Mujeres y feminismos – LibrePensamiento https://archivo.librepensamiento.org Pensar para ser libre Wed, 15 Sep 2021 10:39:19 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 Editorial LP 105: Sexo y poder https://archivo.librepensamiento.org/2021/07/16/editorial-lp-105-sexo-y-poder/ Fri, 16 Jul 2021 11:09:44 +0000 https://www.librepensamiento.org/?p=7416 Sexualidad y anarquismo

La sexualidad es un componente esencial del ser humano que integra tanto los aspectos, características, comportamientos y conductas puramente biológicas / naturales como las culturales, ideológicas, socio-económicas, políticas, sentimentales, emocionales, afectivas y psicológicas (normas sociales, creencias, valores morales y éticos, roles de género, identidad y orientación sexual…).

Su desarrollo, maduración y ejercicio precisan de una relación armónica entre todos esos aspectos diferentes para que la construcción de nuestra identidad, existencia y vida personal y social sea saludable, libre, autónoma y nos conduzca al placer y la felicidad.

La complejidad de la sexualidad humana, de los comportamientos sexuales, trasciende, por tanto, el mero paradigma de respuesta sexual biologicista pasando a ser una respuesta vivida y sentida desde lo cultural y social, una respuesta construida desde la diversidad y la libertad, ajena a estereotipos y dogmas.

A la vista de esta complejidad y trascendencia, no es de extrañar el enorme objeto de deseo en que se ha convertido históricamente el control de la sexualidad humana por parte del poder y sus instituciones (estado, familia, educación, sanidad, confesiones religiosas…), para, desde su conceptualización, regularización y normatividad, proceder a censurarla, castrarla, reprimirla, encauzarla, negarla, sublimarla…y así garantizar la domesticación y también la infelicidad de los seres humanos.

Milicianas del Frente Popular. Fuente PARES

Esta armonía entre lo que podríamos llamar el paradigma biologicista y el socio- cultural, de cara a comprender el funcionamiento mental humano, extensible a explicar también la construcción de la respuesta sexual, la definía Platón con clarividencia hace miles de años en la llamada Alegoría del carro alado utilizada en su diálogo Fedro. Para Platón, el equilibrio mental, la búsqueda de la verdad… (la conflictividad en el interior del alma humana) se asemeja a un auriga que conduce una carreta tirada por dos caballos, uno blanco (representa el impulso moral y positivo) y otro negro (la impulsividad irracional, pasional, instintiva), que pretenden, cada uno, dirigir la carreta en su propia dirección. El trabajo del auriga (representante de la razón) es equilibrar el impulso de ambos caballos.

De manera semejante, Sigmund Freud intentaba mostrar que el funcionamiento mental resultaba más equilibrado cuando encontramos la armonía entre el principio del placer (nuestros deseos) y el principio de realidad (los códigos morales y sociales).

Posiblemente, ambas metáforas responden a una lógica dualista, ya afortunadamente superada, en la que cuerpo y mente representan dos mundos separados con intereses contrapuestos. La realidad es que este tipo de enfoques dualistas conducen y profundizan en la polaridad, en la percepción de la realidad mediante códigos binarios (naturaleza/cultura; hombre/mujer; sexo/género; dominación/sumisión; sujeto/objeto…) que no explican la enorme diversidad de la realidad a la hora de comprender la construcción contextual de cada ser humano como un todo único y, por el contrario, pueden provocar imposiciones, enfrentamientos, violencias, desigualdades, dogmatismos.

Contrastada su enorme importancia en todos y cada uno de los planos de la vida, la sexualidad ha ocupado, históricamente, un lugar destacado en la definición y concreción del proyecto ideológico, teórico y práctico del anarquismo que se viene planteando en los últimos siglos; y lo viene haciendo, como no podía ser de otra manera, desde parámetros coherentes con su compromiso de utopía, antiautoritarismo, transgresión, subversión, transformación… de los valores éticos, morales, económicos y legales del poder (esencialmente capitalista y patriarcal).

Para Helena Andrés Granel, en su trabajo Anarquismo y sexualidad publicado en la revista Germinal, la concepción que tiene el movimiento anarquista del amor y la sexualidad es que se trata de una construcción sociocultural, histórica y política, siendo el sistema sexual parte esencial del sistema social. De esta manera, cual- quier proceso de transformación y revolución social precisa, no solo un cambio en las estructuras políticas y socio-económicas sino, paralelamente, una revolución personal que incluya la liberación sexual, la construcción de relaciones de género igualitarias y antiautoritarias, la emancipación de las mujeres, una nueva moral sexual que suplante a la burguesa

En este sentido, simplemente a título indicativo, recordar la fructífera relación que históricamente ha man- tenido el anarquismo con la sexualidad, con las respuestas sexuales, y por extensión, con el feminismo entendido en toda la amplia y compleja variedad de ámbitos que abarca (sexualidad, amor libre, género, naturismo, derechos, derechos LGTBIQ+, igualdad, control de natalidad, antipatriarcado…)

Así, Dolors Marin en sus libros Anarquismo. Una introducción y Anarquistas. Un siglo de movimiento libertario en España, describe parte de la riquísima trayectoria de experiencias y proyectos provenientes del socialismo utópico (Charles Fourier, Robert Owen, Henri de Saint-Simon, Flora Tristán…) desde finales del siglo XVIII, tanto en Europa como América, como los falansterios, comunas, colectivos, grupos de afinidad, naturalistas, ecologistas, feministas… en la que queda patente la concreción de realidades y sociedades basadas en parámetros de igual- dad plena entre hombres y mujeres, nuevas formas de vida en común sin autoridad y control del estado, crianza y escolarización de hijos e hijas en comunidad y de forma compartida, distribución del trabajo doméstico, apoyo mutuo, sostenibilidad, respeto a la diversidad, libertad, naturalismo, nudismo, el arraigo del neomaltusianismo, igualdad hombres y mujeres ligados a la igualdad social, sexualidad amorosa y gozosa, sexualidad libre de trabas morales y legales…

En España este acercamiento relacional, no fue unánime ni uniforme como nos recuerdan Laura Vicente en el capítulo El feminismo como principio de justicia en Anselmo Lorenzo del libro «En el Alba del anarquismo. Anselmo Lorenzo 1914-2014» o Carlos Taibo en su libro Repensar la anarquía. En el anarquismo español del siglo XIX emergen dos líneas de pensamiento a la hora de interpretar las relaciones hombre/mujer. Por un lado, bajo la influencia de Pierre-Joseph Proudhon, seguido por Ricardo Mella, las mujeres son concebidas esencialmente como meras reproductoras que contribuyen a la sociedad desde el trabajo doméstico en el hogar familiar o con trabajos secundarios siempre al del hombre. Por otra parte, con el auspicio de Mijail Bakunin y Anselmo Lorenzo, las mujeres ocupan un mismo plano de igualdad con el hombre, siendo esta la línea de pensamiento mayoritaria adoptada en el anarquismo español. Guillermina Rojas, Teresa Claramunt, Teresa Mañé y tantas otras mujeres representan esta línea del pensamiento feminista anarquista, que culminará en el movimiento anarquista, siempre poco reconocido, Mujeres Libres y que cuestionó con radicalidad la institución familiar y el matrimonio burgués dando paso al respeto por las relaciones libres entre personas que se aman.

De la misma manera, resaltar que entre los acuerdos sobre Comunismo Libertario (ponencia presentada por el médico Isaac Puente) del IV congreso de la CNT celebrado en Zaragoza del 1 al 10 de mayo de 1936 (posible- mente la organización anarcosindicalista más relevante e influyente de la historia moderna), encontramos un apartado referido a La familia y las relaciones sexuales en el que puede leerse: El comunismo libertario proclama el amor libre, sin más regulación que la voluntad del hombre y de la mujer

Fotografía de Kati Horna. Velez Rubio. Almería. 1937

En esta misma dirección, la primera ministra de la historia de España y una de las primeras en Europa, Federica Montseny (Ministra de Sanidad y Asistencia Social desde noviembre de 1936 a mayo de 1937), en el escaso tiempo que duró su mandato se hace eco de las demandas, discriminaciones y sufrimientos de las mujeres, aportando y promoviendo leyes que garantizaran la libertad de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo como la ley de Reforma eugénica del aborto; soluciones como los liberatorios de prostitución; jardines de infancia; mejoras en educación; ayudas para bebes; creación de parvularios; centros de planificación familiar (actualmente desaparecidos) … Todo este programa que no pudo desarrollarse cuando comenzó la influencia comunista en el gobierno y dejó de ser ministra pero sí tuvo un mayor recorrido en la Consejería de Sanidad de la Generalitat de Catalunya a cargo de Félix Martí Ibáñez,

Toda esta rica tradición anarquista y feminista es recuperada a nivel mundial con la revolución de mayo del 68, movimiento hippie, antimilitarista… teniendo claro que el movimiento anarquista y el feminista comparten planteamientos aunque no son idénticos. Mientras que determinado anarquismo considera que su revolución lleva implícita la revolución feminista, el feminismo considera que precisa su propio espacio y su revolución convirtiéndose en un movimiento político, cultural, social que desde la acción directa y en el espacio público exige la igualdad con el hombre, la reapropiación de su cuerpo como algo revolucionario y de goce…

Posiblemente sea más oportuno hablar de sexualidades en lugar de sexualidad ya que son muchas las forma de vivir y experimentar la sexualidad, dependiendo de la enorme diversidad que existe en la identidad y orientación sexual, de la misma manera que hoy se habla de feminismos, como se recoge en los artículos que componen el dossier que presentamos en este número de LP. En todo caso, el punto de partida, el eje vertebrador, la línea roja de todo tipo de sexualidades o feminismos vinculados con el anarquismo suponen el rechazo a cualquier forma de mercantilización del sexo, abuso de poder y explotación sexual. El ejercicio de esa sexualidad tiene que estar vinculado a la libertad, lejos de la comercialización porque ello conduce a la esclavitud.

La sexualidad para el anarquismo es aliada de nuestra capacidad de imaginación, fantasía, flexibilidad infinita, búsqueda, originalidad, creatividad, diversidad, de libertad y aunque hayamos desarrollado una enormidad de tipos, estilos de sexualidad… si se basan en los principios de libertad y no sometimiento a nadie ni a nada que huela a mercado o represión… son absolutamente legítimas.

Federica Montseny

Como señala Carlos Taibo en su libro Libertari@s citando a John Zerzan: la historia de la civilización es la historia de la dominación de la naturaleza y de las mujeres… La vida, vivida como placer, conocimiento y plenitud dejó paso al actual oscurantismo, jerarquización, sentimiento de superioridad de la especie humana sobre el resto de seres vivos y sobre la naturaleza que harán que la vida sea imposible en el plantea Tierra.

La civilización nos la han vendido como un éxito frente al salvajismo primitivo pero, sin duda, se trata de un camino de renuncia a vivir en armonía con la naturaleza, a nuestro derecho a una vivencia personal de la sexualidad, a la negación de nuestros deseos, a la renuncia de nuestro cuerpo. El ser humano tiene derecho a dejar fluir sus impulsos, su sexualidad, su espontaneidad a la hora de experimentar el placer… en un contexto de libertad, de apoyo mutuo, igualdad y respeto a la diversidad.

El amor libre forma parte de la propuesta tradicional anarquista, es coherente con la expresión de una sociedad antiautoritaria y antirrepresiva y, esencialmente, representa que la relación amorosa, afectiva, sexual entre personas no debe estar mediatizada ni regulada por las leyes del estado ni las de la iglesia sino que es una relación privada y en libertad entre personas que se aman y así lo han decidido. En el amor libre no existe la esclavitud sexual o el sometimiento de la mujer sino el reconocimiento del derecho de las personas a sentir placer y felicidad. El amor libre representa la opción de amar a quien se quiera en condiciones de igualdad, sin imposiciones económicas, patriarcales, legales o morales.

El amor libre es la ejemplificación del principio anarquista de que los medios son los fines, de que la libertad sexual como el anarquismo se pueden vivir hoy y ahora.

Ahora que asistimos a un rebrote mundial del populismo, de las teorías negacionistas sobre la violencia de género, los derechos de la mujer, los derechos del movimiento LGTBIQ+…, es más necesario que nunca explicitar, divulgar, vivir las propuestas de libertad y diversidad del anarquismo. Generemos relaciones humanas basadas en una sexualidad libre ajenas a cualquier sistema de explotación y esclavitud.

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No hay una en cien https://archivo.librepensamiento.org/2021/03/05/no-hay-una-en-cien/ https://archivo.librepensamiento.org/2021/03/05/no-hay-una-en-cien/#respond Fri, 05 Mar 2021 10:47:55 +0000 https://librepensamiento.org/?p=4807 Marianne Enckell
Traductora: Alín Salom

En febrero de 1999, las mujeres libertarias de América latina habían organizado una reunión en Montevideo. El último día fueron al centro ciudad, vestidas totalmente de negro según la moda impuesta por los talibanes, para rendir homenaje a la resistencia de las mujeres en otras partes del mundo y protestar contra la opresión de las mujeres afganas. Los que pasaban por allí se detuvieron; entonces, sin dudar, se desvistieron y terminaron su manifestación, desnudas como el día en que nacieron. ¡Hace falta atreverse!

Hace algunos años el CIRA, Centro Internacional de Investigaciones sobre el Anarquismo en Lausana, montó una exposición sobre unas veinticinco mujeres anarquistas cuyos escritos conserva. Desde entonces, hemos localizado por lo menos unas sesenta mujeres autoras, algunas de ellas feministas, otras no. Les doy la palabra; ellas hablan mejor de lo que podría hacerlo yo. No hay una sobre cien… y sin embargo existen las mujeres anarquistas (como podía haberlo cantado Léo Ferré) y son muchas más que las presentadas aquí. ¡Nuestras abuelas no solo son Louise y Emma!
«Nada me es más odioso, más indignante que una mujer que responde cuando se le habla de feminismo: “El feminismo no me interesa, no lo necesito”». (Nelly Roussel, Palabras de combate y esperanza, 1919)

Nelly Roussel
Rirette Maitrejean

En la Argentina del final del siglo XIX un fuerte crecimiento económico y la afluencia de inmigrantes de Europa favorecen el nacimiento de un movimiento obrero militante y radical. Los anarquistas constituyen una parte esencial del movimiento y publican una veintena de diarios en español, en francés y en italiano. La Voz de la Mujer, publicado en Buenos Aires, en 1896, con una tirada de 1000 o 2000 ejemplares y distribuido de manera semiclandestina en las ciudades principales del país, critica con ferocidad a los compañeros y su «feminismo» hipócrita. «¡Ni dios, ni amo, ni marido!», claman las redactoras, Pepita Gherra, Luisa Violeta, Virginia Bolten («la Michel rosarina»), Teresa Marchisio. Militando a favor del amor libre y el comunismo anarquista, arremeten contra la Iglesia y los curas, alientan al boicot y la acción directa.

«¡Compañeros y compañeras, salud! Hartas de  llantos y miserias, hartas del aspecto lamentable que ofrecen permanentemente nuestros pobres hijos, niños de nuestro corazón, hartas de reclamar y suplicar, ser el juguete del capricho de nuestros infames explotadores o malvados esposos, hemos decidido alzar la voz en el concierto social y exigir, sí, exigir, nuestra parte de placer en el banquete de la vida». (La Voz de la Mujer, Buenos Aires 1896, reed. 1997)

Su cólera seguramente no se apagó con el cese del diario por razones financieras. Habían sido probablemente influenciadas por las españolas Soledad Gustavo y Teresa Claramunt, por las francesas Flora Tristan o Marguerite Durand. No obstante, es probablemente el primer diario de mujeres anarquistas.

Hubo varios diarios más a continuación. Citemos L’exploitée [La explotada], en Lausana, 1907-1908, de Margarethe Faas-Hardegger; Tian Yi Bao [Justicia natural en chino], en Tokio, 1907, de He Zhen y su compañero; Seiko [Literatas], en Japón, hacia 1920, de Noe Ito; luego evidentemente Mujeres libres, en España, desde 1936.

Pero las mujeres han sido también activas dentro del movimiento anarquista cuando se han sentido suficientemente autónomas para apoyar a los hombres. Lo cual no era tan fácil, como atestigua Rirette Maitrejean:

«Debía tomar una etiqueta. ¿Sería individualista o comunista? No tenía elección. Entre los comunistas la mujer queda reducida a tal papel, que jamás se habla con ella, ni siquiera antes. Es verdad que entre los individualistas, lo que ocurre no es muy diferente.

Preferí no obstante el individualismo. No diría lo mismo del ilegalismo. Encuentro que los riesgos que se corren no están en proporción a las ventajas». (Rirette Maitrejean, Souvenirs d’anarchie [Recuerdos de anarquía], 1913, reeditado en ediciones La Digitale, 2005)

Huelga de las costureras y tejedoras. Belle epoque mujeres anarquistas

La condición femenina

Una de las primeras preocupaciones de las mujeres anarquistas, tanto cuando escriben en diarios o panfletos como en cartas, es, por supuesto, la condición de las mujeres en su sociedad y su época. Solo citaré a dos de ellas, una sueca y una española. Moa Martinsson, colaboradora del diario sindicalista sueco Arbetaren, escribe a Elise Ottesen Jensen, hacia 1923:

«Intenta imaginar la vida que llevamos, mujeres de obreros perdidos en una provincia lejana. Jamás una ocasión de escuchar buena música, ni asistir a una exposición instructiva, útil para las mujeres. La vida cotidiana es: comida, ropa, remiendo, huerta y cerdo; apenas sabemos si la Tierra es redonda o cuadrada… Cuando nuestros hijos ven que ignoramos todo lo que no sea el hogar, comienzan a mezclar un poco de desprecio con su afecto. Y esta superioridad se vuelve a encontrar cuando se casan y ella intenta saber un poco qué ocurre en el mundo». (Citado en Arbetaren, en fri tidning, Estocolmo, 1980)

Y una de las fundadoras de Mujeres Libres, Lucía Sánchez Saornil, intervenía del modo siguiente, en 1935, en Solidaridad Obrera:

«Ya no se discute como en el siglo pasado para saber si la mujer es superior o inferior: se afirma que es diferente. Ya no se trata de un cerebro de un peso o un volumen más o menos grande, sino de pequeños cuerpos esponjosos que imprimen un carácter particular al ser, determinando su sexo y por ende sus actividades sociales. Si bien nada tengo que objetar a esta teoría desde el punto de vista fisiológico, sí tengo mucho que decir en cuanto a las conclusiones que se pretende deducir de ella. ¿La mujer es diferente? De acuerdo. Tal vez esta diversidad no se deba tanto a la naturaleza como al medio en el cual ella ha evolucionado. […]  Se considera a la mujer actual como una especie acabada, sin tener en cuenta el hecho de que no es más que el producto de un medio continuamente coercitivo y que si las condiciones primarias fueran restablecidas, es casi seguro que la especie se modificaría ostensiblemente, dejando en ridículo las teorías de una ciencia que pretende definirla. […]  Dándole un valor pasivo, desdeñáis a la mujer como valor determinante en la sociedad. Despreciáis la aportación directa de una mujer inteligente, en favor de un hijo tal vez inepto. Repito, hay que devolver a las cosas su verdadero sentido. Que las mujeres sean mujeres antes que nada: solo si ellas son mujeres tendréis las mujeres que necesitáis». (“La cuestión femenina en nuestros medios”, Solidaridad Obrera, 1935)

Organizar a las mujeres

Para encontrar una salida, es necesario que las mujeres se organicen. Hay varias maneras de hacerlo. Hay en primer lugar el viejo método de Lisístrata, la huelga de la cama. Madeleine Vernet lo propone en 1905 con énfasis:

«No, no queremos más amos ni esclavos, han declarado antaño los campesinos rebeldes. ¡Pues, bien, Mujer, te toca! Clama tus voluntades, reivindica tus derechos y rompe tus trabas. Hermanas orgullosas te han mostrado ya el camino; sigue sus pasos por los senderos de la cólera y el odio, porque el amor no es posible donde hay cadenas. Abandonemos el amor, ¡oh, hermanas!, hasta el día siguiente y sigamos con orgullo la Rebelión intrépida. Hacia el cielo fulgurante, hacia el horizonte bermejo, ¡conquista tu parte de aire puro y de sol! ¡Oh, mujer! ¡Deja caer tu carga, cariátide!». (Cariátides, 1905)

Otra pionera de la contracepción y la libertad de las mujeres de disponer de su cuerpo, Margaret Sanger, publicó en Nueva York, en 1914, un pequeño periódico, The Woman Rebel [La rebelde mujer, reeditado en 1976], que fue embargado en casi cada número:

«Las mujeres rebeldes reclaman:
el derecho a la pereza,
el derecho a ser madre soltera,
el derecho de destruir
el derecho de crear,
el derecho de amar,
el derecho de vivir».

La explotada de Margarethe Faas-Hardegger es el primer diario que se dirige a las mujeres sindicalistas, tanto sobre cuestiones propiamente femeninas (explotación, acoso, contracepción) como para invitarles a celebrar el Primero de Mayo:

«Venga, mujeres que trabajáis en las fábricas, los talleres y las casas: ¡tomad un día de libertad! ¡Cesad de trabajar!… Salgamos hoy de todas las casas que nos asfixian: de la fábrica ruidosa, del taller lleno de polvo, del domicilio con techo oblicuo, salgamos todas! Cojamos a nuestros niños por la mano y vayamos a sentarnos en praderas verdes, en las orillas de los bosques. Y en común con los camaradas que piensan como nosotras y que desean lo que deseamos, ¡celebremos la jornada proletaria!» (Berna, 1907-1908, reeditado en Noir, 1977)

He Zhen fue redactora de uno de los primeros diarios anarquistas chinos, Justicia natural, publicado en el exilio, en Tokio, en 1907:

«La mayoría de las mujeres están ya oprimidas por el gobierno y por los hombres. El sistema electoral aumenta su opresión agregándole un tercer grupo dominante: las mujeres de la élite… Cuando algunas mujeres en el poder dominan a la mayoría de las mujeres sin poder, eso produce desigualdades de clase entre las mujeres. Si la mayoría de las mujeres no quieren ser controladas por hombres ¿por qué iban a querer ser controladas por mujeres? En lugar de competir con los hombres por el poder, las mujeres deberían derribar la dominación de los hombres, los cuales llegarían a ser entonces iguales a las mujeres. Ya no habría ni mujeres sometidas ni hombres sometidos. Esta es la liberación de las mujeres». (Citado en Robert Graham, Anarchism, a documentary history, Montreal 2005)

El 8 de marzo es el 1 de mayo de las mujeres, aunque la moda actual sea hacer de él una jornada ecuménica. Mensaje de radio de los marineros de la ciudad sublevada de Kronstadt, el 8 de marzo de 1921:

«Hoy todo el mundo está de fiesta. Es la Jornada de las Trabajadoras. Bajo el trueno de los cañones, nosotros, los de Kronstadt, enviamos nuestro saludo fraterno a las obreras del mundo entero. ¡Escuchad todos, los de lejos y los de cerca! Entended que vuestra libertad también está en juego en la lucha sostenida en Kronstadt. Ojalá podáis conquistar pronto la emancipación social de toda forma de violencia y opresión. En 1917 creímos que la habíamos obtenido. Fue un error. Pero tanto para vosotros como para nosotros, no es demasiado tarde aún. Aquí, nuestras obreras, nuestras mujeres están amenazadas. No olvidéis que estáis en comunión con nosotros, unidos por el destino. ¡Viva la revolución social en el mundo entero! ¡Os enviamos nuestro saludo, libres trabajadoras revolucionarias!» (Janis Bogdanow, Ceux de Kronstadt, traducido del alemán, ed. Gallimard, 1962)

En Alemania existió de 1921 a 1930 una alianza femenina (Syndikalistische Frauenbund) en el seno de la organización sindicalista revolucionaria Freie Arbeiter-Union Deutschlands, que iba dirigida esencialmente a las «amas de casa», ignoradas por los sindicatos.

«Los diez mandamientos de la sindicalista:

Instrúyete en todos los dominios del conocimiento. Saber es poder.

Lee atentamente tu diario Frauen-Bund y todos nuestros buenos libros y panfletos.

Rechaza dar tu voz en las elecciones.

Sal de la iglesia. Saca a tus hijos de la instrucción religiosa: la Iglesia sirve a los ricos y los poderosos.

Vive de manera socialista en casa: en la igualdad, la libertad y el amor con tu hombre y tus hijos.

Cría a tus hijos como seres libres, en el espíritu de las ciencias naturales.

Practica la ayuda mutua con tus vecinos y en la comunidad.

Participa en todas las tareas de la Alianza femenina

Sostén todas las luchas de tus camaradas proletarios por el progreso y la libertad.

Recluta sin cesar y en todas partes nuevas militantes para la Alianza femenina sindicalista».

Margaret Sanger

En La Paz, en Bolivia, en el seno de la Federación obrera local, fuertemente influida por el anarquismo, se organizaron en la década de 1920 sindicatos de floristas, de amas de casa, de vendedoras del mercado. Catalina Mendoza y Petronilla Infantes cuentan sesenta años más tarde:

«¡Qué maravilla aquella época! La organización estaba aquí, allá, por todas partes. El primero de mayo había que ver cómo salíamos las mujeres, reunidas por lugar de trabajo, por federación […]. Estábamos con los amigos, las mujeres estaban organizadas por su lado y los hombres también, en sindicatos enteramente de hombres, los mecánicos, los sastres… y nos manifestábamos juntos. ¡Ah, qué maravilla era!

Primero debíamos ser nosotras mismas, sin discriminación. Por eso nos respetábamos los unos a los otros, entre compañeros y compañeras, y también las amigas con sus esposos. No se peleaban como pasaba en otros hogares donde se dan golpes, donde la mujer araña, lanza botellas; no conocíamos eso… El sindicato era libre, con los anarquistas y los anarcosindicalistas. Quiere decir que queríamos ser libres, controlar nuestro modo de vida, tener libertad de voz. Nos habíamos organizado de tal modo que nadie nos dirigía ni nos decía a dónde ir». (Zulema Lehm A. y Silvia Rivera C., Los artesanos libertarios y la ética del trabajo, La Paz 1998.)

La pareja, el sexo

Existe un cierto número de textos de hombres anarquistas sobre el amor libre; pero no es sorprendente que las mujeres anarquistas hablen abiertamente de la vida de pareja y de familia, de pasiones y problemas, de la prostitución, el cuerpo y el sexo.

«La condición sexual es mil veces más importante para nosotras que cualquier otra condición, a causa de la prohibición a la que está sometida, a causa de su papel directo en nuestra vida cotidiana, a causa de su prodigioso misterio y de las consecuencias temibles que causa el desconocimiento que padecemos». (Voltairine de Cleyre, hacia 1900, en Selected Works, Nueva York 1914).

La vida de pareja no es fácil, estima Madeleine Pelletier:

«La pareja no está compuesta por un amo y su sirviente, sino dos camaradas unidos por el lazo del amor. No dudo de que sean necesarios muchos años para que los hombres pierdan la costumbre de hacerse servir por su mujer. Las mujeres acelerarán esta evolución desarrollando en sí mismas el sentimiento de su dignidad y su valor personal». (El amor y la maternidad, París, 1923)

De ello testimonia fríamente Catherine Brechko, hablando de la Rusia de 1871 (Hidden Springs of the Russian Revolution, Stanford, 1931):

Tenía veintiséis años y teníamos, mi marido y yo, la vida delante de nosotros. Quise hablarle con franqueza. Le pregunté si estaba dispuesto a soportar el exilio o la muerte para la causa de la libertad. Dijo que no. Entonces lo abandoné.

El principio, o la elección del amor libre, es teorizado por escasas mujeres, principalmente por Madeleine Vernet que libra una guerra contra el matrimonio y la prostitución, puesta en práctica por muchas personas. En un texto recientemente reeditado (“El amor libre”, La Question sociale 7, Bogny 1997), una vieja dama, Madeleine Després, declara simplemente y honestamente, hacia 1908:

Madeleine Pelletier (1910). Agence Rol

He practicado la libertad en el amor sin ostentación, pero sin hipocresía; jamás he querido ligarme definitivamente a un compañero, más por temperamento, imagino, que por convicción. He cohabitado algunas veces con el hombre que había elegido como compañero… He preferido a menudo conservar mi casa, ser libre de recibir a quien me gustaba… Nunca he aceptado que me cortejaran sin plantear la cuestión previa de la salvaguarda de mi libertad.

Pero hay también en la historia del anarquismo parejas aparentemente logradas: Lucy y Albert Parsons, Milly Wittkop con Rudolf Rocker, Mollie Steimer y Senya Flechine, Ida Mett con Lazarévitch, Lola Iturbe y Juanel, Marie Equi y Harriet Speckart, Clara y Paul Thalmann. Los hay también en la redacción y probablemente entre las lectoras y los lectores de esta revista…

La brasileña Maria Lacerda de Moura dedica su obra militante y provocadora “a [su] Carlos:

A mi Carlos que supo comprender la grandeza de mi idealismo de pensadora impenitente; a él que merece mi profundo agradecimiento por el modo en que renunció a los prejuicios para que tuviéramos una vida conyugal sin vulgaridad; por su devoción y su lealtad excepcionales. A mi gran amigo, el beso más afectuoso y más fraternal. Nuestra vida es el mejor ejemplo de que la ver

dadera emancipación femenina no consiste en la destrucción del hogar, sino al contrario: cuando hombres y mujeres se vuelven dignos los unos de los otros, por superioridad moral, cuando se elevan a la altura de un gran amor que exalta y purifica, comprendiendo el significado de la existencia, entonces llegan a saber por qué los precursores se sacrificaron por una idea. (Maria Lacerda de Moura, A mulher e uma degenerada, 1924.)

Saludemos también a las mujeres mudas, las que no tienen más que la mitad de una memoria, porque han pasado la mitad de su tiempo en la cocina, mientras sus compañeros discutían, como me contó Esther Dolgoff, como lo viví en casa de Coucou Bösiger, memorias de sus hombres, madres nodrizas, mujeres en la sombra que no han reivindicado otro lugar.

Mujeres no “femeninas”

Algunas mujeres se han encontrado ante la elección entre militar o vivir una vida de pareja, de familia. Louise Michel, por ejemplo, dijo:
Si la igualdad de sexos se afianzara, se abriría una buena brecha en la estupidez humana.

Reconocía también que:

Hace mucho que he sacrificado mi persona y que el nivel ha superado lo que puede serme agradable o desagradable. No veo más que la Revolución… A ella le serviré siempre; a ella le saludo…
En cuanto a la italiana Nella Giacomelli, escribe a un amigo en 1906:

La cuestión social me ocupa mucho. Me apasiona, por lo menos mi mejor lado. Refractaria al amor, desconfiada respecto a los hombres, sin curiosidad por la vida que se me ha revelado demasiado triste e injusta como para apreciarla, he comprometido toda la energía de mi alma y de mi inteligencia en la propaganda de las ideas socialistas (carta a Jacques Gross, CIRA).

Finalmente Milli Steimer dice:

A la realización de esta idea dedico toda mi energía y ofrecería mi vida si fuera necesario (Toda una vida de lucha, México, 1980).
Educación

¿A qué dedican, pues, tanta energía, tanta inteligencia? A menudo a la educación y la propaganda. Al final del siglo XIX, las jóvenes hermanas inglesas Olivia y Helen Rossetti defienden una educación: que enseñe a los oprimidos a comprender bien de dónde viene el mal y cuáles son sus derechos y sus deberes. La revolución social deberá ser internacional para abolir todo odio mezquino y todo orgullo nacional indebido (citado por Hermia Oliver, The International Anarchist movement in late Victorian London, Nueva York, 1983).

Emilie Lamotte, institutriz, propagandista de la contracepción, conferenciante incansable vivió y enseñó en la Colonia libertaria de Saint-Germain entre 1906 y 1908:

En la escuela primaria, se trata de fabricar esclavos perfeccionados  –es imposible negarlo–. […] Si en lugar de considerar al niño, al cual debemos infundir la ciencia que conocemos y que verifican los diplomas, lo consideráramos valientemente como un genio al que debemos suministrar la materia de sus descubrimientos y los instrumentos de sus experimentos, el resultado sería una cosecha de genios (La educación racional de la infancia, 1912).

Etta Federn, una veterana del Syndikalistische Frauenbund alemán, emigrada a España, estima (Mujeres de las revoluciones, Barcelona, 1938) que hay que emprender desde hoy la tarea de educar a los niños en la libertad, lejos de todo miedo y toda ansiedad.

Padres, si estáis a favor de la Revolución y el espíritu libertario, desterrad los temores, los castigos, las amenazas lejos de vuestros hogares y de la educación. Haced de vuestros hijos seres de valor, libres y sin temor.

Maria Rygier critica, sin embargo, las escuelas Ferrer por su angelismo:

Lo que le falta a nuestro proletariado no es el deseo de un mundo mejor, sino solamente la fe en la posibilidad de su realización. Si falta la fe, es porque falta audacia para la lucha por la conquista de ese mundo tan deseado. Ahora bien, la lucha se nutre de violencia, de odio, se apoya en los instintos primitivos del género humano, forjados por un pasado cruel, rojo de sangre… ¿Pueden las escuelas modernas ser las instigadoras del odio revolucionario sagrado que derriba para construir? No, ¡cien veces no! (“A proposito di scuole moderne”, Il Pensiero, Roma, 1910).

Acción directa

En efecto, escribe Lucy Parsons en 1905:

La caridad no puede liberar al pueblo. Debe hacerlo él mismo. Del mismo modo que un pequeño grupo de revolucionarios aislados no puede actuar en nombre de las masas. El que quiere ser libre debe golpear él mismo. […] Mi concepción de la huelga del futuro no es hacer huelga y seguir muriéndose de hambre, sino hacer huelga y tomar posesión de la producción (citado por Carolyn Ashbaugh, Lucy Parsons, an American revolutionary, Chicago, 1976).

Algunas mujeres no temen, pues, la acción directa; la aman de verdad tal vez, como ocurre con muchos compañeros, amantes apasionados de la libertad y de la revolución. Mother Jones cuenta hacia 1930, a la edad de cien años, su vida de llagas y chichones, organizando a los mineros y los obreros agrícolas de los Estados Unidos (Autobiography, Chicago, 1976). He aquí un breve extracto:

Entonces organicé un ejército de amas de casa. En el día fijado, debían salir de sus casas, con sus escobas y sus cubos de agua, para echar a los rompedores de huelga. Una irlandesa tomó el mando de ese “ejército”. Golpeaba con un martillo una sartén de freír y daba miedo a las mulas que llegaban con los esquiroles y el carbón. El sheriff intentó calmarla y ella le dio en la cabeza con una cacerola. Todo su ejército comenzó a chillar. El sheriff se cayó en el arroyo, las mulas entraron en pánico y los esquiroles huyeron…

May Picqueray asiste a una conferencia de Sébastien Faure, hacia 1920 (May la Réfractaire, París, 1979, reed. 2003):
Nos dimos rápidamente cuenta que elementos perturbadores se habían infiltrado en nuestras hileras y que no tardarían en manifestarse. Cerca de mí un muchacho robusto llenaba su gorro con papel, lo cual hacía presagiar una pelea. Lo estuve observando. Había metido bajo la manga de mi chaqueta una pequeña matraca de caucho, que llegaba hasta mi muñeca derecha. Un camarada me la había regalado para defenderme en caso necesario.

De repente, una lluvia de pernos golpearon los espejos que adornaban la sala y brotaron chillidos de todas partes. Mi vecino se vaciaba los bolsillos con perseverancia. Me subí a mi silla para alcanzarlo (era grande y yo mido 1,55). Logré darle un golpe de matraca en la nariz para calmarlo.

Le debí hacer mucho daño, porque cesó su maniobra e intentó dirigirse hacia la salida. Sus amigos hicieron lo mismo, habiendo cumplido con su “misión”. Pero los anarcos no son mancos: muchachos rudos los pillaron a la salida y les metieron una paliza en proporción con la suma de los perjuicios que debíamos pagar de nuestro bolsillo, por solidaridad con el organizador.

Emma Goldman
May Harris, “Mother Jones”
Irine de Cleyre

Así fue mi bautizo de fuego. No estaba aún admitida entre los anarcos. Esta pelea hizo que me decidiera.
Elizabeth Gurley Flynn, la que canta Joe Hill (The Rebel Girl, Autobiograhpy, Nueva York, 1955), ha permanecido en la memoria como una oradora legendaria. Pero sus principios no habían sido fáciles:

Cuando llegué a Spokane en diciembre de 1909, el comité compuesto únicamente de hombres quedó desconcertado al enterarse que estaba embarazada. […] En aquel entonces, las mujeres embarazadas solían esconderse. “No es bonito de ver. Y además ¡Gurley tendrá el bebé sobre el podio, como no tenga cuidado!”, decían. Un buen día, de camino hacia los locales de los IWW fui detenida, acusada de “conspiración por incitar a los hombres a violar las leyes” y fui encerrada en la prisión local. Pasé la noche sola y no fui puesta en libertad bajo palabra hasta el día siguiente.

Las brutalidades policiales en Spokane eran tan frecuentes que mis camaradas se inquietaron por mí. Asesté entonces un golpe a las autoridades describiendo, en el número siguiente del Industrial Worker, mi experiencia de una noche de prisión. Toda la tirada del diario fue confiscada. Conté mi historia en el Club de las mujeres local y exigieron que nombraran una gobernanta en la prisión.

En 1945, Marie-Louise Berneri cuenta a su compañero que está en aquel entonces en prisión:

Lunes por la mañana fuimos a un mitin al aire libre y me persuadieron para que tomara la palabra. Sabes que jamás había hablado al aire libre y fue más bien raro. Cuando pienso en ello, me pregunto aún cómo pude subirme sobre aquella pequeña silla y hacer un discurso. Todos me dijeron que me las arreglé muy bien, pero los camaradas son tan amables que no sé si hay algo de verdad en ello. Pero me pidieron que hablase en otra manifestación al día siguiente, y yo, buena niña, fui. La única cosa agradable, respecto a estos discursos, es que uno se siente muy aliviado cuando acaba… (carta a Vernon Richards, en Marie Louise Berneri, A Tribute, Londres, 1949).

(¿Y Emma Goldman?, diréis. Pobre Emma, explotada como madre de todas las anarcofeministas, como prototipo de la anarquista liberada, de la amante y la propagandista, hasta el punto de que algunas autoras hacen todo lo posible para buscar pelea con ella, intentan encontrarla insoportable… ¿Supo vivir felizmente sus amores y su militancia? Es lo que le deseo a todas y a todos.)

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Las mujeres en el sector de la limpieza https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/las-mujeres-en-el-sector-de-la-limpieza/ https://archivo.librepensamiento.org/2013/06/21/las-mujeres-en-el-sector-de-la-limpieza/#respond Fri, 21 Jun 2013 13:00:15 +0000 https://librepensamiento.org/?p=4124 Normal 0 false false false EN-US X-NONE X-NONE MicrosoftInternetExplorer4

72Reproducimos por su interés la entrevista de Autre futur a Etienne Deschamps, abogada del sindicato de limpieza CNT-SO, parte del documento que sobre el papel de las mujeres en el sector de la limpieza y hostelería-restauración en la región parisina ha sido elaborado por Fabien Delmotte (http://www.autrefutur.net/Les-femmes-dans-le-nettoyage-et-l)

Muchas de las cuestiones planteadas transcienden el marco francés y son una realidad en el sector de la limpieza en nuestro país. Temas como la precarización, la contratación temporal, los horarios “extravagantes”, las incompatibilidades entre trabajo y vida personal, la externalización de los servicios de limpieza en centros públicos, las estructuras cuasi-mafiosas del sector empresarial de la limpieza aparecen en la entrevista con Etienne Deschamps y abren la necesidad del debate sobre cómo organizarse en estas nuevas condiciones de trabajo en un sector con una débil presencia sindical.

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Autre Futur: Según tu experiencia, ¿cuál es la distribución hombres/mujeres en el sector de la limpieza en la región de Paris?

Etienne Deschamps: En los transportes (SNCF, RATP) la proporción es muy similar pero en el caso de las contratas de limpieza en el sector de la hostelería, el perfil de género de l@s trabajadores es de un 98% de mujeres.

AF: ¿Puedes precisar con detalle el tema  de la precariedad en el sector de la limpieza, los modelos de contratos, la jornada y la manera en que estas condiciones laborales afectan a las mujeres?

ED: La mayoría de los contratos son a tiempo parcial, con horarios de trabajo muy particulares. En general, se comienza el trabajo a primera hora de la mañana, entre las 6 y las 9 y por la tarde entre las 5 y las 9. Son habituales los contratos de 65 horas por mes, pese a lo cual muchas trabajadoras tienen horario de mañana y tarde.  Esto tiene una repercusión importante en los derechos sociales de las mujeres en relación con las prestaciones por maternidad, dado que es necesario justificar al menos 200 horas por trimestre. Un día una mujer me dijo “Estoy cuidando de  mi tercer hijo y no entiendo por qué razón no percibo ninguna indemnización de la Seguridad Social”. Eso pese a estar empleada en su empresa con un contrato regularizado desde hacía 5-6 años. Pueden trabajar desde hace diez años o tener diez hijos y no cobrar ninguna indemnización. Esto ocurre, al menos, a varios centenares de miles de trabajadoras, que representan un 30 o 40% de las mujeres del sector de limpieza. El sindicato CNT –SO reivindica contratos de al menos 200 horas al trimestre o eliminar este condicionamiento. La solución de este problema se puede abordar bien a través de la supresión de esta limitación  en  los convenios colectivos o por parte de la Seguridad Social. Pero como sindicato estamos aislados de cara a introducir estos cambios y nuestras esperanzas son  muy escasas. Queremos retomar el tema con un dossier remitido a la Ministra de Asuntos Sociales  y Sanidad tras cuatro años de ausencia de respuesta por parte del Ministerio de Trabajo. Se alega que existe discriminación y que los servicios debían examinar la situación y darle una solución.  Pero volveremos a la carga. Estas mujeres reciben un salario entre 400 y 500 euros y da la impresión que muchos empresarios consideran que estas prestaciones son solo un complemento al salario del marido.

74La empresa tiende a modificar las condiciones de trabajo y hace imposible compatibilizar la vida profesional y la familiar. Una joven madre de familia, con un bebé de meses, que debe irse de casa a las 6 de la mañana y volver a las 10 de la mañana y reanudar su trabajo por la tarde, se encuentra imposibilitada para atender a su hijo. Esto le puede costar más caro pues ella  vuelve a casa en horas en las que se atiende a los niños en las guarderías y es complicado encontrar una cuidadora compatible con ritmos de trabajo que cambian frecuentemnte. Hoy me he reunido con una trabajadora que ha conseguido un permiso de maternidad, sin compatibilizarlo con un permiso parental, que puede ser de dos años y nueve meses. Trabajaba en el sector hospitalario, una semana de lunes a viernes, otra de martes a domingo… asunto inmanejable.

La otra incidencia de estas condiciones de trabajo radica en que  los hijos no  están en horario escolar y sin embargo los padres están trabajando. Además el discurso institucional es culpabilizador, achacando a las familias  una mala atención a los hijos. Pero cuando los dos padres trabajan en el sector de la limpieza, lo que es un caso habitual en la región parisina, se encuentran familias estigmatizadas pues no se ocupan de sus hijos fuera del horario escolar y reciben reproches por no involucrarse en actividades como reuniones de padres convocadas por las direcciones de los centros escolares. ¿Os podéis imaginar el sinsentido de convocatorias a los padres de alumnos a las 5 de la tarde por parte de los profesores y las repercusiones que tiene en el tiempo de trabajo? La institución escolar no ha adaptado su funcionamiento a estas nuevas formas de trabajo y a la precarización del mismo.

La otra forma de precariedad, que afecta a muchas mujeres,  son los CDD (contratos de duración determinada). Veo a mujeres con  CDD desde hace unos cinco años. En estos casos, es muy duro poner en marcha procesos de recualificación pues la trabajadora  tiene miedo a perder el trabajo. Desde el momento que se solicita una recualificación la consecuencia inmediata puede ser un despido a la carta o una no-renovación de los CDD. Muchas mujeres están solas con su hijo y dudan en implicarse en una acción de este tipo.

La acción colectiva es complicada. La dificultad del sector de la limpieza radica en que las asalariadas trabajan para un mismo empresario en diferentes lugares. No es lo mismo que en Renault donde 1500 trabajadores tienen su puesto de trabajo en un lugar prefijado sin movilidad geográfica durante sus horas laborales. En el sector de la limpieza tienes empresas con entre 3 y 6 trabajadoras, salvo en grandes centros hospitalarios, de transporte u hostelería donde el número varía ostensiblemente. En el hospital Pitié-Salpetrière hay  5 ó 6 empresas implicadas, con un número de trabajadoras entre 600 y 700. En el hospital Lariboisière hay un centenar de trabajadoras mientras que en Bichat son unas 79. Pero,  independientemente de las dimensiones del centro, los contratos son a tiempo parcial en todos ellos y se evita el contrato a tiempo completo que facilitaría sustancialmente la vida de los trabajadores.

Se tienen casos de trabajar por la mañana con un empresario y por la tarde con otro. El de la mañana dice “trabajaréis conmigo hasta la hora que empecéis vuestro horario de tarde con la otra empresa” con lo que la posibilidad  de compatibilizarlos es casi nula. En una segunda muestra, con motivo del anexo 7 del convenio colectivo, una disposición específica  prevé que cuando uno está en un lugar de trabajo y cambia la empresa concesionaria,  se debe preservar el puesto de trabajo. Dado que el nuevo concesionario ha pactado un precio menor, tratará por todos los medios de reducir o mover a otro puesto a la plantilla, independientemente de que el trabajador tenga otro trabajo en otra empresa. Tratará de imponer un horario que provoque el rechazo del trabajador y dé motivo para un despido por incumplimiento del contrato de trabajo. La situación va empeorando paulatinamente.  He atendido a una trabajadora que trabaja de 9 a 13 en el museo del Quai Branly. Una parte de la contrata ha sido transferida a otra empresa independientemente de que ambas trabajen en el mismo lugar. Se le ha dicho que de ahora en adelante tiene que trabajar una hora para nuestra empresa y el resto del contrato se transfiere a la otra empresa. Pero no tiene tiempo para cambiar de vestimenta (con el nombre de la otra empresa) y de golpe se le dice que vaya a trabajar en  Petaouchnok, lo que se traduce en que tenía su prestación en un turno y se encuentra con una prestación en tres turnos: a primera hora de la mañana, a mediodía y a última hora de la tarde. Un auténtico “regalo” para el desarrollo de una vida familiar digna.

Por otra parte, el convenio colectivo prevé que cuando tienes varios lugares de trabajo, sobre todo en el caso de los inmuebles (una hora como mucho en cada uno de ellos) y tienes ocho horas de trabajo en siete inmuebles con media hora de desplazamiento entre cada uno de ellos,  es fácil imaginar cómo se amplía la jornada de trabajo. En principio, se contempla que el desplazamiento es contabilizado como tiempo de trabajo pero esto no se aplica nunca de modo espontáneo. Cuando se denuncia este hecho, que representa de 4.000 a 5.000 euros (2 horas diarias durante 5 años), la respuesta del empresario es el despido, dado que el principio de beneficio está por encima de otras consideraciones.

73Muchas de las trabajadoras de la limpieza viven en el extrarradio de Paris (la banlieu). Para ir al trabajo, que comienza a las 6 de la mañana, salen de casa a las 4 y regresan a las 10-11 de la noche. Algunas hacen 2 horas de viaje de ida y otras 2 de vuelta para trabajar 3 horas… Las empresas ignoran conscientemente esta realidad. Además, la situación está empeorando continuamente: salarios de 4,50 euros la hora (la mitad del salario mínimo en Francia), contratos a tiempo parcial, despidos de mujeres embarazadas. Son casos que aumentan día a día.

AF: ¿Hay problemas derivados del permiso por paternidad?

ED: El permiso por paternidad ofrece la posibilidad de reducción o cese de actividad profesional  para un asalariado (padre o madre) con la finalidad de ocuparse de un hijo de menos de tres años de edad , con validez desde el primer hijo. Es un permiso no remunerado durante tres años  y que puede  solicitarse desde el nacimiento hasta que el hijo cumpla tres años. Los dos padres pueden acogerse simultáneamente a este permiso, bien total o bien parcialmente (16 horas por semana como mínimo). El asalariado puede escoger la tasa de reducción de actividad pero es el empresario quien tiene la última palabra sobre el reparto del tiempo de trabajo (un día al menos por semana o una hora al menos cada día). El permiso por paternidad  se contempla como un derecho, pero para hacerlo efectivo plantea problemas ligados a la precariedad. Una mujer con permiso  parental  es reemplazada por otra en la empresa. Es un CDD. El permiso puede durar, como máximo,  2 años y 9 meses  lo que genera otra precariedad para el trabajador sustituto. Los hombres no suelen tomar el permiso parental  sino el de nacimiento (3 días) y el de paternidad (11 días), lo que lleva a preguntarse si cuando los hijos nacen en el país de origen, ¿tienen derecho a un permiso de nacimiento y paternidad? Algunos lo reclaman. En mi opinión sí que lo tienen. Puede ir al país de origen 13 días si quiere, pero esto no es evidente ni para los empresarios, ni para la jurisprudencia ni para la legislación.

AF: ¿Puedes detallar la situación de las madres abandonadas por el marido?

ED: Es un fenómeno que se da en nuestra sociedad, pero hay que señalar una especificidad que a veces es consecuencia de una cultura en la que la poligamia es habitual. La primera, la segunda esposa… en tanto en cuanto la mujer es menos interesante para el marido se encuentra marginalizada, incluso si hay reflejos comunitarios que funcionan. La comunidad se ocupa de los niños pero este hecho se da con menos frecuencia  en nuestros actuales ritmos y condiciones de vida. En primer lugar, porque las condiciones de alojamiento no permiten que convivan tres mujeres con 7 u 8 niños. De hecho, muchas mujeres se encuentran solas para ocuparse de los hijos. Por otra parte, se dan casos en los que el marido se va a su país de origen durante 3 o 4 meses para volverse a casar y deja a la mujer sola con los hijos… No obstante, la composición del sector de trabajadoras de la limpieza está evolucionando, con una mayor presencia de hombres y mujeres de Sri Lanka, Bangladesh etc. cuya cultura difiere de la de los países africanos.

AF: ¿Ves regularmente casos de sexismo o acoso en el trabajo?

ED: Son numerosos los casos de acoso sexual que son difíciles de sacar a la luz. En primer lugar, porque no es fácil acudir al sindicato y contar: “tengo un jefe de equipo que me mete mano todas las semanas o todos los días”. Una mujer  ha venido recientemente a consultarnos sobre este tema  y la he remitido al abogado dado que las evidencias eran de acoso sexual. Desde hace dos años, todos los días de trabajo el jefe de equipo le muestra su pene y le propone que le haga una felación. Ella ha acabado por decir “no puedo más” y ha venido a solicitar asesoramiento sobre cómo proceder. Un día el sujeto la ha metido en una cama en el hospital en el que trabaja y le dice “te voy a dejar embarazada”. Es un caso extremo sobre el que el abogado ha iniciado el expediente, pero los “tendrás un buen puesto si te acuestas conmigo”, “te meto mano” y “oh, es una broma” juegan un papel disuasor. Constato que cada vez más,  y más cuanto más jóvenes y atractivas son, sufren el acoso. Hablan poco del tema porque se avergüenzan. He visto a una mujer decir “No puedo más. Mi jefe de equipo me acosa diariamente, se mete en mi vestuario, me hace tocamientos”. He tratado de convencerle para que presente una denuncia y su respuesta es negativa porque “mi marido me va a considerar una puta y agredirme físicamente”. Ha sido imposible convencerla. “Ven con tu marido, vamos a hablar del tema…”.  Pero no. ¿Qué se puede hacer?

Los empresarios aprovechan esta situación para provocar  enfrentamientos entre las trabajadoras, culpabilizándolas de no ceder a las proposiciones de la jerarquía. “Seguro que tienes problemas con él”. Y esto es parte de tu responsabilidad.

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Abuelas, Madres e hijas: Maneras de vivir el anarcofeminismo https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/abuelas-madres-e-hijas-maneras-de-vivir-el-anarcofeminismo/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/12/21/abuelas-madres-e-hijas-maneras-de-vivir-el-anarcofeminismo/#respond Fri, 21 Dec 2012 10:00:05 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3869 1Nadie puede escoger su lugar de nacimiento ni su familia ni el grupo social en que  nace, pero, afortunadamente, todas las personas podemos elegir nuestra familia ideológica. Ahí cobra sentido hablar de nuestras abuelas y nuestras madres, mi generación sería la de las hijas/hermanas que ya tenemos hijas.

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Cristina Plaza – Ateneo Libertario La Idea

Nadie puede escoger su lugar de nacimiento ni su familia ni el grupo social en que  nace, pero, afortunadamente, todas las personas podemos elegir nuestra familia ideológica. Ahí cobra sentido hablar de nuestras abuelas y nuestras madres, mi generación sería la de las hijas/hermanas que ya tenemos hijas. La adscripción a una ideología tiene una importancia vital para transitar este “valle de lágrimas”, el pensamiento nos define aunque no alcancemos ese horizonte utópico anhelado, por eso mis abuelas son mujeres como Teresa Claramunt y mis madres podrían ser Amparo, Lucía o Mercedes.

1El año pasado se celebraba el 75 Aniversario del Primer Congreso de la Federación de Agrupaciones de Mujeres Libres, celebrado en Valencia (agosto de 1937), no es un aniversario cualquiera ya que hablamos de nuestras madres, de nuestras raíces y de una problemática aún hoy no superada. La Confederación General del Trabajo editó un facsímil maravilloso en el que podemos acercarnos no solo a las ideas de las compañeras, utilizando una fuente directa, sino también a la edición de la revista, que enlazaba con las vanguardias artísticas del momento sin duda gracias a las colaboraciones de Baltasar Lobo (dibujante y escultor) y Lucía Sánchez Saornil (poetisa dadaísta). En esta edición conmemorativa se ha respetado totalmente la estructura de la revista (una reproducción recreada al mínimo detalle) y se ha creado un número nuevo que contiene una selección de páginas reales de los 13 números publicados entre 1936 y otoño 1938.

Al hilo de este trabajo bien realizado y que es una invitación al estudio de Mujeres Libres, aquí y ahora,  conviene reseñar que una cosa es hablar de igualdad ante la ley y otra bien diferente alcanzar la igualdad real. Obviamente, las mujeres estamos muy lejos de la igualdad real con respecto a la otra mitad de la población mundial. La igualdad no existe si miramos al “mundo blanco”, ombligo del capitalismo, mucho menos si observamos el conjunto del planeta, ya sean zonas periféricas, emergentes o subdesarrolladas.

Mujeres Libres  cobra una perspectiva histórica, por eso intentaremos intuir qué cuestiones las diferenciaban de sus coetáneas y las convierten en referente para las libertarias..

2En lo relativo a su definición, Mujeres Libres nunca quisieron definirse como “feministas” , cosa muy natural si analizamos el contexto social de la época en que el feminismo burgués se dedicaba a reivindicar el derecho al voto (ellas eran anarquistas) y las ramas femeninas de los partidos  de izquierdas eran meras correas de transmisión que aspiraban a incorporar a las mujeres al partido, pero no realizaban un trabajo potente a favor de la manumisión de la mujer.  La voluntad y compromiso por la igualdad, a mi modesto entender, de forma organizada y consciente sólo lo desarrollaron Mujeres Libres.

En el contexto histórico de Mujeres Libres, las anarquistas, los anarcosindicalistas y l@s libertari@s, en general, no tenían una posición única en el papel a desempeñar por  la mujer como sujeto social, si bien tenemos un pronunciamiento claro de la CNT definiendo el comunismo libertario y poniendo en plano de igualdad a hombres y mujeres. Sin embargo, si consultamos  las palabras de libertarias y libertarios de la época la cosa se complica, las concepciones sobre la mujer y su papel en la sociedad se podría definir simplificando en dos líneas genéricas: la mujer como gestatriz o cortesana y la mujer como persona con plenos derechos y obligaciones, matizándose en ambas posiciones un sinfín de matices y variaciones.

Afortunadamente no se trata de un estudio académico, sino de una invitación a que os seduzcan sus propias “palabras de mujer”, sus posiciones ideológicas sobre diferentes aspectos de la vida cotidiana y  por ello se puede una permitir  centrarse en las posiciones que me son más afines, las que defendieron en general Mujeres Libres y más concretamente Lucía Sánchez Saornil.

La mujer obrera vivía con un grado escandaloso de analfabetismo, dependencia total del varón y cooptadas por la Iglesia, pero todo ello era imputable a la marginación social  de la mujer en la sociedad de principios del siglo XX. Nuestras compañeras sostenían que la mujer no era inferior al hombre, pero que sufría una doble explotación: como obrera por  el sistema económico en que vivía y como mujer inmersa en un sistema patriarcal,  y esas eran las causas de que la mujer no hubiese logrado su emancipación plena: “forzoso es que el cerebro de la mujer albergue un vasto potencial de inteligencia para que no hay naufragado definitivamente en las sombras de la más absoluta animalidad” (Lucía Sánchez Saornil)

Pensaban que se habían producido avances sociales para la mujer en los  ambientes más cultos de la sociedad, pero la desigualdad entre los sexos permanecía sostenida por la continua sumisión de la mujer, sustentada ahora por la teoría de la diferenciación sexual. Esta teoría limitaba el papel de la mujer a educadora de la prole y, por eso, Lucía se sublevaba y defendía que no había que enfrentar el concepto de mujer con el de madre, “…la función anulando al individuo”. Mujeres Libres combatían esta idea y creían firmemente que esta idealización del papel de la madre garantizaba la posición superior del hombre en la sociedad y consolidaba el sistema de explotación de la mujer y, por supuesto, entendían que una mujer sin hijos no era un ser castrado sino que defendían: “Desdeñáis la aportación directa de una mujer inteligente por un hijo tal vez inepto. Repito que hay restablecer las cosas en sus verdaderos términos. Que las mujeres sean mujeres ante todo; sólo siendo mujeres tendréis después las madres que necesitáis.” (Lucía Sánchez Saornil).

3Esta solución podría darse sólo mediante un proceso de educación y comprensión mutua entre los dos sexos y un cambio radical de ambos en lo relativo al papel de la mujer, concretado en la solidaridad entre hombres y mujeres, como también entre mujeres y otras mujeres, y de esta última premisa nacía su convencimiento de la necesidad de una organización específica que debía trabajar para alcanzar:

  1. La eliminación del concepto de superioridad masculino.
  2. Conciencia por parte de los hombres de que todos los seres humanos eran iguales y que, por tanto, la mujer era igual al hombre.
  3. Aceptación del hecho de que las mujeres tenían una inteligencia igual que la del hombre y una sensibilidad similar, y que como personas humanas tenían una necesidad de superación parecida a la del hombre.
  4. Necesidad de implantar la igualdad y la justicia en el hogar antes de intentar implantarla en el contexto general de la sociedad.

Mujeres Libres, eminentemente prácticas,  ofrecían elementos para que las obreras se formaran en una mentalidad libre, capaz de discernir por sí mismas lo falso de lo verdadero, lo político de lo social, y trabajaron para capacitar a las mujeres y  liberarlas de su triple esclavitud: de ignorancia, de productora y de mujer.

No quiero continuar sin que nos paremos a reflexionar que Mujeres Libres trabajaba como organización para desarrollar tres ejes fundamentales, a saber: la existencia de un problema específicamente femenino, la aceptación del anarquismo como ideal que plantea la igualdad entre lo seres humanos y un sistema social basado en el Comunismo Libertario y, muy importante, la independencia económica de las mujeres.

Mujeres Libres priorizaba la independencia económica de la mujer mediante el trabajo asalariado, siendo plenamente conscientes de la realidad social imperante. Por eso abogaban por la formación técnico-profesional de la mujer, también defendían la creación de guarderías y comedores populares y consideraban imprescindible la reeducación de los varones en relación con la incorporación de la mujer al trabajo, y  como solución a este prejuicio del proletariado masculino defendían el apoyo mutuo entre los trabajadores de ambos sexos frente a la patronal.

La independencia económica loada como base de la independencia y libertad de la persona era también la única solución viable a la cuestión sexual. Entendían que la desigualdad social de la mujer era la causa principal del problema sexual y Lucía, por ejemplo, mantenía que “sin problema sexual no habría problema femenino en las sociedades” y estaba convencida de que la solución del problema económico estaba en la revolución. Sánchez Saornil nunca desarrolló una teoría sobre el amor, tal como haría Federica, sino que se limitó a ser partidaria de la “unión libre” y volcó más su inquietud en la divulgación que se hacía sobre el tema del amor libre en las campañas de educación sexual, exigiendo la necesidad de una mayor seriedad y profundización en el tratamiento del tema sexual, trabajando en esta línea Mujeres Libres; así como realizaron un esfuerzo convencido a favor de los Liberatorios de Prostitución, de conformidad con su postura abolicionista, coherente con su firme confianza en la formación cultural y técnico-profesional para las mujeres.

Os animamos a que conozcáis de primera mano a estas mujeres indomables, comenzando por el facsímil editado por CGT y continuéis con los estudios de Mary Nash y de Martha Ackelsberg como ineludibles y por último que vuestra curiosidad os conduzca a las diferentes biografías publicadas sobre estas hermanas no sólo libres, sino imprescindibles.

 DE LA MUJER AL HOMBRE

Dios te hizo hombre para mí.
Te admiro desde lo más profundo
de mi subconsciente,
con una admiración extraña y desbordada
que tiene un dobladillo de ternura.
Tus problemas, tus cosas
me intrigan, me interesan
y te observo
mientras discurres y discutes
hablando del mundo
y dándole una nueva geografía de palabras
Mi mente está cavada para recibirte,
para pensar tus ideas
y darte a pensar las mías;
te siento, mi compañero, hermoso
juntos somos completos
y nos miramos con orgullo
conociendo nuestras diferencias
sabiéndonos mujer y hombre
y apreciando la disimilitud
de nuestros cuerpos.

 GIOCONDA BELLI

Bibliografía:

Nash, Mary: “Mujeres Libres”: España 1936-193”9. Tusquets,Barcelona, 1977.

Nash, Mary: “Rojas. Las mujeres republicanas en la Guerra Civil”. Taurus, Madrid, 1999.

Ackelsberg,Martha: “Mujeres Libres. El anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres” .Virus,Barcelona, 1999.

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La pobreza ante la crisis, una realidad heterogénea. Vivencias y discursos https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/la-pobreza-ante-la-crisis-una-realidad-heterogenea-vivencias-y-discursos/ https://archivo.librepensamiento.org/2012/03/21/la-pobreza-ante-la-crisis-una-realidad-heterogenea-vivencias-y-discursos/#respond Wed, 21 Mar 2012 12:36:01 +0000 https://librepensamiento.org/?p=3726 En este texto presentamos algunos esbozos acerca de las vivencias y los discursos de los grupos subordinados en la estructura social, que están viviendo de manera directa y cruda los efectos de la denominada crisis económica. Desde una metodología cualitativa, acometemos nuestro trabajo a partir de un conjunto de grupos de discusión y entrevistas.

Nos hemos planteado un acercamiento para tratar de conocer cómo es la cotidianeidad de las personas mas afectadas por los procesos de dislocación que se están produciendo en el avance del capitalismo tardío. Pretendemos con ello dar con algunas claves de entendimiento de los procesos de producción y reproducción de las marginaciones, y de cómo operan los dispositivos de dominación, así como las diversas respuestas que frente a ellos se construyen y que pueden contribuir a cuestionar esas formas en que se reproducen las condiciones que contribuyen a su subordinación y su dominación.

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Lucila Finkel, María Arnal, Miriam López, Pilar Parra, Araceli Serrano, Ángel Zurdo, Daniel Parajuá, (Universidad Complutense de Madrid)

La investigación en curso, de la que aquí presentamos unos primeros esbozos de conclusión para el debate, está centrada y enfocada en las vivencias cotidianas y de la vida ordinaria de gentes que viven directamente los efectos de la denominada “crisis económica”, en posiciones subordinadas de la estructura social. Como se verá, este punto, en aparente común, es el de partida de diversas líneas de interpretación y configuración de realidades particulares.

Este trabajo se ha realizado en base a las técnicas cualitativas de grupos de discusión y de entrevistas semiestructuradas, por lo que fue necesario diseñar un proceso de definición de aquellas personas y grupos especialmente afectados por la actual deriva social, política y económica, especialmente en lo que se refiere a la falta de empleo: jóvenes con escasa cualificación, migrantes desempleados o en trabajos precarios, mujeres, desempleados de más de 45 años. Todos tienen en común su fragilidad ante los efectos de la crisis y la experiencia de “descenso social” que se deriva de ella.

En términos generales, nos hemos planteado un acercamiento para tratar de conocer cómo es la cotidianeidad de las personas mas afectadas por los procesos de dislocación que se están produciendo en el avance del capitalismo tardío. En este sentido nos interesa saber cómo viven -o sobreviven- para intentar mantener sus necesidades básicas y las de sus familias cubiertas; cómo construyen su identidad en estos espacios de precariedad y quiebra de su mundo conocido; cómo dan sentido a su situación y a la de otros en similares circunstancias y cómo despliegan su cosmovisión desde esa posición.  Las técnicas de investigación referidas nos están permitiendo realizar este acercamiento para ver cómo se construyen esas vivencias e ideologías  en su “hablar” colectivo -esto es, en situaciones de interacción social entre iguales- y que estas situaciones nos darán la posibilidad de ver cómo se construyen sus discursos, con sus variaciones, sus balbuceos, sus potencialidades, sus dudas, sus contradicciones  y sus desplazamientos.

De esta manera, pretendemos dar con algunas claves de entendimiento de los procesos de producción y reproducción de las marginaciones, y de cómo operan los dispositivos de dominación, así como las diversas respuestas que frente a ellos se construyen y que pueden contribuir a cuestionar esas formas en que se reproducen las condiciones que contribuyen a  su subordinación y su dominación. Conocer estos procesos y dispositivos y ver cómo son los discursos puede dar claves para ver las fortalezas, las fracturas, los puntos débiles, las contradicciones, las respuestas  que subyacen a esta forma de reproducción del modelo actual del desarrollo capitalista y para avanzar en propuestas de conformación de miradas que contribuyan en una toma de conciencia de sus propios intereses.

Crítica a las definiciones de exclusión y pobreza.

Desde esta perspectiva, nos planteamos desarrollar una humilde contribución a la crítica de las definiciones clásicas y hegemónicas de la pobreza y la exclusión social, escoradas en la actualidad a la acotación individualizada de los problemas sociales y a los procesos de esencialización de la pobreza, muy en línea con los diagnósticos realizados desde las políticas neoliberales. Precisamente, éste ha constituido nuestro primer terreno de contestación, objetivando esas definiciones hegemónicas de los excluidos y los “nuevos pobres” para ubicarlas en una política concreta de gobierno de la ciudadanía.

Para este trabajo hemos acometido varias tareas comunes en torno a los grupos de discusión que se pueden resumir en los siguientes puntos o ejes del análisis:

1-reconstrucción de trayectorias vitales y estrategias de supervivencia

2-los vínculos sociales, las relaciones, las redes y los apoyos

3-análisis ideológico y cosmovisiones sobre la sociedad que les ha tocado vivir: Estado, estado del Bienestar, gobierno, la clase política, gran capital, pequeños empresarios, los sindicatos, las instituciones, los inmigrantes, la población gitana, la solidaridad y la ayuda al desarrollo, la justicia,…

4-las miradas sobre la crisis: reconstrucción del sistema de atribuciones causales

5-representaciones sociales sobre la desigualdad y la pobreza. Términos usados. Marcos interpretativos

6-las perspectivas de futuro

7-las demandas de intervención social

8-miradas sobre la movilización política

9-la construcción de identidades en contextos de precarización

A partir de aquí, hemos obtenido un conjunto de materiales discursivos de enorme riqueza e intensidad que nos están sirviendo de base para un análisis que se despliega en varias direcciones. Nos centraremos, ahora, en avanzar algunas líneas de este trabajo en relación a las descripciones de las actitudes vitales y las distintas metáforas que se ponen en juego ante el paro y la crisis; unas estrategias discursivas que, más allá de una mera estructura retórica, nos direccionan hacia las vivencias y significaciones ordinarias de la vida social.

Desde nuestra perspectiva, estos espacios ideológicos conforman el espacio de las prácticas sociales y no constituyen un mero contrapunto mental a las mismas. Además, las vivencias subjetivas, lejos de constituirse en una especie de asunto personal, remiten a las esferas sociales y culturales y a las posiciones sociales colectivas.

Actitudes vitales

Podemos apuntar la existencia de diversas actitudes vitales ante la crisis, que se ubican en un contexto en tensión que va desde el extremo del individualismo hasta un cierto sentimiento colectivista y, a su vez como otro eje transversal, un extremo de posición adaptativa hasta otro de posición crítica. Así, los parados obreros de más de 45 años muestran actitudes que hemos denominado de “acabamiento”, toda vez que desarrollan estrategias adaptativas que consisten en sentir que han llegado a una estación términi, o que han terminado por caer en un pozo, del que ya difícilmente van a salir; su actitud denota sentimientos comunes, pertenencia a un grupo al que, sin embargo, se le ha negado toda capacidad de agencia.

La mayor parte de las actitudes vitales se ubican en el territorio común del individualismo, que tiene a explicar la propia situación en términos particulares y desconectados de intereses comunes o de toda identidad colectiva. En este sentido, buena parte de los grupos de jóvenes tanto cualificados como de escasa cualificación, grupos de inmigrantes e incluso una buena parte de las mujeres con cargas no compartidas, se sitúan en actitudes que van desde un estado de shock individual hasta lo que hemos denominado provisionalmente un aislamiento protegido amnésico (que pretende encontrar un refugio individual ante la que está cayendo). En este conjunto, cabe incluso el tipo de actitudes que subrayan la máxima responsabilidad individual, sobre todo por parte de grupo de migrantes que llegaron a nuestro país con los esquemas de esfuerzo individual como camino a la prosperidad.

Resulta especialmente interesante detenernos en ese estado de shock y de desconcierto que hemos citado: buena parte de los jóvenes de los grupos de discusión se encuentran en este espacio discursivo a la hora de dar cuenta de sus actitudes ante la situación que viven, comparando permanentemente la situación actual (ahora) con el pasado (antes) y elaborando estrategias de supervivencia que creen circunstanciales en espera, más o menos idealizada, de una vuelta a las condiciones previas vividas como de prosperidad. Sólo en algunos casos, minoritarios, se vislumbran algunos ejercicios críticos que se plantean salidas a esta situación por medio de una vida más simple (siempre desde la perspectiva individualista).

Pero las actitudes no se ubican únicamente en este contexto individualista: una fracción de los grupos de mujeres, así como de jóvenes y obreros, puede derivar en actitudes más próximas a los sentimientos colectivos, que generan procesos de movilización, en primer lugar hacia la búsqueda desesperada del trabajo (lo que no garantizaría la continuidad de esos sentimientos colectivos) o hacia la elaboración de discursos más críticos ante la situación de crisis. En cualquier caso, nuestra hipótesis por el momento es que las actitudes más nítidamente marcadas de colectivismo crítico solo se encontrarían en los grupos de jóvenes cualificados, así como en obreros-as, con una cierta tradición y experiencia previa de movilización política.

Espacios ideológicos

Las actitudes descritas, lejos de constituirse en sólidos y nítidos espacios vivenciales, admiten variaciones y adaptaciones a las distintas situaciones de la vida cotidiana. Una de las cuestiones que más interés está suscitando en nuestro análisis es su vinculación con varios espacios ideológicos que conforman potentes condicionantes de las actitudes y prácticas sociales.

Entre las personas más directamente afectadas por la actual crisis y desempleo es frecuente el posicionamiento ideológico en alguna de las versiones del individualismo, toda vez que los discursos hegemónicos ponen énfasis en esta esfera para explicar tanto las causas como las consecuencias de las situaciones penosas en las que se vive. Por una parte, una fracción importante de jóvenes y migrantes con cierta cualificación exhiben con claridad un individualismo que hemos denominado hobbesiano adaptativo, que subraya la importancia de obtener y conservar capital formativo personal, que es el que se tiene que poner en juego, en base a los méritos individuales, en un mundo en el que la tónica es la lucha de todos contra todos, con escasas posibilidades de solidaridad y acción común, cuestiones a las que siempre se mira de manera despectiva o tachándolas de ingenuas.

Por otra parte, ya en los grupos de jóvenes no cualificados y en alguna fracción de los grupos de clase media baja se comparte esta visión del mundo social como un lugar en el que cada uno depende de sus cualidades y capacidades, pero al que se añade posturas y opiniones críticas ante los poderes públicos y los responsables de la economía (sean estos quienes sean: ministros, banqueros, incluso sindicatos); finalmente son ellos, la gente común, los principales afectados pero nada o poco se puede hacer contra esa masa informe de culpables, tan sólo buscarse uno la vida como mejor pueda.

Ambas versiones del individualismo comparten con otros grupos una importante característica ideológica: aquella que hemos denominado realismo situacionista adaptativo, en la que se alinean también una fracción del grupo de personas de clases medias bajas, las mujeres con cargas no compartidas y una parte importante de los jóvenes con cierta cualificación, pero siempre en los estratos medios y bajos de la sociedad. Esta postura vendría ser la máxima expresión de la opción adaptativa, en la que se reduce al mínimo la crítica movilizadora y la activación de prácticas de respuesta colectiva. Aquí, la sociedad es vista casi como un destino o un escenario en el que las personas apenas tienen capacidad de agencia, donde el único espacio –tanto individual como en grupo- que queda es el de intentar buscar la mejor manera para salir adelante, trabajar en lo que sea y, de nuevo, buscarse la vida.

Más preocupante resulta comprobar cómo buena parte de los distintos grupos entrevistados coinciden en elaborar algún tipo de discurso en torno al espacio ideológico del populismo xenófobo reactivo, un espacio del que también pueden participar ciertos sectores de trabajadores migrantes. Las distintas actitudes vitales a las que hemos hecho referencia en el apartado anterior contribuyen en la producción de este tipo de populismo que toma a los extranjeros y a las diferencias fenotípicas como chivos expiatorios de la situación actual. Es evidente que constituye una de los principales discursos fragmentadores de las clases populares e indudablemente vienen reforzadas y remarcadas por las acciones políticas y mediáticas, especialmente por todas aquellas que inciden en remarcar la nacionalidad de la gente, los rasgos visibles distintivos, así como el uso de términos despectivos.

En este conjunto de espacios ideológicos no descartamos la existencia de un colectivismo crítico, hoy por hoy minoritario y potencialmente compuesto por aquellas personas con experiencia previas en la participación en algún tipo de movimiento social o de carácter político. Potencialmente es posible inscribir en esta opción a una fracción de los obreros y parados mayores de 45 años, siempre y cuando la actitud vital de acabamiento no haya logrado imponer todo su poder explicativo de la realidad circundante. En cualquier caso, parece que se trata de un espacio ideológico poco frecuentado por las fracciones más dañadas por la actual crisis económica.

Para concluir (provisionalmente)

El concepto de “crisis económica” lo empleamos aquí como categoría social en uso, que permite organizar los temas que hemos planteado en el guión de los grupos de discusión. Como hemos podido ver en esta somera exposición, una de las características básicas de las vivencias de los grupos de dominados ante estas situaciones es la heterogeneidad y la fragmentación, posiblemente asociada con las prácticas de segmentación de las clases populares y que se encuentran entre los ejes principales de las formas modernas de gobierno de la población. La falta de empleo, el sentimiento de inutilidad, la necesidad acuciante de ingresos económicos, el fracaso de los proyectos de vida, la incertidumbre ante el futuro, la indignación por el comportamiento de responsables políticos y económicos, todo ello, lejos de generar una corriente común de análisis y de identificación, se inscribe en un escenario social de múltiples identidades, muchas de ellas enfrentadas entre sí, con escasa capacidad para articular soluciones y alternativas y, sobre todo, con pocas opciones para las vivencias colectivas. La confluencia en los discursos xenófobos no hace sino ratificar este escenario, puesto que se componen desde diversas actitudes vitales. En cualquier caso, queremos dejar claro que no se trata de posiciones inamovibles sino de situaciones en un continuo en el que hay desplazamientos y hasta solapamientos de esas actitudes y perspectivas.

Este acercamiento analítico inicial puede ser de gran utilidad a la hora de desarrollar posteriores explicaciones en torno a los procesos por los cuales buena parte de las clases populares está asumiendo los discursos culpabilizadores producidos desde las élites y que se condensan en frases como la que dice que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”.

Por otro lado, se hace necesario profundizar en este estudio, para abordar esta realidad en toda su complejidad, en concreto a la ausencia de una fractura social clara –aún en los peores momentos de desempleo y aumento de la pobreza- que debe ser explicada a la luz de los efectos paralizadores de la crisis y su tratamiento mediático, así como al mantenimiento, aún en estas esferas de la vida de los dominados, de las esperanzas por regresar a las situaciones de bonanza del pasado, aún más idealizadas si cabe en la actualidad.

Esta fragmentación de las clases populares se ubica en espacios y momentos de la vida cotidiana, tiene importantes efectos explicativos de la realidad y contribuye a la construcción de desconfianza, suspicacia, sentimientos de competencia y hasta enfrentamiento, unos elementos que pueden constituir una buena parte de los nuevos discursos racistas y nacionalistas, e incluso las bases para la reivindicación de algún tipo de autoritarismo.

Teniendo en cuenta estos elementos, el análisis de las vivencias ante la crisis debe servir para construir espacios de esperanza de la manera menos ingenua posible; unos espacios que para que sean efectivos deben ser relevantes para las gentes, aportar versiones alternativas que expliquen qué está sucediendo y, sobre todo, generar discursos plausibles acerca de la capacidad de cambio de las movilizaciones colectivas. En este sentido todo trabajo encaminado a la construcción de un colectivismo crítico tiene que ser capaz de afrontar con solidez los argumentos de la desesperación, el aislamiento y el enfrentamiento entre los distintos sectores de las clases dominadas.

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Por una cultura proletaria, de Marcel Martinet. - Verano 2008

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