Daniel Parajuá Navarrete

Existen numerosas publicaciones que abordan, en muy diversos sentidos, la cuestión de la diversidad cultural, el multiculturalismo y sus efectos en distintos espacios de la vida social. Dada su relevancia pública y política en los últimos años, resulta relativamente fácil encontrar recomendaciones bibliográficas al respecto y hasta estanterías reservadas para este asunto en numerosas librerías y bibliotecas. A partir de ahí, este listado no deja de ser una propuesta más, discutible por supuesto, pero que puede aportar interesantes recomendaciones, algunas extrañamente ubicadas fuera de los circuitos bibliográficos.

Siguiendo un estricto orden alfabético, hay que destacar el Atlas de la Migraciones que ha publicado Le Monde Diplomatique recientemente. En términos generales los materiales producidos desde esta casa constituyen un medio serio y divulgativo de acceder a una geografía crítica de los procesos sociales.

Específicamente, este Atlas, publicado en el 2010, aporta datos y mapas de gran interés respecto a los procesos globales e históricos de las migraciones, así como en relación a las situaciones regionales, rompiendo la muy frecuente mirada etnocentrista que dirigimos sobre los mismos.

Desde un marco general podemos realizar un aterrizaje en los barrios y pueblos cercanos a nosotros, para leer el magnífico trabajo de Débora Ávila y Marta Malo. Este es un texto que forma parte del monumental y heterogéneo «Madrid ¿la suma de todos?», en este caso una elaboración basada en un intenso trabajo de campo etnográfico y documenta algunas de las estrategias de categorización y tratamiento de los problemas sociales y las poblaciones problemáticas –exclusión- en Madrid, en concreto a partir de datos acerca de la población inmigrante en los barrios de Lavapiés y de San Cristóbal de los Ángeles (Villaverde). Resulta de gran interés la propuesta analítica de las políticas sociales y acotación de los problemas sociales que se realiza sobre las poblaciones de riesgo, en el que el factor inmigración juega un papel importante. Estos barrios, son zonas que las autoras denominan barrios «hiperintervenidos» tomando como base un claro marcaje problemático de sus poblaciones. Se trata de un aspecto nada desdeñable de toda una estrategia de gobierno de la diferencia, que ahora no opta por eliminar las diferencias (no hay, en realidad, una política de homogenización social) sino por tratar –técnicamente, desde sistemas expertos- la diversidad. De este modo la diversidad, la diferencia se establece como criterio rígido de clasificación y de atención a las personas, se estandariza y se la desprovee de su singularidad, precisamente las bases para unas estrategias de gobierno de la diferencia, caracterizado por el proceso de diferenciación y el recurso al excepcionalismo y su tratamiento mediático alarmista.

Regresando al terreno de los conceptos y el marco de ideas, resulta de utilidad el Diccionario de relaciones interculturales que han dirigido Barañano, García, Cátedra y Devillard, desde la Universidad Complutense.

Se trata de un cuidado volumen, de altísima calidad y rigurosidad científica, que no le impide ser accesible y entendible por el usuario común o las personas que se acercan por vez primera a estos temas. Buena parte de los conceptos recogen la tradición de la Antropología y la Etnología en el estudio de estos hechos sociales, reuniendo a un buen número de especialistas en cada una de las áreas temáticas. Es un material de fácil uso y probablemente imprescindible para el estudio de las migraciones y las relaciones interculturales, si queremos dar un paso más allá de los estereotipos y de los términos del sentido común con que se suelen abordar estas cuestiones -sobre todo en la lógica periodística y política-.

No podemos dejar de lado un texto que ya tiene unos cuantos años pero que no ha perdido buena parte de su capacidad de análisis y sugerencia. Se trata de la Miseria del Mundo de Bourdieu, que no es un texto específicamente dedicado a la migraciones o a las relaciones interculturales, pero buena parte de sus capítulos tienen una estrecha relación con estos temas. Con casi dos décadas de antigüedad, este volumen no pierde su interés puesto que sugiere y plantea cuestiones en varias direcciones.

Entre otras cosas, constituye una interesante propuesta de análisis de las posiciones sociales que ocupamos las personas, de los espacios de relegación (social, urbana, profesional…) en los cuales caben situar las relaciones interculturales. Así, las posiciones de los profesionales de la asistencia social o los encargados del acceso a los recursos sociales son tenidos en cuenta en el marco de unas políticas estatales, que general un tipo de relación con los usuarios, «excluidos», extranjeros, jóvenes…o como en cada caso se categorice y se segmente a las poblaciones de los dominados.

Con el trabajo de Adela Franzé, regresamos al espacio local y podemos encontrar un estudio etnográfico de enorme interés que, lamentablemente constituye uno de los pocos ejemplos de investigación antropológica de alta calidad en el contexto escolar. Aquí aborda la cuestión de la migración desde la necesidad de adoptar una perspectiva etnográfica que supere la visión normativista y que aporte una visión de la complejidad de relaciones, posicionamientos e intercambios, así como de las interpretaciones de los protagonistas de la escuela.

Este texto logra generar un conocimiento antropológico, que trasciende los usos comunes y que pone en evidencia los juegos de interés en este campo específico (como en cualquier otro se puede hacer). Varias son las cuestiones que se ponen en evidencia. Por una parte, muestra las tensiones entre el modelo normativo/ideal de la escuela y la realidad cotidiana de las prácticas educativas, que, entre otras cosas actualizan los discursos de la deficiencia bajo los nuevos ropajes de la diversidad.

Muestra, por otro lado, cómo en la relación de aprendizaje escolar están incluidos un conjunto de esquemas tanto lingüísticos como cognitivos que son pertinentes en el contexto escolar, lo que exige a los alumnos y alumnas que pongan en juego palabras, gestos y comportamientos adecuados a ese contexto e inhiban otros. Precisamente el interés de la propuesta de Franzé reside en trascender la calificación de deficitarios, empleada para algunos alumnos-as: o se trata tanto de déficit como de inadecuación de saberes al escenario exigido por la escuela. Además logra exponer cómo en numerosas ocasiones lo que se hace es una incorporación ingenua de la multiculturalidad, siempre desde la perspectiva de los saberes cultos.

Tras esta muy recomendable su lectura, cabe también aquí hacer referencia a otro volumen que puede ser una interesante referencia complementaria para aclarar conceptos relacionados con este tema; la guía de conceptos de Malgesino y Jiménez fue uno de los primeros proyectos en castellano de recopilación y explicación de los términos y conceptos del ámbito de las migraciones y la interculturalidad. Es muy completo, fácilmente manejable y desarrollado con rigurosidad sin perder su vocación divulgativa. Cada entrada, además, cuenta con una completa orientación bibliográfica, aunque lamentablemente muchos de los textos son inaccesibles en el mundo editorial actual. Destaca la entrada, amplia y bien desarrollado relativa a la educación intercultural, así como las que debido a su carácter polisémico (y con amplio uso pervertido por numerosos políticos e intelectuales) necesitan una explicación seria y rigurosa: cultura, asimilación, desarrollo, etnicidad y grupo étnico o el mismo concepto de interculturalidad.

Finalmente, desde mi punto de vista no se puede cerrar este breve –y parcial- repaso bibliográfico sin hacer referencia a Loïc Wacquant y a su obra. Especialmente significativo resulta el título aquí presentado, Los condenados de la ciudad, en el cual, a partir del estudio de las condiciones de vida en la banlieu francesa y en los guetos negros norteamericanos, este autor desarrolla un interesante análisis de los procesos territoriales que inciden en la marginalidad urbana y su relación con las modernas políticas sociales.

Éstas, en buena parte de los países occidentales, han iniciado hace tiempo un escoramiento hacia diversas modalidades de estado penal, reduciendo y limitando las iniciativas integradoras. Wacquant señala cómo este proceso se inscribe en un escenario urbano en el que no sólo se ha reconfigurado el estado social, sino que también se desarrolla una dinámica espacial de concentración y de estigmatización, otra dinámica económica que tiene por centro la fragmentación del asalariado y, unido a ello, otra dinámica que denomina macrosocietal que implica la dualización socioprofesional y un fuerte resurgimiento de las desigualdades. Este texto se inscribe en el proyecto de investigación y de análisis de este sociólogo, que realiza sobre las transformaciones de las políticas sociales y la marginalidad urbanas en Occidente y que se complementa con otros de sus escritos: Las dos caras de un gueto, Las cárceles de la miseria y Castigar a los pobres.

Relación de textos comentados:

Atlas de las Migraciones. Las rutas de la humanidad. (2010) Le Monde diplomatique.

Akal, Valencia Ávila D., Malo M. (2007) ¿Quién puede habitar la ciudad?. Fronteras, gobierno y trasnacionalidad en los barrios de Lavapiés y San Cristóbal, en AA.VV. (2007) Madrid, ¿la suma de todos?, globalización, territorio y desigualdad. Ed. Traficantes de Sueños, Madrid.

Barañano A., García J.L., Cátedra M. y Devillard M.J. (2007) Diccionario de relaciones interculturales. Diversidad y globalización, Editorial Complutense, Madrid Bourdieu P. (1999) La miseria del mundo. Akal, Madrid.

Franzé A. (2002) Lo que sabía no valía. Escuela, diversidad e inmigración.

Consejo Económico y Social, Comunidad de Madrid.

Malgesini G. y Jiménez C. (2000) Guía de conceptos sobre migraciones, racismo e interculturalidad. La Catarata, Madrid.

Wacquant Loïc (2006) Los condenados de la ciudad. Gueto, periferias y Estado.

Siglo XXI, Buenos Aires.