, debido a los malos tratos sufridos en su cautiverio. Manuel Fandiño Ricart consiguió eludir la detención pero, tras dos años oculto, en 1949 fue descubierto, permaneciendo preso 5 años. Murió en 1978. Alfonso Fandiño Ricart se exilió en Francia después de la derrota de la República, reapareciendo en A Coruña en los años 60 sumándose al patrocinio del Cincopuntismo. Falleció en los años noventa.

As Marías vivieron un insondable drama personal. Su desgarradora experiencia ha propendido, sin apenas excepción, hacia interpretaciones psicologizantes: Coralia y María fueron atenazadas por la locura, convertida en el punto de fuga de su tragedia subjetiva… Y, sin embargo, As Marías, desde esa presunta locura que se esgrime como explicación categórica de su actitud y comportamiento, ocuparon durante décadas las calles de Compostela contraviniendo las normas. Desafiaron a la sociedad compostelana con su insolencia, su desenfado y su atrevimiento, ataviadas con el fulgor de los colores. Rojo, negro, blanco, azul, verde…

Hacia finales de los años cuarenta, cuando pudieron asir su angustia y su abatimiento, As Marías salieron a pasear de nuevo todos los días. Con la perseverancia de aquellas que saben que sólo los peces muertos nadan a favor de la corriente, salían todos y cada uno de los días a la misma hora: a las dos en punto. La repetición metódica de este deambular cotidiano hizo que recibiesen otro apelativo: As dúas en punto.

Como si hubiesen decidido que la vida estaba hecha de la repetición de las mañanas, María y Coralia Fandiño Ricart se sumergieron con su caminar en una especie de experiencia del eterno retorno. Su callejeo no pertenecía al reino de las leyes, no era una repetición de lo idéntico, sino que era copia de una miríada de copias de sucesivos paseos que imposibilitaban la perduración de un paseo original. Una repetición transgresora que ponía en crisis la fundamentación del orden, ya que su gesto no era ni un afianzamiento del pasado ni una declaración de futuro, sino un vivir lo que estaban viviendo en una afirmación de presente siempre idéntico y siempre diferente. As Marías se enfrentaron a la ciudad guiándose por el estatuto que rige el juego: la repetición y el retorno; hacer una y otra vez lo mismo, pero siempre distinto; transformar la vivencia más emocionante en hábito. As dúas en punto, empuñaron sus vidas.

Desamparadas, pero con la insolencia de los colores de sus vestimentas y su maquillaje excesivos, fueron capaces de llenar de luz las calles de la zona vieja de la Compostela triste y derrotada de la posguerra franquista. Con su irreverencia, pese a las humillaciones y el escarnio, María y Coralia Fandiño Ricart no supieron o se negaron a acatar la posición de vencidas sometidas, obedientes e indignas que se les había asignado.

As dúas en punto del brazo, saliendo de su casa hacia el Parque de la Alameda… Mirándolas de frente, a la izquierda Coralia, con un rictus inexpresivo, rigidez en los movimientos, apenas hablaba; fiel compañera, concomitante escolta. A la derecha, María, Maruxa, Maruja quien, contrariamente a su hermana, representaba el brío, la audacia y el desenfado. Contoneando su pequeño cuerpo y llevando la voz cantante, hacía gala de su simpatía e, intermitentemente, dirigía guiños a los transeúntes. As Marías, oponiéndose al doblegamiento que imponían las normas y las costumbres, resistieron y se rebelaron mostrándose orgullosas de sí mismas, esgrimiendo los colores y una actitud indócil. Una simple mirada o un insignificante gesto de As dúas en punto era suficiente para poner de manifiesto la hipocresía y la pacatería imperantes. Un mero piropo destinado a los hombres, comportamiento improbable en ninguna otra mujer, les bastaba para socavar la normas que regulaban las relaciones de género. Crédulas también, As Marías suponían que todos los hombres eran sus enamorados y no desperdiciaban la oportunidad de coquetear con ellos. Sin embargo, en este intercambio, As dúas en punto imponían el límite de la dignidad, reaccionando ásperamente ante aquellos que les decían vulgaridades o groserías.

María y Coralia Fandiño Ricart tuvieron que hacer frente a los comportamientos que su mera presencia desencadenaba. Muchos se reían de ellas por considerarlas grotescas y esperpénticas; unas perturbadas que interrumpían la cadenciosidad del ritmo ciudadano exhibiendo los colores de sus caras y sus vestidos. Otros muchos, sin embargo, mostraban una complicidad silenciosa y prudente o se dejaban llevar por el juego que As Marías proponían, participando en el intercambio de piropos o devolviéndoles una mirada confabuladora. Dos disposiciones que reflejaban la ambigüedad de la vida de Coralia y María: la burla y el escarnio que suscitaban se avenían perfectamente con sus experiencias de frustración y miseria; el afecto que inspiraban, armonizaban con el centelleo de libertad que desprendían. Rojo, negro, blanco, azul, verde…

La de As dúas en punto, es una historia de los colores convertidos en símbolo de rebeldía pero, simultáneamente, es una historia de sordidez, pobreza y persecución política. Aunque, habitualmente, la memoria de As Marías remita a un recuerdo simpático y acogedor que, involuntariamente, se puede desprender de la profusión cromática, la luz que desprendían ocultaba el hambre y la penuria que estigmatizaban sus cuerpos famélicos y demacrados y sus rostros resquebrajados y desdentados.

En su combate diario de polícroma repetición de la libertad, la actitud y el comportamiento de As dúas en punto ha hecho que se les atribuya una indeterminada locura causada por el dolor y el sufrimiento que les infringieron, lo que las habría llevado a recuperar los sueños de juventud. Se alude también a que esa hipotética locura era un mero artificio que les permitió soportar las infames condiciones de vida a las que fueron confinadas. Ambas conjeturas, concurrentes, son plausibles. Sin embargo, no resulta inverosímil tampoco pensar que su comportamiento y actitud era un acto de rebeldía contra el Régimen franquista y un desafío a una ciudad clerical y reaccionaria. Sin embargo, ¿cómo saberlo?…

Lo que sí se sabe, es que la vida de As dúas en punto se compuso con violencia y miedo, pero también con indocilidad y resistencia. Probablemente, sin llegar a saberlo, constituyeron un arquetipo del actuar a contratiempo, unas figuras interpuestas a través de las cuales muchos y muchas veían cristalizar la libertad que, por temor o pusilanimidad, no se atrevían a conquistar. Porque As Marías, con el apresurado caminar de sus frágiles y escuálidos cuerpos, desplegaban en su deambular prácticas de libertad…

Bernardino Graña escribió una Oda ás sempre mozas Marías que hai tanto tempo pasean Santiago[1], algunos de cuyos versos dicen:

Mentres se emite en cátedras gris ciencia

enzurriamento triste de libresco mexo

oh perguntemos hoxe quen farfalla inútil

quen fai entroido e leva farelentas faces

quen mais paifoco engreído doces donas miñas

oh Marías

das rúas

do sen sol Santiago.

Mais enfeites e cores i encubrir esas chepas

máis cosmética e polvos nesa pel inmorrente

e sorride galantes redivivos pimentos

encendede coquetas as meixelas e os ollos

e aprendan novos, vellos, tristes, sabios

oh Marías

suspiro

renovado.

[…]

Condenadoras ledas de laceiras e néboas

rosas de trapo e sedas enxoval gardado

vós ramallosa aurora cantareira fraga

sementando nas pedras diaria farna

oh pondoiras galiñas que poñedes ovos de ilusión dourados

oh Marías

señoras

do corazón

decote namorado.

María y Coralia, conocidas como As Marías y As dúas en punto, apellidadas Fandiño Ricart. No abandonaron su diario paseo hasta finales de los años 70 reclamando con los colores, el garbo y una eterna juventud su sitio en la ciudad de Compostela; mostrándose orgullosas de sí mismas, provocadoras y desafiantes.

María Fandiño Ricart (Compostela, 4.01.1898 – Compostela, 13.05.1980), falleció a causa de una miocarditis y está enterrada en la tumba 991 del Cementerio de Boisaca con el nombre de Maruxa, junto a sus hermanos Sarita, Antonio, Josefa y su madre Consuelo. Sit tibi terra levis, María.

María Argentina Coralia Fandiño Ricart: (Compostela, 24.08.1914 – A Coruña 30.01.1983), falleció a causa de una bronconeumopatía aguda y está enterrada en la tumba 3.196 del Cementerio de Boisaca junto a su padre Antonio. Sit tibi terra levis, Coralia.

As dúas en punto encerradas en un relato más. Emulando su paseo diario, copia de multitud de copias que desvanecen cualquier paseo originario, pueden componerse un sinnúmero relatos en los que relampagueen los colores alumbrando un sinfín de memorias sobre As Marías y Compostela. Relatos con la cualidad inmanente del inacabamiento ya que, como dejó escrito Walter Benjamin, el relato actúa armonizando fuerzas para seguir desplegándose aún mucho después del destello del instante.

Los relatos son engranajes que posibilitan que intercambiemos experiencias. La memoria sobre la peripecia vital de As Marías, As dúas en punto, puede leerse de muchas formas pero, quizá, como Coralia y María hicieron en sus paseos, habría que enfrentarla como un concreto fragmento del pasado que interpela nuestro presente. Para ello, además de una mirada histórica, debemos superponer una mirada política.

Actualmente, en torno a la escultura de As Marías se convocan algunas manifestaciones que recorren las calles de Compostela. Tal vez, sin saberlo, remedan el mismo ritual de repetición que Coralia y María, empeñándose machaconamente en que siempre sean «As dúas en punto»



[1]             Oda a las siempre mozas Marías que hace tanto tiempo pasean Santiago: Mientras se emite en cátedras gris ciencia / expulsión triste de libresco meado / oh preguntemos hoy quién charlatanea inútil / quién carnavalea y lleva harinosos rostros / quién más zafio engreído dulces señoras mías / oh Marías / de las calles / del sin sol Santiago. // Así y todo afeites y colores y encubrir esas chepas / así y todo cosmética y polvos en esa piel inmortal / y sonreíd galantes redivivos pimientos / encended coquetas las mejillas y los ojos / y aprendan jóvenes, viejos, tristes, sabios / oh Marías / suspiro / renovado. […] Condenadoras alegres de miserias y nieblas / rosas de trapo y sedas ajuar guardado / vosotras fronda aurora cantarín bosque / sembrando en las piedras diaria simiente / oh ponedoras gallinas que ponéis huevos de ilusión dorados / oh Marías / señoras / del corazón / cotidianamente enamorado.

]]>
https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/as-duas-en-punto-variaciones-de-la-repeticion-policromia-del-combate/feed/ 0
Berneri de nuevo actual. Reseña del libro de Stefano d’Errico "Anarquismo y política. El ‘programa mínimo’ de los libertarios del Tercer Milenio" https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/berneri-de-nuevo-actual-resena-del-libro-de-stefano-derrico-anarquismo-y-politica-el-programa-minimo-de-los-libertarios-del-tercer-milenio/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/berneri-de-nuevo-actual-resena-del-libro-de-stefano-derrico-anarquismo-y-politica-el-programa-minimo-de-los-libertarios-del-tercer-milenio/#respond Wed, 21 Mar 2012 11:33:20 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3715 Antonio Rivera

Por iniciativa de varios sindicatos norteños de la CGT se acaba de publicar la versión castellana de este estudio acerca del anarquista Camillo Berneri, que vio originalmente la luz en italiano hace ya un lustro (Mimesis, Milán). Se trata de un análisis exhaustivo, profundo e inteligente de la trayectoria de un hombre que, aunque murió joven, comprimió en su corta e intensa vida todo un tratado de anarquismo, tanto teórico como práctico, en las difíciles y conflictivas décadas de entreguerras.

Berneri fue asesinado en los primeros días de mayo de 1937 por un grupo de comunistas entregados a la estrategia de Stalin, dentro de la guerra civil desatada en Barcelona entre éstos y los libertarios (y sus aliados, los heterodoxos comunistas del POUM). Tenía entonces cuarenta años, había huido de la persecución de la dictadura de Mussolini, pero ya había aprovechado la oportunidad que le dio la vida de tratar con las referencias fundamentales del pensamiento de izquierdas italiano: su primer maestro, el historiador Gaetano Salvemini, el liberal Piero Gobetti, el socialista Carlo Rosselli o el comunista Gramsci, además de correligionarios suyos como Luigi y Luce Fabbri. Ese contacto caracteriza la naturaleza y el valor intelectual del pensamiento de Berneri, no demasiado habitual en el anarquismo: su convivencia con otros pareceres le fuerza a una reflexión abierta, necesariamente crítica con sus propios postulados, pragmática en lo debido, abordando todo tipo de temáticas sin limitación ninguna. A la vez, le obliga a pertrecharse de los argumentos suficientes y a fortalecer hasta el extremo su coherencia ideológica, para así contender adecuadamente con tan preclaros y exigentes opositores. De esa manera, a cada momento, sus tesis y criterios se someten al exigente juicio de sus oponentes, depurando todos ellos tanto en su consistencia teórica como en su aplicabilidad al momento en que vivían.

Puede que por ello, por mor de esa experiencia vital, el resultado sea desconcertante: el mayor crítico del forzado colaboracionismo gubernamental de la CNT-FAI en la coyuntura española de 1936 nunca tuvo impedimento para tratar cara a cara con la política y con sus adversarios políticos. Tan clarividente radicalidad crítica era la de quien no limitaba la esfera de su pensamiento y de las consecuencias teóricas y prácticas de éste –como tantas veces ha pasado en el “ideologismo libertario”-, y no por ello acababa en su cercanía al debate político en posiciones contemporizadoras o moderadas. El contacto con la política, con el debate político del tiempo que uno vive, no conduce, como demuestra Berneri, de manera inevitable, a la justificación de sus extremos más negativos en aras de la practicidad.

El italiano se planteaba la necesidad de “dar una sacudida al anarquismo para que piense en la política”. Esa intención le invitó a adentrarse sin limitaciones autoimpuestas ni complejos en la particular relación existente entre anarquismo y política, guiado siempre por cuál de las respuestas dadas a los problemas desde el anarquismo podía ser más adecuada a las urgencias y necesidades del instante que vivía. Así, nada humano le resulta ajeno, y toma posición bien articulada en cuestiones como la pedagogía, la técnica, la cultura, la religión, la capacidad para conocer científicamente (epistemología), el humanismo, los límites del clasismo proletario, la democracia, la revolución, la violencia, la organización, el sindicalismo, los totalitarismos, la política electoral, la psicología, la etnología…

Porque Berneri depositaba toda su confianza en el llamado “problemismo”, una manera de pensar que obligaba a que la ideología se apoyase en el análisis de los hechos, en su capacidad para responder a los problemas reales del momento y para dar lugar a un “anarquismo posible”. En definitiva, “afrontar el complicado mecanismo de la sociedad actual sin anteojos doctrínales y sin excesivos apegos a la integridad de su fe” (anárquica), para así “conservar aquel conjunto de principios generales que constituyen la base de su pensamiento y el alimento pasional de su acción”.

Todas y cada una de esas temáticas las estudia D’Errico con gran rigor y profusión de datos recogidos en fuentes de calidad. El libro, surgido de una vocación y reflexión claramente académica, desvela múltiples reflexiones hechas por Berneri allá por el primer tercio del pasado siglo que sirven en muchos casos para abordar los problemas del Tercer Milenio desde la perspectiva de los libertarios. No es un vademécum –no lo podría ser viniendo de Berneri-, sino más bien un repertorio sólido de argumentos para muchos problemas que siguen siendo en lo básico los mismos que él tuvo que hacer frente. Además, D’Errico engarza dinámicamente esas reflexiones del italiano con otra no menos exhaustiva investigación biográfica, dando cuenta de los detalles más particulares y desconocidos de su vida.

En un artículo de 1922, titulado “Anarquismo y federalismo. El pensamiento de Camillo Berneri”, el italiano resumía la esencia de su pensamiento:

 “Yo entiendo por anarquismo crítico un anarquismo que, sin ser escéptico, no se contente con las verdades adquiridas, con las fórmulas simplistas; un anarquismo idealista y al mismo tiempo realista; un anarquismo, en definitiva, que injerte verdades nuevas en el tronco de sus verdades fundamentales, que sepa podar las ramas viejas”.

 De todo esto habla este libro. Una lectura tan exigente como recomendable para los libertarios de este complicado Tercer Milenio.

Referencias de la publicación:

Anarquismo y política. El «programa mínimo» de los libertarios del Tercer Milenio. Relectura antológica y biográfica de Camillo Berneri por Stefano d’Errico, CGT Burgos, 2012, 800 págs. Rústica 23×17 cm, ISBN 9788461558414

]]>
https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/berneri-de-nuevo-actual-resena-del-libro-de-stefano-derrico-anarquismo-y-politica-el-programa-minimo-de-los-libertarios-del-tercer-milenio/feed/ 0
Reseña de "Conceptos contra el olvido: Una guía para no perder la memoria" de Rafael Escudero Alday (Coord.) https://archivo.librepensamiento.org/2011/09/21/resena-de-conceptos-contra-el-olvido-una-guia-para-no-perder-la-memoria-de-rafael-escudero-alday-coord/ https://archivo.librepensamiento.org/2011/09/21/resena-de-conceptos-contra-el-olvido-una-guia-para-no-perder-la-memoria-de-rafael-escudero-alday-coord/#respond Wed, 21 Sep 2011 10:38:41 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3355 Francisco Marcellán

Esta obra colectiva, coordinada por Rafael Escudero, Profesor Titular de Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid, pretende aportar claridad conceptual y servir de instrumento para una reflexión crítica acerca de la memoria histórica y su proyección de cara al futuro. Definida en la introducción, como “el fenómeno político más relevante acaecido en España en los últimos tiempos”, la recuperación de la memoria histórica  iniciada como una reivindicación personal y familiar -la exhumación y homenaje a las personas víctimas de la represión franquista- a juicio del coordinador de la obra, este proceso se traduce en tres demandas muy concretas:

1.-El desarrollo de políticas públicas de quienes defendieron la legalidad republicana y fueron represaliados por ello.

2.- La implantación de un programa de justicia transicional que cumpla con los objetivos de conocer la verdad y restituir a las víctimas.

3.- La aplicación de normas penales de carácter nacional e internacional para el esclarecimiento de los crímenes cometidos durante la dictadura franquista.

La recuperación de la memoria histórica presenta un doble frente de rechazo. Por una parte, la derecha, heredera en gran parte de la tradición franquista, que ha utilizado su potente aparato mediático y sus instrumentos políticos e ideológicos (el impulso del revisionismo histórico) encaramados en la legitimación del golpe de Estado de 1936 como un intento de volver a la legalidad “rota” por la revolución de octubre de 1934 y el peligro de una revolución social tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, como la justificación de la dictadura franquista como baluarte contra el comunismo internacional (ese modelo de centinela de Occidente tan querido de los hagiógrafos de Franco). Todo ello, como interpretación de la Transición como bálsamo de fierabrás de olvido  acrítico. Por otra parte, una debilidad estructural de la izquierda (PSOE y PCE) centrada en una reconciliación a cualquier precio, a cambio de un protagonismo en la definición de las líneas “reformadoras”  para situarse en el espacio de Poder y  una acción política que no tocara los llamados poderes fácticos (Iglesia, Ejército y elites financieras, Monarquía) con el fin de evitar una polarización entre las viejas dos Españas que diera al traste con la “modernización” de las instituciones que configuran una sociedad democrática. El “echar al olvido la tragedia del pasado” ha generado una democracia de baja intensidad cuyas carencias se han manifestado de manera estridente en el actual período de crisis económica y social.

Desde un  punto de vista más” académico”, se invoca la necesidad  de tomar distancia de los hechos y poder realizar una labor “científica” de los mismos. Se desprecia el propio concepto de memoria histórica, planteándose la relación entre memoria e historia en términos antitéticos, excluyentes e incompatibles entre sí. Mientras que la memoria es un mero repositorio de recuerdos del que resulta imposible extraer conceptos generales, la historia es el campo de lo científico, del conocimiento riguroso del pasado: un pasado que carece de actualidad y que, como consecuencia inmediata,  es susceptible de generar un conocimiento científico. No así la memoria, dado que su vinculación con los hechos y su carácter intrínsecamente político, fragmentario, subjetivo, selectivo y apasionado impiden cualquier conocimiento válido y generalizable sobre lo recordado. Frente a la historia oral surge la interpretación oral de las “autoridades establecidas” a modo concluyente y sin posible discusión. El Diccionario biográfico español, editado por la Real Academia de la Historia es la prueba palmaria de este aserto.

Cuatro líneas directrices se contemplan en este diccionario (no resulta muy adecuada la palabra, en mi opinión).

En primer lugar, la consideración de la memoria histórica como un deber moral, que justifica la existencia de derechos legales exigibles por la ciudadanía ante los poderes públicos y dota de sentido a  la existencia de lugares de memoria, lugares que permiten reivindicar el pasado y entender mejor la relación que liga a éste con los individuos y los colectivos (aportación de Francisco Ferrándiz), así como otras representaciones de la memoria  (la pintura, la escultura, la música, el cine, la literatura) magistralmente descritas por Mirta Núñez.

En segundo lugar, se abordan los conceptos que explican el contexto en el que nace y desarrolla este proceso. La herencia del franquismo y dos elementos estructurales que permitieron su supervivencia-una represión sistémica y el nacionalcatolicismo- se reflejan en la Transición tal y como se pone de manifiesto en las contribuciones de José Antonio Martín Pallín (sobre el rol de la amnistía) y Ramón Sáenz Valcárcel  (la impunidad del aparato franquista, uno de los grandes beneficiados de aquella). Una amnesia que generó una respuesta lenta y minoritaria, al margen de los cauces “representativos oficiales” por parte de asociaciones de víctimas, familiares y organizaciones sindicales. Como botón de muestra, los Grupos de Memoria Histórica, por parte de CGT (¿cuándo se reconocerá en nuestra organización el trabajo exhaustivo llevado a cabo por los compañeros de Sevilla?), los grupos pro-revisión de la sentencia de Granado y Delgado así como de Puig Antich, apenas mencionados en este diccionario,  representan el esfuerzo por llamar la atención sobre un tema interesadamente olvidado.

Una tercera línea tiene como foco de atención las políticas públicas de la memoria, orientadas a cumplir los objetivos de verdad, justicia y reparación que caracterizan las demandas de las víctimas de la represión política y violaciones de los derechos humanos. A modo de ejemplo, las labores de exhumación e identificación de restos (una contribución clarividente de Francisco Etxebarría), la anulación de las sentencias dictadas por tribunales de excepción y consejos de guerra en flagrante violación de las garantías procesales), el tratamiento “respetuoso” de los símbolos franquistas que perviven en el nomenclátor de calles y plazas, en los muros de las iglesias (homenajes a los “caídos por Dios y por España”), así como el tema de la catalogación y acceso de los archivos de nuestro pasado más reciente, descrito en la aportación de Antonio González Quintana.

Finalmente, la versión jurídica de la lucha contra la impunidad, elemento distintivo del Derecho Internacional Público, ha dado lugar a los programas de lucha transicional  e impulsado los instrumentos de protección de las víctimas de violaciones graves de los derechos humanos. Latinoamérica es el foco de dichas prácticas y algunos de sus gobiernos han abordado el tema con un rigor digno de referencias inexcusables para nuestro país, máxime dadas las similitudes en los casos de múltiples desapariciones forzadas (exhaustivamente analizado por carmen Pérez González) y el robo de niños durante el franquismo, de rabiosa actualidad en los últimos meses, diseccionado por Monserrat Armengou.

La conocida  como ley de la memoria histórica (Ley 52/2007, de 26 de Diciembre)  ha sido la viva muestra del “querer y no poder” durante el reciente periodo de gobierno socialista (2004-2011). No se trataba solo de legislar desde el BOE (condición necesaria pero no suficiente para el reconocimiento del derecho individual a la memoria personal y familiar de cada ciudadano) sino de un apoyo sistémico a la movilización social por ese derecho. Los miedos al “qué dirán” los enemigos de esa recuperación de la memoria desde diversos ámbitos  y que han sido analizados anteriormente, la escasa capacidad política de poner en marcha programas de respuesta a las demandas concretas, más allá de mecanismos de financiación de algunas actuaciones, la pervivencia de criterios y actitudes favorecedoras y legitimadoras de la ” acción judicial” entre 1936  y 1977 por parte de un Poder Judicial que se reclama ” independiente” (como ejemplo patético, la imputación al juez Garzón de una actitud prevaricadora por iniciar la determinación de responsabilidades en la represión franquista), junto con la ausencia de pedagogía en el sistema educativo a la hora de explicar sin tapujos nuestra historia más reciente constituyen los barros que han devenido los presentes lodos.

Como complemento a este interesante documento de análisis, no dejaría de recomendar la lectura de la obra enciclopédica “El Holocausto Español”, debida a Paul Preston y publicada en la editorial Debate este mismo año. Análisis exhaustivo de la represión en el campo sublevado pero también descripción pormenorizada del bando antifascista, con algunos tópicos sobre el movimiento libertario, que merecen un análisis más detallado, a modo de reflexión compartida,  en un próximo número de Libre Pensamiento.

]]>
https://archivo.librepensamiento.org/2011/09/21/resena-de-conceptos-contra-el-olvido-una-guia-para-no-perder-la-memoria-de-rafael-escudero-alday-coord/feed/ 0
Reconstrucción de la infamia https://archivo.librepensamiento.org/2010/09/21/reconstruccion-de-la-infamia/ https://archivo.librepensamiento.org/2010/09/21/reconstruccion-de-la-infamia/#respond Mon, 20 Sep 2010 22:01:16 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3458 José María García López

Antonio Machado le hace decir a Mairena en clase de Retórica: “Nunca debéis incurrir en esa monstruosa ironía del homenaje al soldado desconocido, a ese pobre héroe anónimo por definición, muerto en el campo de batalla, y que si por milagro levantara la cabeza para decirnos: “Yo me llamaba Pérez”, tendríamos que enterrarle otra vez, gritándole: “Torna a la huesa, ¡oh Pérez infeliz!, porque nada de esto va contigo”. Artículo publicado en el nº 272 del Viejo Topo

Conocida es la reflexión de Antonio Machado, a través de su profesor apócrifo Juan de Mairena, sobre el homenaje al soldado desconocido, práctica que desaconseja de modo terminante a sus alumnos y que, tras las últimas gestiones fallidas en torno a los restos de García Lorca y otros inmediatos asesinados por la vesania franquista (presuntamente sepultados en las inmediaciones de Víznar pero no aparecidos en las correspondientes prospecciones), podría conectarse con algunos aspectos importantes del caso singular del banderillero anarcosindicalista Joaquín Arcollas, compañero final del poeta granadino, así como lo fueron al parecer, o según suficientes informes contrastados, el también banderillero y anarquista Francisco Galadí y el maestro del pueblo de Pulianas Dióscoro Galindo.

Hemos asistido a lo largo de estos últimos años, y recientemente en medio de un entrecruzamiento apasionado de razones políticas, sentimentales, literarias o de justicia, a un debate muchas veces enrarecido y vergonzante acerca de la necesidad o no de exhumar los restos de esas víctimas y de otras muchas de idénticas tropelías desperdigadas por los campos del territorio nacional. Han intervenido instancias oficiales, casi siempre a remolque cuando no entorpecedoras, historiadores e investigadores de distintas especialidades, partidos políticos con unos intereses u otros, familias más o menos divididas, otras decididas positiva y negativamente, organizaciones reivindicativas de la búsqueda y dignificación de los asesinados, enterrados clandestinamente, injuriados, desaparecidos y arrojados a la humillación del olvido. Casi todo el mundo ha opinado en los medios de comunicación o en círculos más restringidos y ha expuesto sus razones. Se han introducido especulaciones y fantasías, contradicciones de los testimonios tradicionalmente dados por válidos, vacilaciones y rectificaciones domésticas y multitud de juicios desde una gran variedad de perspectivas.

En esta confusión (limitándonos únicamente a considerar aquí los casos de las cuatro víctimas mencionadas) ha venido a destacar una circunstancia especial en uno solo de los fusilados e inhumados en Víznar, Joaquín Arcollas Cabezas, la de que este hombre no tiene por lo visto herederos o deudos directos ni indirectos que puedan reclamar legalmente el rastreo, la declaración de reparación y reconocimiento personal y en su caso la exhumación de los restos, ya que esa premisa de familiaridad es una de las establecidas en la popular e imprecisamente llamada Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica. (Se trata de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura). Otra premisa posible es la de relación institucional del interesado con una organización en la que hubiera tenido alguna responsabilidad, la cual también podría instar al gobierno jurisdiccional competente para que llevase a cabo las medidas de referencia en orden al reconocimiento de los derechos igualmente citados a favor de esa persona perseguida, detenida ilegalmente, asesinada y desaparecida, como fue sin duda el banderillero Joaquín Arcollas.

Pero está probado que este hombre, junto con su colega Galadí, fue militante de CNT-FAI y tuvo como tal una cierta actividad en Granada, con la cosecha indirecta del odio por parte de la derecha local y/o de esa burguesía que según la opinión de Lorca, de veracidad indemostrable, dicho sea de paso, era la peor de España. Así que los herederos políticos de la legendaria confederación (en este acto los trabajadores del sindicato CGT de Andalucía) se personaron no hace mucho en la causa del solitario e irreclamado Arcollas para solicitar lo que la ley mencionada sanciona y en función de pertenecer a la misma “familia ideológica”. Tras distintos trámites, aceptación de la solicitud, mediación del Defensor del Pueblo Andaluz y rechazo de la pertinencia argumental de los demandantes, el asunto está en un nuevo impasse y, después de esa primera (?) búsqueda infructuosa, tan parcial, momentánea y evidentemente escasa, de los restos mortales de los fusilados, ha vuelto a cundir el desánimo entre quienes creen que hay que exhumar en lo posible a todas las víctimas mal enterradas de aquel golpe de Estado de 1936 y reparar su dignidad, al menos de modo simbólico-retrospectivo, con la del resto de los que la merezcan.

Para muchos está claro que esa Ley 52/2007 es incompleta, timorata en varios puntos y en otros vaga, pero también es cierto que ha servido y servirá a numerosos herederos de aquellas personas tan bárbara e ilegalmente suprimidas o perseguidas por tantas vías y sinrazones para reconstruir las circunstancias últimas de sus deudos, para “dignificarlos”, según expresión recurrente en la que otros no creerán, mediante ceremonias fúnebres más convencionales o ungidas por las creencias o las costumbres, mediante los puros actos de constatación de los mecanismos del crimen o mediante su descubrimiento en otros posibles casos de desinformación. Hoy día los avances científicos, antropoarqueológicos, bioquímicos, criminológicos y de técnicas forenses en general coadyuvan (y en algún sentido obligan) a la identificación de los restos de los cadáveres, a la demostración de cómo y por qué medios fueron reducidas a tales las personas a quienes corresponden y a ver prácticamente, como en una película proyectada hacia atrás, los movimientos de los ejecutores, sus formas tan terriblemente humanas de proceder y con ellas los principios o los motivos que animaron sus corazones, quizá también presas de otros impulsos de terror, sus espantosas miserias y quién sabe qué otros contenidos de sus pensamientos y voluntades.

Se dirá (se ha dicho con insistencia) que no serían necesarias esas exhumaciones, en el sentido más preciso pero asimismo en el metafórico del término, una vez que “ya sabemos” hasta qué extremos puede llegar la crueldad humana, a qué obscenas barbaridades de violenta abyección pueden acceder los hombres contra ellos mismos, es decir, contra sus semejantes. Hay que olvidar, dicen, no reproducir el horror, hay que cerrar y no reabrir las heridas, hay que tener en cuenta que víctimas comparables las hubo en “ambos bandos”…  Pero no: la verdad es que “no sabemos” tanto y hay que hilar mucho más fino en ambas cuestiones. Quién es, por otra parte, capaz de olvidar a conciencia y del todo. Quién cree que el olvido depende de una decisión personal o social. Cómo se podría hacer concordar el olvido con la fe humana en el conocimiento. Por otro lado, por qué suponer que de la revisión exhaustiva del pasado en este viscoso asunto del golpe franquista, la guerra civil y la represión posterior se derivaría, por lógica o por psicología invariable, despertar afanes de venganza o revancha. El esclarecimiento de la verdad no impide la piedad, la tolerancia, ni siquiera el perdón. La lógica del equilibrio diría más bien lo contrario: si Franco y sus secuaces no tuvieron piedad de los que asesinaron simplemente por ser ciudadanos de un régimen republicano legítima y democráticamente establecido, tal vez la reacción refleja, aparte de más noble y deseable, fuera la de no querer equipararse en nada a esos odiadores interesados, a esos esbirros y asesinos. Más aún: ¿no nos es posible imaginar en éstos el arrepentimiento de sus criminales actos?

Pero esa insistencia en los “dos bandos” (y claro que también muchas mentes lúcidas lo han señalado) es poco, más o menos tan espinosa. No son dos bandos a la manera de los de zegríes y abencerrajes durante las guerras civiles en la antigua Granada nazarí. No son dos grupos que luchan en igualdad de campañas y pretensiones de poder. Unos fueron los golpistas contra la legalidad y otros los expulsados de su estatus democrático, con todas las imperfecciones, debilidades e inconsecuencias que tuviera. No es lo mismo un león que persigue a una cebra para matarla haciendo presa en su garganta, que esa misma cebra que le rompe al león la mandíbula de una coz mientras huye en medio del pánico. Hay un depredador y un depredado, y además ya no somos animales instintivos. Un gato acorralado por un perro puede saltarle un ojo al acosador y puede morir en su atroz defensa, pero el perro será entonces responsable de la muerte del gato e igualmente de la pérdida de su ojo. ¿Por qué no compadecer a ambos con una valoración diferente de la culpa de cada uno?

Tal comparación remite no sólo a esta Ley o a las leyes en general, que en parte son marcos y correctivos necesarios de  conductas abusivas o peligrosas, sino a consideraciones superiores y a ambiciones intelectuales y éticas a cuyos límites o condicionantes se acoge naturalmente el legislador. Esta Ley 52/2007 por ejemplo, tan reciente, ha necesitado ya un Real Decreto para desarrollar algunos de sus principios (el 1791/2008, de 3 de noviembre), lo cual significa, como habría sido fácil suponer, que es incompleta y que desde luego todavía podría desarrollarse más. Entre otras deficiencias diversas, la Ley no se compromete por ejemplo de forma tajante en la cuestión de las exhumaciones, no es inequívoca ni exigente al respecto, no contempla, ni mucho menos, restituciones o expropiaciones materiales de lo intervenido, usurpado o robado por los golpistas y sus beneficiarios a los vencidos en la guerra y fija el principio familiar del derecho a la reclamación como perspectiva prioritaria sobre otros posibles demandantes y receptores de respuestas.

Esta última prioridad es la que ha hecho que el sindicato CGT-A haya adoptado la expresión “familia ideológica” para solicitar ante la justicia la declaración de reparación y reconocimiento personal del banderillero Joaquín Arcollas, así como la correspondiente búsqueda de sus restos, la exhumación de los mismos y el trato respetuoso posterior que se crea conveniente. Pero ¿por qué familia como prioridad? ¿Y si el asesinado y enterrado no la tuviera consanguínea ni ideológica? Cómo podría reclamarse o exigirse la reparación moral y la investigación sobre los restos exhumados acerca de los detalles y motivos de la muerte de una persona solitaria que hubiera tenido una vida corriente personal y socialmente y que hubiera caído víctima de un crimen como los de referencia..

Aquí es donde encaja la sentencia de Mairena sobre el homenaje al soldado desconocido. Aun si la instancia jurídica pertinente aceptase la legitimidad y el derecho del concepto “familia ideológica” (cosa que de momento no sucede), ¿qué pasaría cuando tal premisa tampoco se diera? Hacer homenajes al soldado desconocido es convertir a las personas en abstracciones y disponerse a remachar el olvido. Es un principio equivalente a la estulticia internacional de declarar bienes de valor universal (no hablemos de las fiestas “de interés turístico”) unas creaciones humanas u otras, dejando las demás alrededor o por debajo. ¿“Patrimonio de la Humanidad”? Una de dos, o no hay nada que sea patrimonio o no hay nada que no lo sea. Igual que “Patrimonio de la Humanidad” se podría decir “Humanidad del Patrimonio”. O desde otro punto de vista: ¿Patrimonio de la Humanidad lo que ha sido declarado así en un tiempo limitado y por unos hombres limitados, que no pueden abarcar ni la idea inamovible de patrimonio ni la idea de humanidad?

Los padres, hermanos, hijos, nietos y demás familia, biológica, política, militar, inquisitorial o la que fuere (no se olvide que “familia” viene de “fámulo”) tienen evidentemente una conexión especial, como la tienen los seres con el territorio en el que han nacido y vivido, con la lengua que han heredado, con las ideas, la religión, las costumbres, todo lo que implica sentimentalidad, afecto, inercia irracional, civilización y cultura, pero hay una categoría superior que es la de persona en un ámbito universal. Y no es que la propiedad sea un robo (como dijo Proudhon) o algo más o menos parecido, sino que en los juicios humanos lo que importa es la concepción misma de Humanidad, ya que ésta en su unión y a lo largo del tiempo es únicamente la que ha ido configurando a la persona existente en cada tiempo presente, así como los avances o progresos, las supersticiones retrógradas, los falseamientos de la memoria y de la historia, los más nobles y ambiciosos ideales.

Los hombres no son de sus familias, no son fámulos ellos tampoco de un ente superior o principal. Patrimonio de la humanidad son las pirámides de Egipto, pero no lo son más que el color verde y efímero de un campo en su estación o que cualquier otro fenómeno natural o edificado. El pensamiento humano, que es inevitable además de admirable, se rebela antes o después enemigo de los tópicos y de los lemas mostrencos. Familia biológica, bueno, sí, con el debido respeto. Y familia ideológica o política, igual en lo que sea oportuno. Pero cualquier ser humano tiene idéntico derecho de reclamar justicia para otro. Cualquier nombre tiene potestad para invocar otro nombre, para reconstruir la existencia que fue sojuzgada y violentamente desaparecida. Cualquier voz puede solicitar la verdad en todo ámbito en que ésta se haya escamoteado o tergiversado. Sólo la reconstrucción de la infamia pudiera dar lugar a la posible expiación. Sólo la revelación del delito podría tratarlo adecuadamente.

Se habla, ya se ha dicho, de “heridas reabiertas”. ¿No volvería a abrir una herida un cirujano que se ha dejado en el interior del paciente una gasa o un bisturí? ¿Acaso no sucede literalmente esta circunstancia comparativa más veces de las deseables? Sin embargo no es necesario para reclamar la revisión de esa herida un paciente del mismo mal que el operado, un familiar del sufridor del descuido y ni siquiera el propio cirujano que dejó el cuerpo extraño en el interior del enfermo. Las cosas que afectan a la justicia social o que interesan a todos no se ponen en valor porque sean señaladas desde una perspectiva u otra. La verdad (también lo dijo Machado, remate paradójico aparte) es la verdad, dígala Agamenón o su porquero. Debería ser buscada sin descanso y por todos los medios (con o sin solicitud personal o grupal del tipo que fuere) por las instancias más altas y especializadas que representan a los ciudadanos, es decir, por los ministerios y consejerías de justicia, o comoquiera que se denominen en cada convención política, histórica y geográfica.

La desventura del soldado desconocido como sanción o cierre en falso de una gran herida corta ampliamente el círculo donde se encierra y entierra el banderillero Arcollas y otros posibles proscritos sin descendientes visibles ni adscripción institucional reconocida. El legislador no tiene que ser más obtuso ni más cicatero que los demás ciudadanos. Al revés, debería ir por delante en el análisis y en la sutileza de sus mensajes. Debería ser más lúcido y generoso, más inflexible y exigente y lo más preciso que se pudiera imaginar. ¿Es posible que los hombres no sean todavía capaces de desembarazarse de la oprobiosa y estomagante gracia que dice “el que hizo la ley hizo la trampa”? Arcollas es el soldado desconocido que tiene nombre y del que se guarda singular memoria. Arcollas sería un modelo excelente si se impusiera la voluntad de mejorar el destino humano a nuestra humilde escala. Sería un gran paso adelante que, incluso sin ninguna clase de familia que lo quisiera recordar y reivindicar, podría servir no para ser dignificado (quién dice que necesiten dignificación los asesinados por el franquismo o que la perdieran por ser enterrados en noches clandestinas a campo abierto), sino para dignificar a los que lo exhumaran y averiguasen toda la miserable trama que lo llevó a la muerte y la minuciosa escena en que se ejecutó.

Por otro lado, un simple acto de piedad y otro de responsabilidad social o solidaria sugerirían atender más a Arcollas precisamente porque no tiene a nadie que de un modo afectivamente inmediato lo pueda reclamar (de Galadí y Galindo sí quedan y se han hecho presentes familiares interesados) y porque no fue un hombre muy significado ni famoso como García Lorca, cuya figura sí suscita una larga serie de reclamaciones, aparte las controvertidas razones familiares en torno. Digamos que invocar la memoria de Lorca es fácil, que se dan muchos puntos de vista desde los que aguardar la reconstrucción de la secuencia de su muerte, desde los que demandar el esclarecimiento de sus circunstancias. Lorca fue, entre otras cosas, un autor de teatro de moderada pero clara actitud pública o política, fue un verdadero poeta, aunque quizá no permanente ni sin trampa en todos sus versos, fue un vividor homosexual (dicho sea en parte por el machismo cerril de su entorno, falangista y no falangista) y un triunfador envidiable, un hijo de terrateniente que podía inspirar rencillas locales y odios, un personaje brillante por las terrazas madrileñas y los cafés granadinos, un autor celebrado en España y en América. Pero Arcollas no fue nada de eso, ni por semejantes caminos se le puede mitificar. Fue un mero peón de brega taurina, por supuesto no un “matador”, un “espada” o un “diestro”, que para colmo no dejó descendencia aparente ni siquiera colateral.

Y ya que, aunque de pasada, hablamos de dos poetas españoles, de la historia trágica de uno de ellos junto a las de un maestro y dos banderilleros, podría concluirse este apunte con lo que escribió otro poeta, en este caso el peruano César Vallejo en su poema Masa del libro España, aparta de mí este cáliz. Joaquín Arcollas Cabezas podría ser el combatiente vallejiano muerto (el soldado conocido bajo el recuerdo de muchos homenajeadores desconocidos) a quien un hombre se acerca al fin de la batalla para decirle: “No mueras, te amo tanto”. El poeta cholo añade: “Pero el cadáver, ay, siguió muriendo”. El poema continúa in crescendo en el sentido de que dos hombres más, luego veinte, cien, mil, quinientos mil, millones de individuos se acercan al soldado difunto para rogarle con distintos argumentos que regrese a la vida. Siempre el cadáver sigue muriendo, hasta que, para el buen entendedor, César Vallejo remata en la última estrofa del texto: “Entonces todos los hombres de la tierra/ le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;/ incorporóse lentamente,/ abrazó al primer hombre; echóse a andar…”

 

]]>
https://archivo.librepensamiento.org/2010/09/21/reconstruccion-de-la-infamia/feed/ 0
Reseña de "El anarquista íntegro" de Miquel Amorós https://archivo.librepensamiento.org/2010/01/21/resena-de-el-anarquista-integro-de-miquel-amoros/ https://archivo.librepensamiento.org/2010/01/21/resena-de-el-anarquista-integro-de-miquel-amoros/#respond Thu, 21 Jan 2010 12:50:13 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3541 Rafael Cid

La historiografía anarquista ha estado mucho tiempo postergada del campo académico. Por causas múltiples, entre las que destacan la doble censura del franquismo, dominante en el campo político, y del estalinismo, hegemónico culturalmente entre la oposición de izquierdas, los hechos y circunstancias del movimiento libertario durante la guerra civil fueron intencionadamente excluidos de la agenda histórica. Propagandistas franquistas como el policía honorario Eduardo Comín Colomer o el general retirado Salas Larrazabal, en el campo de los vencedores,  dejaron trabajos sobre el tema  para conjurar el peligro de las “tribus anarquistas”. En el campo de los derrotados, libros como La Guerra Civil española, del lord británico Hugh Thomas, sirvieron durante décadas como vademécum de prestigio acerca de lo acontecido entre 1913 y 1939 en la piel de toro, siempre a mayor gloria del partido comunista y de sus dirigentes, auténtico “escudo de la República”, como reivindica hoy otro historiador afín a esa escuela que se nutre mayoritariamente de fuentes comunistas para su indagación.

De ahí que durante décadas sólo los escritos históricos y las narraciones en primera persona realizados por miembros significados del anarcosindicalismo fueran las principales referencias útiles para conocer la otra cara del conflicto y, sobre todo, para descubrir que en aquel conflicto bélico hubo además un proceso revolucionario real y constante al lado mismo de los campos de batalla.  Esa otra versión de las circunstancias revolucionarias podía rastrearse en obras como el Durruti, de Abel Paz (Diego Camacho)  y la CNT en la revolución española, de José Peirats, por no hablar de las memorias de Juan García Oliver y de Cipriano Mera o de la trilogía testimonial del ex director de Castilla Libre  Eduardo de Guzmán. Hitos todos ellos del primer intento de   recuperación de la memoria libertaria.

Hablamos de un vacio historiográfico premeditado. Porque no se trató sólo de una indigencia investigadora, sino de una decida actitud para  re-escribir la historia desde el bando bifronte de los sublevados contra la legalidad constitucional y de quienes, aunque integrantes del grupo de los vencidos, necesitaban crear una mística de resistencia acorde con la estrategia que dictaba Moscú para colonizar y satelizar ideológicamente a la formaciones de izquierda durante la guerra fría. El 14 de abril de 1931, en el momento en que en España se instaura la II   Republica como consecuencia de unas elecciones municipales, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) contaba con cerca de un millón de afiliados –cifra todavía no igualada por ningún partido ni sindicato- , mientras el Partido Comunista de España (PCE) era una formación política prácticamente irrelevante.

El escritor Miquel Amorós se inscribe en esa galaxia de propagandistas por el hecho que han asumido la tarea militante de rescatar del interesado olvido la trayectoria de muchos hombres y mujeres que entendieron el proyecto anarcosindicalista  como un activo para la irrenunciable transformación social. Su obra, alejada de los cenáculos académicos y de las editoriales de postín, alcanza ya un buen cedazo de títulos, rubricados todos ellos por el propósito de primar la obra revolucionaria de la CNT-FAI, sin ocultar en esos textos un plus de vehemente  compromiso con las ideas y situaciones que refleja, que sin duda da a su producción una vis singular poco homologable con el rasero pretendidamente  objetivo predominante entre los historiadores convencionales. Textos como  Las armas de la crítica, Durruti en el laberinto, La verdadera historia de Balius y los Amigos de Durruti, de entre casi  una docena de publicaciones, proclaman bien a las claras la implicación del autor con el universo insurreccional objeto central de sus trabajos.

En este sentido, su último libro, José Pellicer. El anarquista íntegro, publicado por la editorial Virus, sin desmentir su trayectoria, es quizás uno de los trabajos más completos y documentados.  Referido, como señala el subtítulo, a la Vida y obra del fundador de la heroica Columna de Hierro (los calificativos “heroica” e “integro” son sin duda un tributo a la militancia de que siempre hace gala Amorós), es un interesante estudio sobre el anarquista valenciano José Pellicer Gandía (Grao 27-4-1912), que desarrolló toda su actividad política  de acción directa en los sectores más radicales y expuestos del movimiento libertario, grupos de autodefensa  anarquista (en Nosotros, junto con Roque Santamaría  entre otros ), FAI (delegado de la regional levantina al Pleno Peninsular de julio de 1932) y milicias confederales (Columna de Hierro y 83 Brigada Mixta).

Pellicer, como no fue infrecuente en los años veinte entre un sector de profesionales concienciados socialmente, procedía de una familia acomodada  y él mismo, contable de profesión, era una persona cultivada que hablaba varios idiomas, circunstancia que no fue obstáculo para que se posicionara desde el primer momento en el sector más activamente  anarquista del movimiento libertario. Detenido en Alicante al final de la guerra, estuvo prisionero junto al ex ministro de la CNT Juan Peiró (entregado a Franco por los nazis) y como él renunció a salvar la vida a cambio de adherirse al sindicato vertical franquista, siendo ejecutado junto a su hermano Pedro el 8 de junio de 1942.

José Pellicer. El anarquista íntegro es un sólido trabajo de investigación sobre las vicisitudes de La columna de Hierro y sus principales dinamizadores, pero resulta igualmente importante a la hora de destapar el papel reaccionario  desempeñado por la dirección del PCE y sus adláteres infiltrados en el SIM (Servicio de Información Militar), y las prácticas difamatorias y chequistas utilizadas para desprestigiar a los luchadores libertarios e imponer la militarización a las columnas anarquistas. También, como recoge Amorós en su relato, sus páginas reflejan las divergencias que minaron a los confederales a la hora de fijar una posición común ante la problemática guerra versus revolución.

]]>
https://archivo.librepensamiento.org/2010/01/21/resena-de-el-anarquista-integro-de-miquel-amoros/feed/ 0